Los JJ.OO.: un examen
de siete años
El éxito logrado
por la candidatura presentada por Beijing para organizar los Juegos
Olímpicos (JJ.OO.) del 2008 ha dado una inmensa alegría
a los chinos. Éstos se han comprometido ante el mundo entero
a celebrar dentro de siete años unos JJ.OO. inolvidables.
Pero lo más importante es que la celebración de este
magno acontecimiento deportivo permitirá a China mostrar
al resto del mundo su elegancia y su grandeza. La preparación
y celebración de los JJ.OO. del 2008 suponen para el conjunto
de la nación china un examen de siete años.
EL
enardecimiento manifestado por los chinos responde no sólo
al éxito de la candidatura de Beijing, sino también
a los beneficios que esperan que se deriven de la organización
de los JJ.OO.
J.A. Samaranch, que acaba de dejar su cargo de presidente del COI
(Comité Olímpico Internacional), ha reconocido que
dicho comité incurrió en dos errores: el primero fue
el de conceder la organización de las Olimpiadas del centenario,
las de 1996, a Atlanta (EE.UU.) en lugar de a Atenas (Grecia); y
el segundo fue la elección de Sydney (Australia) en lugar
de Beijing (China) como sede de las Olimpiadas del 2000.
No obstante, los chinos no tardaron en admitir que, en comparación
con la candidatura presentada por Sydney, la de Beijing adolecía
de algunos puntos débiles .
La convicción con la que los chinos se aprestan a organizar
los JJ.OO. comenzó a cimentarse en 1993. El incesante crecimiento
económico, la mejora del tráfico y del medio ambiente,
el buen ritmo en la construcción de instalaciones deportivas
y la popularización del espíritu olímpico son
otras tantas garantías de que China cumplirá los compromisos
contraídos en relación con la organización
de los JJ.OO. Durante los ocho años transcurridos desde 1993,
el crecimiento de la economía china se ha mantenido entre
el 8 y el 10 por ciento; durante ese mismo período, en Beijing
se han construido numerosas autopistas, algunas de ellas de circunvalación
(los llamados "anillos"). Aunque en el 2008 Beijing no
sea la ciudad más hermosa del mundo, no cabe duda de que
la vitalidad de la capital cautivará a la mayoría
de los miembros del COI.
Si una ciudad ha cumplido lo prometido ocho años atrás,
es merecedora de plena confianza al hacer una nueva promesa, razón
por la cual, el hecho de que la candidatura de Beijing venciese
es lo menos que cabía esperar, tanto más si se tienen
en cuenta los esfuerzos del pueblo por lograr este merecido éxito.
"Tenemos la
capacidad necesaria"
Casi
nadie pone en duda la capacidad de Beijing para organizar las Olimpiadas.
Tanto los miembros del COI como los chinos y extranjeros que conocen
nuestro país consideran que Beijing ha sacado una gran ventaja
a las demás ciudades que concurrieron en la adjudicación
de los juegos de la XXIX Olimpiada de la era moderna. Esa misma
opinión es la expresada ahora en las páginas de un
sector de la prensa internacional que, descarriado por sus prejuicios,
se había manifestado receloso de dicha capacidad.
Beijing invertirá más de 20.000 millones de dólares
en los JJ.OO. del 2008 y en la construcción y reparación
de sus infraestructuras urbanas. A esa cantidad habrá que
añadir una partida de 2.000 millones de dólares asignada
a la construcción de estadios y gimnasios y a la financiación
de los gastos administrativos.
Según el informe de la Comisión de Evaluación
de las candidaturas, el COI expresa su confianza en que China podrá
allegar 20.000 millones de dólares para los gastos administrativos
y, por el contrario, su temor de que Osaka sea incapaz de resolver
la problemática económica que lastra su candidatura.
De hecho, para un país que, como China, está desarrollándose
a ojos vista, estas inversiones astronómicas, lejos de representar
una rémora, son motores que impulsan el desarrollo en todos
los ámbitos.
La internacionalización y comercialización que hoy
en día caracterizan la celebración de los JJ.OO. han
tenido solamente repercusiones positivas: con la organización
de los JJ.OO. de 1992, la ciudad de Barcelona (España) obtuvo
unas ganancias de 26.048 millones de dólares; la ciudad de
Sydney (Australia), sede de los últimos JJ.OO., consiguió
unos beneficios de 3.600 millones de dólares. Según
los primeros cálculos, los JJ.OO. de 2008 supondrán
para China unos ingresos de más de 16.000 millones de dólares,
procedentes de la venta de los derechos de retransmisión
televisiva, los proyectos comerciales, la venta de entradas y de
otras fuentes. A esa cifra hay que añadir otra de difícil
cálculo: la correspondiente a los ingresos indirectos generados
por la promoción de la ciudad y por diversos sectores económicos,
como el turístico y el inmobiliario.
Según los cálculos de los expertos, los JJ.OO. del
2008 supondrán para Beijing un au mento
de la inversión exterior del orden de 9.000 millones de dólares
(74.500 millones de yuanes). La gran magnitud del aumento de las
inversiones y el elevado rendimiento de las mismas constituyen una
fuerza colosal que impulsará el rápido crecimiento
económico de Beijing y de toda China. Así, por ejemplo,
el sector turístico chino verá aumentar sus ingresos
anuales en cerca de 10.000 millones de dólares. Durante los
próximos siete años, la actividad constructora será
tan intensa que generará 1,5 millones de puestos de trabajo
y contribuirá con un punto porcentual al incremento del PIB.
Conviene recordar que en el año 2000 el PIB de China fue
del orden del billón dólares.
Aunque en el último quinquenio los ingresos anuales del municipio
de Beijing han aumentado un 20 por ciento, la capital no podrá
allegar por sí sola los 20.000 millones de dólares
necesarios para sufragar todos los costes. En efecto, necesitará
patrocinadores, donaciones, las ayudas del COI y, en último
lugar, pero el más importante, las subvenciones proporcionadas
por el Gobierno Central. El apoyo incondicional del Gobierno ha
sido precisamente uno de los puntos fuertes de la candidatura presentada
por Beijing en nombre del pueblo chino.
Los JJ.OO. del pueblo chino
Cuando
la noche del 13 de julio se anunció desde Moscú que
la candidatura vencedora era la de Beijing, 500.000 habitantes de
esta ciudad iniciaron una fiesta desbordante de alegría que
se prolongó hasta altas horas de la madrugada.
Según una encuesta realizada por el BOBICO (Beijing Olympic
Bid Committee), el 95 por ciento de los beijineses apoyaban la candidatura
de su ciudad; una encuesta similar efectuada por el COI fijaba esa
proporción en el 96 por ciento; en cualquier caso, ambos
porcentajes eran ostensiblemente superiores a los de Osaka y París.
De haberse realizado una encuesta a escala nacional, no cabe duda
de que tales porcentajes habrían sido más altos incluso,
ya que el pueblo chino considera que la responsabilidad de organizar
los JJ.OO. no recae exclusivamente en la capital, sino que debe
ser asumida por todo el país. Por consiguiente, cuando la
noche del 13 de julio se anunció el triunfo de Beijing se
celebraron actividades festivas no sólo en la capital, sino
en todos los pueblos y ciudades de China.
El éxito de la candidatura de Beijing es un gran triufo de
los chinos, entre los que sobresalen por méritos propios
He Zhenliang, miembro del Comité Ejecutivo del COI, y Deng
Yaping, campeona olímpica de tenis de mesa.
He Zhenliang, miembro del COI y presidente honorario del COC (Comité
Olímpico Chino), vive desde 1955 consagrado a la promoción
del deporte chino, lo que le convierte en un testigo de excepción
de la apertura del deporte chino al mundo.
En 1981, cuando contaba 52 años, ingresó en el COI;
cuatro años después fue elegido por unanimidad miembro
de su Comité Ejecutivo; y en 1989 fue nombrado vicepresidente
del COI. Casos como el de He Zhenliang, quien en poco tiempo ha
sido ascendido tres veces, no son frecuentes en el COI.
He
Zhenliang ha abrigado largo tiempo el sueño de que China
organizase unos JJ.OO., sueño que ahora está haciéndose
realidad. Al igual que los demás chinos, en 1993 se llevó
un gran disgusto con la derrota de la candidatura de Beijing; cuando
se anunciaron los resultados He Zhenlinag, a sus 64 años,
lloró como un niño.
Cuando en el 2001 se anunció en el palacio del Centro Comercial
Mundial de Moscú que Beijing era la candidata elegida para
hospedar los JJ.OO. del 2008, el señor He Zhenliang, con
sus 72 años, no pudo contener las lágrimas de alegría
ante los presentes en el acto, entre ellos los miembros del COI,
periodistas y visitantes de diversos países.
Al presentar ante el COI el informe sobre la candidatura de Beijing
en nombre de esta ciudad y de todo el país, He Zhenliang
declaró que cualquier decisión que tomasen los miembros
de dicho comité marcaría un hito histórico,
pero que sólo una señalaría un cambio de rumbo
de la historia, la de elegir Beijing, ya que ello fomentaría
la amistad entre China y el resto del mundo, lo que a su vez beneficiaría
a la humanidad.
Entre febrero y mayo del año en curso, He Zhenliang ha hecho
11 giras, ha visitado 20 países y regiones, y ha pasado 69
días en países extranjeros y viajando en avión,
todo ello para dar a conocer China a los miembros del miembros del
COI. Cuando oyó a J.A. Samaranch pronunciar "Beijing",
He Zhenliang dijo que las penalidades de toda su vida se habían
esfumado.
Deng Yaping es la representante del pueblo chino. Sus éxitos
olímpicos la han convertido en una estrella del deporte chino
muy admirada por J.A. Samaranch. En consecuencia, el respaldo de
Deng tiene un gran valor para los miembros del COI y del Comité
de Deportistas.
China
es una de las principales potencias deportivas del mundo. En cinco
Olimpiadas ha conquistado 80 medallas de oro, mientras que Francia
y Canadá han conseguido, respectivamente, 57 y 25. Este es
un dato favorable a China que los miembros de la Comisión
de Evaluación de las candidaturas han tenido muy en cuenta.
En 1998, el escándalo de los sobornos en la concesión
de los JJ.OO. de Invierno a la ciudad estadounidense de Salt Lake
City supuso un duro golpe y un serio aviso para el COI. Actuando
en consecuencia, se ha procedido a una reorganización de
este organismo encaminada a liberarlo de las presiones políticas
y económicas. Posteriormente, se concedió a varios
miembros del Comité de Deportistas el derecho a participar
en la votación de las candidaturas.
El carisma de Deng Yaping, la jugadora china de ping-pong que ha
conquistado más campeonatos mundiales y medallas de oro olímpicas,
ha sido uno de los factores decisivos en el éxito de la candidatura
olímpica de Beijing.
Imagen internacional
En los siete años venideros, Beijing establecerá un
récord de inversiones en la construcción de infraestructuras
municipales y se esforzará por reducir la distancia que la
separa de las metrópolis internacionales.
La inversión prevista, superior a los 20.000 millones de
dólares, se desglosa como sigue: la mitad se destina a la
construcción de las redes de metro y trenes de vía
ligera, autopistas, instalaciones aeroportuarias y otras infraestructuras
de transporte; una cuarta parte, a la mejora del medio ambiente;
más de 3.000 millones a las telecomunicaciones y a la informatización;
y el resto, a la construcción y transformación de
los servicios de suministro de agua, electricidad, gas natural y
calefacción.
La
organización de los JJ.OO. representa para cualquier ciudad
un rito de entrada en su madurez. Tokyo (Japón), Seúl
(Corea del Sur) y muchas otras ciudades han sido catapultadas a
la fama a raíz de su elección como sedes de tan magno
evento deportivo internacional. Del mismo modo, tras de los JJ.OO.
del 2008 Beijing contará con innumerables instalaciones modernas
y desempeñará un papel de primer orden entre las metrópolis
internacionales.
Los JJ.OO. de Sydney se caracterizaron, entre otras cosas, por la
importancia concedida a la protección del medio ambiente.
Beijing construirá también un barrio verde, la Villa
Olímpica, en cuyos 12 kilómetros cuadrados se levantarán
14 instalaciones deportivas, una aldea de periodistas, un centro
de noticias y un centro de transmisiones internacionales de radio
y televisión. Además, en la ciudad universitaria,
la zona turística del norte y en el oeste de la ciudad habrá
sendas instalaciones deportivas.
Está previsto que los JJ.OO. del 2008 incluyan 28 deportes.
El BOBICO (Comité de la Candidatura Olímpica de Beijing,
en sus siglas inglesas) planea asignar 37 instalaciones deportivas
a las competiciones y 58 a los entrenamientos. Las construcciones
de distintos estilos embellecerán Beijing.
En comparación con la internacionalización superficial,
lo más importante es la internacionalización de gran
calado. En este sentido, Beijing deberá superar la prueba
de adaptarse a múltiples y diversas culturas, adaptación
que simboliza la evolución de una ciudad hacia su verdadera
internacionalización.
Ese cambio ya se está produciendo. Apenas se anunció
que los JJ.OO. del 2008 iban a celebrarse en Beijing, el Gobierno
de China declaró que cuenta con la capacidad suficiente para
llevar a cabo todos los trabajos de construcción y que no
exigirá donaciones sociales ni personales, actitud muy diferente
a la de 1990, año en que la capital fue sede de los Juegos
Asiáticos.
En
cuanto a los derechos humanos, tema al que los medios de comunicación
extranjeros han dedicado siempre especial atención, el BOBICO
adoptó una actitud abierta y no negó que China puede
mejorar en esa dirección. Con ello recalcó que la
celebración de los JJ.OO. en Beijing contribuirá a
la resolución de esta problemática.
Wang Wei, secretario general del BOBICO, declaró: "Otorgaremos
plena libertad a la prensa. Durante la celebración de las
Olimpiadas, los periodistas podrán hacer todo tipo de reportajes
y recoger todo tipo de noticias tanto en Beijing como en el resto
del país. Asimismo, se permitirán las manifestaciones".
Cambiar la
historia
Al conocerse la victoria de la candidatura de Beijing, los medios
de comunicación extranjeros que criticaban la situación
actual de China expresaron opiniones contradictorias. Para algunos,
Beijing no está preparada para hospedar los JJ.OO., ya que
a pesar de los éxitos cosechados por la reforma y la apertura,
la situación sociopolítica de China no es lo suficientemente
estable, como se deduce de las actividades de Falungong, la contaminación
ambiental, la severa escasez de agua potable en el norte causada
por la industrialización excesiva y otros problemas que afectan
al país.
Otros, de los que el semanario estadounidense Newsweek es un botón
de muestra, creen que la organización de los JJ.OO. pone
a China unas esposas de oro y que la comunidad internacional puede
aprovechar este evento deportivo planetario para supervisar la mejora
de la situación de los derechos humanos, impulsar la democratización
social y garantizar el cumplimiento de las normas internacionales
por parte de China. Esta concepción que reduce los JJ.OO.
a un evento político se ha convertido en el leitmotiv de
los sectores occidentales contrarios a la candidatura de Beijing.
En
la presentación de candidaturas celebrada en 1993, He Zhenliang
dijo que la rivalidad por organizar los JJ.OO. no se circunscribe
en absoluto a la esfera deportiva, sino que constituye una prueba
de fuerza entre Oriente y Occidente.
Posiblemente por esta causa, el señor He expresó públicamente
en esa oportunidad su deseo de que los JJ.OO. contribuyan a cambiar
la historia.
No poca gente considera que el éxito de la candidatura de
Beijing supone tanto el reconocimiento de la comunidad internacional
al rápido desarrollo económico protagonizado por China
en los últimos años, como un indicio de que este país
en vías de desarrollo se está transformando poco a
poco en un país desarrollado y de que pronto se hará
realidad el sueño de los chinos de convertir la suya en una
gran nación.
Las opinión de que el siglo XXI será el siglo de China
es compartida desde hace tiempo por diversos sectores. Según
un informe elaborado la pasada primavera por la compañía
Lande para las fuerzas aéreas estadounidenses, en el 2015
China será un país merecedor de suma atención
y un rival en muchos ámbitos. La CIA cree que en ese mismo
año China sustituirá a Japón en el puesto de
segunda potencia económica mundial.
Estas previsiones halagan a los chinos, quienes, no obstante, reconocen
que la celebración de los JJ.OO. no constituye un factor
decisivo. Desde el inicio mismo de la reforma y la apertura, el
pueblo chino comenzó a aprender a respetar las normas internacionales;
en las dos décadas transcurridas desde entonces, la estructura
social ha ido diversificándose sin cesar y el pueblo ha gozado
de una libertad sin precedentes. Todo ello ha alterado radicalmente
la escala de valores del pueblo chino. Aunque la candidatura de
Beijing hubiese sido nuevamente derrotada, la reforma habría
seguido adelante a buen paso.
Si
de acuerdo con lo previsto China ingresa en la OMC a finales del
presente año, en el 2008 expirará el plazo de aplicación
de la política de aranceles especiales orientada a la protección
de las empresas estatales; en consecuencia, la media de los derechos
arancelarios de China descenderá hasta el siete por ciento
y las empresas foráneas disfrutarán del mismo trato
que las estatales.
Esta feliz coincidencia simboliza la armoniosa fusión de
China con el resto del mundo en el sentido más general.
Cuando en el año 2008 la bandera de los cinco anillos se
ice en Beijing, ciudad china con 5.000 años de historia,
la cultura oriental tendrá la oportunidad de mostrar al mundo
su peculiar atractivo.
HE XIN
|