Tesoros de la Expo
( Por LI WUZHOU 2010-07-07 )

Numerosos tesoros artísticos, históricos y arqueológicos mundiales pueden ser contemplados por quienes visitan la Expo Universal de Shanghai 2010. Entre ellos destacan obras de Jean-Francois Millet, Michelangelo y Frida Kahlo, creaciones como La sirenita de Dinamarca, la Dama Dorada (Gelle fra) de Luxemburgo, y el Manneken pis (niño orinando), de Bélgica, el fósil del primer pájaro del mundo, una reliquia de Sakyamuni (Sharira en sánscrito) y el cráneo de Lucy, la mayoría de los cuales se exhibe por primera vez en el extranjero.

Piezas de relieves en ladrillos vidriados de la Puerta de Ish-tar de Babilonia, de hace 2.000 años.

Pinturas famosas

La primera parada de los amantes de las artes plásticas no debe ser otra que el pabellón de Francia. Apenas un cristal y 50 cm separan a los visitantes de seis pinturas de un valor inestimable del Museo de Orsay de París: La comida, de Gauguin, El balcón, de Manet, El tocador, de Bonnard, La mujer con la cafetera, de Cézanne, El salón de baile en Arles, de Van Gogh, y El Angelus, de Jean Francois Millet.

Para garantizar la seguridad de estas obras, así como la de la Edad de Bronce, de Rodin, su traslado a Shanghai se hizo por separado; cinco de ellas fueron aseguradas por más de 100 millones de euros en cada caso. Según el director del pabellón de Francia, Franck Serrano, “es muy raro que siete tesoros nacionales como estos se exhiban al mismo tiempo en otro país. Este acontecimiento sólo es comparable con aquella exposición de 1963, en EE.UU., de La Mona Lisa, expresamente aprobada por el general Charles De Gaulle”.

Obras como Cesto con frutas y Niño con un cesto de frutas, de Michelangelo Merisi da Caravaggio, son sin duda las piezas más valiosas del pabellón de Italia, que por primera vez son expuestas al mismo tiempo fuera del territorio italiano.

A la entrada del pabellón de México aparece el autorretrato de la pintora mexicana, Frida Kahlo, un tesoro nacional valorado en más de 20 millones de dólares. Las obras de esta artista suelen ser surrealistas y concentrarse en el tema femenino.

China también muestra en su área sus pinturas más famosas. En la zona de Tesoros nacionales se puede apreciar Festival de Qingming sobre el Río, de Qiu Ying, creada durante la dinastía Ming (1368-1644).

Debido a la gran cantidad de visitantes, los organizadores han instalado en el lugar una cinta mecánica de diez metros, para que la gente no se detenga mucho tiempo delante del cuadro, que describe una escena de la vida próspera de una ciudad sureña de China en el Día del Festival de Qingming, a mediados de la dinastía Ming, en la que aparecen más de 2.000 personas. También se muestra otra obra del mismo nombre creada por Zhang Zeduan, de la dinastía Song del Norte (960-127). En el norte de la zona de exhibición más alta del pabellón, que alcanza los 49 metros de alto por 100 metros de largo, toda la pared está cubierta por la proyección de esta última pintura, ampliada centenares de veces, y lo más fabuloso es que las personas y caballos reflejados en la pantalla se mueven.

En la zona de Imágenes de las calles y ciudades, del pabellón Huella de Ciudad, podemos ver la Prosperidad de Suzhou, de Xu Yang, pintor de la corte de la dinastía Qing (1644-1911). La pieza, de 1.225 cm de largo y 35,8 cm de ancho, describe el paisaje suburbano y las calles concurridas de la ciudad de Suzhou.

También atrae mucho el interés de los asistentes al evento la pintura Ceremonia de inauguración de la Exposición Universal en el Parque Hyde de Londres, creada en 1851, que inmortalizó la histórica celebración de la primera Expo Universal, celebrada ese mismo año en la capital británica.

 La Dama Dorada (Gelle fra) de Luxemburgo.

Escultura

Shanghai ha logrado reunir también célebres esculturas de fama mundial, como la Dama dorada, un monumento que rinde tributo a los heroicos soldados luxemburgueses que lucharon en la I Guerra Mundial, exhibida sobre un pilar de acero de tres metros de alto, que se encuentra justo a la entrada del pabellón de Luxemburgo.

Esta es la primera ocasión en que la chica dorada que se inclina hacia delante ofreciendo una rama de olivo, obra del artista luxemburgués Claus Cito, se expone fuera del pequeño estado europeo. El monumento mide 12 metros de alto, por lo que a quienes lo ven en Luxemburgo les resulta difícil observarlo claramente. No obstante, en esta oportunidad la gente puede admirarla en detalle.

No muy lejos de allí está la estatua de bronce de La sirenita de Dinamarca, obra que el escultor danés Edvard Eriksen realizó en 1912, inspirado en la imagen de la heroína de La hija del mar, de Hans Christian Andersen. Para que el pueblo danés pueda ver La sirenita en cualquier momento, en el pabellón de Dinamarca ha sido instalada una cámara que trasmite en tiempo real, las 24 horas del día, la imagen de la escultura a una pantalla colocada en la ciudad de Copenhague.

A Shanghai llegó igualmente la célebre estatua de bronce del Manneken pis, de Bélgica, que recuerda al niño que salvó una ciudad orinando sobre la mecha encendida de una bomba. Este pequeño es considerado el ciudadano más antiguo y honorífico de Bruselas. Hasta hoy, la obra ha recibido centenares de prendas de vestir, entre ellas las de bailarín escocés de Highland Dance, vaquero de Texas, samurai japonés, jugador canadiense de hockey y pescador de Terranova, a las que se ha sumado ahora el traje Tang chino.

Además de la escultura de la Edad de Bronce, de Rodin, que se exhibe en el pabellón de Francia, en el Museo de la Expo los visitantes pueden apreciar también siete obras originales del mismo autor, que participó en la Expo de París de 1900: Oración, Andrómeda, Bella durmiente, El pensador, El beso, Monumento a Balzac y Ugolino y sus hijos.

Escultura religiosa que se exhibe por primera vez fuera de la ciudad china de Dunhuang.

Reliquias religiosas

De las reliquias religiosas de esta edición de la Expo, el foco de mayor interés lo ha conseguido la reliquia de Buda Sakyamuni, que se prevé mostrar en el pabellón de Nepal: constituye un honor supremo para los budistas el poder contemplarla de cerca. En el pueblo natal de Sakyamuni, por ejemplo, sus devotos sólo tienen la oportunidad de apreciarla en las celebraciones religiosas más importantes.

Pero, de acuerdo con el patrocinador, la fecha de llegada del tesoro todavía está por definir. Tendremos que esperar hasta septiembre, cuando la reliquia de Buda será colocada en la parte superior de la pagoda budista. Caminando por la espiral alrededor de la pagoda, los visitantes ascenderán hasta la parte alta, para mirar hacia la cima sagrada. Aunque la reliquia no ha llegado aún a la pagoda, mucha gente está ya dispuesta a experimentar la peregrinación religiosa. Además, el pabellón de Nepal mostrará decenas de estatuas budistas doradas, de madera y cobre.

En el primer piso del pabellón Huella de Ciudad se exponen diez tesoros preciosos de Dunhuang, de la provincia china de Gansu, que fueron trasladados por primera vez fuera de su región de origen, entre ellos cinco estatuas budistas y cinco sutras. La Estatua de madera de Avalokitesvara con seis brazos, de 65 cm de alto, fue esculpida en una sola pieza de sauce. Su rostro es sereno y viste una camisa corta con los bordes dentados, falda y un adorno pectoral. Esta es una de las contadas estatuas de madera que se conservan en Dunhuang.

En el tercer piso del propio recinto se pueden contemplar una decena de reliquias religiosas, tales como estatuas, sutras y Thangka. Y en el pabellón de China está presente además la pagoda dorada de la dinastía Tang (618-907), conservada en el Templo Famen, de la provincia de Shaanxi.

La República Checa, por su parte, ha decidido exponer uno de sus tesoros nacionales, a la vez que reliquia religiosa, el Relieve de la buena suerte. Los checos consideran que tocar las dos piezas de la parte inferior de la estatua del cardenal Juan Nepomuceno en el Puente Carl, les traerá buena suerte. Cada una de estas partes de bronce pesa 20 kg y mide 66 cm de largo por 53 cm de ancho. En los últimos siglos, el relieve ha sido tocado por innumerables devotos, de ahí el brillo dorado que presenta la obra en su parte central.

México, uno de los países más católicos de América, decidió traer el magnífico Altar a la Virgen de los Dolores.

El magnífico altar a la Virgen de los Dolores en el pabellón de México.

Mar de tesoros

Shanghai 2010 exhibe un gran número de reliquias históricas antiguas. Las más añejas son, sin lugar a dudas, los dos fósiles de 100 millones de años del pabellón de la provincia de Liaoning: el dinosaurio chino emplumado (Sinosauropteryx) y una planta con frutos (Archaefructus liaoningensis), considerados el primer pájaro del mundo y la flor más antigua del planeta de los que se tiene constancia hasta el momento; así como el lagarto de Lufeng (Lufengosaurus huenei young) que habitó en la zona 190 millones de años atrás y será presentado por la provincia de Yunnan.

África, considerada la cuna de la civilización humana, ha traído a su espacio en la Expo herramientas de piedra, fósiles de cráneo y cadera del Homo erectus, además del esqueleto del primer ser humano del que se tiene conocimiento, Lucy.

Las reliquias históricas y culturales de China son muy numerosas. Aparte de los ocho tesoros cuidadosamente seleccionados de su pabellón, cada provincia del país anfitrión ofrece sus propias joyas: La base del tambor Jiangu del marqués Yi, del reino Zeng del Periodo de Primaveras y Otoños (770 a.n.e – 221 a.n.e.), exponente de la culminación de la técnica de fundición del bronce, una estatua de cobre de acupuntura de la dinastía Ming, una escultura en piedra del genio del sol de hace 7.000 años, el Tambor de bronce con diseño decorativo Taotie, de la dinastía Shang (1600 a.n.e -1046 a.n.e.), un objeto de jade de 5.000 años, una cabeza esculpida en bronce con una máscara de oro, de la dinastía Shang, y guerreros y caballos de terracota pintada de la provincia de Shaanxi.

El pabellón de Egipto expone ocho reliquias preservadas en el Museo de El Cairo, cada una de las cuales tiene una historia de más de 2.500 años. La más antigua es el collar de oro de Aahotep I, confeccionado hace tres milenios y medio, y el Capitel hathórico de 2,3 metros de altura, esculpido en un monolito de basalto, cerca de 2.500 años atrás. La obra más exquisita parece ser en cambio la máscara de oro de She-shonq II, que tiene una expresión viva y sonriente, mostrando el alto nivel artístico que existía en Egipto hace 2.900 años.

En el pabellón de Alemania hay dos piezas de relieves en ladrillos vidriados de la Puerta de Ishtar, con 2.000 años de historia, que por primera vez viajan más allá de las fronteras de ese país europeo. En tanto, Turquía exhibe la escultura más antigua del mundo (de 8.500 años de historia), el primer tratado bilateral firmado en el mundo, en el 1295 a.n.e., y las primeras monedas metálicas fundidas a finales del siglo VII a.n.e.

La estela de la serpiente emplumada Ehécatl, representativa de la cultura azteca, y el Grabado de hombres con plumas, en piedra caliza, correspondiente a la civilización maya, también están a la vista del público en el pabellón de México.

Israel eligió traer a Shanghai un manuscrito de Einstein sobre la Teoría de la Relatividad como su tesoro más precioso.

La ciudad del delta del río Yangtsé ofrece asimismo la oportunidad de observar el tesoro de oro de Thracian, en el pabellón de Bulgaria, objetos del Tesoro Al Khazneh, de Jordania, y colecciones de Afganistán.

Limitaciones de espacio nos impiden referirnos a otras muestras interesantes y valiosas de la Expo, pero en este mar de tesoros hay muchas más sorpresas esperándole.

 

 

 

 

 

 

 

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