Contenido de mayo del 2001
 

Pasando revista a las relaciones sino-mexicanas

El Sr. Luis Echeverría, Presidente de México entre 1970 y 1976, y gran amigo del pueblo chino, participó en el concurso de artículos sobre el cincuentenario de la fundación de la República Popular China, patrocinado por Radio Internacional de China en 1999. Con el artículo que publicamos al final de este reportaje, el Sr. Echeverría obtuvo un premio especial honorífico en la emulación. Radio Internacional de China me encargó conferir una medalla a este ilustre premiado mexicano. Pero el Sr. Echeverría ha estado ausente de nuestro país durante mucho tiempo, razón por la cual no pude cumplir el encargo que se me había encomendado hasta noviembre del año pasado.

Era una tarde hermosa y apacible. Mi cita con el expresidente mexicano tuvo lugar en su residencia. Cuando le presenté el certificado y la medalla concedidos por Radio Internacional de China, este anciano venerable de 79 años se emocionó muchísimo y examinó detenidamente aquellos apreciados regalos.

Enseguida, el Sr. Echeverría echó una mirada retrospectiva al proceso de establecimiento de relaciones diplomáticas entre China y México. Al mismo tiempo, nos habló de sus impresiones después de visitar China en numerosas oportunidades. El expresidente mexicano señaló que la gran admiración que profesa por China constituyó la base del reconocimiento diplomático mutuo de México y China. En su opinión, durante su desempeño del cargo de presidente de México este acontecimiento fue siempre considerado un hecho que le honraba.  A lo largo de los 30 años transcurridos desde entonces, las relaciones sino-mexicanas han resistido la prueba del tiempo y han experimentado un feliz desarrollo. Ello se puso especialmente de manifiesto en octubre de 1971, cuando en la Asamblea General de las Naciones Unidas se discutió la admisión de la República Popular China en esta organización internacional. Al pasar revista a este fragmento de la historia, el Sr. Echeverría dijo: “A mediados de julio de ese mismo año recibí en la residencia presidencial de los Pinos una llamada de Richard Nixon. El entonces presidente estadounidense me pidió, ‘con todo el respeto’ por la soberanía de México, que se estudiara nuevamente nuestro voto, que éste fuera negativo y que se dieran las oportunas instrucciones a nuestro delegado permanente en la ONU para cuando se discutiera el ingreso de la República Popular China en dicha organización. Pero en lugar de enviar instrucciones al delegado mexicano para que votara en contra, en octubre de 1971 decidí ir personalmente a la ONU. Ante la su Asamblea General dije que me parecía inconcebible que la República Popular China no estuviera representada en este importante organismo internacional. Y, considerando que a esas alturas ya se discutía la propuesta de Washington de que Taiwan, a pesar del ingreso de China Popular, permaneciera en la ONU y en su Consejo de Seguridad, agregué que la presencia de las dos chinas resultaba algo inimaginable, puesto que la soberanía nacional es indivisible. Durante los últimos 20 años, se han operado grandes cambios en el mundo. Sin embargo, la historia ha demostrado que la decisión tomada por el Gobierno mexicano en aquel entonces fue totalmente justa”. Al evocar todo lo ocurrido en el pasado, en el rostro del Sr. Echeverría brillaban la alegría y la satisfacción.

Acto seguido, este expresidente mexicano recordó sus siete visitas a China y continuó diciendo: “En cada uno de mis viajes he constatado los avances de China en los ámbitos de la ciencia, la tecnología, la agricultura y el crecimiento económico, avances que han provocado una verdadera revolución industrial y que constituyen un ejemplo para el resto del mundo”. Luego señaló que el talento y la sabiduría de los dirigentes estatales de la vieja generación de China, entre ellos Mao Zedong, Zhou Enlai y Deng Xiaoping, le causaron una profunda impresión. Por eso, todavía hoy pueden verse tanto en su estudio como en su sala de visitas las fotografías ampliadas que le tomaron durante sus entrevistas con dichos dirigentes chinos.

El Sr. Echeverría explicó que como presidente de estado visitó 36 países. No obstante, la cordial acogida que le dispensó el pueblo chino con ocasión de su visita fue de una magnificencia incomparable; y mientras viva no olvidará aquella escena protagonizada por miles y miles de chinos agolpados a ambos lados del camino para darle la bienvenida. Pero el acontecimiento que a su juicio revistió mayor importancia se produjo en julio de 1997, fecha en la que realizó su último viaje a nuestro país para asistir a la ceremonia de transferencia de la soberanía de Hong Kong a la República Popular China. El Sr. Echeverría manifestó al respecto: “Sentí un arrebato de emoción al ver izarse la bandera nacional de China en territorio hongkonés. El retorno de Hong Kong y Macao a la madre patria ya forma parte de la historia. Pero China todavía no ha unificado todo el país. Confío en que se me invite a la ceremonia de transferencia de la soberanía de Taiwan a China; espero que el día en que eso ocurra no tarde en llegar”. Las palabras del Sr. Echeverría me tocaron en el alma y al mismo tiempo me hicieron creer que, “como amigo que siempre he sido del pueblo chino” (según dijo literalmente), habían salido de lo más profundo de su corazón.

Sin darnos cuenta, nuestra conversación se había prolongado durante más de una hora. En ese momento, nuestro anfitrión nos invitó a conocer su casa y su sala de exposición. El patio, sombreado por los árboles, nos pareció muy sencillo y tranquilo; todo en él evidenciaba el ardiente amor que este anciano siente por la vida. La sala de exhibición registra toda la carrera política de este ilustre personaje. Después de entrar en la sala, el Sr. Echeverría nos condujo ante una enorme fotografía, que cubría casi por completo una de las paredes, en la que aparece junto con el Primer Ministro Zhou Enlai y que fue tomada en 1973, año en el que visitó China por primera vez. Señalándola con la mano, el Sr. Echeverría nos dijo que para él había sido un gran honor fotografiarse con Zhou, uno de las personalidades más destacadas del siglo XX. En la misma sala guarda una fotografía en la que aparece junto con el Presidente Mao Zedong; al respecto nos comentó que aún hoy sigue guardando muy frescos en la memoria todos los detalles de su entrevista con Mao.

Finalmente, el Sr. Echeverría nos invitó a ver un noticiario cinematográfico sobre su visita a China. Aquellas escenas, testimonios imperecederos del desarrollo de las relaciones amistosas entre China y México, quedarán grabadas para siempre en el corazón de ambos pueblos.

CHAO XUEHONG: Corresponsal jefe de Radio Internacional de China en México.

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