Contribución
de los chinos de ultramar
A mediados del siglo XIX, China era en una sociedad
semicolonial y semifeudal. Ante esta situación, fueron innumerables
los campesinos que habiendo sido despojados de sus tierras decidieron
abandonar su tierra natal y trasladarse al extranjero.
Desde fechas muy tempranas, los chinos residentes
en el extranjero y los chinos de ultramar comenzaron a dedicarse
a los negocios. Poco a poco, sus actividades comerciales fueron
integrándose en la economía del país al que
habían emigrado, terminando por convertirse en una poderosa
fuerza económica transnacional.
En la actualidad hay 37 millones de chinos distribuidos
por más de 100 países y regiones.
Gracias a la política de apertura iniciada
por China a finales de la década de los 80, son muchísimos
los chinos que después de haber residido poco o mucho tiempo
en el extranjero y de haber logrado el éxito en su profesión
regresan llenos de entusiasmo al gran continente chino.
Wang Heng, nacido en 1948 en Guangzhou, pasó
su juventud en Taiwan y luego emigró a EE.UU. Tras terminar
sus estudios, Wang Heng permaneció en EE.UU., donde se dedicó
a la hostelería y a los negocios inmobiliarios. Después
de informarse sobre el terreno mediante la visita de varias ciudades
chinas, pasó por Nanjing, donde se entrevistó con
Wang Bingrong, alcalde de esta ciudad. Wang Heng dijo: Creo
que estaba destinado a venir a Nanjing; de ahí que durante
mis viajes de investigación por China, el destino me llevara
finalmente a esta ciudad. El alcalde Wang Bingrong le comunicó
que el municipio de Nanjing había presentado una propuesta
para la construcción de una obra arquitectónica que
simbolizase Nanjing y que si estaba interesado en ejecutar este
proyecto contaría con el apoyo del gobierno municipal. Para
Wang Heng, que se ha dedicado a varios negocios, la construcción
de un edificio de 60 pisos y 214 metros de altura era un sueño
que había acariciado largos años. Dispuesto a convertirlo
en realidad, después de conversar con el alcalde Wang Bingrong
tomó la decisión de invertir en Nanjing.
En 1997 se construyó la Ciudad Comercial
Internacional Jinying, denominada popularmente Primer edificio
de Jiangsu. Situada en el centro de la ciudad de Nanjing,
es la primera obra arquitectónica que simboliza la modernización
de esta capital provincial. La aparición de esta ciudad comercial
ha promovido la gestión de los servicios y la proliferación
de empresas relacionadas con los hoteles de alta categoría.
Por otra parte, la Compañía Jinying ha llevado a cabo
con un éxito notable diversos proyectos inmobiliarios, entre
ellos el de la Aldea de la Montaña de Qinglian y el de la
Nueva Ciudad de Hanzhong, habiéndose vendido 260.000 kilómetros
cuadrados de superficie construida.
Wang Heng ha cosechado éxitos al invertir
en la parte continental de China. La experiencia acumulada le ha
permitido encontrar una vía para desarrollar su empresa en
Nanjing. Wang Heng ha mostrado siempre un profundo respeto por el
doctor Sun Yat-sen, fundador de la República Nacional China,
razón por la cual ha donado fondos para erigir una estatua
del doctor en la bocacalle de Xinjiekou. Antes de convocar la reunión
de empresarios y comerciantes chinos, Wang ha realizado numerosos
trabajos preparatorios.
Zheng Shaoming, presidente de Juguetes Gaobao
S.A. (Nanjing), nacido en 1962 en la provincia de Fujian, emigró
hace muchos años a Indonesia, país en el que estableció
con éxito su negocio. A mediados de los años 50, entusiasmado
con la rápida construcción del país, Zheng
regresó a China. En 1976, año en que China comenzó
a abrir sus puertas al exterior, Zheng acompañó a
sus padres a Hong Kong, donde hizo algunos negocios. Zheng considera
que Hong Kong se caracteriza principalmente por poseer una economía
desarrollada en la que todos sus sectores funcionan a la perfección;
si no se cuenta con una fuerza real, es muy difícil prosperar
en este emporio de la modernidad. A su parecer, para él lo
más conveniente es buscar las oportunidades en los países
subdesarrollados.
Tras visitar numerosas localidades chinas, en
1992 Zheng abrió una fábrica en el distrito de Jiangpu
y se estableció en Nanjing. Al rememorar los inicios de su
fábrica, Zheng recordó emocionado el apoyo que le
prestó el jefe de dicho distrito. Puesto que en aquel entonces
el mercado chino de los juguetes era prácticamente inexistente,
Zheng tuvo que hacer frente a no pocas dificultades durante el establecimiento
de su fábrica, dificultades que pudo vencer con la ayuda
del jefe del distrito. Tras ocho años de esfuerzos continuados,
los dos millones de dólares invertidos al comienzo de su
aventura empresarial se convirtieron en 40 millones de yuanes, mientras
que el valor de la ventas llegó a los 100 millones de yuanes.
Actualmente, el mercado chino de los juguetes está en auge,
como lo demuestra, por ejemplo, el hecho de que el Presidente Jiang
Zemin, Zhu Rongji, Li Peng y otros altos dignatarios del país
regalen juguetes producidos precisamente en la fábrica de
Zheng. A la hora de invertir su capital en el establecimiento de
una fábrica, Zheng se decidió por Nanjing debido a
su excelente situación geográfica, circunstancia que
facilita la distribución de sus productos a cualquier punto
de China y del extranjero.
Durante estos últimos 20 años, tanto
los capitales foráneos como su utilización han aumentado
incesantemente a un ritmo anual del 13,43%. La gente de negocios
que antes invertía principalmente en Hong Kong y Taiwan ha
trasladado sus actividades a la parte continental de China; hasta
el año 2000, ya habían invertido en Nanjing más
de 70 países y regiones, llegando a 34 el número de
compañías transnacionales que contaban con sucursales
en esta ciudad. En los últimos cinco años se han emprendido
157 proyectos, la mayoría de ellos financiados por empresarios
chinos del continente y de ultramar, en cada uno de los cuales se
han invertido más de diez millones de dólares. Los
chinos provenientes de Hong Kong, Taiwan, Macao, Singapur, Europa
y América del Norte han invertido 2.500 millones de dólares
en el establecimiento de 3.800 empresas.
La industria, el comercio y las finanzas
constituyen tres de las principales fuerzas económicas del
mundo actual, sobre todo en el sudeste de Asia, y desempeñan
un papel de primer orden en el desarrollo económico de los
países donde se han establecido los emigrantes chinos. Éstos
han dejado de dedicarse exclusivamente a los negocios tradicionales,
como las lavanderías y los restaurantes, han creado empresas
de nuevas tecnologías y han cosechado éxitos considerables.
Valgan estos dos ejemplos: un tercio del famoso Silicon Valley (California,
EE.UU.) es propiedad de chinos de ultramar y un tercio del mercado
mundial de productos informáticos y electrónicos pertenece
a chinos. Estamos convencidos de que la celebración de la
VI Feria Mundial de Empresarios y Comerciantes Chinos facilitará
la puesta en práctica del eslogan: "Colaboramos en el
nuevo siglo y avanzamos juntos en el desarrollo y la paz. ¡En
el nuevo siglo haremos mayores contribuciones al desarrollo económico
mundial!".
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