El patrimonio natural y cultural
de China y el mundo
MIENTRAS
en todo el mundo se celebraban los albores del siglo XXI y se esperaba
con ilusión la llegada de un brillante futuro, algunos lugares
desafortunados permanecían en las tinieblas. Nuestro mundo
se ve asediado no sólo por los desastres naturales, sino
también por las catástrofes provocadas por el ser
humano. Las malas noticias llegan de todas partes. Ni siquiera un
Buda de piedra, símbolo de la placidez, ha podido librarse
de la inconsiderada devastación humana. La trágica
voladura de una gigantesca estatua de Buda en la ciudad afgana de
Bamian ha conmocionado al mundo entero.
El Buda de Bamian y el Buda Vairocana
Con sus 55 metros de altura, el Buda de Bamian
ha sido durante 1.500 años, es decir, hasta que el gobierno
talibán ordenó su destrucción, la estatua de
un Buda erguido más alta del mundo. También ha sido
destruida una estatua de Buda cercana que medía 37 metros
de altura. Al parecer, esta tragedia todavía no ha terminado.
Se dice que las estatuas budistas de Afganistán están
todas ellas bajo la amenaza de la destrucción.
El Buda gigante de Bamian es una imagen familiar para el pueblo
chino. En el año 632, es decir, en tiempos de la dinastía
Tang, el monje Xuanzang le rindió culto al pasar por esta
ciudad afgana camino de la India, adonde se dirigía en busca
de las escrituras budistas. En su Da Tang Xi Yu Ji (Notas
sobre las regiones occidentales de la gran dinastía Tang),
el monje nos describe así su visita: "En las montañas
que se levantan al nordeste de la ciudad real hay una estatua de
Buda erguido labrada en piedra que mide 145 chi de altura
(1 chi equivale a 0,333 metros). Quienes lo contemplan quedan
deslumbrados por el brillo de su color dorado y de las gemas que
lo adornan".
Afortunadamente, las estatuas de Buda existentes en China comparables
al Buda de Bamian se conservan en buen estado. Sirvan de ejemplo
el Buda gigante de Leshan (provincia de Sichuan) y el Buda Vairocana
de las cuevas de Longmen (provincia de Henan), incluidas ambas en
el Patrimonio Mundial de la UNESCO. Como el Buda de Bamian, las
estatuas chinas han sufrido a lo largo de los siglos el impacto
de los desastres naturales y las catástrofes provocadas por
el ser humano; pero de algún modo han logrado sobrevivir
y ahora gozan de la protección del pueblo chino y del resto
del mundo.
El Buda gigante de Leshan fue incluido en el Patrimonio Mundial
en 1996. Su cinceladura, que se prolongó durante 90 años,
se inició en el 713, primer año del reinado Kaiyuan
del emperador Xuanzong de la dinastía Tang, y concluyó
en el 803, decimonoveno año del reinado Zhenyuan del emperador
Dezong. Es una estatua de Maitreya apoyada en el precipicio que
se alza en la confluencia de tres ríos de la provincia de
Sichuan. Con sus 71 metros, es el Buda antiguo de piedra más
alto del mundo. Recientemente finalizó la primera fase de
su renovación, que consistió en limpiar la estatua
de basuras, hierbajos y cemento suelto, y en reparar sus grietas
y partes deterioradas.
El Buda Vairocana y su emplazamiento, las cuevas de Longmen, también
han merecido el honor de ser incluidos en el Patrimonio Mundial,
inclusión que los habitantes de Luoyang celebraron de forma
espléndida el 18 de diciembre del 2000. El espacio que se
abre ante las cuevas se encontraba atestado de gente y una alfombra
roja se extendía desde los pies del Buda Vairocana hasta
un escenario provisional montado en el centro del río Yishui.
Las cuevas fueron adornadas con faroles rojos y banderas de colores.
Las
cuevas de Longmen se excavaron cerca de Luoyang (provincia de Henan),
en un precipicio cortado a pico sobre un río. La excavación
comenzó en el 494 y se prolongó durante los siguientes
400 años. Actualmente hay 1.352 cuevas, unos 700 nichos y
casi 100.000 estatuas budistas. El Buda Vairocana de 17 metros de
altura, cuya cinceladura empezó en el 675, es la quintaesencia
de la estatuaria local y es considerada unánimemente una
obra maestra de la escultura en piedra. Se dice que, deseoso de
complacer a Wu Zetian, esposa del emperador Gaozong que se proclamó
emperatriz tras la muerte de éste, el supervisor del proyecto
ordenó esculpir la estatua a su imagen y semejanza. A fin
de lograr su inclusión en el Patrimonio Mundial, la población
de Luoyang ha dedicado cuantiosos recursos materiales y humanos
a la renovación de las cuevas. Sólo la demolición
del parque de atracciones instalado en la zona y la reposición
del césped han costado 60 millones de yuanes.
Ricos recursos patrimoniales
Con sus 5.000 años de historia, la civilización china
es una de las más tempranas del mundo. Guiados por su sabiduría,
los antiguos chinos acumularon en su vasto territorio un acervo
de reliquias culturales de incalculable valor. Sha'anxi figura entre
las 10 provincias chinas más ricas en reliquias culturales.
Se cuenta que hace unos años un dirigente pidió al
director del museo local que le cediera algunas piezas para exponerlas
en el recién construido museo provincial. El director del
museo local se sentía reacio, pero no se atrevió a
negarse. A la mañana siguiente se le vio salir temprano hacia
el campo llevando una pala y una cesta. Cuando le preguntaron adónde
iba, contestó: "Mi superior me ha pedido reliquias;
por eso me voy al campo a buscar algunas". Aunque esta anécdota
es una exageración, algo de verdad hay en ella. Nadie puede
negar que bajo el suelo de Sha'anxi se esconden grandes cantidades
de reliquias.
En los años 50, cuando se comenzaron a mover tierras para
construir una central eléctrica, se descubrió en esta
provincia el yacimiento neolítico de Banbo; en los años
70, unos campesinos que estaban excavando un pozo descubrieron el
ejército de terracota de Qin Shihuang. Estos dos hallazgos
se produjeron por casualidad, a diferencia de lo que sucede hoy
en día. En efecto, actualmente, antes de iniciar las obras
en lugares donde es probable que haya reliquias culturales, debe
procederse a prospectar el terreno y a realizar excavaciones de
rescate. Antes de construirse el Aeropuerto Internacional de Xianyang
en los años 90, los arqueólogos se desplazaron a su
emplazamiento previsto para llevar a cabo una investigación
exhaustiva del antiguo campo funerario de la dinastía Han
y, posteriormente, se hicieron grandes descubrimientos en el Mausoleo
Yangling del emperador Jingdi.
Henan y Shanxi son asimismo provincias destacadas por lo que respecta
a las reliquias culturales. Si bien en Henan el cavar en el campo
en busca de reliquias culturales es un hecho insólito, no
es infrecuente encontrar aquí fragmentos de piezas de alfarería
de hace 2.000 años al tropezar casualmente con un montón
de tierra. Eso sucede por lo menos en Yanshi, distrito que sobresale
por la importancia y la cantidad de las reliquias culturales que
atesora. Precisamente en este lugar se hallan los restos de Erlitou,
donde se hallan las claves decisivas para distinguir los tres períodos
más antiguos de China: el Xia, el Shang y el Zhou. Bajo el
suelo de este distrito yacen enterradas cantidades ingentes de objetos
y vestigios de la capital de la dinastía Xia (2070-1600 a.C.).
Lü Buwei, que ayudó a Qin Shihuang a subir al trono
(246 a.C.) y a unificar China (221 a.C.), fue inhumado en Yanshi,
donde todavía puede visitarse su tumba. La antigua residencia
de Xuanzang, el monje de la dinastía Tang oriundo de Yanshi
que peregrinó a la India en busca de las escrituras budistas,
ha sido restaurada. En este distrito se encuentran también
los restos del observatorio de construido hace 1.800 años
por Zhang Heng, científico de la dinastía Han. Aunque
esta lista de valiosas reliquias antiguas podría prolongarse
varias páginas, Yanshi no goza de especial renombre en Henan,
por la sencilla razón de que en dicha provincia hay una docena
de distritos con tesoros culturales similares.
La provincia de Shanxi se enorgullece de contar con 35.000 parajes
de interés histórico que guardan abundantes reliquias
culturales y con colecciones museísticas que totalizan unas
500.000 piezas. En esta provincia hay 56 reliquias protegidas por
el Estado y cinco ciudades históricas y culturales de nivel
estatal. Con sus más de 18.000 salas de antepasados, templos
taoístas, budistas y de otras religiones, *yamens* (residencias
oficiales), cárceles, pabellones, torres, pagodas y puentes
pertenecientes al período comprendido entre las dinastías
Tang (618-907) y Qing, Shanxi es la provincia china con el mayor
número de construcciones antiguas. Muchas de ellas son obras
maestras de su época, como el encumbrado Templo Colgante,
construido sobre un precipicio, el Templo de Guandi, el mayor templo
dedicado a un héroe militar, y la Pagoda de Madera de Yingxian,
de 67 metros de altura y mil años de antigüedad.
Pingyao
fue incluida en Patrimonio Mundial en 1997. El comité evaluador
internacional que visitó esta antigua ciudad llegó
unánimemente a la conclusión de que Pingyao preserva
todas las características de las ciudades *han* de las dinastías
Ming y Qing; por consiguiente, ofrece un panorama extraordinariamente
amplio y claro del desarrollo cultural, social, económico
y religioso de China.
Las cuevas de Yungang, una de las tres más famosas de China,
se hallan en las afueras de Datong (provincia de Shanxi). Su excavación
se inició en el año 460 y terminó en su mayor
parte en el 494, período durante el que se esculpieron 51.000
estatuas budistas. Decidido a proteger estas antiguas obras de arte,
el Gobierno ha asignado 200 millones de yuanes a la reubicación
de la carretera nacional que pasaba por delante de las cuevas y
a la construcción de una carretera turística especial
que conduce directamente a ellas. Los documentos para solicitar
la inclusión de las cuevas de Yungang en el Patrimonio Mundial
ya han sido presentados al Buró Estatal de Reliquias Culturales.
Protección y beneficios
De los más de 600 lugares que figuran actualmente en el Patrimonio
Mundial, 27 se encuentran en China. Éstos son, por orden
cronológico de inclusión, los siguientes: la Gran
Muralla; el Palacio Museo de Beijing; el ejército de terracota
de la dinastía Qin (provincia de Sha'anxi); las cuevas de
Mogao en Dunhuang (provincia de Gansu); el yacimiento del Hombre
de Pekín (en Zhoukoudian, municipio de Beijing); el Monte
Tai (provincia de Shandong); el Monte Huang (provincia de Anhui);
la zona paisajística nacional de Wulingyuan (provincia de
Hunan); las zonas paisajísticas nacionales de Jiuzhaigou
y Huanglong (provincia de Sichuan); el Palacio de Potala (Tibet);
la residencia veraniega imperial y los templos circundantes de Chengde
(provincia de Hebei); el Templo de Confucio y la mansión
y el cementerio de la familia Kong en Qufu (provincia de Shandong);
el Monte Wudang y sus construcciones antiguas (provincia de Hubei);
la zona paisajística de la Montaña de Lushan (provincia
de Jiangxi); la zona paisajística de las Montañas
Emei-Leshan (provincia de Sichuan); la antigua ciudad de Lijiang
(provincia de Yunnan); la antigua ciudad de Pingyao (provincia de
Shanxi); los jardines clásicos de la provincia de Jiangsu;
el Palacio de Verano y el Templo del Cielo (Beijing); las tallas
en piedra de Dazu (Chongqing); el Monte Wuyi (provincia de Fujian);
el Monte Qingcheng y la presa de Dujiangyan (provincia de Sichuan);
las cuevas de Longmen (provincia de Henan); el Mausoleo Xianling
de la dinastía Ming (provincia de Hubei); los Mausoleos Este
y Oeste de la dinastía Qing (provincia de Hebei); y las antiguas
aldeas de Xidi y Hongcun (provincia de Anhui).
Para
un país tan vasto y antiguo como China, tener 27 lugares
incluidos en el Patrimonio Mundial no es mucho. Existen numerosas
razones que explican tal escasez. En realidad, la renovación
y protección de los lugares culturales antiguos, así
como la construcción de las instalaciones de apoyo exigen
grandes sumas, lo que representa una pesada carga financiera para
un país en vías de desarrollo como es China. Nuestro
país necesita más tiempo y un mayor desarrollo económico
para satisfacer los estrictos requisitos exigidos a los lugares
que solicitan su inclusión en el Patrimonio Mundial.
Otro factor importante es el hecho de que cuando en 1972 se aprobó
en París la Convención sobre la protección
del patrimonio mundial cultural y natural, China se hallaba todavía
inmersa en la "revolución cultural" (1966-1976),
período en el que se destruyeron incontables reliquias y
lugares de interés cultural considerados vestigios del feudalismo.
Finalizada la "revolución cultural", China se adentró
por el camino del rápido desarrollo y en noviembre de 1985
el Gobierno chino decidió firmar dicha convención.
En diciembre de 1987 seis lugares, encabezados por la Gran Muralla,
fueron incluidos en el Patrimonio Mundial.
El pueblo chino es consciente de que su responsabilidad ante la
humanidad en la protección del legado con el que lo han bendecido
tanto sus antepasados como la naturaleza. Tal legado constituye
para los chinos no sólo un orgullo, sino uno de sus medios
de vida.
Los cuidados que los habitantes de Pingyao han prodigado a su antigua
ciudad han dado sus frutos. Desde 1997, año en que entró
a formar parte del Patrimonio Mundial, los ingresos generados por
el turismo han pasado de los 180.000 yuanes a más de un millón
de yuanes. En el pasado Pingyao sólo era conocida por su
vinculación con el producto Buey Pingyao, de suerte que mucha
gente creía erróneamente que "Pingyao" era
una marca comercial. Hoy en día, por toda la ciudad puede
verse el título de "Patrimonio Cultural Mundial".
Los habitantes de Pingyao, anfitriones de este antiguo lugar patrimonial,
dan la bienvenida con legítimo orgullo a visitantes de todo
el mundo.
El valor de los lugares relacionados con la antigua China no cesa
de incrementarse. Muchas localidades incluso compiten entre sí
por su jurisdicción. Hace unos años, los distritos
de Xiangfan (provincia de Hubei) y Nanyang (provincia de Henan)
se pelearon por Longzhong, donde Zhuge Liang, personificación
de la sabiduría que vivió en el Período de
los Tres Reinos (220-280), llevó una vida retirada antes
de iniciar su carrera política; los distritos de Hefei (provincia
de de Anhui), Kaifeng y Gongxian (provincia de Henan) afirman que
Bao Zheng, célebre alto funcionario de la dinastía
Song (960-1279), fue enterrado dentro de su jurisdicción.
La Convención sobre la protección del patrimonio mundial
cultural tiene su principal fundamento en la protección general,
concepto que ha sido fácilmente asimilado por el pueblo chino.
Se dice que en la actualidad más de 30 lugares de China figuran
en la lista de candidatos a la inclusión en el Patrimonio
Mundial; otros están tramitando su solicitud, como el Mausoleo
de Xiaoling, donde fue enterrado Zhu Yuanzhang (el emperador que
fundó la dinastía Ming), y la antigua ciudad de Nanxun,
situada en Huzhou (distrito de la provincia de Zhejiang).
China ha hecho todo lo posible por salvar el Buda gigante de Bamian;
pero al final sólo ha podido lamentar su destrucción
y afrontar la dura realidad. Reafirmando su compromiso con la Humanidad,
China seguirá protegiendo el Patrimonio Mundial. De la provincia
de Sichuan acaba de llegar esta buena noticia: junto al Buda gigante
de Leshan se esculpirá una réplica del Buda gigante
de Bamian.
HUO JIANYING
|