Vida

La apertura y la prosperidad
económica han permitido al pueblo cantonés elevar su nivel
de vida y cultivar su espíritu de ciudadanos modernos. El
estilo de vida y la cultura de los cantoneses tienen características
propias.
La
apertura diversifica los estilos de vida
Tanto en las húmedas mañanas
veraniegas como en los templados atardeceres invernales, el campo
libre del Parque del Pueblo de Guangzhou rebosa de ciudadanos que
practican bailes de salón o que cantan fragmentos de la opéra
de Guangdong. Los cursos gratuitos de bailes de salón atraen
a personas de mediana aún pletóricas de energía;
las clases de la semana se anuncian en una pizarra. La mezcla de
posturas tradicionales, música moderna y bailarines vestidos
con prendas antiguas es un reflejo de una ciudad a caballo del pasado
y del futuro en la que se amalgaman lo oriental y lo occidental.
El
Parque del Pueblo es producto de esa fusión y testigo del
devenir histórico. En el lugar donde se encuentra estuvo
la sede del gobierno local desde la dinastía Sui (581-618)
hasta la dinastía Qing (1616-1911). Influido por la cultura
occidental, en 1917 Sun Yat-sen sugirió sustituir su nombre
por el de “Primer Parque”; en 1926 pasó a llamarse “Parque
Central”; y en 1966, coincidiendo con los inicios de la “revolución
cultural”, se decidió llamarlo “Parque del Pueblo”. Pero
su transformación más significativa se produjo en
1998, año en que se derribaron los muros que durante tanto
tiempo habían mantenido cerrado el parque y la sede del gobierno
provincial de Guangdong; gracias al embate de la apertura, el parque
se convirtió en una plaza completamente abierta.
Además de aficionados
a los bailes de salón y cantantes de ópera, al parque
acuden muchos ancianos que llevan sus nietos a pasear y gente que
se sienta a leer el periódico y a tomar té. Frente al edifico
del gobierno provincial, de acentuado sabor antiguo, se extiende
por el parque una atmósfera de alegría y tranquilidad.
A orillas del río Zhujiang, en lo que durante los años
20 y 30 del siglo pasado fue un terreno cedido a los occidentales
para comerciar con el exterior sin restricciones, aún se
mantienen en pie muchos edificios de estilo occidental; como si
la historia hubiese dado marcha atrás, se ven turistas extranjeros
de pelo rubio y ojos azules sentados bajo toldos de estera. En el
barrio de Xiguan (Paso del Oeste), no lejos de aquí, reina
otro ambiente. En este lugar vivían los comerciantes ricos,
mientras que los funcionarios solían establecerse en Dongshan
(Montaña del Este). Ello explica la costumbre popular de
describir a las hijas y a los hijos como “muchachas de Xiguan” y
“muchachos de Dongshan”, respectivamente. Hoy en día Xiguan
está muy deteriorado. En los muros de las pequeñas
casas medra el musgo y menudea el carácter chino “chai” (derribo)
pintado con grandes trazos rojos, todo lo cual impregna el lugar
de nostalgia. La mayoría de quienes residían aquí
ya se han mudado, puesto que el gobierno tiene en proyecto la construcción
de un metro que pasará por esta zona. Algunas familias todavía
no se han trasladado; de vez en cuando, aparecen por los callejones
ancianas encanecidas de rostro inexpresivo que poco tienen que ver
con las alegres y bellas muchachas de antaño. Al igual que
estas ancianas, la vieja ciudad va desapareciendo a medida que se
desmantelan las antiguas puertas talladas, cediendo su lugar a una
serie de altos edificios de idéntica fisonomía.
Pero la manera de vivir no se
elimina ni sustituye con la misma facilidad. El sabor de los bocadillos
de Xiguan sigue siendo fiel a los principios de la gastronomía
cantonesa. Los pequeños puestos de platos baratos pero substanciosos
evocan tiempos pasados. La gente de edad sigue acudiendo a estos
puestos con su periódico y pasa en ellos toda la mañana
consumiendo uno o dos platillos. Los parques también son un buen
lugar para los ancianos. A diferencia de la imperial Beijing, esta
ciudad está imbuida de un acentuado sentido realista y práctico.
En comparación con Guangzhou,
las ciudades de Shenzhen y Zhuhai son frescas y vivas, constituyendo
otra faceta del atractivo de Guangdong. Hace cuatro años,
al igual que otros hongkoneses la señora Zhang vivía
en Hong Kong y trabajaba en Shenzhen; pero ahora, como muchos otros
hongkoneses, prefiere vivir en Shenzhen, ya que en esta ciudad puede
disfrutar de más espacio y tranquilidad. Shenzhen se ha convertido
en el jardín trasero de Hong Kong.
Zhuhai se construyó con
miras al turismo. A lo largo del río discurre la amplia Avenida
de los Enamorados. Las noches de verano y durante la cosecha de
la toronja, pequeños grupos de jóvenes suelen darse
cita en este lugar para contemplar el mar y comer toronjas. Es una
ciudad apacible y poco poblada, pero equipada con buenos servicios.
Sus innumerables paisajes pintorescos acrecientan su encanto.
Con el objetivo de convertirse
en una ciudad más internacional, Guangzhou está intentando
introducir nuevos estilos de vida, iniciativa que se ha materializado
en el establecimiento de numerosos tiendas que permanecen abiertas
las 24 horas del día. En estas tiendas, poco espaciosas pero
bien distribuidas por toda la ciudad, se venden no sólo comida
y artículos de uso cotidiano, sino medicamentos y otros productos
que satisfacen las urgencias de los ciudadanos. Los precios también
son internacionales, puesto que son entre un 10 y un 20 por ciento
más altos que los de los supermercados ordinarios. Las farmacias
y los bancos también están empezando a implantar el horario
de 24 horas. Los cantoneses, deseosos de que su ciudad adquiera
una fisonomía internacional, creen que la diversidad y la
calidad de los servicios ofrecidos las 24 horas del día son
un baremo de la internacionalización de las ciudades.
Centro
de la cultura moderna
A
pesar de que las presencia de viejas casas estampaba en Guangzhou
el sello del tiempo, la apertura económica propició
su papel pionero en todos aspectos. De ahí que los jóvenes
la consideren el lugar más conveniente para prosperar.
En los primeros años de
la década de los 80, momento en que comenzó la apertura,
la famosa cantante taiwanesa Deng Lijun, a la que luego el pueblo
chino nombró “emperatriz del mundo de la canción”,
se introdujo en la parte continental desde Hong Kong pasando por
Guangzhou. Sus canciones influyeron en todo una generación.
Guangdong sigue siendo la provincia donde la mayoría de los
cantantes de moda en China inician su andadura por el camino del
éxito. Las novedades se han introducido incluso en el ballet. Zhang
Dandan, alma de la Compañía Central de Ballet de Beijing,
fue a esta ciudad para fundar la Compañía de Ballet
de Guangzhou, trayendo consigo un arte desconocido para la población
local e impulsando su propio proyecto.
Uno
de los rasgos distintivos de la prensa de Guangdong es su talante
abierto y tolerante. La inclusión de mayor contenido político,
económico y cultural de ámbito internacional, así
como la utilización de formas de expresión más
libres han sido imitadas por los periodistas de otras regiones.
Cabe afirmar que la apertura de los círculos periodísticos
ha contribuido al desarrollo económico de Guangdong y que
éste, a su vez, ha impulsado los avances culturales. Los periódicos
de distribución nacional, como Fin de Semana del Sur,
Reportaje Económico del Siglo XXI y Ciudad del
Sur, dedican más páginas a la cultura, la política
y la economía internacional; y a diferencia de los de Beijing,
emplean un estilo más acorde con los gustos de la clase media.
Estos periódicos publican artículos extraídos
de Océano Atlántico, una de las revistas mensuales
más leídas por los intelectuales estadounidenses.
La lectura de dichos artículos permite conocer la influencia
que las ideas de los transcendentalistas estadounidenses Henry David
Thoreau () y Ralph Waldo Emerson han ejercido en la sociedad moderna;
en ellos pueden encontrarse asimismo reflexiones y consideraciones
sobre la protección del medio ambiente y la evolución
de la cultura. La apertura y el progreso de Guangdong se manifiestan
claramente a través de los medios de comunicación.
Desde la puerta de Guangdong abierta de par en
par, mirando hacia fuera se ve un mundo nuevo y mirando hacia adentro
se percibe una China en constante transformación.
|