Las
xilografías del Año Nuevo de Taohuawu
La
xilografía, el arte de grabar en planchas de madera, ya estaba
muy en boga en la dinastía Qin (1644-1911). Y para los chinos
de hoy en día, los grabados en madera siguen siendo un artículo
indispensable en la celebración de la Fiesta de la Primavera,
es decir, del Año Nuevo Lunar chino.
Los grabados de Taohuawu
En la antigüedad, Suzhou (provincia de Juangsu)
era una bella ciudad muy famosa tanto por su próspera economía
y elevado nivel cultural, como por la belleza de sus jardines privados.
En tiempos de la dinastía Ming (1368-1644) aparecieron en
esta ciudad los famosos pintores Tang Yin, Shen Zhou, Wen Zhengming
y Qiu Ying. Tang Yin, vecino de Taohuawu (flor de melocotón),
describió esta aldea con los siguientes versos: Cuando
me emborrachó me acuesto bajo las flores del melocotón;
al despertar me siento bajo las flores del melocotón.
De ello se deduce fácilmente que Taohuawu abundaba en melocotoneros.
Además de los pintores famosos citados había muchos
artistas populares.
En
la dinastía Ming, la xilografía de Taohuawu estaba
muy avanzada. En general, los grabados se utilizaban para ilustrar
cuentos, novelas y obras teatrales.
En la dinastía Qing, los grabados de Taohuawu,
artículos imprescindibles para la celebración del
Año Nuevo, se vendían en todo el país e incluso
se exportaban a Japón y Asia Sudoriental. Durante el Reino
Celestial Taiping (1851-1864), fundado por Huang Xiuquan durante
la revolución Taping, el mayor levantamiento campesino de
la historia de China, las tropas imperiales cercaron y prendieron
fuego a la ciudad, de modo que casi todos los talleres xilográficos,
las planchas de madera y los grabados quedaron reducidos a cenizas.
En la primera mitad del siglo XX, las guerras
entre los señores feudales y la turbulencia social empujaron
la producción de grabados de Año Nuevo al borde de
la desaparición. Tras la fundación de la República
Popular en 1949, las autoridades de Suzhou, decididas a proteger
esta herencia cultural tradicional, recogieron más de 200
planchas grabadas, que, lamentablemente, fueron destruidas durante
la revolución cultural (1966-1976). En los años
90, los grabados de Año Nuevo de Taohuawu suscitaron de nuevo
el interés de los artistas y cobraron un nuevo auge.
Los grabados de Año Nuevo
Según
el calenario lunar chino, el primer día del año (que
cae aproximadamente en la primera mitad de febrero del calendario
solar) marca el inicio de la Fiesta de la Primavera, puesto que
según la cosmovisión china, en esa fecha la primavera
vuelve a la tierra y todo se muestra lozano y alegre. Como parte
de la celebración de esta fiesta, las familias chinas pegan
o cuelgan grabados de Año Nuevo en las sus puertas de sus
casas y en las paredes de las habitaciones para expresar su alegría
y atraer la buena suerte. La mayoría de estas xilografías
reproducen imágenes de felicidad y de suerte o de alejamiento
de los malos espíritus y de evitación de las calamidades
naturales.
Aparte de Cien niños, xilografía
que simboliza la armonía familiar, el grabado más
representativo de Taohuawu es el titulado Dioses, que mide un metro
de altura; en un primer plano se muestran las figuras de Sakyamuni,
Confucio y Laozi, fundadores, respectivamente, del budismo, el confucianismo
y el taoísmo; en un segundo plano aparecen Avalokitesvara
y los emperadores Yan y Huang, antepasados de la nación china;
en un tercer plano figuran el Emperador de Jade (divinidad soberana
del taoísmo) y sus servidores; en un cuarto plano aparecen
el dios de la guerra Guan Yu y otras divinidades; y en un quinto
y último plano se encuentran los oficiales encargados de
otorgar la felicidad, decretar amnistías y librar al pueblo
de los desastres naturales.
Todos estos personajes, terrenales y celestiales,
reales y ficticios, han sido y siguen siendo muy conocidos entre
los chinos. A los ojos de los pintores populares de antaño,
estos personajes, encarnaciones de lo verdadero, lo bueno y lo hermoso,
tenían la facultad de proteger los bienes del pueblo, por
lo que éste depositaba en ellos sus anhelos de justicia,
sus esperanzas y sus deseos de un porvenir espléndido.
Al llegar la Fiesta de la Primavera muchas familias
colgaban y siguen colgando el grabado Cien dioses, puesto que ello
simboliza precisamente los buenos deseos de los chinos.
Material educativo
En
la vieja China, el nivel cultural del pueblo era muy bajo, sobre
todo entre la población femenina, que tenía muy pocas
posibilidades de asistir a la escuela. En tales circunstancias,
los grabados se revelaron como excelentes materiales de enseñanza
para los niños y las mujeres. Algunas xilografías
de Taohuawu escenificaban piezas teatrales y leyendas antiguas que
aleccionaban en la lealtad, la piedad filial, la benevolencia, la
virtud, la justicia y la injusticia, y explicaban las maneras de
ser, los modos de tratar los asuntos y los principios morales.
Así, por ejemplo, en la serie de ocho grabados
titulada Los generales de la familia Yang se cuentan las proezas
de los miembros de tres generaciones de dicha familia que se alistaron
para enfrentarse a la agresión extranjera durante la dinastía
Yuan (960-1127).
En Yui Fei dedicado al servicio a la patria se
narran las hazañas realizadas por el Yui Fei, general de
la dinastía Song del Sur (1127-1279), para recuperar los
territorios perdidos y su muerte a raíz de la incriminación
infundada del funcionario desleal Qin Kui. Éste pasó
a la historia como un ser vil y despreciable, mientras que Yui Fei,
un héroe a los ojos del pueblo, pasó a la posteridad
envuelto en una aura de fama.
En Buey de primavera, impreso en 1899, además
de las tres imágenes que representan la Felicidad, la Longevidad
y la Bondad, hay cuatro dibujitos que explican que el virtuoso es
recompensado y que quien mal anda, mal acaba. Estos
cuentos, que aleccionaban a la gente en hacer el bien y evitar el
mal, beneficiaban a la familia y a la sociedad.
Por medio de estos grabados tradicionales, muchos
pobres analfabetos de la antigua China aprendieron y enseñaron
a sus hijos a cumplir las reglas del comportamiento social y distinguir
claramente lo justo de lo erróneo. Es por ello que los grabados
de Año Nuevo se han ido transmitiendo de generación
en generación.
Alimento del espíritu
El
dicho chino matar el hambre con un pastel dibujado alude
a que el ser humano, a pesar de no poder alimentarse con pasteles
dibujados, necesita alimentar su espíritu. En la antigua
China, al llegar la Fiesta de la Primavera todas las familias, ricas
o pobres, colgaban estas xilografías. Aquellas que querían
tener hijos colgaban El hijo llegará con Qilin (animal fabuloso
que, según la mitología, aparecía cuando nacía
un sabio); los intelectuales, preferían Consecución
del primer puesto en el examen de la academia imperial y Manteniéndose
en buenos términos; y en ningún hogar faltaba el Dios
de la cocina y el Dios de la riqueza.
En la xilografía de Tauhuawu titulada Los
maridos temerosos de su mujer aparecen diez tipos de hombre que
temen a su esposa: el primero recibe una paliza de su mujer por
tener una concubina; el segundo regresa a casa muy avanzada la noche
y su esposa lo vapuleado; y el último, un jugador empedernido,
es blanco de los insultos de su mujer.
Las imágenes caricaturescas de estos grabados
añaden un toque festivo a la crítica de la actitud
feudal de ensalzar al hombre y de despreciar a la mujer.
La belleza ha sido siempre un tema de gran importancia
en los grabados de Año Nuevo. Tang Yin, uno de los pintores
arriba mencionados, era muy diestro en la plasmación de la
belleza. Por otra parte, los pintores populares de Taohuawu también
crearon excelentes obras inspiradas en este tema.
En la antigua China, los pintores consideraban
que las beldades eran encarnaciones de la hermosura. En cada dinastía
surgía una belleza representativa, las más famosas
de las cuales, Xishi, Diaochan, Wang Zhaojun y Yang Yuhuan, aparecen
en el grabado Las cuatro bellezas.
Sin embargo, las beldades de los grabados de Taohuawu
fueron obra de pintores populares; al igual que las figuras femeninas
de la pintura tradicional a tinta china, visten túnicas de
mangas largas y holgadas, y sus facciones se ajustan al antiguo
canon de belleza oriental: ojos rasgados, cejas finas y curvas,
boca pequeña, nariz recta y rostro ovalado. Estas hermosas
mujeres no eran personalidades famosas, sino campesinas, pescadoras
y trabajadoras en general.
Otro tipo de xilografías de Taohuawu son
las que muestran costumbres y acontecimientos sociales, y las que
representan paisajes y reliquias históricas. Dentro de este
tipo cabe destacar Las futbolistas, Paisaje de Suzhou y La estación
de ferrocarril de Shanghai.
Las xilografías de la antigua China se caracterizaban
por narrar un cuento o una historia con el fin de contemplarlas
cien veces sin cansarse nunca de verlas; por servir de buen
agüero y dar así mayor alegría a la fiesta; y
por plasmar figuras hermosas y simpáticas.
Por nuestros reporteros LIAO ZENGBAO y HUO JIANYING
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