Apertura
De
avanzada antiimperialista en los años 50 y 60 a puerta abierta
al exterior en los años 80
En los años 50 y 60, la joven China comunista
vivía bajo la amenaza de las fuerzas enemigas. Desde la isla
de Taiwan, el Guomindang, encabezado por el huido Jiang Jieshi (Chiang
Kai-shek) y apoyado por los estadounidenses, pugnaba por reconquistar
el país. Con este fin, los espías de dicho partido
y de Estados Unidos utilizaban Hong Kong como vía de penetración
en el continente chino. Por otra parte, el estilo de vida y la forma
de vestir imperantes en Hong Kong que los chinos del interior veían
en las películas despertaban la curiosidad de éstos.
Entre
finales de los años 70 y principios de los 80, China empezó
a poner en práctica la política de apertura al exterior,
de modo que las puertas del país, tanto tiempo cerradas,
comenzaron a abrirse. Entonces, Hong Kong se convirtió en
el suministrador de relojes, cigarrillos, grabadoras y otros artículos
que llegaban de contrabando al resto de China a través de Guangdong.
En aquella época, un joven poco agraciado que llevara un reloj de
cristal líquido en la muñeca podía atraer la
atención de bellas muchachas. En esos primeros años
de apertura, caracterizados por el bajo nivel de vida y el atraso
económico de China, lo único introducido desde Hong
Kong para la gente común eran los pantalones acampanados
y las camisas de vivos colores, productos “made in Hong Kong” que,
junto con sus imitaciones, se distribuían desde Guangdong
al resto del país. Los primeros nuevos ricos chinos fueron
vendedores de ropa al estilo de Hong Kong.
Gracias
a su situación geográfica y a su temprana apertura,
en los años 80 Guangdong se desarrolló con mayor rapidez
que otras provincias y se convirtió en símbolo del
enriquecimiento. El dialecto de Guangdong llegó incluso a
ponerse de moda entre los norteños, y el “camarada”, que
durante tantos años se haber usado en China, comenzó
a ser sustituido por los términos “señor” y “señorita”.
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