Contenido de abril del 2001
 
Jinhe, productora de la medicamentos tibetanos

MI abuela me contó que siendo niña fue un día con su padre a un monasterio tibetano de su localidad y un buda viviente les dio varias semilllas de cinamomo envueltas en un paño de seda amarilla. Según aqueel buda, esas semillas procedían de la luna y eran un elixir de larga vida. Mi abuela, que jamás se separó de su rosario budista y su lámpara de aceite, creía a pies juntillas en las palabras del buda. Yo pensé que esas semillas quizá eran una medicina maravillosa y que el buda dijo lo que dijo para entretener a mi abuela.

En realidad, muchos lamas tibetanos son buenos médicos; por otra parte, las singulares condiciones naturales de la meseta Qinghai-Tíbet les ofrecen plantas y minerales medicinales con los que siguiendo las recetas heredadas de sus antepasados preparan medicinas muy efectivas.

Sin embargo, en el pasado, debido a la situación remota y a las malas comunicaciones de esta región, los medicamentos tibetanos sólo irradiaban su luz curativa en los monasterios. Pero hoy día, gracias al estudio profundo de la cultura tibetana, se ha descorrido el velo de misterio que envolvía la medicina de esta etnia y han aparecido hospitales, laboratorios farmacéuticos e institutos de investigación de medicina tibetana. En este firmamento ha surgido una estrella que brilla con luz propia: la empresa Medicamentos Tibetanos Jinhe de Qinghai S.A.

Jinhe significa fruto de la chebula (Terminaria Chebula Retz.), uno de los ingredientes más usados en la medicina tibetana. Este fruto y las “semillas de cinamomo celestial” que vio mi abuela en el monasterio de su pueblo natal tienen el mismo color e idéntica forma.

La empresa Jinhe, fundada en 1992, empezó siendo un pequeño laboratorio farmacéutico. Pero durante sus sólo diez años de existencia ya ha establecido el Hospital de Medicina Tibetana de Qinghai, el Laboratorio de Productos Farmacéuticos Tibetanos de Qinghai y el Instituto de Investigación de Medicina Tibetana de Qinghai.

Los tibetanos Ai Cuoqian y Wen Qingjie, respectivamente presidente y vicepresidente del consejo de administración de esta empresa, dijeron: “La medicina tibetana no pertenece exclusivamente a los tibetanos, sino a toda la humanidad, a la cual debe servir. Este era el deseo de nuestros antepasados”.

Ciñiéndose a la norma nacional del proyecto GMP, Medicamentos Tibetanos Jinhe de Qinghai S.A. ha instalado una planta de producción de medicamentos tibetanos en la que se elaboran los siguientes productos:

El Qinshiwei Zhenzhuwan, dispersante de la estasis sanguínea y favorecedor de la circulación;

El Ershiwuwei Songshiwan, tonificante de las funciones hepática y biliar;

El Ershiwuwei Shanhuwan, estimulante de la circulación y relajante de músculos y articulaciones;

El Liuwei Anxiaojiaonan, (reconocido por la FDA de EE.UU), lubrificante intestinal y laxante;

El Renqingchangjui, armonizador de las funciones esplénicas y estomacales interrelacionadas;

El Renqingmangjui, antiinflamatorio, alexifármaco y tónico;

El Ruyizhenzhuwang, febrífugo y dispersante de la humedad;

Todas estos medicamentos tradicionales tibetanos están bajo la protección del Estado.

Otros productos de esta empresa de gran eficacia y muy apreciados por los pacientes son el Qianleibao (para el tratamiento de la prostatitis y las enfermedades del sistema uninario), el Jiangzhijiaonan (para reducir el colesterol, la hipertensión y la arterioesclerosis) y el Tiangeng (para el tratamiento de la impotencia y la eyaculación precoz).

El centro de balneoterapia del Hospital de Medicina Tibetana de Qinghai, cuyos índices de curación y mejora de la artritis reumática son, respectivamente, del 64 y el 94 por ciento, goza de gran prestigio en todo el país.

La medicina tibetana ha logrado éxitos en el tratamiento de la hepatitis B con un tratamiento de seis meses cuyo índice de curaciones es del 60 por ciento.

Al mismo tiempo, la empresa Jinhe ha logrado éxitos en la investigación y la elaboración de nuevos medicamentos en colaboración con los departamentos correspondientes de Shanghai y Shenzhen.

Jinhe ha experimentado un rápido crecimiento, pero no por ello ha descuidado la protección del medio ambiente que le abastece de plantas medicinales. Ai Cuoqian, presidente del consejo de administración, ha discutido en diversas ocasiones sobre el mantenimiento del equilibrio ecológico y el desarrollo de la medicina tibetana con botánicos estadounidenses y con miembros de la Organización Mundial para la Protección del Medio Ambiente .

El vicepresidente Wen Qingjie explicó: “La mayoría de las plantas medicinales tibetanas se encuentran en regiones situadas a más de 3.800 metros y son muy raras. Por lo tanto, debemos proporcionarles la máxima protección”.

Jinhe ha establecido sendas zonas de protección natural en los distritos de Huzhu, Huangzhong y Menyuan, zonas en las que las plantas medicinales se llevan a cabo estudios sobre su cultivo y se recogen de manera organizada y planificada.

Al igual que las semillas del “cinamomo lunar”, las plantas de la meseta Qinghai-Tíbet son casi las únicas incontaminadas del mundo. Estamos convencidos de que la farmacología tibetana, tan beneficiosa para la humanidad, tiene una vitalidad ilimitada y brillantes perspectivas.

Por ZHI ZHOU

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