Contenido de Julio del 2001
 

Los 80 años de un partido político

Por nuestra reportera LI XIA

CASI todos los occidentales que visitaron China entre principios de los años 50 y finales de los 70 cuentan como en aquel entonces los chinos los rodeaban y los observaban con curiosidad. En su obra Retorno a China, la estadounidense Helen Foster Snow describe así la visita que efectuó a China 1972: “Durante un mes entero fui la única occidental que aparecía por el comedor del hotel. De vez en cuando, venían dos o tres extranjeros”. Corrían los tiempos de la “guerra fría”, y los chinos veían a los extranjeros como a seres procedentes de otro planeta, a pesar de que conocían y admiraban a un gran personaje también extranjero: Karl Marx. Muchos obreros y campesinos chinos no podían hablar sin pensar en algunas de las teorías marxistas.

Tanto durante el Movimiento de Yihetuan de finales del sigloXIX, como en la época de la “guerra fría”, los chinos consideraban enemigos a los extranjeros y los vigilaban de cerca.

Resulta cuanto menos curioso que el Partido Comunista de China (en adelante, PCC), con sus 60 millones de miembros y sus 80 años de historia, se adhiriese a las teorías de Marx y de Lenin ya en la época de su fundación. Los Estatutos del PCC aprobados en su XII Congreso Nacional establecieron el marxismo-leninismo y el pensamiento de Mao Zedong como guías de su actuación. Este hecho es merecedor de cierta reflexión, puesto que, en principio, resulta inconcebible que un partido político chino integrado por miembros de la clase obrera adoptase como directrices fundamentales las teorías de dos extranjeros. Una representativa personalidad alemana del marxismo ha dicho: “Toda influencia ajena ha sido sinizada, incluida la del marxismo occidental”.

Causa de la elección del marxismo

La historia no es una pieza teatral que pueda repesentarse una y otra vez. La elección del marxismo por parte del PCC obedece a causas históricas.

Diez años antes del establecimiento del PCC, China todavía era un imperio en el que los hombres llevaban trenzas y a las mujeres se les vendaban los pies. Encabezada por Sun Yat-sen, un guangdonés educado en la ideología democrática occidental, la revolución de la nueva democracia de 1911 derrocó a la dinastía Qing y estableció la República China.

En 1918, año en que terminó la I Guerra Mundial, los imperialistas volvieron a repartirse China. En la Conferencia de Paz de París, celebrada entre el 18 de enero y el 28 de junio de 1919, EE.UU., el Reino Unido, Francia y otras potencias extranjeras, haciendo caso omiso de la soberanía de China y de su condición de país vencedor, decidieron transferir a Japón los previlegios de los que había gozado Alemania en la provincia de Shandong. Ello supuso un duro golpe para el patriotismo de los chinos y los señores de la guerra, quienes habiendo controlado la República China, tuvieron que ceder a las exigencias de las fuerzas imperialistas. El 4 de mayo de 1919 los universitarios beijineses tomaron las calles para protestar contra las acciones de ese gobierno vendepatrias; los estudiantes, obreros y comerciantes de todo el país no tardaron en organizar huelgas, iniciándose así el conocido como Movimiento del 4 de Mayo.

Fue este un movimiento no sólo político y antiimperialista, sino también cultural e ideológico con el que el pueblo chino se manifestó en contra de los perjuicios acarreados por el feudalismo. No pocos intelectuales lanzaron la consigna radical “¡Abajo con el confucionismo!”, en un intento de sustituir completamente la cultura tradicional china por la ideología occidental. En esas circunstancias, se introdujeron numerosas doctrinas políticas occidentales, entre ellas el anarquismo, el reformismo y el socialismo. Pero los chinos deseaban encontrar una sistema adecuado a su realidad.

Tras el triunfo de la Revolución de Octubre de 1917, Lenin estableció el primer estado soviético del mundo. Los revolucionarios chinos vieron en ello una victoria del marxismo-leninismo y depositaron las esperanzas de la revolución proletaria en esta doctrina política. Los demócratas Li Dazhao y Chen Duxiu, muy influyentes en los círculos académicos e ideológicos, apoyaron el marxismo, y en muchos lugares se organizaron grupos para su estudio; Mao Zedong fue miembro del grupo de la provincia de Hunan. Según los datos históricos, medio año después del Movimiento del 4 de Mayo se publicaban en China más de 200 periódicos y revistas de tendencia socialista. Marx, fundador del socialismo científico, era considerado el maestro de la clase proletaria; habiendo demostrando el fracaso del capitalismo y la victoria del comunismo, el marxismo se convirtió en la bandera de la clase proletaria y de los oprimidos del mundo. La doctrina de la dictadura del proletariado representa la cumbre del pensamiento marxista. A diferencia de las teorías reformistas, el marxismo defendía un enfrentamiento violento contra la clase explotadora, muy fácilmente asumible por un pueblo chino sometido al yugo semifeudal y semicolonial de los primeros años del siglo XX.

Los acontecimientos que se sucedieron entre 1911 y 1921 en China y en el resto del mundo a raíz de la pujanza y la difusión del marxismo-leninismo proporcionaron las bases ideológicas para la fundación del PCC. Cabe afirmar que, desde el punto de vista histórico, la fundación del PCC en 1921 fue un paso inevitable y necesario para China.

El 23 de julio del 1921, en un edificio de Shanghai, los comunistas chinos celebraron un congreso en el que la primera decisión que se tomó fue la de fundar el PCC. Asimismo, en este congreso fundacional se fijaron los objetivos básicos del Partido: la instauración de la dictatura del proletariado y la materialización del comunismo. En 1946, un documento del Partido estableció el 1 de julio como fecha del aniversario de su fundación.

Para evitar las injerencias del gobierno reaccionario, dicho congreso hubo de trasladar su sede a un barco fondeado en el lago de Nanhe, en Jiaxin, provincia de Zhejiang. Este traslado fue un presagio de las frustraciones que aguardaban al Partido: algunos de los participantes en el congreso fundacional llegaron a desempeñar altos cargos directivos, pero otros cayeron en la traición. El PCC, fundado en 1921 con 50 miembros, cuenta actualmente con más de 60 millones de afiliados.

Tres generaciones de dirigentes

En la evolución del Partido cabe distinguir tres etapas históricas lideradas por otros tantos dirigentes. En la primera etapa, Mao Zedong ocupó una posición específica dentro de la historia del Partido.

Mao Zedong: El poder nace del fusil

Deng Xiaoping: Buscar la verdad en los hechos

Jiang Zemin: Representante de los intereses del sector más amplio de la población

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