Contenido de Diciembre del 2001
 


Mujeres de la dinastía Tang

 

LA sociedad feudal china era una sociedad centrada en el hombre. Por consiguiente, en ella imperaba la creencia de que el hombre era superior a la mujer, convicción que se mantuvo como ideología dominante mientras duró la sociedad feudal. Por lo tanto, en la China feudal las mujeres eran consideradas poco menos que esclavas.
En aquella época, la supremacía masculina estaba asegurada y sostenida por ciertas normas. Las tres guías cardinales (el soberano guía al súbdito, el padre guía al hijo y el marido guía a la esposa) y las cinco virtudes constantes (la benevolencia, la rectitud, el decoro, la sabiduría y la sinceridad) definían el comportamiento social; las tres obediencias (la obediencia de la mujer al padre antes de casarse, al marido durante el matrimonio y a los hijos al enviudar) y las cuatro virtudes de la mujer (fidelidad, atractivo físico, decencia en el hablar y habilidad en las labores de aguja) regulaban la vida familiar.
En la China feudal las mujeres no tenían voz ni voto en la elección de marido, esperándose de ellas que accedieran sin poner condiciones a los planes de sus padres o hermanos. Las mujeres no tenían derecho a divorciarse ni a volver a casarse. Tanto si la mujer sobrevivía al marido como si no, sólo se le permitía casarse una vez. El marido, en cambio, podía abandonar a su mujer si esta cometía uno de los siete pecados: impiedad filial, esterilidad, lascivia, celos, enfermedad repugnante, entrometimiento y robo.
Relegadas a una posición social tan baja, las mujeres no podían ni siquiera soñar en ocupar un lugar en las esferas política y económica.
No obstante, durante los más de 2.000 oscuros años que subsistió el feudalismo chino, hubo una breve y brillante tregua para las oprimidas mujeres chinas.

Damas afortunadas de la dinastía Tang

Las mujeres de la dinastía Tang tuvieron la suerte de vivir en una época caracterizada por la ausencia de prejuicios y las ideas liberales.
Tras la subida al trono del emperador Taizong (Li Shimin), la política, la economía, la cultura y las relaciones nacionales e internacionales de China experimentaron un gran auge. La cohesión nacional, junto con la civilización espiritual y material foránea, ejercieron una poderosa influencia en la dinastía Tang y dieron un fuerte impulso a su progreso. Li Shimin y otros hábiles emperadores adoptaron una serie de directrices y políticas encaminadas a enriquecer el país y beneficiar al pueblo, sentando así los sólidos cimientos de la ulterior prosperidad de la dinastía Tang, materializada en el Gobierno Zhenguan y el esplendor de Kaiyuan.
En el cenit de la dinastía Tang, la elevada productividad y la sólida base económica se reflejaban también en la filosofía, la política, la cultura, el arte, la ética social y, lo que es más significativo, en la posición social de la mujer.
Poco después de la fundación de la dinastía Tang, la corte imperial estableció un sistema de tributos y de reparto de tierras más favorable, con el fin de reanudar y desarrollar la producción agrícola, sector que en aquel entonces asumió un papel dirigente dentro de la economía nacional. De acuerdo con el nuevo sistema, el gobierno asignaba tierras tanto a los padres de familia como a las viudas, obteniendo éstas parcelas más extensas si tenían personas a su cargo. El hecho de ser propietarias de las tierras en las que vivían daba a las mujeres mayor independencia económica.
Según el Código Tang, no debía castigarse a las parejas que, mediando el consentimiento de ambas partes y un proceso apacible, decidieran divorciarse. Ello significa que la ley velaba por el derecho a divorciarse por medio de negociaciones. Los datos históricos sobre esta época demuestran que no era infrecuente que las mujeres se divorciaran o volvieran a casarse. En contraste con la actitud prevaleciente en otras dinastías feudales, una viuda que se casara en segundas nupcias no era considerada "infiel". En un acuerdo de divorcio de la dinastía Tang exhumado en Dunhuang se lee lo siguiente: "Puesto que no podemos vivir juntos armoniosamente, lo mejor será que nos separemos. Espero que después de divorciarnos, niangzi [forma de tratamiento de la esposa] siga siendo tan joven y hermosa como antes; ojalá encuentre un marido más conveniente. Espero que en el futuro el divorcio no siembre el odio entre nosotros". Este acuerdo de divorcio refleja no sólo la igualdad de las mujeres de la dinastía Tang dentro del matrimonio, sino también la ausencia generalizada de prejuicios entre el pueblo.
Las mujeres de la familia real tampoco estaban sujetas a las restricciones conyugales. Desde el reinado del emperador Gaozong hasta el del emperador Suzong (es decir, desde principios hasta mediados de la dinastía Tang), hubo 98 princesas, 61 de las cuales contrajeron matrimonio; de estas últimas, 24 volvieron a casarse y cuatro se casaron tres veces. Esta actitud sacudió los cimientos de la ética feudal tradicional.
Durante la dinastía Tang era frecuente que los han se casaran con extranjeros o con miembros de otras etnias y había una ley que amparaba los matrimonios sino-foráneos. Según los registros históricos: "Muchos huren [personas de origen no han] que vivieron largo tiempo en Chang'an se casaron con mujeres han y tuvieron hijos". "Los huren se casan con los han, de forma que ahora muchos de los jóvenes de Chang'an son mestizos." Los miembros femeninos de la familia real también se desposaron con hombres de otras nacionalidades: siete de las 19 hijas del emperador Gaozu y ocho de las 21 hijas del emperador Taizong se casaron con extranjeros. En el año 15 de la era Zhenguan (641), la princesa Wencheng se casó con el rey de Tubo, reino en el que introdujo numerosas y avanzadas técnicas de producción, realizando así una destacada contribución a la amistad y los intercambios culturales entre los pueblos han y tibetano.
La dinastía Tang concedió gran importancia a la educación. En este ámbito, a las mujeres de la dinastía Tang se les concedieron las mismas oportunidades y los mismos derechos que a los hombres. Lo que probablemente ha dado mayor celebridad a esta espléndida dinastía fue su pléyade de excelsos poetas. La obra Poesía completa de la dinastía Tang contiene 50.000 poemas compuestos por más de 2.000 poetas, de los cuales al menos 20 fueron figuras de enorme trascendencia en la historia de la literatura china. Hubo también numerosas poetisas famosas, la más representativa de las cuales fue Shangguan Wan'er. Sus poesías tenían un estilo propio, el estilo de Shangguan, fuente inagotable de inspiración para Li Bai, el más célebre de los antiguos poetas chinos. En la dinastía Tang, la composición de poemas no era simplemente una actividad reservada a las aristócratas, puesto que había mujeres de origen humilde que también escribían versos.
Las mujeres de la dinastía Tang tuvieron asimismo la posibilidad de estudiar historia, política y artes militares. Cuando se fundó dicha dinastía, la princesa Pingyang participó en batallas dirigiendo un destacamento de mujeres para ayudar a su padre, el emperador Gaozu. La princesa Taiping, hija del emperador Gaozong, sofocó dos motines que se produjeron en la corte imperial en momentos críticos.
Inmersas en un entorno social distendido y gozando de una posición social independiente, el comportamiento de las mujeres instruidas de la dinastía Tang era, como es obvio, totalmente distinto del de las mujeres de las dinastías anteriores. Podían beber todo el vino que les permitiese su aguante y cantar en las tabernas a voz en cuello; galopar desenfrenadamente por las afueras; y hasta competir con los hombres en los campos de polo. En tiempos de la dinastía Tang, las mujeres dirigían actividades sociales y hacían negocios de forma independiente. Llegaron incluso a sobresalir en la palestra política, siendo el exponente más notable de ello la emperatriz Zhangsun, que fue asimismo la más virtuosa de las emperatrices chinas.

La emperatriz virtuosa

La emperatriz Zhangsun, esposa del emperador Taizong (Li Shimin), era de origen xianbei (antigua etnia china). Zhangsun creció en las praderas del centro de China, donde recibió una esmerada educación, alcanzando un dominio particularmente notable de la literatura y la historia. Cuando estalló la rivalidad por el trono entre Li Shimin y sus hermanos regios, Zhangsunn probó una y otra vez ante el emperador Gaozu que su marido era inocente de los delitos que se le imputaban aviesamente. Durante el motín de Xuanwumen (en el que los hijos del emperador Gaozu lucharon por el trono), hizo acto de presencia para levantar la moral del ejército, con lo que a fin de cuentas ayudó a Li Shimin a desembarazarse de sus enemigos políticos.
Tras ser coronada emperatriz, Zhangsun siguió llevando una vida sencilla y evitó que sus familiares ascendieran a rangos oficiales mediante su influencia. A menudo aconsejaba a Li Shimin que pidiera a los cortesanos asesoramiento y sugerencias útiles. Wei Zheng, primer ministro durante el reinado del emperador Taizong, solía mostrarse muy franco cuando reprendía al emperador. Hubo ocasiones en que éste se enfureció tanto que amenazó con mandarlo decapitar sin más; pero la emperatriz Zhangsun siempre estaba allí para calmar los ánimos y proteger al leal primer ministro.
Como dueña del harén imperial, la emperatriz Zhangsun mostró gran consideración hacia las concubinas imperiales, a quienes trató como si fueran sus hijas. Cuando se enteraba de que una de ellas estaba enferma, le administraba sus propios medicamentos. Las concubinas la respetaban profundamente y todas ellas vivían en armonía, de modo que el emperador podía aprovechar al máximo su tiempo para despachar los asuntos estatales.
La emperatriz Zhangsun murió de enfermedad a los 36 años, concretamente en el décimo año de la era Zhengguan (636). Antes de morir hizo un testamento en el que pedía un entierro sencillo y aconsejaba al emperador Taizong que tuviera en cuenta los consejos valiosos y tratara bien al pueblo. El emperador Taizong, que lloró amargamente la muerte de Zhangsun, ordenó construir una alta plataforma dentro del palacio imperial, desde donde podía ver el Mausoleo Zhao, lugar en el que reposaba su amada emperatriz.

La emperatriz Wu Zetian

Wu Zetian fue, sin duda alguna, la mujer más eminente de la dinastía Tang. A lo largo de los 2.000 años que van desde los comienzos de la dinastía Qin (221 a.C.) hasta el final de la dinastía Qing (1911) se sucedieron 243 emperadores: Wu Zetian fue la única mujer que ocupó el trono imperial. Esta emperatriz es la figura más legendaria y controvertida de la historia de China. Murió a los 82 años y se mantuvo en el poder durante medio siglo.
Wu Zetian nació en el seno de una familia de funcionarios de Wenshui (provincia de Shanxi). Además de hermosa era inteligente. A pesar de estar dotada de un poderoso encanto femenino, Wu se mostraba firme e inquebrantable en todos sus asuntos. A los 14 años entró en palacio, donde fue destinada a servir al emperador Taizong, quien, en reconocimiento de su belleza, le puso por nombre Mei, que significa encantadora y adorable. Pero a ella este nombre no le gustaba. Cuando tomó el poder, se cambió el nombre y pasó a llamarse Zhao (la luz del sol y de la luna que ilumina todos los rincones de la tierra). Wu Zetian era una mujer inflexible, como bien lo demuestra la siguiente anécdota. En los establos de palacio había un caballo salvaje que nadie conseguía domar. Wu Zetian dijo que lo que había que hacer era fustigarlo con un látigo de hierro y que si con ello no se conseguía nada habría que matarlo. A pesar de que inicialmente se le confirió el título de cairen (concubina de rango medio), Wu Zetian no logró conquistar el favor del emperador Taizong. Aunque fue su secretaria durante 12 años, no fue ascendida ni pudo dar a luz. En cambio, Li Zhi, hijo del emperador Taizong, estaba locamente enamorado de ella. Tras la muerte de Taizong, Li Zhi fue entronizado y Wu Zetian se convirtió en emperatriz. El emperador y la emperatriz gobernaron el país conjuntamente. Dado que Li Zhi no gozaba de muy buena salud, quien realmente gobernaba era Wu Zetian. Después de la muerte del emperador, Wu Zetian consiguió estabilizar la situación política gracias a su rica experiencia en las intrigas palaciegas. En el año 690 Wu Zetian ascendió al trono y cambió el nombre de la dinastía por elde Zhou. Tras deshacerse de sus adversarios políticos estableció la corte de la familia Wu. Como soberana, fue una gobernadora diligente, sagaz y compasiva. Durante el reinado de Wu Zetian el país mantuvo su prosperidad y el pueblo disfrutó de paz. Todas las tribus existentes en la época del establecimiento de la dinastía Zhou juraron fidelidad a la emperatriz.
Habiendo trabajado de secretaria del emperador Taizong durante 12 años, Wu Zetian estaba muy familiarizada con las vertientes de la gestión de los asuntos estatales consideradas prioritarias por el antiguo emperador y profundizó en muchas de ellas, como el hincapié en la agricultura, la reducción de los impuestos y las corveas, la práctica de una política exterior de paz y la amplia petición de consejos y sugerencias.
La emperatriz eligió con especial cuidado a personas de talento y las situó en puestos importantes. Asimismo, fomentó y apoyó la participación femenina en la política. Sangguan Wan'er constituye el mejor ejemplo de ello. Tanto su abuelo como su padre fueron eliminados por oponerse a la subida al poder de Wu Zetian. La joven Wan'er y su madre fueron empleadas en palacio como doncellas, donde la muchacha recibió una esmerada educación. Además de componer bellas poesías, Sangguan Wan'er adquirió profundos conocimientos sobre los asuntos estatales. Wu Zetian, quien valoraba sumamente sus aptitudes, la nombró su ayudante personal. Sangguan Wan'er dio a la emperatriz muestras de su valía no sólo mediante su participación en la toma de decisiones exigida por los memoriales presentados al trono, sino en la redacción de los borradores de los edictos imperiales. Sangguan Wan'er llegó incluso a presidir el tribunal de los exámenes finales imperiales. Tras la muerte de Wu Zetian, Sangguan Wan'er permaneció en la corte para ayudar al emperador Zhongzong en la tarea de gobernar el país.
Wu Zetian era muy tolerante con las opiniones de sus subordinados. Xu Yougong, funcionario que presidía la judicatura, solía plantar cara a la reina y manifestarle su desacuerdo con algunos veredictos judiciales. En cierta ocasión Wu Zetian se indignó tanto que ordenó que lo decapitasen. Pero justo en el momento en que iba a dar comienzo la ejecución, lo indultó y se limitó a degradarlo al rango de pebleyo. Cuando su ira se hubo aplacado, siguió pidiendo a Xu su opinión y finalmente le restituyó el cargo de jefe del poder judicial. En resumen, Wu Zetian fue una emperatriz que ocupo una alta posición, tuvo un gran poder y consiguió destacados éxitos.

¿Méritos o deméritos? La historia lo dirá

A fin de garantizar la estabilidad social, justo antes de morir Wu Zetian decidió devolver las riendas del poder estatal a la dinastía Tang. No obstante, la onda expansiva causada por su modo de actuar jamás se extinguió del todo. La polémica en torno a su conducta y su personalidad se ha prolongado hasta nuestros días. El sobrenombre "emperatriz de mano de hierro" puede interpretarse bien como un cumplido, bien como una crítica; pero nadie puede borrar la parte de la historia que escribió. Durante el reinado de Wu Zetian, se impulsaron los logros de sus predecesores, lo que con el tiempo llevaría a la dinastía Tang a la cima de su esplendor Kaiyuan. De los varios siglos de prosperidad de la dinastía Tang, 50 años corresponden a su reinado. Fue precisamente dicha dinastía quien creó a la emperatriz Wu Zetian, mujer indoblegable que en reciprocidad consagró su vida y sus energías a la prosperidad de su pueblo.
Wu Zetian dejó ordenado que a su muerte se erigiese una lápida frente a la tumba en la que la emperatriz y el emperador Gaozong yacen sepultados, pero que no se grabase en ella inscripción alguna. A juicio de Wu Zetian, sólo la historia podía valorar los méritos y deméritos de su vida. Como emperatriz, ocupó la posición social del emperador y gozó del apoyo del pueblo; pero como mujer, lo sacrificó casi todo: familiares, amigos, amor y, en definitiva, su vida. ¿Podían unas cuantas palabras grabadas en una lápida expresar las alegrías y tristezas de su vida, y la inconstancia del mundo que le cupo en suerte?
Wu Zetian no fue únicamente una ilustre mujer de estado, sino también una excelente poetisa y calígrafa. A pesar de su versatilidad, la muerte impregnó de desolación sus temas.
Otra mujer inolvidable de la dinastía Tang fue Yang Yuhuan, quien además de ser extraordinariamente hermosa era una música y bailarina consumada. Yang Yuhuan estaba muy enamorada del emperador Xuanzong, con el que formaba una pareja inseparable. Los subordinados del emperador, sin embargo, criticaron con dureza esa relación. Finalmente, cuando la pareja huía del ejército rebelde, Yang Yuhuan fue obligada a ahorcarse.
A pesar de ser la concubina imperial de máximo rango, Yang Yuhuan, a diferencia de Wu Zetian, no intervino en la política. Con todo, tanto la que tomó parte en la política de su tiempo como la que se mantuvo al margen de ella sufrieron una fuerte discriminación por el hecho de ser mujeres. Aunque Wu Zetian y Yang Yuhuan vivieron en el ambiente libre de prejuicios característico de la dinastía Tang, no pudieron librarse por completo de la prevención y la intolerancia que el código ético feudal dirigía contra ellas, especialmente en la pugna política.
Visto en retrospectiva, es posible que las supuestas mujeres afortunadas de la dinastía Tang no lo fueran tanto como para despertar la envidia de las mujeres de hoy. Pero las contribuciones de las mujeres de la dinastía Tang a la aceleración del progreso histórico son innegables y dignas de elogio.

Por nuestro reportero HUO JIANYING

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