Los
80 años de un partido político
Por
nuestra reportera LI XIA
CASI
todos los occidentales que visitaron China entre principios de los
años 50 y finales de los 70 cuentan como en aquel entonces
los chinos los rodeaban y los observaban con curiosidad. En su obra
Retorno a China, la estadounidense Helen Foster Snow describe así
la visita que efectuó a China 1972: Durante un mes
entero fui la única occidental que aparecía por el
comedor del hotel. De vez en cuando, venían dos o tres extranjeros.
Corrían los tiempos de la guerra fría,
y los chinos veían a los extranjeros como a seres procedentes
de otro planeta, a pesar de que conocían y admiraban a un
gran personaje también extranjero: Karl Marx. Muchos obreros
y campesinos chinos no podían hablar sin pensar en algunas
de las teorías marxistas.
Tanto durante el Movimiento de Yihetuan de finales
del sigloXIX, como en la época de la guerra fría,
los chinos consideraban enemigos a los extranjeros y los vigilaban
de cerca.
Resulta
cuanto menos curioso que el Partido Comunista de China (en adelante,
PCC), con sus 60 millones de miembros y sus 80 años de historia,
se adhiriese a las teorías de Marx y de Lenin ya en la época
de su fundación. Los Estatutos del PCC aprobados en su XII
Congreso Nacional establecieron el marxismo-leninismo y el pensamiento
de Mao Zedong como guías de su actuación. Este hecho
es merecedor de cierta reflexión, puesto que, en principio,
resulta inconcebible que un partido político chino integrado
por miembros de la clase obrera adoptase como directrices fundamentales
las teorías de dos extranjeros. Una representativa personalidad
alemana del marxismo ha dicho: Toda influencia ajena ha sido
sinizada, incluida la del marxismo occidental.
Causa de la elección del marxismo
La
historia no es una pieza teatral que pueda repesentarse una y otra
vez. La elección del marxismo por parte del PCC obedece a
causas históricas.
Diez años antes del establecimiento del
PCC, China todavía era un imperio en el que los hombres llevaban
trenzas y a las mujeres se les vendaban los pies. Encabezada por
Sun Yat-sen, un guangdonés educado en la ideología
democrática occidental, la revolución de la nueva
democracia de 1911 derrocó a la dinastía Qing y estableció
la República China.
En 1918, año en que terminó la I
Guerra Mundial, los imperialistas volvieron a repartirse China.
En la Conferencia de Paz de París, celebrada entre el 18
de enero y el 28 de junio de 1919, EE.UU., el Reino Unido, Francia
y otras potencias extranjeras, haciendo caso omiso de la soberanía
de China y de su condición de país vencedor, decidieron
transferir a Japón los previlegios de los que había
gozado Alemania en la provincia de Shandong. Ello supuso un duro
golpe para el patriotismo de los chinos y los señores de
la guerra, quienes habiendo controlado la República China,
tuvieron que ceder a las exigencias de las fuerzas imperialistas.
El 4 de mayo de 1919 los universitarios beijineses tomaron las calles
para protestar contra las acciones de ese gobierno vendepatrias;
los estudiantes, obreros y comerciantes de todo el país no
tardaron en organizar huelgas, iniciándose así el
conocido como Movimiento del 4 de Mayo.
Fue este un movimiento no sólo político
y antiimperialista, sino también cultural e ideológico
con el que el pueblo chino se manifestó en contra de los
perjuicios acarreados por el feudalismo. No pocos intelectuales
lanzaron la consigna radical ¡Abajo con el confucionismo!,
en un intento de sustituir completamente la cultura tradicional
china por la ideología occidental. En esas circunstancias,
se introdujeron numerosas doctrinas políticas occidentales,
entre ellas el anarquismo, el reformismo y el socialismo. Pero los
chinos deseaban encontrar una sistema adecuado a su realidad.
Tras
el triunfo de la Revolución de Octubre de 1917, Lenin estableció
el primer estado soviético del mundo. Los revolucionarios
chinos vieron en ello una victoria del marxismo-leninismo y depositaron
las esperanzas de la revolución proletaria en esta doctrina
política. Los demócratas Li Dazhao y Chen Duxiu, muy
influyentes en los círculos académicos e ideológicos,
apoyaron el marxismo, y en muchos lugares se organizaron grupos
para su estudio; Mao Zedong fue miembro del grupo de la provincia
de Hunan. Según los datos históricos, medio año
después del Movimiento del 4 de Mayo se publicaban en China
más de 200 periódicos y revistas de tendencia socialista.
Marx, fundador del socialismo científico, era considerado
el maestro de la clase proletaria; habiendo demostrando el fracaso
del capitalismo y la victoria del comunismo, el marxismo se convirtió
en la bandera de la clase proletaria y de los oprimidos del mundo.
La doctrina de la dictadura del proletariado representa la cumbre
del pensamiento marxista. A diferencia de las teorías reformistas,
el marxismo defendía un enfrentamiento violento contra la
clase explotadora, muy fácilmente asumible por un pueblo
chino sometido al yugo semifeudal y semicolonial de los primeros
años del siglo XX.
Los acontecimientos que se sucedieron entre 1911
y 1921 en China y en el resto del mundo a raíz de la pujanza
y la difusión del marxismo-leninismo proporcionaron las bases
ideológicas para la fundación del PCC. Cabe afirmar
que, desde el punto de vista histórico, la fundación
del PCC en 1921 fue un paso inevitable y necesario para China.
El
23 de julio del 1921, en un edificio de Shanghai, los comunistas
chinos celebraron un congreso en el que la primera decisión
que se tomó fue la de fundar el PCC. Asimismo, en este congreso
fundacional se fijaron los objetivos básicos del Partido:
la instauración de la dictatura del proletariado y la materialización
del comunismo. En 1946, un documento del Partido estableció
el 1 de julio como fecha del aniversario de su fundación.
Para evitar las injerencias del gobierno reaccionario,
dicho congreso hubo de trasladar su sede a un barco fondeado en
el lago de Nanhe, en Jiaxin, provincia de Zhejiang. Este traslado
fue un presagio de las frustraciones que aguardaban al Partido:
algunos de los participantes en el congreso fundacional llegaron
a desempeñar altos cargos directivos, pero otros cayeron
en la traición. El PCC, fundado en 1921 con 50 miembros,
cuenta actualmente con más de 60 millones de afiliados.
Tres
generaciones de dirigentes
En la evolución del Partido cabe distinguir
tres etapas históricas lideradas por otros tantos dirigentes.
En la primera etapa, Mao Zedong ocupó una posición
específica dentro de la historia del Partido.
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