Secular
intercambio
sino-mexicano
Este artículo ha sido
elaborado con textos tomados de los siguientes autores: Profesores
Xu Shicheng, Gustavo Vargas Martínez, Felipe Pardinas y
Federico Sada González. Las fotografías están
sacadas del libro México y China, Testimonios de Amistad
y del Archivo Gráfico de la Embajada de México en
China.
SOBRE
los lazos entre China antigua y México antiguo los académicos
chinos y extranjeros han elaborado numerosas hipótesis.
Yao Silian (557-637 d.C.), historiador chino de la Dinastía
Tang, se refirió por primera vez al Estado de Fu Sang en
el apartado "Zhu Yi Zhuan", inserto en el tomo LIV del
libro Liang Shu.
Basándose en las referencias de Liang
Shu al arribo de la nave del monje chino Hui Shen al Estado de
Fu Sang en el año 499 d.C., el sinólogo francés
Joseph de Guignes afirmó en 1761 que los chinos fueron
los primeros descubridores de América y que Fu Sang era
originario precisamente de México1.
Aún no se ha llegado a una conclusión
a pesar de los dos siglos de estudios iniciadosllevados a cabo
desde comienzos del siglo XIX, con el barón F.W.H. Alexander
von Humboldt hasta los del sinólogo de finales del XX Gustavo
Vargas Martínez (UNAM).
La ruta marítima de la seda y la nao
de China
Según
los antiguos documentos chinos y extranjeros, los primeros contactos
comerciales entre China y México datan de mediados del
siglo XVI. Las naves que hacían la travesía del
Pacífico, por lo regular galeones, recibieron el nombre
genérico de la nao de China, siendo denominados
galeón de Acapulco o de Manila dependiendo del puerto del
cual zarpaban. La nao de China no sólo contribuyó
a establecer relaciones comerciales entre China y México,
sino que coadyuvó tanto a promover la amistad entre los
pueblos de la cuenca del Pacífico, como a canalizar los
intercambios entre el Oriente y el Occidente, pues las mercaderías
y las noticias llegaban al Perú, Chile y Cuba, desde donde
pasaban a Europa
Si bien España abrió una ruta
marítima con América que partía de Sevilla,
la Nao de Acapulco fue una empresa americana que a lo largo de
dos siglos y medio mantuvo con hombres y fortunas no sólo
la ruta, sino también las colonias fundadas en Asia. La
gesta que supuso enlazar Manila y las costas de Fujian y Cantón
con Acapulco, es decir, dos continentes, se debió en gran
medida al empeño de los mexicanos y cimentó la actual
tendencia a la globalización.
El 8 de octubre de 1565 arribó a Acapulco
la primera nao de China, el Galeón San Pablo, quedando
así abierta la Ruta Marítima de la Seda. Desde entonces,
la Nao de China, cargada de porcelanas y sedas chinas, y desafiando
oleadas, llegaba a México vía Manila. En 1815 estalló
la guerra y el Galeón Magallanes, partió de México
para Manila, poniendo término a la ruta marítima
China "Las Filipinas - México. Si bien fue la última
nao de China, que prolongó la milenaria "Ruta de la
Seda" hasta América, para incluso amalgamarse con
el "Camino de la plata", la otra vertiente universal
de la riqueza, a lado y lado del Océano quedaron huellas
patentes de ese intercambio, como las monedas mexicanas de plata,
que fueron de curso corriente en el Imperio chino hasta entrado
el siglo XX.
Los chinos en México

En el Archivo General de la Nación, Registro
Nacional de Extranjeros en México (AGNRNEM)2 se custodian
documentos que permiten rastrear la presencia del primer grupo
de emigrantes chinos, los culíes3,llegados a México
en 1875 (otros archivos señalan que llegaron en 1873 o
1874). Por entonces, empresarios estadounidenses se encargaban
de la construcción del ferrocarril El Paso (EE.UU.)-Ciudad
de México. Los culíes contratados para la realización
de esta obra se concentraban alrededor de Ensenada. En 1895, el
número de chinos ascendía a unos 10.000.
El 14 de diciembre de 1899, Wu Tingfang, ministro
plenipotenciario del Gobierno de la Dinastía Qing en EE.UU.,
y Manuel de Aspiroz, ministro plenipotenciario de México
en el mismo país, firmaron oficialmente en Washington el
Tratado de Amistad, Comercio y Navegación entre China y
México. Después del establecimiento de esas relaciones
diplomáticas, la colonia de emigrantes chinos en México
aumentó notablemente, llegando a alcanzar los 8.000 (3.400,
según otras fuentes).
A comienzos del siglo XX, terminada la construcción
del mencionado ferrocarril, numerosos trabajadores chinos quedaron
sin empleo y, debido a un decreto aprobado en EE.UU. contra los
emigrantes chinos, muchos de ellos se trasladaron a Mexicali.
En 1910 su número ascendía a 30.000 (o a 13.000,
según la otra fuente)4.
En 1919 Mexicali contaba con una población
de unos 10.000 habitantes, de los cuales unos 9.000 eran chinos
propietarios de granjas y tiendas, constituyendo por tanto el
grueso de la sociedad de Mexicali y sus alrededores. El mandarín
era lengua común, y los recibos escritos en chino servían
como cheques. Los teatros, casas de té, residencias y restaurantes
eran de estilo chino. El poblado se parecía tanto a una
ciudad china que se le llamaba "pequeño Cantón".

Los primeros 50 años de relaciones diplomáticas
entre China y México incluyen las postrimerías del
llamado período porfiriano, la caída del Presidente
Porfirio Díaz, la Revolución Mexicana de 1910 a
1917 y las presidencias desde don Francisco I. Madero hasta el
Lic. Miguel Alemán. China, por su parte, vivió los
últimos años de la dinastía Qing o manchú
con el reinado de los emperadores Guangsu y Puyi, y el gobierno
entre bambalinas de la emperatriz Ci Zi y los eunucos palaciegos;
la revolución de 1911, encabezada por el Dr. Sun Yat Sen;
el caos militarista y la dictadura de Chiang Kaishek (Jiang Jieshi);
la fundación del partido nacionalista Guomindang y del
Partido Comunista de China; y el establecimiento de la República
Popular China en 1948.
A comienzos de la década de los 30 había
en México unos 40.000 chinos. Atrás habían
quedado las encarnizadas luchas en que buena parte de los chinos
residentes en México perdieron su vida o su fortuna. El
gobierno de México ofreció sus disculpas al Gobierno
chino por esas pérdidas y prometió pagar 3.1 millones
de pesos como indemnización. En 1921 China y México
firmaron el Acuerdo de la Revisión Momentánea del
Tratado de 1899 entre China y México.
Tanto el Tratado como el Acuerdo vencieron en
noviembre de 1928, pero durante unos años, China y México
mantuvieron relaciones sin tener un tratado.

En los primeros años de la década
de los 30, la crisis económica mundial tuvo un fuerte impacto
en la economía mexicana. El Congreso de México aprobó
un decreto contra los emigrantes chinos, razón por la cual
en la primera mitad de los años 30 el número de
chinos en México se redujo drásticamente. La oleada
contraria los emigrantes chinos amainó en 1936con la toma
de posesión del presidente Lázaro Cárdenas.
En 1943 había en México 12.500 chinos.
Terminada la Segunda Guerra Mundial, la política
de los gobiernos mexicanos con respecto a la emigración
china se ha mostrado cambiante, fluctuando entre la restricción
y la flexibilidad.
El 26 enero de 1959 el General Lázaro
Cárdenas visitó China, iniciando así una
serie ininterrumpida de visita de exmandatarios y presidentes
mexicanos a este país. El Ing. Cuauhtémoc Cárdenas
acompañó a su padre, el General Cárdenas,
y a Alejandro Carrillo Marcor, en la entrevista que mantuvieron
con el Presidente Mao Zedong, Soon Chinling (viuda del Dr. Sun
Yat Sen), el Premier Zhou Enlai, el escritor Kuo Moruo, antiguo
Vicepresidente de la Asamblea Popular Nacional y Ministro de Cultura,
y con Liao Chengzhi, Presidente de la Asociación de Amistad
del Pueblo Chino con el Extranjero.
Entre
septiembre y octubre de 1960 el expresidente Emilio Portes Gil
visitó China. En esa ocasión tuvo oportunidad de
asistir a los actos conmemorativos de la fundación de la
República Popular China y conversar con Mao Zedong y Zhou
Enlai. Fruto de esa visita y esos encuentros fue su libro China,
publicado al año siguiente.
En 1969 había en México unos 16.800
chinos y descendientes de chinos, ocupando estos últimos
las dos terceras partes.
En 1971 el presidente Luis Echeverría
anunció el reconocimiento de la República Popular
China como único gobierno legítimo de China en la
XXVI Asamblea General de la ONU y apoyó la restauración
de la posición legítima de la RPC dentro de dicha
organización.
El 14 de febrero de 1972 México rompió
sus relaciones con las autoridades de Taiwán y estableció
relaciones diplomáticas con la RPC. Tras el establecimiento
de relaciones diplomáticas, China y México han mantenido
sus relaciones y cooperación amistosas en pie de igualdad,
incrementándose constantemente los intercambios bilaterales.
Desde ese entonces, todos los presidentes mexicanos han visitado
China, mientras que el presidente Jiang Zemin ha visitado México.

La más reciente visita de Estado, la
el Sr. Presidente Vicente Fox, servirá para estrechar aún
más los lazos de amistad y cooperación entre ambos
pueblos.
Los sucesivos gobiernos mexicanos no han discriminado
a los emigrantes chinos, puesto que les han dispensado el mismo
trato que a los emigrantes procedentes de otros países.
Se calcula que en la actualidad hay en México
unos 10.000 chinos y descendientes de chinos, en su mayoría
originarios de la provincia de Cantón. Los chinos se concentran
relativamente en las fronteras norteñas y en las costas
de México, sobre todo en las ciudades de Mexicali, Tijuana,
Ensenada y Ciudad de México. La mayoría de los chinos
son trabajadores y pequeños propietarios; existe también
un reducido número de grandes empresarios y granjeros,
profesores, médicos, ingenieros y funcionarios públicos.
HERMANAMIENTOS
Acapulco y Qindao (1985)
Toluca y Nanchang (1988)
Mexicali y Nanjing (1991)
Monterrey y Shenyang (1993)
Tijuana Y Panji, Liaoning (1995)
Culiacán y Fuzhou (1996)
Culiacán y Wuhan (1996)
Santiago de Querétaro y Shijiazhuang
(Hebei) (1996)
Estado de Jalisco y Shanghai (1998)
Ensenada y Pulandian
Gobierno del Estado de Nuevo
León y Gobierno Provincial de Zhejiang
(*Notas del prólogo del
libro México y China, Testimonios de Amistad, recopilación
del Embajador Cecilio Garza Limón,Beijing, junio 2001.)