
DURANTE la dinastía Song del Norte (960-1127), Shanghai
no era más que un pequeño pueblo de pescadores.
Pero ya para la segunda mitad del siglo XIX se conocía
en el Lejano Oriente como el puerto internacional más famoso
y centro de las finanzas. Los comerciantes de Francia, Inglaterra,
Alemania y Estados Unidos venían a ganar dinero y la ciudad
fue llamada "paraíso de los aventureros". Los
extranjeros no sólo reprodujeron allí el estilo
arquitectónico de su tierra natal, sino que también
trajeron su gastronomía y modo de vida.
Shanghai fue la primera ciudad de Asia que usó el teléfono,
e incluso desde principios del siglo XIX contaba con cafés
y restaurantes al estilo occidental. Era también la ciudad
china que poseía mayor cantidad de coches privados y uno
de los primeros puertos importadores de automóviles del
país. Según los registros, en 1947 tenía
80.000 vehículos de distintos tipos, incluidos más
de 9.000 sedanes, la mayor cantidad de todo el territorio nacional.
Puesto que los comerciantes y funcionarios preconizaban imitar
el estilo de vida occidental, los muebles importados tenían
buen mercado. En cuanto a los entretenimientos culturales, en
los años veinte, las nuevas películas de Hollywood
llegaban a Shanghai más rápidamente que a otras
regiones de Asia y a las mujeres les gustaba llevar los vestidos
y peinados de moda que veían en la gran pantalla, de modo
que Shanghai se considerara como la ciudad china más occidentalizada.
Hoy día, Shanghai es aún una urbe poseedora de
un entusiasmo juvenil. Su ritmo de vida rápido y sus rascacielos
la convierten no sólo en una "gran metrópolis
internacional", sino también en motor de la economía
nacional y barómetro de los cambios políticos y
económicos de China.
Alrededor de su bahía, en una de las orillas del río
Huangpu, se encuentran edificios de los siglos XIX y XX, mientras
que en la otra ribera, la de la zona de Lujiazui, se ven inmuebles
muy modernos. ¡Un verdadero cuadro, en el que armonizan
el modernismo y el clasicismo!
Sobre las avenidas Urumqi y Hengshan, se encuentran muchos edificios
de estilo francés, chalet y bares, como si se tratase de
una ciudad de Europa. Por su parte, la avenida Huangpi Nanlu concentra
los grandes edificios de oficinas y cafeterías, por donde
andan caballeros con corbata y mujeres de traje profesional, similar
a la calle financiera de Hong Kong. La diversidad y la apertura
son características propias de las grandes metrópolis
internacionales y Shanghai deja un espacio para el crecimiento
y fomenta el desarrollo de la diversidad.
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