JUNIO 2003


¡No salgan de casa sin los niños!

--"Un viaje de mil li comienza con un paso" (proverbio chino)


Tened niños-querrán viajar

Vivir en un país extranjero es un reto; los niños son un reto; y viajar por Asia con niños es una posibilidad que mucha gente no se atreve siquiera a considerar.

Pero compartir China con sus hijos y adentrarse con ellos en su cultura mientras vive o viaja por este inmenso país, hogar de una quinta parte de la población mundial, constituirá sin duda una experiencia feliz e instructiva.

A la hora de planear unas vacaciones con sus hijos, lo único en lo que piensan muchos extranjeros residentes en China es en volver a su patria o ir a la playa. Aunque ambas opciones son atractivas, también es cierto que hay otras muchas elecciones que no sólo permitirán a sus hijos aprender y disfrutar, sino que les depararán un recuerdo imborrable.

La perspectiva de viajar con los niños a remolque a lugares menos sofisticados donde no hay

MacDonald's ni acuarios espectaculares y sólo unos pocos restaurantes occidentales puede parecer desalentadora. Pero no tiene por que serlo.

¡Considere la posibilidad de llevarse a su ayi (niñera)! Es de suponer que a sus hijos les gusta; seguro que es una persona de fiar y que está acostumbrada a cuidarlos, conoce sus limitaciones, etcétera. De lo contrario ya no sería su ayi. Además, habla chino, puede explicar al personal del hotel lo que usted necesita, sabe pedir los platos que gustan a su familia, es capaz de desenvolverse en una emergencia médica en la que estén implicados sus hijos y, sobre todo, estará contentísima de poder viajar. Si se lleva a la ayi, podrá jugar al golf, salir de noche a explorar la ciudad y tal vez cenar a la luz de las velas o asistir a un espectáculo sólo para adultos. ¿Qué más quiere?


¡Al desierto!

Viajar en coche es estupendo porque puede detenerse para hacer un picnic, echarse unas carreras o simplemente observar más de cerca algo que ha despertado su curiosidad. Sin embargo, piense antes hasta qué punto el hecho de tener que conducir le permitirá disfrutar de unas auténticas vacaciones.

Actualmente hay muchas autopistas y carreteras secundarias mejoradas, por lo que en algunos aspectos la conducción resulta más sencilla que antes. No obstante, es importante recordar que a medida que las carreteras mejoran, el tráfico aumenta. Una vez fuera de las carreteras principales, los cambios de itinerario y los cortes por obras están a la orden del día. Por lo tanto, le aconsejo lo siguiente:

* Limítese a conducir de día;

* Cuente con tardar el doble de lo previsto;

* Ponga gasolina solamente en proveedores acreditados o en lugares donde vea más clientes;

* Lleve un buen seguro de accidentes que le cubra a usted, a sus pasajeros y su coche;

* Aprenda un poco de chino;

* Tenga un plan alternativo.

Si es aficionado a conducir, si a su familia le gustan los viajes largos en automóvil y si tiene el tiempo y la flexibilidad suficientes, entonces arranque el coche y comiencen el viaje. ¡Vale la pena!


Descanso en el jardín infantil

Pero hay otras maneras de viajar con las que en términos generales podrá aprovechar mejor su dinero y su tiempo. Si tiene en cuenta que al viajar de noche en tren se ahorrará el dinero del hotel y viajará mientras duerme, esta opción resulta muy conveniente. Los compartimientos con literas blandas son ideales para viajar en familia. A los niños les encantan las literas de arriba, puesto que en ellas pueden desplegar sus libros y juegos, y entretenerse durante horas. Cuando tienen ganas de estirar las piernas, no van muy lejos ni se pierden. Sus caritas de extranjero son la garantía de que alguien sabrá adónde fueron o se los traerá de vuelta. Si su familia, junto con la ayi, no caben en un compartimento (tienen cabida para cuatro personas), entonces compre dos y tendrá espacio de sobras.

Por supuesto, también hay vuelos a casi todas las ciudades chinas y viajar en avión resulta por lo general muy conveniente. Los aviones están limpios y son seguros, pero este medio viene a costar el doble que el tren. Si van con niños, no le recomiendo los autocares públicos, ya que además de ser demasiado restringidos para esos cuerpecitos tan activos, sus servicios de aseo no son muy apropiados. Por otra parte, se necesita mucho tiempo, paciencia, comprensión cultural, saber chino y un gran espíritu de aventura. Todo eso es demasiado para la mayoría de los chiquillos.

Ahora que ya ha resuelto la cuestión de las necesidades diarias de sus hijos y ha decidido el medio de transporte: ¿adónde quiere ir? Muchos de los lugares “obligatorios” de China son perfectos para los chavales, siempre que se les prepare con antelación. A ellos les resulta bastante difícil embelesarse con la dinastía Han, la Ruta de la Seda, las montañas sagradas, etcétera. Es muy posible que en la biblioteca del colegio haya algunos libros de historia que explican con precisión la historia de China en porciones adecuadas para los niños y quizás también para usted. En las librerías locales hay buenos libros infantiles en inglés que, por medio de relatos y cuentos, describen lugares de interés histórico y cultural, como el que alberga a los guerreros y corceles de terracota.


Aprenda a hacer jiaozi

Teniendo en cuenta a los niños, los primeros lugares que se le ocurren a uno son Xi'an, Pingyao, el monasterio de Shaolin, las aldeas del agua de Zhejiang y Jiangsu, así como Harbin durante el Festival del Hielo.

En el Museo de los Guerreros de Terracota de Xi'an, los niños quedarán cautivados por la pantalla de cine envolvente sobre la que se proyecta en sesión continua una película al estilo de Hollywood, en la que se describen las batallas del emperador Qin, la construcción del mausoleo subterráneo y el enorme ejército de soldados de terracota que acompañaron al emperador hasta el más allá. Si consigue llevárselos del cine a las salas de exposición, quedarán de nuevo embelesados al descubrir las legiones desenterradas de esos mismos guerreros. El propio emplazamiento de la tumba de Qin Shi Huang Di resulta muy entretenido para los niños. Para llegar a la cima del túmulo hay que subir varios cientos de peldaños. El museo provincial es también espléndido. Además de estar muy bien diseñado y ofrecer explicaciones excelentes, cuenta con una zona exterior cubierta de hierba en la que se puede descansar cuando uno ya se ha hartado de cultura. En Xi'an hay un famoso restaurante de jiaozi, que para los más pequeños es una opción mucho mejor que el conocido espectáculo Cena de la Dinastía Tang, muy elegante y glamoroso, y en el que sirven platos que de todas maneras no les gustarán.

Pingyao es una encantadora ciudad Ming que sigue completamente circundada por una muralla. Esta pequeña localidad, incluida en el Patrimonio Mundial de la UNESCO, se conserva muy bien y es muy cómoda para los turistas. Los niños se sentirán como si hubieran entrado en un libro de historia. Allí podrán correr por calles empedradas, montar en bicicleta o rickshaw hasta lo alto de la muralla, explorar antiguas construcciones, trepar a terraplenes subterráneos, presenciar funciones de estilo antiguo en los vetustos tribunales del Templo del Dios de la Ciudad, etcétera. Pingyao es un museo viviente del que todos ustedes pueden formar parte durante unos días. Les aconsejo que visiten alguna de las varias mansiones familiares restauradas existentes en esta misma área, otro lugar perfecto para que la imaginación de los niños se sienta a sus anchas.

El famoso monasterio de Shaolin apasiona incluso a los chavales más tímidos. Si hace coincidir su visita con las representaciones que se organizan para los turistas, podrán ver como los relatos sobre los maestros de kung fu y sus alumnos monjes cobran vida. Los monjes de Shaolin ponen en escena funciones impresionantes, vívidas y bien coreografiadas, que de vez en cuando se presentan en las principales ciudades chinas. Si antes o después de visitar el monasterio tiene la oportunidad de asistir con los niños a una de ellas, ganará muchos puntos. Aprovechando que está en la zona de Shaolin, visite las grutas de Longmen, famosas por sus miles de estatuas de todo tipo de tamaños, formas y posturas. A sus hijos les encantará subir las numerosas escaleras, tomarse fotos con estatuas 50 veces más grandes que ellos y descubrir esculturas del tamaño de su pulgar. Y durante todo ese tiempo, de forma inconsciente estarán aprendiendo algo sobre el budismo, el aguante de quienes vivieron aquí hace miles de años, la erosión de las rocas y otras muchas cosas. En la zona de Luoyang hay otros lugares dignos de visitarse que resultan muy apropiados para los niños.


Un ángulo especial para los niños

Las aldeas del agua del este de China brindan a los niños más oportunidades de aprender jugando. Deslizarse en góndola por los canales de las pequeñas aldeas, salir a la caza de los leones y las grotescas gárgolas que vigilan las aguas desde sus innumerables puentes, vagar por callejuelas increíblemente estrechas, intentar pescar minúsculos pececillos con largas varas de bambú, son algunos de los sueños que acarician los niños, sueños que pueden hacerse realidad en Tongli, Tunxi o Xitang.

¡Cómo se divierten los niños cuando van a Harbin en invierno! Las esculturas de hielo moldeadas por equipos de todo el mundo convierten Harbin en un resplandeciente y maravilloso universo invernal. La deliciosa comida, el aire fresco y la omnipresente nieve garantizan que dormirán tranquilamente durante todo el camino de regreso a casa.

Las etnias de China fascinan tanto a los jóvenes como a los adultos. Los vistosos trajes ricamente adornados, las costumbres desconocidas y las vibrantes fiestas componen la receta perfecta para unas vacaciones inolvidables. Las fiestas taurinas, las regatas de barcas de dragón, los concursos de canto y baile, el ascenso a montañas y las fiestas de salpicarse con agua son actividades tan educativas como divertidas. La mayoría de las veces, estas etnias viven en áreas remotas, por lo que al dirigirse a participar en una fiesta de las minorías, el viajero se aventura por bellas regiones montañosas y selvas tropicales alejadas de la atmósfera contaminada y del ajetreo de la China moderna.

¡Y no vacile en ir al salvaje oeste de China! ¿Qué le parecería visitar una reserva de aves situada en una isla que emerge en el centro de un lago salado tan vasto que no pueden verse sus orillas? Además, allí puede treparse por colosales y espectaculares dunas, cabalgar larguiruchos camellos y subir a las atalayas de la Gran Muralla de la dinastía Han. Las distantes ruinas de antiguas ciudades susurran secretos a los oídos de los modernos exploradores que entran y salen de casas, templos, establos y callejones apenas distinguibles. El descubrimiento de cuevas en las que aún se conservan pinturas y estatuas budistas que se remontan al siglo IV constituye una experiencia impresionante. Los vacíos desiertos que se extienden sin límite darán alas a la imaginación de sus hijos mientras éstos recorren los serpenteantes caminos de su mente.

¡Así que no salgan de casa sin los niños! Con sólo llevarlos a parajes exóticos y animarles a perderse en sus sueños, se convertirá en su mejor maestro. Dado que usted también se perderá en los suyos, al viajar con sus hijos establecerá con ellos unos vínculos insospechados.

Desde Beijing:

A Xi'an (provincia de Shaanxi) se tarda una noche en tren o 16 horas en coche;

A Pingyao (provincia de Shanxi), una noche en tren o siete horas de coche;

A Shaolin y Luoyang (provincia de Henan), una noche en tren o 10 horas en coche;

Las aldeas del agua de las provincias de Jiangsu y Zhejiang están a una noche en tren o unas 18 horas en coche;

Harbin (provincia de Heilongjiang) está a una noche en tren;

Si su familia es realmente aventurera, para llegar al salvaje oeste (provincias de Qinghai, Gansu y Xinjiang) puede tardar entre una y dos semanas en tren o en coche.

Busque una buena guía que le ayude a trazar un itinerario adecuado para los niños. Cómpreles una cámara y algunos libros, y ¡en marcha!

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