Contenido de Julio del 2001
 

La situación de los niños chinos en los últimos diez años

LA Conferencia Consultiva Ministerial sobre la Problemática del Desarrollo y la Infancia en Asia Oriental y el Pacífico es la reunión más importante sobre este tema que se celebra en dicha región. Las Propuestas de Manila y la Declaración de Hanoi, documentos aprobados en las ediciones previas de esta conferencia, contienen las directrices para el desarrollo de la infancia en esta parte del planeta. Del 14 al 16 de mayo del 2001, el Gobierno patrocinó la celebración de la V Conferencia Consultiva Ministerial, en la que participaron más de 200 funcionarios provenientes de 21 países, así como representantes de organizaciones no gubernamentales y de protección de la infancia. Tras valorar los éxitos obtenidos y examinar los problemas pendientes de solución, se aprobó la Declaración de Beijing, un documento programático sobre el desarrollo y la infancia en Asia Oriental y el Pacífico. Asimismo, se hicieron preparativos para la Sesión Especial de la Asamblea General de la ONU sobre la Infancia que tendrá lugar en Nueva York el próximo septiembre. Según los resultados de la encuesta ¡Habla libremente! La voz de los niños y adolescentes de Asia Oriental y el Pacífico, realizada por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) entre 10.000 niños de 9 a 17 años en 17 países de esta región, los niños ven su futuro con optimismo. El 80 por ciento cree que su vida será mejor que la de sus padres y el 74 por ciento afirma que la vida de su comunidad será mejor que la actual. Pero esta encuesta también ha arrojado resultados menos halagüeños: a pesar de que el 61 por ciento de los niños encuestados opina tiene los mismos derechos que los adultos, sólo una quinta parte de ellos sabe bien cuáles son, mientras que el 39 por ciento cree que no tiene derechos o no contesta. Por otra parte, el 20 de los niños encuestados manifiesta que en sus respectivos países no se respetan como es debido su libertad y su derecho a expresarse libremente, a obtener información y a no ser maltratado. El 51 por ciento sabe que tiene derecho a la educación; el 32 por ciento, que tiene derecho a expresarse libremente; y el 21 por ciento, que tiene derecho a no ser maltratado.

La Convención sobre los Derechos del Niño define al niño como todo ser humano menor de dieciocho años de edad. Los niños tienen derecho a recibir una ayuda y una consideración especiales tanto por parte de las instituciones sociales públicas como de las privadas; la sociedad tiene la obligación de criar a los niños en un ambiente pacífico, digno, tolerante, libre y justo, y de velar por el respeto de su derecho a la vida, el desarrollo y la participación. China es un país en vías de desarrollo con una población inmensa, 1.295,33 millones de habitantes, de los cuales 350 millones son niños. Nuestro gobierno ha concedido siempre gran importancia a la problemática de la infancia. En la Cumbre Mundial en favor de la Infancia de 1990, el Gobierno chino, junto con otros países, se comprometió a esforzarse por crear un brillante futuro para la infancia y, al año siguiente, ratificó oficialmente la Convención sobre los Derechos del Niño. Al mismo tiempo, China elaboró el Esbozo del Plan para el Desarrollo de los Niños Chinos en la Década de los 90, que comenzó a ponerse en práctica en 1992. Se creó asimismo el Comité del Consejo de Estado para la Mujer y la Infancia, a la que se encargó la gestión de los temas relacionadas con esta parte de la población. En los últimos diez años la atención y la preocupación por los niños, actitudes que forma parte de la secular tradición china, han sido plenamente asumida por el gobierno en la elaboración de sus políticas.

Situación actual de la infancia en China

En los últimos diez años, se han ido perfeccionando los métodos de trabajo relacionados con los niños chinos y, al mismo tiempo, se han mejorado gradualmente las leyes y los reglamentos sobre la protección de la infancia. En 1990 se fundó en nuestro país el Comité del Consejo de Estado para la Mujer y la Infancia, institución gubernamental encargada de fomentar el buen desarrollo de los niños y de mejorar la situación de la mujer. Simultáneamente, se elaboraron planes nacionales y planes locales en los distintos niveles, y se delimitaron las tareas correspondientes a los diversos departamentos. Por otra parte, se firmaron acuerdos de compromiso por los que se aceptaba la realización periódica de inspecciones y evaluaciones de los trabajos en ese ámbito.

Con el fin de proporcionar fundamentos legales a la protección de los derechos de la infancia, desde la década de los 90 hasta hoy se han promulgado la Ley de protección de los menores de edad, la Ley de prevención de la delincuencia infantil y juvenil, la Ley de educación, la Ley de higiene maternal e infantil, la Ley de protección de los minusválidos, el Código laboral, el Código penal, la Ley de adopción y la Ley del matrimonio.

El Gobierno chino considera que la inversión en la infancia es la inversión con mejor futuro. A pesar de que la situación financiera del país no era muy boyante, el Gobierno hizo todo lo posible por aumentar las inversiones destinadas al fortalecimiento de la construcción del sistema de servicios básicos para la infancia. En esta última década, las inversiones gubernamentales en educación elemental, sanidad maternal e infantil y prevención de enfermedades han experimentado respectivamente unos incrementos medios del 19 por ciento, el 15 por ciento y el 12 por ciento, porcentajes superiores al crecimiento del PIB en ese mismo período. Entre tanto, se han invertido 74.000 millones de yuanes en los siguientes ámbitos: el Proyecto de la Enseñanza Obligatoria en la Zonas Pobres; el Proyecto Educación de la Población Pobre; el fondo especial para la reforma de las instituciones médicas de los distritos y las aldeas; y la transformación del suministro de agua y de los servicios sanitarios en las zonas rurales.

La red nacional de enseñanza básica y de servicios médicos para mujeres y niños, integrada según las estadísticas del año 2000 por 3.180 organismos, es la mayor del mundo. En el 85 por ciento del territorio chino se han generalizado los nueve años de enseñanza obligatoria.

Desde el punto de vista de la concienciación pública, poco a poco el principio de “primero los niños” ha ido ganando terreno en las diversas esferas sociales: el Presidente de la República y el Primer Ministro participan en la Jornada Nacional de Vacunación; una mujer del pueblo quería hacer de madre de los niños de un orfanato; la Liga de la Juventud Comunista lleva adelante el Proyecto de la Esperanza; la Federación Nacional de Mujeres ha organizado el programa Capullos Primaverales; y diversos organismos e instituciones realizan actividades encaminadas a facilitar la vuelta a la escuela de aquellos niños, en su mayoría niñas y pobres, que se han visto obligados a abandonar sus estudios. El amor y el respeto hacia los niños está convirtiéndose en sentimientos que brotan espontáneamente en el corazón de los ciudadanos chinos.

Gracias a los esfuerzos del gobierno y del conjunto de la sociedad, las actuaciones en favor de los niños chinos han logrado grandes avances, como lo demuestra el hecho de que se hayan cumplido en lo fundamental los objetivos del Esbozo del Plan para el Desarrollo de los Niños Chinos en la Década de los 90. China ya ha realizado 21 de los 24 proyectos propuestos en la Cumbre Mundial en favor de la Infancia de 1990; los tres restantes, a saber, la reducción en un 50 por ciento de la tasa de mortalidad de las embarazadas y las parturientas correspondiente a 1990, la erradicación del tétanos neonatal y la contención del SIDA, se hallan en fase de ejecución.

Siendo un país en vías de desarrollo, en la causa de la protección de la infancia China se enfrenta con numerosos problemas. El primero de ellos es el diferente grado de desarrollo de las ciudades y las aldeas. En efecto, aunque China ha alcanzado en lo fundamental las metas del desarrollo de la infancia fijadas para el 2000, la situación de los niños varía mucho de una región a otra debido a una serie de factores, entre los que destacan los históricos, los geográficos, los económicos y los culturales. En cuanto al índice de mortalidad de los niños menores de cinco años, las embarazadas, las parturientas y los niños desnutridos, éste es naturalmente más elevado en las aldeas y el oeste de China que en las ciudades y el oeste del país. Dos tercios del millón largo de niños en edad escolar que no asisten a la escuela se concentran en las once provincias y regiones del oeste, y en su municipio directamente subordinado al poder central. El Gobierno ha elaborado múltiples políticas de ayuda, pero la educación básica, los servicios de prevención de enfermedades y tanto el número como el nivel profesional de los maestros y los médicos siguen siendo insuficientes para satisfacer las necesidades del oeste de China.

Tras más de 50 años de esfuerzos, el mayor de los cuales ha consistido en la ejecución del plan de ayuda a la población pobre, millones y millones de ciudadanos se han librado de la miseria. No obstante, hoy en día más de 30 millones de chinos, muchos de ellos niños, siguen viviendo en la pobreza. No cabe duda de que la creación de condiciones que favorezcan la supervivencia y el desarrollo de los niños pobres es una tarea sumamente ardua.

El progreso de la sociedad suele traer consigo problemas nuevos. Desde 1985, año en que se registró el primer caso de SIDA en China continental, se han detectado más de 20.000 casos. La enfermedad, que se contagia por tres vías, afecta también a la población infantil. En China, la prevención del SIDA todavía no ha logrado la eficacia que sería de desear. Según la encuesta ¡Habla libremente!, mencionada más arriba, en la región Asia-Pacífico hay más de 30 millones de adolescentes de entre 14 y 17 años que no saben prácticamente nada acerca de esta enfermedad. El 48 por ciento de los adolescentes chinos no sabe nada o sabe muy poco sobre el SIDA. En la zona de Asia Oriental y el Pacífico, el 70 por ciento de los niños de entre 9 y 13 años, y el 35 por ciento de los adolescentes de entre 14 y 17 manifiestan una ignorancia absoluta sobre las relaciones sexuales. El 68 por ciento de los encuestados sabe que la principal vía de contagio del SIDA es la realización del acto sexual sin tomar precauciones, pero sólo el 41 por ciento sabe lo que es un preservativo.

Por otro lado, la numerosa población flotante de China, estimada en unos 80 millones de personas, dificultan los trabajos de cuidado de la salud, nutrición y educación de las mujeres y los niños.

A fin de adaptarse a las circunstancias del siglo XXI, el Consejo de Estado ha elaborado el Esbozo del Plan para el Desarrollo de los Niños Chinos en la Década 2001-2010. Por su parte, las provincias, regiones autónomas y municipalidades directamente subordinadas al poder central han iniciado la planificación de sus propios trabajos. Basándose en análisis generales y pormenorizados de la situación de la infancia en las diversas partes del país, y fijándose como objetivo la formación de ciudadanos consagrados a la modernización de China en el siglo XXI, dicho esbozo formula 18 puntos básicos, 55 puntos específicos y 66 medidas estratégicas referentes a la salud, la educación, la protección legal y el medio ambiente, cuyo objetivo común es la creación de un entorno más favorable al desarrollo de los niños. Siendo como es un programa de alcance nacional, su ejecución formará parte de las responsabilidades del Gobierno, quien deberá no sólo planificarla con una visión de conjunto, sino animar a los diferentes estamentos sociales a participar en ella de forma activa.

Declaración de Beijing

La V Conferencia Consultiva Ministerial sobre la Problemática del Desarrollo y la Infancia en Asia Oriental y el Pacífico aprobó la Declaración de Beijing como guía para el desarrollo de los niños en los próximos diez años. En ella se enfatiza una vez más que los niños son nuestro futuro y que, conforme a lo estipulado en la Convención sobre los Derechos del Niño, debemos crear las condiciones que les permitan desarrollar todo su potencial, proteger sus derechos y eliminar todo tipo de discriminaciones y desigualdades. La Declaración de Beijing delinea los siguientes principios de actuación:

1. Apoyar el movimiento de los niños de todo el mundo mediante el fomento y la ampliación de la cooperación tanto entre los niños y los gobiernos, como entre los individuos y la sociedad,.

2. Examinar y evaluar la aplicación de las estipulaciones contenidas en la Convención sobre los Derechos del Niño

3. Incluir el bienestar de los niños entre los asuntos más importantes de los gobiernos nacionales, así como entre los índices más representativos de las economías nacionales y del progreso social. Garantizar la asignación de inversiones suficientes a la causa de la protección de la infancia.

4. Fomentar y proteger los derechos de la infancia mediante la intervención constante en las etapas decisivas del desarrollo de los niños. En especial, hay que garantizar el ofrecimiento de servicios de medicina preventiva para los bebés, el registro de los nacimientos, la posesión de una nacionalidad, una buena educación básica, la igualdad de oportunidades para el desarrollo del potencial individual y la participación en actividades sociales.

5. Estimular la elaboración de planes de continuidad para los próximos diez años.

6. Fortalecer el poder de decisión de los organismos gubernamentales y las organizaciones no gubernamentales en la elaboración de las políticas nacionales

7. Ampliar la unión y la coordinación entre los niños y las políticas

8. Ofrecer más y mejores servicios sociales. Por ejemplo, crear una red de protección de los enfermos con el fin de prevenir y mitigar el impacto de las catástrofes naturales y los efectos negativos de la actividad humana.

9. Crear organismos que se hagan eco de las ideas de los niños y que las pongan en práctica

10. Reconocer que la mejor protección que pueden tener los niños es la proporcionada por la familia y los padres, e intentar formar a éstos para que les ofrezcan mejores cuidados, una alimentación más adecuada y mayor protección.

11. Ampliar las facultades conferidas al personal que trabaja en el cuidado, la protección y la ayuda de los niños.

12. Animar a las comunidades, los gobiernos, la sociedad, los medios de comunicación y a las instituciones culturales, religiosas y de masas a compartir la responsabilidad de defender los derechos de la infancia.

13. Dar prioridad a la intervención de los niños en los sistemas y planes para la mejora de su situación.

14. Reconocer que, si bien la globalización contribuye al crecimiento económico, los países pobres siempre resultan marginados y discriminados. Por lo tanto, es necesario revisar los posibles efectos negativos de las políticas económicas y crear redes sociales y mecanismos nacionales que ofrezcan seguridad a los niños y a sus familias frente a las consecuencias adversas de la globalización

15. Aprovechar al máximo las oportunidades ofrecidas por los avances de las telecomunicaciones.

16. Fomentar el éxito de las actuaciones e incrementar su transparencia.

Por nuestra reportera QIAO TIANBI

 

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