Contenido de Junio del 2001
 

 

Una ciudad cultural

Nanjing es una ciudad de más de 2.400 años de antigüedad. En el período de los Reinos Combatientes (333 a.C.), el rey Wei del reino Chu fundó la ciudad de Jinling en los alrededores de la montaña de Qingliang, razón por la cual Nanjing es conocida también con el nombre de Jinling. También se la conoce como “antigua capital de seis reinos”, puesto que durante los 300 años siguientes, seis reinos y dinastías tuvieron aquí su capital. Hace 600 años, Zhu Yuanzhang, primer emperador de la dinastía Ming, eligió esta ciudad para fundar su reino y empezó a referirse a ella llamándola Nanjing .

Nanjing limita al norte con la llanura de Jianghuai y al este con el delta del ríoYangsté, que atraviesa la ciudad de noreste a suroeste. Su cota más elevada se encuentra en la montaña de Zijinshan, en cuya cima se alza el primer observatorio astronómico moderno construido por China. Desde el observatorio, se divisa en lontananza una vista panorámica de Nanjing junto con sus numerosas reliquias culturales.

Al oeste del observatorio, rodeado de montañas y bosques, se encuentra el cementerio de Mingxiao, donde se conserva la tumba de Zhu Yuanzhang, primer emperador de la dinastía Ming (1368-1644). De sus 15 descendientes, 13 fueron enterrados en el cementerio imperial de Changping (distrito de Beijing), el cementerio más grande del mundo. Pero sólo en Mingxiao se respiran la grandiosidad y la solemnidad que emanan del primer emperador y las altas montañas. Chen Qi, joven rector adjunto del Instituto Shangmei de la Academia de Bellas Artes de Nangjing, dijo que su vocación por éstas nació entre los muros rojos y los fragmentos de ladrillos de este cementerio, testimonios todos ellos de la historia. Los nanjineses son realmente afortunados, pues en su tiempo libre pueden desplazarse a la zona turística de Zijinshan, que está solamente a algo más de diez minutos de camino, para pasear entre la historia y la naturaleza.

A diferencia del cementerio de Mingxiao, rodeado de montañas, el cementerio de Zhongshan, última morada del ilustre personaje que le da su nombre, está situado en una ladera expuesta al sol y resulta más imponente. Desde lejos se perciben claramente sus tejas vidriadas azules y sus blancas escaleras de piedra. Este cementerio, construido en 1929, tiene forma de campana y ocupa una superficie de 3.000 hectáreas, 2.000 de las cuales están cubiertas de bosque. La racionalidad de su disposición es un fiel exponente de la arquitectura tradicional china. Una escalera de 329 peldaños conduce por entre verdes bosques desde el pie de la montaña hasta el cementerio de Zhongshan. Enfrente del cementerio se lee la inscripción “El estado es para todo el pueblo”, palabras de Sun Yatsen que quedan también grabadas en el corazón de los visitantes.

Al oeste de la montaña de Zijinshan se halla la Nanjing antigua, construida por orden del emperador Zhu Yuanzhang con el objetivo de controlar desde esta posición elevada los lagos y ríos de importancia estratégica. A pesar del tiempo transcurrido, la ciudad antigua, sobre todo su entrada, por la cual circulan automóviles y bicicletas, sigue dejándose ver entre las construcciones modernas. Al aproximarse a la ciudad, el río Changjiang se divide en dos brazos: uno de ellos bordea primero la ciudad de sureste a suroeste formando una protección natural, para volver luego al cauce principal del río Changjiang, por lo que se le llama el río exterior de Qinhuai; el otro, conocido como río interior de Qinhuai, al entrar en la ciudad se ramifica en varios canales que discurren por entre los antiguos callejones, ocupando 24 kilómetros cuadrados, área que representa el 38% de la superficie de la ciudad. A una y otra orilla del río interior de Qinhuai se extiende una zona comercial y de viviendas que a lo largo de más de 1.800 años fue lugar de residencia de nobles, ricos, eruditos y artistas, y sede de grandes tiendas y famosas marcas. Ahora, la vista nocturna de esta parte de la ciudad encandila a los turistas.

A partir de 1984, con la mente puesta en el desarrollo comercial y turístico, el municipio de Nanjing comenzó a dar importancia a la mejora de las infraestructuras y a la protección de las reliquias históricas. Los resultados de estos trabajos pueden comprobarse en las obras que se han realizado recientemente en el barrio de Qinhuai, como la calle de los restaurantes, la plaza del castillo Zhonghuamen y la calle comercial de Zhonghualu, las cuales también forman parte de la zona turística de Qinhuai.

Al pasear por la calle más animada del barrio de Qinhuai, pavimentada con finas losas, se percibe con fuerza el choque y la amalgama de la civilización occidental y la antigua cultura china: en el segundo piso de los numerosos edificios chinos antiguos que se levantan a uno y otro lado de la calle hay casas de té y tabernas chinas de estilo tradicional, mientras que en el primero se han instalado establecimientos de Kentucky Fried Chicken y tiendas de estilo occidental como la de Giordano; vistos desde lejos, los faroles son típicamente chinos, pero al observarlos de cerca se comprueba que llevan encima un anuncio de Coca-Cola. Lo más interesante de Gongyuan, el mayor recinto en el que se realizaban los exámenes imperiales, es un conjunto de figuras de cera que representan a los participantes en los mismos: unos, rendidos por el cansancio tras nueve días consecutivos de pruebas, descansan sobre una mesa; otros, faltos de talento, recurren a las trampas; los mejor preparados escriben rápidamente; y entre los examinandos aparece incluso un anciano de ochenta años.

En el barrio de Qinhuai se encuentran el Callejón de los Trajes Negros, nombre derivado del uniforme negro que llevaban los militares imperiales, y el Templo de Confucio, lugar en el que se veneraba a este santo varón. A ambos lados de dicho templo hay sendos mercados muy frecuentados en los que se venden un sinfín de objetos chinos, como botellines de rapé, diminutas esculturas de la familia Luo, conjuntos ornamentales, teteras, tinteros, abanicos de seda, piedras preciosas y pintura de soldadura en madera, todos los cuales reflejan la vitalidad de la cultura tradicional china. Los turistas tanto chinos como extranjeros se deleitan con platos típicos que también cuentan con una larga tradición, entre ellos los huevos de cinco sabores, el queso de soja fermentado, las tortillas de dos sabores, la sopa de pato y la sopa de tallarines. Al llegar la noche, un barco acerca a los turistas hasta los callejones antiguos más recónditos.

Debido a la temprana influencia de la civilización occidental, Nanjing fue la ciudad donde primero se produjo el fenómeno de la combinación de las culturas china y occidental. No obstante, en el campo la cultura tradicional china ha permanecido profundamente arraigada durante largo tiempo. Decididos a adaptarse a las nuevas tendencias marcadas por la reforma y la apertura, los campesinos de las cercanías del barrio de Jiangxinzhou han ido cambiando su vieja mentalidad y están preparándose para actuar vigorosamente en la apertura de Nanjing y abandonar el papel de segundo orden que han venido desempeñando.

Jiangxinzhou es un barrio del norte de la ciudad situado en una pequeña isla del río Changjiang cuya cobertura forestal es del 45%. Los vecinos de este barrio, que tiene una superficie de 15 kilómetros cuadrados y una población de 12.000 habitantes, han aprovechado sus ventajas y han construido un museo de usos y costumbres, una casa de té y una sala de exposiciones sobre las bodas locales. Además, organizan visitas a familias de campesinos y otras actividades para dar a conocer las costumbres populares.

Zhou Ailing, administradora del museo, es ágil y diestra en su trabajo, y domina su propia técnica de preparación del té de Yuhua, el típico de Nanjing. Partiendo de las experiencias ajenas que asimiló en su niñez, Zhou ha inventado nuevos métodos de preparación de esta infusión. Tiene varios libros sobre el arte del té en Nanjing y posee una magnífica colección de teteras. En una de las salas del museo se exhibe una tetera de bronce de la dinastía Ming que compró en la provincia de Anhui. Zhou dijo que a los turistas extranjeros también les gusta el té que ella prepara.

Siguiendo el consejo de un turista, Lu Weihan, un campesino de cuarenta años, concibió la idea de construir un recinto para mostrar antiguos utensilios usados en el campo y crear así un nuevo atractivo turístico. En poco tiempo, reunió más de 500 utensilios empleados en la fabricación de papel, la impresión y la molienda del arroz. Gracias a su acertada apreciación de la situación, el verano pasado su colección fue visitada por cerca de 20.000 turistas. Lo que más valoran los visitantes es el siguiente lema que aparece entre los avisos: “El desarrollo es lo más importante”. Esta frase confirma la adaptación de los campesinos a nuestra época y al desarrollo social.

Al caer la noche, la ciudad se ilumina. La carretera que atraviesa los bosques que protegen del viento serpentea como un dragón dorado hasta las afueras del este de la ciudad. Favorecidos por la iluminación, los hoteles y edificios del barrio comercial de Xinjiekou ven realzada su belleza; un sinfín de automóviles circulan por los dos puentes tendidos sobre el río Changjiang; el Nanjing nocturno ofrece un bello espectáculo que la gente anhela contemplar. Al cerrar la noche, el telescopio que nos permitirá explorar un mundo profundo y misterioso asoma por el ventanal de la bóveda del observatorio astronómico.

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