¡No
salgan de casa sin los niños!
--"Un
viaje de mil li comienza con un paso" (proverbio
chino)

Tened niños-querrán
viajar |
Vivir en un país extranjero es un reto;
los niños son un reto; y viajar por Asia con niños es una
posibilidad que mucha gente no se atreve siquiera a considerar.
Pero compartir China con sus hijos y adentrarse
con ellos en su cultura mientras vive o viaja por este inmenso
país, hogar de una quinta parte de la población mundial,
constituirá sin duda una experiencia feliz e instructiva.
A la hora de planear unas vacaciones con
sus hijos, lo único en lo que piensan muchos extranjeros
residentes en China es en volver a su patria o ir a la playa.
Aunque ambas opciones son atractivas, también es cierto
que hay otras muchas elecciones que no sólo permitirán a
sus hijos aprender y disfrutar, sino que les depararán un
recuerdo imborrable.
La perspectiva de viajar con los niños
a remolque a lugares menos sofisticados donde no hay
MacDonald's ni acuarios espectaculares
y sólo unos pocos restaurantes occidentales puede parecer
desalentadora. Pero no tiene por que serlo.
¡Considere la posibilidad de llevarse
a su ayi (niñera)! Es de suponer que a sus hijos
les gusta; seguro que es una persona de fiar y que está
acostumbrada a cuidarlos, conoce sus limitaciones, etcétera.
De lo contrario ya no sería su ayi. Además, habla
chino, puede explicar al personal del hotel lo que usted
necesita, sabe pedir los platos que gustan a su familia,
es capaz de desenvolverse en una emergencia médica en la
que estén implicados sus hijos y, sobre todo, estará contentísima
de poder viajar. Si se lleva a la ayi, podrá jugar
al golf, salir de noche a explorar la ciudad y tal vez cenar
a la luz de las velas o asistir a un espectáculo sólo para
adultos. ¿Qué más quiere?

¡Al desierto! |
Viajar en coche es estupendo porque puede
detenerse para hacer un picnic, echarse unas carreras o
simplemente observar más de cerca algo que ha despertado
su curiosidad. Sin embargo, piense antes hasta qué punto
el hecho de tener que conducir le permitirá disfrutar de
unas auténticas vacaciones.
Actualmente hay muchas autopistas y carreteras
secundarias mejoradas, por lo que en algunos aspectos la
conducción resulta más sencilla que antes. No obstante,
es importante recordar que a medida que las carreteras mejoran,
el tráfico aumenta. Una vez fuera de las carreteras principales,
los cambios de itinerario y los cortes por obras están a
la orden del día. Por lo tanto, le aconsejo lo siguiente:
* Limítese a conducir de día;
* Cuente con tardar el doble de lo previsto;
* Ponga gasolina solamente en proveedores
acreditados o en lugares donde vea más clientes;
* Lleve un buen seguro de accidentes que
le cubra a usted, a sus pasajeros y su coche;
* Aprenda un poco de chino;
* Tenga un plan alternativo.
Si es aficionado a conducir, si a su familia
le gustan los viajes largos en automóvil y si tiene el tiempo
y la flexibilidad suficientes, entonces arranque el coche
y comiencen el viaje. ¡Vale la pena!

Descanso en el jardín
infantil |
Pero hay otras maneras de viajar con las
que en términos generales podrá aprovechar mejor su dinero
y su tiempo. Si tiene en cuenta que al viajar de noche en
tren se ahorrará el dinero del hotel y viajará mientras
duerme, esta opción resulta muy conveniente. Los compartimientos
con literas blandas son ideales para viajar en familia.
A los niños les encantan las literas de arriba, puesto que
en ellas pueden desplegar sus libros y juegos, y entretenerse
durante horas. Cuando tienen ganas de estirar las piernas,
no van muy lejos ni se pierden. Sus caritas de extranjero
son la garantía de que alguien sabrá adónde fueron o se
los traerá de vuelta. Si su familia, junto con la ayi,
no caben en un compartimento (tienen cabida para cuatro
personas), entonces compre dos y tendrá espacio de sobras.
Por supuesto, también hay vuelos a casi
todas las ciudades chinas y viajar en avión resulta por
lo general muy conveniente. Los aviones están limpios y
son seguros, pero este medio viene a costar el doble que
el tren. Si van con niños, no le recomiendo los autocares
públicos, ya que además de ser demasiado restringidos para
esos cuerpecitos tan activos, sus servicios de aseo no son
muy apropiados. Por otra parte, se necesita mucho tiempo,
paciencia, comprensión cultural, saber chino y un gran espíritu
de aventura. Todo eso es demasiado para la mayoría de los
chiquillos.
Ahora que ya ha resuelto la cuestión de
las necesidades diarias de sus hijos y ha decidido el medio
de transporte: ¿adónde quiere ir? Muchos de los lugares
“obligatorios” de China son perfectos para los chavales,
siempre que se les prepare con antelación. A ellos les resulta
bastante difícil embelesarse con la dinastía Han, la Ruta
de la Seda, las montañas sagradas, etcétera. Es muy posible
que en la biblioteca del colegio haya algunos libros de
historia que explican con precisión la historia de China
en porciones adecuadas para los niños y quizás también para
usted. En las librerías locales hay buenos libros infantiles
en inglés que, por medio de relatos y cuentos, describen
lugares de interés histórico y cultural, como el que alberga
a los guerreros y corceles de terracota.

Aprenda a hacer jiaozi |
Teniendo en cuenta a los niños, los primeros
lugares que se le ocurren a uno son Xi'an, Pingyao, el monasterio
de Shaolin, las aldeas del agua de Zhejiang y Jiangsu, así
como Harbin durante el Festival del Hielo.
En el Museo de los Guerreros de Terracota
de Xi'an, los niños quedarán cautivados por la pantalla
de cine envolvente sobre la que se proyecta en sesión continua
una película al estilo de Hollywood, en la que se describen
las batallas del emperador Qin, la construcción del mausoleo
subterráneo y el enorme ejército de soldados de terracota
que acompañaron al emperador hasta el más allá. Si consigue
llevárselos del cine a las salas de exposición, quedarán
de nuevo embelesados al descubrir las legiones desenterradas
de esos mismos guerreros. El propio emplazamiento de la
tumba de Qin Shi Huang Di resulta muy entretenido para los
niños. Para llegar a la cima del túmulo hay que subir varios
cientos de peldaños. El museo provincial es también espléndido.
Además de estar muy bien diseñado y ofrecer explicaciones
excelentes, cuenta con una zona exterior cubierta de hierba
en la que se puede descansar cuando uno ya se ha hartado
de cultura. En Xi'an hay un famoso restaurante de jiaozi,
que para los más pequeños es una opción mucho mejor que
el conocido espectáculo Cena de la Dinastía Tang, muy elegante
y glamoroso, y en el que sirven platos que de todas maneras
no les gustarán.
Pingyao es una encantadora ciudad Ming
que sigue completamente circundada por una muralla. Esta
pequeña localidad, incluida en el Patrimonio Mundial de
la UNESCO, se conserva muy bien y es muy cómoda para los
turistas. Los niños se sentirán como si hubieran entrado
en un libro de historia. Allí podrán correr por calles empedradas,
montar en bicicleta o rickshaw hasta lo alto de la
muralla, explorar antiguas construcciones, trepar a terraplenes
subterráneos, presenciar funciones de estilo antiguo en
los vetustos tribunales del Templo del Dios de la Ciudad,
etcétera. Pingyao es un museo viviente del que todos ustedes
pueden formar parte durante unos días. Les aconsejo que
visiten alguna de las varias mansiones familiares restauradas
existentes en esta misma área, otro lugar perfecto para
que la imaginación de los niños se sienta a sus anchas.
El famoso monasterio de Shaolin apasiona
incluso a los chavales más tímidos. Si hace coincidir su
visita con las representaciones que se organizan para los
turistas, podrán ver como los relatos sobre los maestros
de kung fu y sus alumnos monjes cobran vida. Los
monjes de Shaolin ponen en escena funciones impresionantes,
vívidas y bien coreografiadas, que de vez en cuando se presentan
en las principales ciudades chinas. Si antes o después de
visitar el monasterio tiene la oportunidad de asistir con
los niños a una de ellas, ganará muchos puntos. Aprovechando
que está en la zona de Shaolin, visite las grutas de Longmen,
famosas por sus miles de estatuas de todo tipo de tamaños,
formas y posturas. A sus hijos les encantará subir las numerosas
escaleras, tomarse fotos con estatuas 50 veces más grandes
que ellos y descubrir esculturas del tamaño de su pulgar.
Y durante todo ese tiempo, de forma inconsciente estarán
aprendiendo algo sobre el budismo, el aguante de quienes
vivieron aquí hace miles de años, la erosión de las rocas
y otras muchas cosas. En la zona de Luoyang hay otros lugares
dignos de visitarse que resultan muy apropiados para los
niños.

Un ángulo especial para
los niños |
Las aldeas del agua del este de China
brindan a los niños más oportunidades de aprender jugando.
Deslizarse en góndola por los canales de las pequeñas aldeas,
salir a la caza de los leones y las grotescas gárgolas que
vigilan las aguas desde sus innumerables puentes, vagar
por callejuelas increíblemente estrechas, intentar pescar
minúsculos pececillos con largas varas de bambú, son algunos
de los sueños que acarician los niños, sueños que pueden
hacerse realidad en Tongli, Tunxi o Xitang.
¡Cómo se divierten los niños cuando van
a Harbin en invierno! Las esculturas de hielo moldeadas
por equipos de todo el mundo convierten Harbin en un resplandeciente
y maravilloso universo invernal. La deliciosa comida, el
aire fresco y la omnipresente nieve garantizan que dormirán
tranquilamente durante todo el camino de regreso a casa.
Las etnias de China fascinan tanto a los
jóvenes como a los adultos. Los vistosos trajes ricamente
adornados, las costumbres desconocidas y las vibrantes fiestas
componen la receta perfecta para unas vacaciones inolvidables.
Las fiestas taurinas, las regatas de barcas de dragón, los
concursos de canto y baile, el ascenso a montañas y las
fiestas de salpicarse con agua son actividades tan educativas
como divertidas. La mayoría de las veces, estas etnias viven
en áreas remotas, por lo que al dirigirse a participar en
una fiesta de las minorías, el viajero se aventura por bellas
regiones montañosas y selvas tropicales alejadas de la atmósfera
contaminada y del ajetreo de la China moderna.
¡Y no vacile en ir al salvaje oeste de
China! ¿Qué le parecería visitar una reserva de aves situada
en una isla que emerge en el centro de un lago salado tan
vasto que no pueden verse sus orillas? Además, allí puede
treparse por colosales y espectaculares dunas, cabalgar
larguiruchos camellos y subir a las atalayas de la Gran
Muralla de la dinastía Han. Las distantes ruinas de antiguas
ciudades susurran secretos a los oídos de los modernos exploradores
que entran y salen de casas, templos, establos y callejones
apenas distinguibles. El descubrimiento de cuevas en las
que aún se conservan pinturas y estatuas budistas que se
remontan al siglo IV constituye una experiencia impresionante.
Los vacíos desiertos que se extienden sin límite darán alas
a la imaginación de sus hijos mientras éstos recorren los
serpenteantes caminos de su mente.
¡Así que no salgan de casa sin los niños!
Con sólo llevarlos a parajes exóticos y animarles a perderse
en sus sueños, se convertirá en su mejor maestro. Dado que
usted también se perderá en los suyos, al viajar con sus
hijos establecerá con ellos unos vínculos insospechados.
Desde Beijing:
A Xi'an (provincia de Shaanxi) se tarda
una noche en tren o 16 horas en coche;
A Pingyao (provincia de Shanxi), una noche
en tren o siete horas de coche;
A Shaolin y Luoyang (provincia de Henan),
una noche en tren o 10 horas en coche;
Las aldeas del agua de las provincias
de Jiangsu y Zhejiang están a una noche en tren o unas 18
horas en coche;
Harbin (provincia de Heilongjiang) está
a una noche en tren;
Si su familia es realmente aventurera,
para llegar al salvaje oeste (provincias de Qinghai, Gansu
y Xinjiang) puede tardar entre una y dos semanas en tren
o en coche.
Busque una buena guía que le ayude a trazar
un itinerario adecuado para los niños. Cómpreles una cámara
y algunos libros, y ¡en marcha!
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