La
proeza de transformar una aldea de pescadores en una ciudad moderna
de la noche a la mañana
“No
se ganó Zamora en una hora”, pero la ciudad de Shenzhen se
levantó en “una noche”. A pesar de ser solamente una
pequeña aldea de pescadores, Shenzhen era muy conocida debido
a que sus dos puertos tenían comunicaciones con la parte
continental y Hong Kong. Su fama también se debía a que en
los años 50 un numeroso grupo de habitantes del interior
del país huyeron a Hong Kong desde allí. Según
las estadísticas, entre 1957 y 1977, salieron al exterior
119.274 habitantes de las provincias del interior, de los cuales
60.157 se dirigieron a Hong Kong. Se dice que cuando durante su
inspección de Shenzhen se enteró de esta situación,
Deng Xiaoping dijo : “En nuestra política hay algún
problema”; y añadió: “No es al ejército a quien corresponde
resolver esta situación”. Estas palabras abrieron los
ojos a los dirigentes locales y les hicieron concebir la idea de
establecer una zona económia especial.
La población marchaba a Hong
Kong a causa de la pobreza. En 1979 la renta per cápita de
Luofan (aldea fronteriza de Shenzhen) era de 130 yuanes, mientras
que en la localidad homónima de Hong Kong, cuya población
estaba constituida enteramente por ciudadanos chinos procedentes
de Shenzhen, alcanzaba los 13.000 yuanes.
Xiantou, ciudad situada en el este
de Guangdong, era “la única gran ciudad comercial de Oriente”,
como dijo Engels hace más de 100 años. En los años
30 del siglo pasado tenía el sobrenombre de “pequeña
Shanghai”. Pero cuando se decidió establecer en ella una
zona económica especial, la ciudad se encontraba en ruinas.
Wu Nansheng, oriundo de Xiantou y entonces secretario del comité
provincial del Partido Comunista, dijo: “Antes de la liberación,
Xiantou era una ciudad próspera comparable a Hong Kong. Transcurridos
30 años y, sobre todo después de la revolución cultural,
lo que quedó de mi ciudad natal fue un paisaje desolador”.
Antes del establecimiento de la zona económica especial Zhuhai
era una aldea muy pequeña con solamente una calle, una tienda,
una peluquería y un semáforo.
La
rapidez con la que se han construido las zonas económicas
especiales resulta asombrosa. A principios de los años 80
un escritor describió así este fenómeno en
una de sus obras: “Un comerciante hongkonés viene con su secretaria
a Shenzhen para hacer negocios; el camino cenagoso obliga a la secretaria
a quitarse los zapatos de tacón alto y a andar descalza;
la gente abre un parasol en una plaza de delante de un teatro, conversa
y firma el contrato”. La zona económica de Shenzhen se levantó
a una velocidad pasmosa. Sirva de ejemplo lo ocurrido entre el 7
y el 8 de noviembre de 1996: el día 7, víspera de
la inauguración de la Feria del Libro, cundió la preocupación,
pues el andamiaje del edificio en el que ésta debía celebrarse
aún no se había desmontado; no obstante, lo que los
visitantes vieron la mañana del día 8 fue un edificio
listo para acoger la mencionada feria.
Shenzhen ha sido la primera ciudad
de China en varios ámbitos: la primera zona económica
especial, la primera zona libre de impuestos y la primera zona de
alta tecnología; la primera administración de supervisión
y la primera sociedad anónima de China se establecieron en
esta ciudad; fue aquí donde por primera vez se vendieron
cuatro empresas estatales y se subastaron los derechos de uso de
terrenos estatales.
Ahora ningún habitante de
Shenzhen huye a Hong Kong; al contrario, los hongkoneses, atraídos
por su cielo azul, su aire limpio y sus mejores servicios públicos,
compran viviendas en Shenzhen.
Según el proyecto para el
desarrollo de Shenzhen durante los próximos 15 años,
entre los años 2001 y 2005 el PIB per cápita será
de 7.000 dólares, cifra que entre los años 2006 y
2010 alcanzará los 10.000 dólares EUA, es decir, superará
el nivel de los países medianamente desarrollados.
El progreso económico de
la provincia de Guangdong y de sus zonas económicas especiales
ha desempeñado un papel decisivo en la vida del pueblo chino.
Los mercados de todo el país están llenos de artículos
de uso cotidiano, de electrodomésticos y de alimentos producidos
en Guangdong. Los ciudadanos chinos acogen muy bien los productos
de Guangdong fabricados por las empresas de inversión mixta
debido a su excelente calidad. Según las estadísticas,
el 60 por ciento de las neveras y el 40 por ciento de los aparatos
de aire acondicionado del país se fabrican en Guangdong.
En el mercado nacional, las ventas de ventiladores, grabadoras y
cámaras fotográficas de Guangdong ocupan el primer
puesto.
Las siguiente cifras pueden dar una idea del progreso
experimentado por Shenzheng: en el 2000, los fondos de financiación
de esta ciudad ocuparon el décimo puesto nacional; su PIB fue de
950.600 millones de dólares; las exportaciones, que representaron
un 40 por ciento de las del conjunto del país, alcanzaron
un valor de 91.920 millones de dólares; la suma de las exportaciones
e importaciones fue de 173.000 millones de dólares, es decir,
el 38 por ciento del total nacional; Shenzheng captó el 30
por ciento de las inversiones foráneas introducidas en el
país, esto es, 12.240 millones de dólares, el 70 por
ciento de los cuales provinieron de Hong Kong y Macao, territorios
limítrofes con Guangdong.
A partir de los años 90,
el papel desempeñado por Hong Kong en el desarrollo económico
de Guangdong se ha centrado en las nuevas tecnologías, los
nuevos conceptos y las nuevas modalidades de inversión.
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