Contenido de enero del 2001
 
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Las artes marciales de China

Por nuestro reportero WANG LI

LAS artes marciales, una de las actividades deportivas más populares de China (conocidas en el extranjero como kungfu), forman parte del patrimonio cultural de nuestro país.
Las milenarias artes marciales chinas, que destacan por su riqueza, han sido creadas y desarrolladas por el pueblo mediante su trabajo y su vida. Desde hace miles de años, los chinos las consideramos un medio para fortalecer la salud, cultivar el temperamento, curar las enfermedades y defenderse de la violencia. Al mismo tiempo, las artes marciales son precisamente eso, un arte, que cuenta, además, con una larga tradición.
Las artes marciales pueden dividirse en dos tipos: las de boxeo y las de armas. Aunque las de boxeo comprenden numerosas variedades, en general se dividen en neigongquan, cuya principal modalidad es el taijiquan, y changquan.
El taijiquan posee poderosas virtudes terapéuticas y tonificantes, y desde hace mucho su práctica se ha popularizado en las zonas urbanas y rurales de nuestro país. Taiji es un término filosófico chino que significa el origen del que se derivan todas las cosas. Como el significado y las formas de este boxeo siguen la teoría del yin y el yang (los dos principios opuestos de la Naturaleza, femenino o negativo el primero y masculino o positivo el segundo) -- el movimiento y la quietud, la apertura y el cierre, la verdad y la falsedad --, se le ha llamado taijiquan.
El taijiquan de mayor trascendencia histórica ha sido el de la escuela Chen, que en su proceso de desarrollo derivó en muchas escuelas diferentes. Pese a la diferencia de estilos, estructuras y fuerzas, todas ellas comparten, en lo fundamental, los mismos movimientos de las manos y las piernas, movimientos que se caracterizan por la suavidad, la continuidad, la flexibilidad y la integridad. En todos los casos, debe existir coordinación entre los movimientos y la conciencia, así como sincronía entre la respiración y las acciones.
El taijiquan es de gran valor terapéutico en el tratamiento de algunas enfermedades crónicas. Su práctica exige no sólo el movimiento de los músculos y las articulaciones, sino una respiración profunda y uniforme, desplazamientos del diafragma, así como una concentración absoluta. Todo ello contribuye a dinamizar el sistema nervioso central y a fortalecer el funcionamiento de los órganos internos. Por esta razón, el taijiquan goza de gran popularidad entre los chinos, sobre todo, entre los de edad más avanzada, puesto que su práctica constituye un medio para vigorizar la salud.
Atendiendo a sus estilos y características, el taijiquan, practicado hoy en día ampliamente en China y en el extranjero, se divide en las siguientes escuelas:
1. La Chen, caracterizada por la alternancia de movimientos vigorosos y suaves, y la combinación de movimientos rápidos y lentos.
2. La Yang, caracterizada por los movimientos flexibles y bien coordinados, así como por la corrección de las posturas.
3. La Wu, caracterizada por los movimientos rápidos y los pasos ligeros y ágiles.
4. La Sun, caracterizada por los movimientos ágiles y diestros, el ritmo rápido y la importancia de la acción de los pasos.
Según la estructura, el taijiquan se divide en tres tipos:
1. El de estructura mediana, con posturas modernas y movimientos flexibles.
2. El de estructura grande o amplia, con posturas extendidas y movimientos lentos, ligeros y firmes.
3. El de estructura pequeña, con movimientos de corto alcance y acciones y pasos ágiles.
Los variados estilos, con sus respectivas características, se adaptan a las diferentes condiciones físicas de sus practicantes.
El taijiquan ya tiene una historia de más de 300 años. En las postrimerías de la dinastía Ming (1368-1644) y a comienzos de la dinastía Qing (1644-1911), el campesino Chen Wangting, oriundo de Chenjiagou, aldea del distrito de Wenxian, provincia de Henan, inventó el tipo de boxeo llamado taijiquan. Sin embargo, el creador de este tipo de boxeo sólo lo enseñó a los miembros de su familia. A finales de la dinastía Qing, el taijiquan se había transmitido hasta Chen Changxing, descendiente de Chen Wangting de la novena generación. En cierta ocasión, Yang Luchang, originario del distrito de Yongnian, provincia de Hebei, llegó a Chenjiagou. Por la noche, cuando el padre y el hijo de la familia Chen practicaban el taijiquan en su patio, Yang los contemplaba secretamente y luego ejecutaba el taijiquan a solas. De esta manera, a lo largo de tres años, Yang fue aprendiendo esta arte marcial. Cierto día, mientras practicaba en un rincón, Yang fue descubierto por Chen Changxing, quien admiró su tenacidad y decidió tomarlo como discípulo. Así fue como el taijiquan salió de la familia Chen. Yang suprimió los movimientos violentos de la escuela Chen, convirtiéndolo en un boxeo de ritmo uniforme y movimientos ligeros, cualidades que al hacerlo más adecuado para los practicantes comunes contribuyeron a su amplia divulgación. Debido a su eficacia terapéutica y al hecho de que fortalece la salud y prolonga la vida, el taijiquan se ha convertido en una de las artes marciales más practicadas por el pueblo chino. Tanto la modalidad simplificada de 24 figuras (que comenzamos a publicar en este número), como las modalidades de 44 y 80 figuras, todas ellas practicadas ampliamente en nuestro país, se sistematizaron a partir de las las secuencias de la escuela Yang.
El boxeo largo, basado principalmente en el boxeo de Shaolin, es uno de los más antiguos de China. Este boxeo surgió en la dinastía del Sur y el Norte (408-581), y llegó a su apogeo durante las dinastías Sui (581-618) y Tang (618-907). Más tarde, evolucionó, se diversificó en múltiples escuelas y se extendió por todo el país. En los último años también se ha difundido por el exterior.
El boxeo de Shaolin debe su nombre al templo de este nombre. En la majestuosa montaña Songshan, en el distrito de Dengfeng, Henan, se levanta el templo Shaolin. Según se dice, en el año 527, un monje indio llegó a Shaolin para predicar la Escuela del Añyaña o de la contemplación. Las largas horas que pasaba sentado en una cueva agotaban al monje. Se creó entonces un método para fortalecer la salud imitando los movimientos de los ejercicios de los monjes de Shaolin y las artes marciales folklóricas de China, surgiendo de este modo el boxeo de Shaolin. Más tarde, a consecuencia de la decadencia del templo, los monjes se mezclaron con las masas populares y este tipo de boxeo se difundió ampliamente.
El rasgo principal del boxeo de Shaolin es la "dureza". En efecto, este tipo de boxeo se caracteriza por la firmeza, la suavidad inherente a la firmeza y la mezcla de estas dos cualidades opuestas. Sus movimientos son discretos, firmes, ágiles, flexibles y naturales, mientras que sus pasos son ligeros y firmes. Este tipo de boxeo hace hincapié en el uso práctico y no en las posturas bellas pero inútiles.
Las características del boxeo de Shaolin son la "destreza", es decir, la habilidad en el manejo de las técnicas y la flexibilidad en el cambio; el "aprovechamiento" de la postura y la fuerza del adversario; la "valentía", que se refiere a la determinación sin vacilación alguna; la "rapidez" de los movimientos de las manos en el lanzamiento de ataques sorpresivos contra el adversario; la "inexorabilidad", o capacidad para atacar los puntos vulnerables del rival; y los "movimientos verdaderos" sin posturas inútiles.
Las armas de las artes marciales son una evolución de las usadas en las antiguas guerras. Las armas empleadas en los campos de batalla para suplir las carencias del boxeo solamente servían para la lucha a corta distancia. Con el desarrollo histórico y el progreso de la civilización humana, las armas de las artes marciales se han transformado en utensilios para la práctica de deportes.
Entre las armas de las artes marciales, de las que existen centenares de tipos, las principales son el sable, la lanza, la espada y el bastón.
En China, los practicantes de las artes marciales prestan mucha atención al aspecto moral, lo que significa que el cultivo espiritual ocupa un importante lugar en sus ejercicios. Aunque su técnica sea excelente, nunca recurren a su superioridad para oprimir a los débiles ni herir sin razón a los demás. Por ejemplo, una estipulación del templo Shaolin establece lo siguiente: "El objetivo de los practicantes de las artes marciales debe ser el fortalecimiento de la salud...La elevada destreza sólo sirve para defenderse. Están terminantemente prohibidas las acciones crueles destinadas a tomar venganza...Hay que seleccionar a los discípulos de manera prudente y esmerada, para enseñar las artes sólo a las personas verdaderamente modestas y fieles. Al enfrentarse con un rival, debe adoptarse la forma de defensa que se corresponda con la técnica utilizada por el adversario, cuyos puntos vulnerables no deben atacarse a menos que sea estrictamente necesario". Todas las escuelas de artes marciales de nuestro país tienen sus reglamentos, que son, en general, similares a los del templo Shaolin, pese a que existan diferencias en su formulación. Esta es una de las causas de que las artes marciales chinas hayan pasado de generación en generación y de que el pueblo les haya dispensado tan buena acogida.

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