Obra maestra del urbanismo
En septiembre pasado, se celebró
en Guangzhou la Reunión Anual de los Miembros del Consejo
de la Sociedad Mundial de Metrópolis 2000, encuentro en el
que participaron alcaldes y representantes de más de 60 países.
La ciudad de Guangzhou causó en todos ellos una profunda
y bella impresión.
Ciertamente, no hay nadie que no elogie a Guangzhou por
su hermosura. “Un pequeño cambio cada año, un cambio
mediano cada trienio y un gran cambio cada decenio” están operando
en Guangzhou transformaciones extraordinarias.
La ciudad
del smog se ha convertido en una ciudad limpia; sus estrechas calles
han sido ensanchadas; y las turbias aguas del río Zhujiang
fluyen ahora claras. Desde la planta 83 del Edificio Zhongxin, construcción
emblemática de Guangzhou, se divisa una ciudad inmersa en un
jardín gigantesco, un lugar ideal para vivir y trabajar.
Joan
Clos, alcalde de Barcelona (España) y presidente Asamblea
Mundial de Ciudades y Autoridades Locales (AMCAL),
manifestó: “Esta es mi primera visita a Guangzhou. Es una
de las mejores ciudades que he visitado. Es algo impresionante.
Me resulta difícil decir qué momento ha sido el más
alegre de mi estancia aquí”.
Los cantoneses sonríen ante tales elogios. Sin embargo, lo cierto es
que han realizado muchos esfuerzos por reverdecer su ciudad.
Guangzhou, una ciudad muy poblada
La
primera impresión de los turistas que visitan Guangzhou es
que en esta ciudad vive mucha gente.
Los comerciantes de las provincias vecinas de Hunan y Jiangxi
vienen por la mañana a Guangzhou con los bolsillos llenos y
regresan por la noche con las mercancías ya compradas.
Guangzhou es una ciudad franca e inundada de ensueño.
Todos los días, 150.000 pasajeros entran y salen de Guangzhou
en tren.
Todos los días, 60.000 hongkoneses entran y salen de Guangzhou
por la estación este del ferrocarril.
Guangzhou tiene registrados un millón y medio de automóviles.
Hace años, la primera impresión de los visitantes
era que las multitudes se apiñaba en Guangzhou. Como si de
una gigantesca serpiente negra se tratara, los pasos elevados ondulaban
por entre los edificios, de modo que los pasajeros casi podían
tocar los balcones de ambos lados. No es difícil imaginar el
ruido que debían soportar los inquilinos de esos edificios.
Ese era un inconveniente legado por la historia.
¡Guangzhou era demasiado pequeña para su desarrollo!
En
1998, la ciudad sólo tenía una superficie de 1.444 kilómetros
cuadrados, es decir, la octava parte de Chongqing o la tercera parte
de Tianjin. Su densidad de población era seis veces superior
a la media de las ciudades chinas. Había 25 veces más
automóviles que en los años 80. La ciudad estaba saturada
y era famosa por las congestiones de tráfico.
“¿Cuándo se descongestionará el tráfico
de Guangzhou?”, se preguntaban los conductores y viajeros, los guangdoneses
y los habitantes de otras provincias, los chinos y los extranjeros.
Según el doctor Yu Ying, jefe de la sección técnica
del Departamento de Planificación Municipal, el río
Zhujiang atraviesa la ciudad por el oeste y el sur. Al oeste del río
está la ciudad de Nanhai; al sur del río, la ciudad
de Fanyu; y en el norte, la zona paisajística de Baiyunshan,
conocida como el pulmón de Guangzhou.
La
única salida para su desarrollo estaba en el este. Ya en el
año 1983, las autoridades municipales empezaron la construcción
de los distritos orientales de Tianhe y Huangpu. Sin embargo, con
la construcción sucesiva, los pasajeros y los automóviles
afluirían a la única salida oriental.
Guangdong era una ciudad cercada y no tenía espacio para
su desarrollo.
Romper el cerco, aspiración de los cantoneses
Hace más de 2.000 años, el rey Zhao Tuo del estado
de Nanyui levantó allí una ciudad; en la dinastía
Song (960-12799) se construyó la puerta de Zhenhai; y en la
dinastía Qing (1644-1911) se formó una ciudad completa.
Desde
l921, Sun Ke, hijo de Sun Yat-sen, presidente de la República
de China, fue alcalde de Guangzhou. Durante su mandato inició
la ampliación de la ciudad. Guangzhou se convirtió entonces
en un extenso solar en obras. Pero desde los años 30 hasta
1949, año de la fundación de la Nueva China, la construcción
urbana quedó en suspenso. Tras el establecimiento de la República
Popular, aunque se construyeron muchas industrias para transformar
la ciudad de un centro de consumo en un centro de producción,
las infraestructuras urbanas quedaron rezagadas.
A finales de los años 80, se inició la construcción
de puentes en los lugares con mayor congestión de tráfico.
A principios de la década de los 90, se proyectaron la construcción
de las carreteras de circunvalación interior y exterior, de
la carretera No. 3 y de la autopista Beijing-Zhuhai, así como
la forestación de 634.000 metros cuadrados. No obstante, debido
a que algunos tramos de carretera debían construirse en otras
ciudades, este proyecto no se materializó en su totalidad.
Los
cantoneses deseaban romper el cerco impuesto por esta limitación
de espacio.
El 21 de mayo del 2000, el Consejo de Estado decidió convertir
las ciudades vecinas de Fanyu y Huadu en distritos de Guangzhou, decisión
con la que se duplicó la superficie de la ciudad.
Fanyu, 200 años más antigua que Guangzhou, está
en la otra orilla del río; Huadu, situada al norte de Guangzhou,
es famosa como “tierra de los chinos expatriados”, ya que los que
regresaron a esta ciudad componen la mitad de su población.
Allí está construyéndose el mayor aeropuerto internacional
del país.
El subjefe Yu del departamento de urbanismo de Guangzhou explicó
que el 40 por ciento de las industrias de Guangzhou se concentran
en el casco antiguo de la ciudad y que se está intentando trasladar
algunas de ellas a Fanyu y Huadu para que puedan establecerse empresas
y centros comerciales en el casco antiguo.
Ciudad hermosa
Emblema
de la ciudad. El Edificio Zhongxin se construyó
en 1997. Frente a esta construcción de 83 plantas se encuentran
el Estadio Tianhe y la plaza verde de 100.000 metros cuadrados de
la estación de ferrocarril. A sus lados se levantan el Edificio
Metropolitano de Oficinas, de 48 plantas, y el Edificio del Alcalde,
de 28. Estas tres obras juntas forman el emblema de Guangzhou. El
Estadio Olímpico, principal escenario de los IX Juegos Nacionales,
tiene capacidad para 80.000 espectadores.
Carreteas y puentes. El 28 de enero del 2000 finalizó
la construcción de la carretera de circunvalación interior,
vía de 50 metros de anchura que permite cruzar los cinco distritos
centrales de la ciudad en menos de 20 minutos. En la vía de
circunvalación No. 2 se han instalado altos paneles azules
de cristal para amortiguar el ruido. La carretera de circunvalación
interior, de 60 kilómetros, empieza en el noroeste de la ciudad,
pasa por la estación de ferrocarril del norte, el túnel
de la montaña Baiyun y el puente Jisha, y regresa al
punto de partida. Las carreteras de circunvalación interior
y exterior están enlazadas por siete carreteras secundarias
formando un sistema viario radial. La carretera de circunvalación
No. 3 tendrá 100 kilómetros y pasará por las
nuevas edificaciones y el bosque artificial.
Gracias a las nuevas carreteras y a los nuevos puentes puede viajarse
por la ciudad cómodamente. Los viajeros de las ciudades vecinas
de Shenzhen, Zhuhai y Foshan tienen ahora pocos motivos para quejarse.
Los puentes recién construidos tienen una longitud total de 32,5 kilómetros
y puede circularse por ellos a una velocidad de 30 kilómetros
por hora.
Líneas de metros bien trazadas. La
reducción de los ruidos, la estabilidad del movimiento, el
frescor del aire, la calidad de los vagones y la bella decoración
de las estaciones han cambiado el concepto que la gente tenía
del metro. La línea de metro No. 1, construida con una inversión
de 122,61 millones de yuanes, tiene 25 kilómetros de largo.
Según las normas internacionales, las ciudades cuya población
supera los 10 millones de habitantes deben tener 250 kilómetros
de vía. En consecuencia, Guangzhou está construyendo
las líneas de metro Nos. 2 y 3. Estas tres líneas, cuya
longitud total será de 76,4 kilómetros, podrán
transportar diariamente a 3,7 millones de pasajeros. Cuando en el
2005 finalice la prolongación de la línea No. 4, la
red de metros de Guangzhou tendrá una longitud de 129,4 kilómetros
y unirá los distritos de Dongwan, Fanyu, Nansha, Shunde, Foshan,
Nanhai, Huadu, el aeropuerto internacional y las ciudades del delta
del río Zhujiang. Las autoridades municipales están
decididas a proseguir la construcción de líneas de metro
de forma ininterrumpida durante los próximos 50 años.
Medio ambiente favorable. Guangzhou
es una ciudad que irradia poesía: los racimos de flores rosadas
de sus higueras de la India; los alcanforeros cuyas flores exhalan
un delicado aroma; las hojas en forma de abanico de las livistonas
chinas que atraen el aire fresco; los bejucos que se enroscan en los
altos árboles; las bellas orquídeas ...
Los 125 parques con que cuenta Guangzhou son otros tantos balones
de oxígeno.
En la actualidad, el 32,6 por ciento de la superficie de la ciudad
está cubierto por vegetación y la forestación
per cápita es de 10 metros cuadrados, cumpliéndose así
el objetivo de que la gente y la naturaleza vivan en armonía.
Los cantoneses son cada vez más conscientes de la importancia
que reviste la protección del medio ambiente.
Al norte de la ciudad se levantan montañas cubiertas de
verdes bosques y al sudeste se extienden los regadíos, la red
fluvial y el mar. El conjunto es un paisaje formado por montañas,
ríos y tierras cubiertas de verdor.
El
río Zhujiang
El río Zhujiang vivifica
y embellece la ciudad de Guangzhou.Gracias
a su tratamiento, las aguas antes negras del Zhujiang han recuperado
su color original. Ahora las aves migratorias sobrevuelan el río,
en cuyas aguas medran los peces y los camarones.
El paisaje nocturno de Guangzhou es de una
gran belleza. Los edificios situados a ambas orillas del Zhujiang
están decorados con luces de neón y las luces de colores
que iluminan los 12 puentes que cruzan el río parecen otros
tantos arcos iris.
Durante su visita a Guangzhou, Roberto Labrada
Ávila, teniente de alcalde de La Habana (Cuba), quedó
tan admirado ante la belleza de la vista nocturna del río que
casi olvidó volver al hotel: “Debo llenar mi cámara
con fotos de este paisaje para llevarlo a mi país”.
Calle peatonal de Shamian. La
zona de Shamian, situada en un islote del Zhujiang, fue una concesión
inglesa y francesa desde 1859. Sus consulados, hospitales, iglesias
y bancos, antiguos pero bien conservados, son de estilo inglés y francés.
En este islote hay 154 árboles de más de 100 años
de edad, testigos mudos de la historia moderna de China.
Durante el día, los turistas chinos
y extranjeros beben despreocupadamente cerveza en las terrazas y las
parejas de novios cuchichean bajo la sombra de los árboles.
El islote rebosa romanticismo. La tradicional calle comercial de Shangxiajiu
se ha convertido en la primera calle peatonal de Guangzhou. Su edificación
más típica son las galerías instaladas en la
parte superior y a uno y otro lado del pasaje cubierto.
Nuevas aldeas de los chinos de ultramar.
A mediados y en las postrimerías
del siglo XIX, muchos habitantes de Guangzhou, Hong Kong y Macao salieron
al extranjero para trabajar como peones; a principios del siglo pasado,
algunos intelectuales chinos fueron al extranjero para estudiar y
buscar la verdad.
En los años 50 del siglo pasado se construyeron
en Guangzhou varias aldeas para los chinos de ultramar. Las casas
son de color rojo y están rodeadas por muros blancos cubiertos
de vegetación. En la ciudad de Guangzhou viven con sus familiares
1,3 millones de chinos repatriados procedentes de 130 países
y regiones. Hong Xiannü, famosa actriz de la ópera Yui,
es una de ellos. Los chinos de ultramar han hecho numerosas contribuciones
a la construcción de su tierra natal, llegando sus inversiones
a representar el 80 por ciento de las inversiones foráneas.
Constructores de la ciudad. Lishusen,
alcalde de Guangzhou, se licenció en la Facultad de Arquitectura.
Perfecto conocedor de la influencia que el medio ambiente ejerce sobre
los ciudadanos, ha realizado grandes esfuerzos por mejorar las condiciones
ambientales y las infraestructuras urbanas.
Lishusen posee una excepcional capacidad para
asimilar los éxitos conseguidos por otras ciudades gracias la racionalización
de la administración municipal. En varias ocasiones ha invitado
a expertos chinos y extranjeros para discutir los proyectos de desarrollo
de Guangzhou. En su opinión, para lograr que el personal competente
vaya a a trabajar a su ciudad es necesario construir un ambiente acogedor.
En consecuencia, siempre ha concedido prioridad a las infraestructuras
urbanas y ha dicho a sus colaboradores que si surgen problemas en
la realización de sus trabajos, no duden en llamarlo, sea de
día o de noche.
Un sondeo de opinión ha demostrado que el 98 por
ciento de los cantoneses están satisfechos de su gestión.
El famoso arquitecto chino Mo Pozhi ha
cosechado múltiples éxitos en la construcción urbana
de Guangzhou. En los años 50 volvió de Hong Kong para
participar en la reconstrucción de la recién liberada Guangzhou.
Entre sus obras más destacadas figuran el Hotel Ganso Blanco,
el Banco Industrial y Comercial de Zhuhai, y el Museo de la Tumba
del Rey del Estado de Nanyui. Mo Pozhi ha obtenido el Premio Nacional
de Arquitectura por la perfecta combinación de los estilos
chino y occidental conseguida en sus trabajos. |