Contenido de Octubre del 2001
 


El patrimonio natural y cultural de China y el mundo


MIENTRAS en todo el mundo se celebraban los albores del siglo XXI y se esperaba con ilusión la llegada de un brillante futuro, algunos lugares desafortunados permanecían en las tinieblas. Nuestro mundo se ve asediado no sólo por los desastres naturales, sino también por las catástrofes provocadas por el ser humano. Las malas noticias llegan de todas partes. Ni siquiera un Buda de piedra, símbolo de la placidez, ha podido librarse de la inconsiderada devastación humana. La trágica voladura de una gigantesca estatua de Buda en la ciudad afgana de Bamian ha conmocionado al mundo entero.

El Buda de Bamian y el Buda Vairocana

Con sus 55 metros de altura, el Buda de Bamian ha sido durante 1.500 años, es decir, hasta que el gobierno talibán ordenó su destrucción, la estatua de un Buda erguido más alta del mundo. También ha sido destruida una estatua de Buda cercana que medía 37 metros de altura. Al parecer, esta tragedia todavía no ha terminado. Se dice que las estatuas budistas de Afganistán están todas ellas bajo la amenaza de la destrucción.
El Buda gigante de Bamian es una imagen familiar para el pueblo chino. En el año 632, es decir, en tiempos de la dinastía Tang, el monje Xuanzang le rindió culto al pasar por esta ciudad afgana camino de la India, adonde se dirigía en busca de las escrituras budistas. En su Da Tang Xi Yu Ji (Notas sobre las regiones occidentales de la gran dinastía Tang), el monje nos describe así su visita: "En las montañas que se levantan al nordeste de la ciudad real hay una estatua de Buda erguido labrada en piedra que mide 145 chi de altura (1 chi equivale a 0,333 metros). Quienes lo contemplan quedan deslumbrados por el brillo de su color dorado y de las gemas que lo adornan".
Afortunadamente, las estatuas de Buda existentes en China comparables al Buda de Bamian se conservan en buen estado. Sirvan de ejemplo el Buda gigante de Leshan (provincia de Sichuan) y el Buda Vairocana de las cuevas de Longmen (provincia de Henan), incluidas ambas en el Patrimonio Mundial de la UNESCO. Como el Buda de Bamian, las estatuas chinas han sufrido a lo largo de los siglos el impacto de los desastres naturales y las catástrofes provocadas por el ser humano; pero de algún modo han logrado sobrevivir y ahora gozan de la protección del pueblo chino y del resto del mundo.
El Buda gigante de Leshan fue incluido en el Patrimonio Mundial en 1996. Su cinceladura, que se prolongó durante 90 años, se inició en el 713, primer año del reinado Kaiyuan del emperador Xuanzong de la dinastía Tang, y concluyó en el 803, decimonoveno año del reinado Zhenyuan del emperador Dezong. Es una estatua de Maitreya apoyada en el precipicio que se alza en la confluencia de tres ríos de la provincia de Sichuan. Con sus 71 metros, es el Buda antiguo de piedra más alto del mundo. Recientemente finalizó la primera fase de su renovación, que consistió en limpiar la estatua de basuras, hierbajos y cemento suelto, y en reparar sus grietas y partes deterioradas.
El Buda Vairocana y su emplazamiento, las cuevas de Longmen, también han merecido el honor de ser incluidos en el Patrimonio Mundial, inclusión que los habitantes de Luoyang celebraron de forma espléndida el 18 de diciembre del 2000. El espacio que se abre ante las cuevas se encontraba atestado de gente y una alfombra roja se extendía desde los pies del Buda Vairocana hasta un escenario provisional montado en el centro del río Yishui. Las cuevas fueron adornadas con faroles rojos y banderas de colores.
Las cuevas de Longmen se excavaron cerca de Luoyang (provincia de Henan), en un precipicio cortado a pico sobre un río. La excavación comenzó en el 494 y se prolongó durante los siguientes 400 años. Actualmente hay 1.352 cuevas, unos 700 nichos y casi 100.000 estatuas budistas. El Buda Vairocana de 17 metros de altura, cuya cinceladura empezó en el 675, es la quintaesencia de la estatuaria local y es considerada unánimemente una obra maestra de la escultura en piedra. Se dice que, deseoso de complacer a Wu Zetian, esposa del emperador Gaozong que se proclamó emperatriz tras la muerte de éste, el supervisor del proyecto ordenó esculpir la estatua a su imagen y semejanza. A fin de lograr su inclusión en el Patrimonio Mundial, la población de Luoyang ha dedicado cuantiosos recursos materiales y humanos a la renovación de las cuevas. Sólo la demolición del parque de atracciones instalado en la zona y la reposición del césped han costado 60 millones de yuanes.

Ricos recursos patrimoniales


Con sus 5.000 años de historia, la civilización china es una de las más tempranas del mundo. Guiados por su sabiduría, los antiguos chinos acumularon en su vasto territorio un acervo de reliquias culturales de incalculable valor. Sha'anxi figura entre las 10 provincias chinas más ricas en reliquias culturales. Se cuenta que hace unos años un dirigente pidió al director del museo local que le cediera algunas piezas para exponerlas en el recién construido museo provincial. El director del museo local se sentía reacio, pero no se atrevió a negarse. A la mañana siguiente se le vio salir temprano hacia el campo llevando una pala y una cesta. Cuando le preguntaron adónde iba, contestó: "Mi superior me ha pedido reliquias; por eso me voy al campo a buscar algunas". Aunque esta anécdota es una exageración, algo de verdad hay en ella. Nadie puede negar que bajo el suelo de Sha'anxi se esconden grandes cantidades de reliquias.
En los años 50, cuando se comenzaron a mover tierras para construir una central eléctrica, se descubrió en esta provincia el yacimiento neolítico de Banbo; en los años 70, unos campesinos que estaban excavando un pozo descubrieron el ejército de terracota de Qin Shihuang. Estos dos hallazgos se produjeron por casualidad, a diferencia de lo que sucede hoy en día. En efecto, actualmente, antes de iniciar las obras en lugares donde es probable que haya reliquias culturales, debe procederse a prospectar el terreno y a realizar excavaciones de rescate. Antes de construirse el Aeropuerto Internacional de Xianyang en los años 90, los arqueólogos se desplazaron a su emplazamiento previsto para llevar a cabo una investigación exhaustiva del antiguo campo funerario de la dinastía Han y, posteriormente, se hicieron grandes descubrimientos en el Mausoleo Yangling del emperador Jingdi.
Henan y Shanxi son asimismo provincias destacadas por lo que respecta a las reliquias culturales. Si bien en Henan el cavar en el campo en busca de reliquias culturales es un hecho insólito, no es infrecuente encontrar aquí fragmentos de piezas de alfarería de hace 2.000 años al tropezar casualmente con un montón de tierra. Eso sucede por lo menos en Yanshi, distrito que sobresale por la importancia y la cantidad de las reliquias culturales que atesora. Precisamente en este lugar se hallan los restos de Erlitou, donde se hallan las claves decisivas para distinguir los tres períodos más antiguos de China: el Xia, el Shang y el Zhou. Bajo el suelo de este distrito yacen enterradas cantidades ingentes de objetos y vestigios de la capital de la dinastía Xia (2070-1600 a.C.).
Lü Buwei, que ayudó a Qin Shihuang a subir al trono (246 a.C.) y a unificar China (221 a.C.), fue inhumado en Yanshi, donde todavía puede visitarse su tumba. La antigua residencia de Xuanzang, el monje de la dinastía Tang oriundo de Yanshi que peregrinó a la India en busca de las escrituras budistas, ha sido restaurada. En este distrito se encuentran también los restos del observatorio de construido hace 1.800 años por Zhang Heng, científico de la dinastía Han. Aunque esta lista de valiosas reliquias antiguas podría prolongarse varias páginas, Yanshi no goza de especial renombre en Henan, por la sencilla razón de que en dicha provincia hay una docena de distritos con tesoros culturales similares.
La provincia de Shanxi se enorgullece de contar con 35.000 parajes de interés histórico que guardan abundantes reliquias culturales y con colecciones museísticas que totalizan unas 500.000 piezas. En esta provincia hay 56 reliquias protegidas por el Estado y cinco ciudades históricas y culturales de nivel estatal. Con sus más de 18.000 salas de antepasados, templos taoístas, budistas y de otras religiones, *yamens* (residencias oficiales), cárceles, pabellones, torres, pagodas y puentes pertenecientes al período comprendido entre las dinastías Tang (618-907) y Qing, Shanxi es la provincia china con el mayor número de construcciones antiguas. Muchas de ellas son obras maestras de su época, como el encumbrado Templo Colgante, construido sobre un precipicio, el Templo de Guandi, el mayor templo dedicado a un héroe militar, y la Pagoda de Madera de Yingxian, de 67 metros de altura y mil años de antigüedad.
Pingyao fue incluida en Patrimonio Mundial en 1997. El comité evaluador internacional que visitó esta antigua ciudad llegó unánimemente a la conclusión de que Pingyao preserva todas las características de las ciudades *han* de las dinastías Ming y Qing; por consiguiente, ofrece un panorama extraordinariamente amplio y claro del desarrollo cultural, social, económico y religioso de China.
Las cuevas de Yungang, una de las tres más famosas de China, se hallan en las afueras de Datong (provincia de Shanxi). Su excavación se inició en el año 460 y terminó en su mayor parte en el 494, período durante el que se esculpieron 51.000 estatuas budistas. Decidido a proteger estas antiguas obras de arte, el Gobierno ha asignado 200 millones de yuanes a la reubicación de la carretera nacional que pasaba por delante de las cuevas y a la construcción de una carretera turística especial que conduce directamente a ellas. Los documentos para solicitar la inclusión de las cuevas de Yungang en el Patrimonio Mundial ya han sido presentados al Buró Estatal de Reliquias Culturales.

Protección y beneficios


De los más de 600 lugares que figuran actualmente en el Patrimonio Mundial, 27 se encuentran en China. Éstos son, por orden cronológico de inclusión, los siguientes: la Gran Muralla; el Palacio Museo de Beijing; el ejército de terracota de la dinastía Qin (provincia de Sha'anxi); las cuevas de Mogao en Dunhuang (provincia de Gansu); el yacimiento del Hombre de Pekín (en Zhoukoudian, municipio de Beijing); el Monte Tai (provincia de Shandong); el Monte Huang (provincia de Anhui); la zona paisajística nacional de Wulingyuan (provincia de Hunan); las zonas paisajísticas nacionales de Jiuzhaigou y Huanglong (provincia de Sichuan); el Palacio de Potala (Tibet); la residencia veraniega imperial y los templos circundantes de Chengde (provincia de Hebei); el Templo de Confucio y la mansión y el cementerio de la familia Kong en Qufu (provincia de Shandong); el Monte Wudang y sus construcciones antiguas (provincia de Hubei); la zona paisajística de la Montaña de Lushan (provincia de Jiangxi); la zona paisajística de las Montañas Emei-Leshan (provincia de Sichuan); la antigua ciudad de Lijiang (provincia de Yunnan); la antigua ciudad de Pingyao (provincia de Shanxi); los jardines clásicos de la provincia de Jiangsu; el Palacio de Verano y el Templo del Cielo (Beijing); las tallas en piedra de Dazu (Chongqing); el Monte Wuyi (provincia de Fujian); el Monte Qingcheng y la presa de Dujiangyan (provincia de Sichuan); las cuevas de Longmen (provincia de Henan); el Mausoleo Xianling de la dinastía Ming (provincia de Hubei); los Mausoleos Este y Oeste de la dinastía Qing (provincia de Hebei); y las antiguas aldeas de Xidi y Hongcun (provincia de Anhui).
Para un país tan vasto y antiguo como China, tener 27 lugares incluidos en el Patrimonio Mundial no es mucho. Existen numerosas razones que explican tal escasez. En realidad, la renovación y protección de los lugares culturales antiguos, así como la construcción de las instalaciones de apoyo exigen grandes sumas, lo que representa una pesada carga financiera para un país en vías de desarrollo como es China. Nuestro país necesita más tiempo y un mayor desarrollo económico para satisfacer los estrictos requisitos exigidos a los lugares que solicitan su inclusión en el Patrimonio Mundial.
Otro factor importante es el hecho de que cuando en 1972 se aprobó en París la Convención sobre la protección del patrimonio mundial cultural y natural, China se hallaba todavía inmersa en la "revolución cultural" (1966-1976), período en el que se destruyeron incontables reliquias y lugares de interés cultural considerados vestigios del feudalismo.
Finalizada la "revolución cultural", China se adentró por el camino del rápido desarrollo y en noviembre de 1985 el Gobierno chino decidió firmar dicha convención. En diciembre de 1987 seis lugares, encabezados por la Gran Muralla, fueron incluidos en el Patrimonio Mundial.
El pueblo chino es consciente de que su responsabilidad ante la humanidad en la protección del legado con el que lo han bendecido tanto sus antepasados como la naturaleza. Tal legado constituye para los chinos no sólo un orgullo, sino uno de sus medios de vida.
Los cuidados que los habitantes de Pingyao han prodigado a su antigua ciudad han dado sus frutos. Desde 1997, año en que entró a formar parte del Patrimonio Mundial, los ingresos generados por el turismo han pasado de los 180.000 yuanes a más de un millón de yuanes. En el pasado Pingyao sólo era conocida por su vinculación con el producto Buey Pingyao, de suerte que mucha gente creía erróneamente que "Pingyao" era una marca comercial. Hoy en día, por toda la ciudad puede verse el título de "Patrimonio Cultural Mundial". Los habitantes de Pingyao, anfitriones de este antiguo lugar patrimonial, dan la bienvenida con legítimo orgullo a visitantes de todo el mundo.
El valor de los lugares relacionados con la antigua China no cesa de incrementarse. Muchas localidades incluso compiten entre sí por su jurisdicción. Hace unos años, los distritos de Xiangfan (provincia de Hubei) y Nanyang (provincia de Henan) se pelearon por Longzhong, donde Zhuge Liang, personificación de la sabiduría que vivió en el Período de los Tres Reinos (220-280), llevó una vida retirada antes de iniciar su carrera política; los distritos de Hefei (provincia de de Anhui), Kaifeng y Gongxian (provincia de Henan) afirman que Bao Zheng, célebre alto funcionario de la dinastía Song (960-1279), fue enterrado dentro de su jurisdicción.
La Convención sobre la protección del patrimonio mundial cultural tiene su principal fundamento en la protección general, concepto que ha sido fácilmente asimilado por el pueblo chino. Se dice que en la actualidad más de 30 lugares de China figuran en la lista de candidatos a la inclusión en el Patrimonio Mundial; otros están tramitando su solicitud, como el Mausoleo de Xiaoling, donde fue enterrado Zhu Yuanzhang (el emperador que fundó la dinastía Ming), y la antigua ciudad de Nanxun, situada en Huzhou (distrito de la provincia de Zhejiang).
China ha hecho todo lo posible por salvar el Buda gigante de Bamian; pero al final sólo ha podido lamentar su destrucción y afrontar la dura realidad. Reafirmando su compromiso con la Humanidad, China seguirá protegiendo el Patrimonio Mundial. De la provincia de Sichuan acaba de llegar esta buena noticia: junto al Buda gigante de Leshan se esculpirá una réplica del Buda gigante de Bamian.

HUO JIANYING

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