El
CAPITÁN GENERAL BERNARDO OHIGGINS RIQUELME
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El autor del artículo, coronel
Jorge Pérez Labayru, Agregado Militar, Naval
y Aéreo de Chile |
INTRODUCCIÓN
En los distintos procesos de independencia en los países
Latino-Iberoamericanos tuvieron activa y trascendente participación
diversos líderes libertarios a los cuales se honra
hasta nuestros días por haber forjado la Independencia
en sus respectivos países. Entre ellos, el General
Bernardo OHiggins Riquelme fue un actor destacado
y fulgurante por sus dotes de militar y visionario estadista,
dirigiendo y también participando directamente en
la Independencia de Chile y del Perú, hecho que luego
de iniciales incomprensiones y duros momentos de ingratitud
le valieron el reconocimiento internacional por la gesta
libertaria realizada.
Es por ello que en este número de la revista China
Hoy, el Agregado Militar, Naval y Aéreo de Chile
ha querido presentar para conocimiento general una breve
biografía con los aspectos más relevantes
de la vida del Libertador, Capitán General Don Bernardo
OHiggins Riquelme.
Agradezco a China Hoy esta valiosa oportunidad que
me brinda, particularmente en este número de agosto,
ya que nos permite recordar su nacimiento el 20 de Agosto
de 1778, y celebrar el aniversario 225 de su natalicio,
y de esta manera honrar su memoria.
BIOGRAFÍA
El General Bernardo OHiggins nació el 20 de
agosto de 1778 en la ciudad de Chillán. Su padre
era un irlandés al servicio de la corona de España,
don Ambrosio O'Higgins, y su madre, doña Isabel Riquelme,
una señora principal de la ciudad de Chillán.
En 1788, don Ambrosio O'Higgins fue nombrado Gobernador
de Chile y, queriendo darle a su hijo una buena educación,
lo envió al Colegio de Naturales en Chillán,
luego lo mandó a estudiar a Lima, primero en el Colegio
del Príncipe y posteriormente en el aristocrático
Colegio de San Carlos.
Sus estudios en Inglaterra
Una de las etapas más duras de la vida de O'Higgins
se inició en 1794, cuando su padre decidió
enviarlo a estudiar a Europa. El joven Bernardo arribó
a Cádiz (España), donde permaneció
un breve tiempo, y luego partió a Inglaterra, donde
se matriculó como interno en la Academia Católica
de Richmond. Allí permaneció entre 1795 y
1798, aprendiendo diversas disciplinas. Entonces, conoció
a Francisco de Miranda, el precursor de la independencia
de América. Este le inculcó, al igual que
a varios otros jóvenes americanos, la idea de la
Independencia y el amor a la libertad.
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General Bernardo O'Higgins Riquelme |
Retorno a Chile
Finalmente, el 14 de abril de 1802 se embarcó en
la fragata Aurora, que lo llevó de regreso a su patria.
Don Ambrosio, su padre, había muerto en 1801 y le
había legado la hacienda de San José de Las
Canteras.
Jefe del ejército
En 1813, el inicio de la guerra de Independencia lo obligó
a salir de su retiro temporal y se incorporó al ejército.
Todas sus acciones fueron acompañadas de ascensos
militares. En noviembre siguiente, la Junta de Gobierno
decidió entregarle el mando del ejército,
en reemplazo del General José Miguel Carrera.
Una vez producido el arribo del general español
realista Mariano Osorio, O'Higgins se puso a las órdenes
del General Carrera. La estrategia a utilizar para detener
a Osorio fue plantear una línea defensiva en el río
Cachapoal. Sin embargo, el general español logró
vadearlo. Ello obligó a las tropas comandadas por
O'Higgins y por Juan José Carrera a encerrarse en
la ciudad de Rancagua. Durante dos días resistieron
el asedio de los realistas y sin contar con ayuda, decidieron
romper el cerco. Todo estaba ya perdido y solo quedaba un
camino: cruzar la Cordillera de los Andes y partir hacia
Mendoza.
San Martín y el Ejército de los Andes
Junto a una gran multitud de soldados y civiles, Bernardo
O'Higgins emprendió la travesía cordillerana.
Allí se encontró con quien sería, desde
ese momento, uno de sus mejores amigos: el General José
de San Martín. Juntos emprendieron la preparación
del Ejército Libertador de los Andes.
Este trabajo fue largo y complejo: se debían conformar
las tropas, uniformarlas y armarlas; había que planificar
hasta el último detalle el desplazamiento de las
distintas columnas que cruzarían la cordillera, organizar
los servicios de intendencia y asistencia médica,
reunir las cabalgaduras y mulares necesarios, estudiar rutas,
etcétera.
El 9 de febrero de 1817 las fuerzas que habían cruzado
la cordillera se reunieron en Curimón, y tres días
después obtuvieron el triunfo en la batalla de Chacabuco,
para posteriormente dirigirse hacia Santiago.
Objetivo: asegurar la libertad
Lo más urgente era asegurar los triunfos obtenidos
y para ello era necesario derribar el poderío realista
en el Perú. La preparación de la Expedición
Libertadora del Perú implicaba un trabajo mucho más
arduo que la del Ejército de los Andes. Era necesario
conformar una fuerza mucho más numerosa que incluyera
el aspecto naval. Poco a poco, se fue constituyendo la Primera
Escuadra y se contrató a la oficialidad inglesa que
la dirigiría.
Los temores de una nueva invasión se hicieron realidad
en 1818. Afortunadamente, se pudo detener el impulso realista
en la batalla de Maipú, el 5 de abril del mismo año.
Ahora, todos los esfuerzos se concentraron en la expedición
hacia el Perú, que finalmente zarpó desde
Chile el 20 de agosto de 1820 al mando del general San Martín,
quien proclamó la independencia de ese país
el 28 de julio de 1821.
Numerosas realizaciones
Tras la Batalla de Maipú, se dictó un Reglamento
Constitucional que fijó las atribuciones del Poder
Ejecutivo y del Senado Conservador.
Se restablecieron las instituciones creadas durante la
Patria Vieja, clausuradas por los realistas, como el Instituto
y la Biblioteca Nacional. Por iniciativa de O'Higgins se
creó el Cementerio General en Santiago y se iniciaron
los trabajos en La Cañada, ahora llamada Alameda
de las Delicias.
Asimismo, se construyó un edificio -Mercado Central-
para albergar a los comerciantes que vendían distintos
tipos de productos en las calles.
Hubo algunas iniciativas que molestaron mucho a las familias
más aristocráticas del país. Se prohibió
el uso de títulos nobiliarios, de escudos de nobleza
y se estableció una nueva modalidad de distinción
social con la Legión al Mérito.
La abdicación
El gobierno de O'Higgins ha sido definido muchas veces
como dictatorial o autoritario, pero en esos momentos en
que se iniciaba la construcción de un muevo modelo
de Estado no había otra posibilidad. Sea como sea,
lo concreto es que la aristocracia, paulatinamente, fue
manifestando su disconformidad con las nuevas líneas
liberales que se imponían y empezaron a surgir voces
de descontento.
En enero de 1823 el Director Supremo decidió abdicar
ante una asamblea de notables, para no arrastrar al país
a una guerra civil. Sus méritos no fueron desconocidos
por esta asamblea, y cuando el Libertador se retiró
de ella lo hizo en medio de gritos de "¡Viva
O'Higgins!".
El exilio en el Perú
Tiempo después, zarpó rumbo al Perú
en compañía de su familia.
En Lima, el gobierno peruano como reconocimiento a su gestión
libertaria le había obsequiado las haciendas de Montalbán
y Cuiba, de las que tomó posesión en 1824,
dedicándose a las labores agrícolas. Sin embargo,
el militar continuaba vivo, y O'Higgins también prestó
servicios al general Simón Bolívar en las
últimas campañas que consagraron la independencia
sudamericana. Desde el exilio -suerte común a todos
los libertadores de América- ayudó a su amigo
San Martín, quien vivía en Francia.
En 1842, se le autorizó para retornar, pero la muerte
lo sorprendió cuando preparaba su viaje.
Bernardo O'Higgins -quien en vida alcanzara los grados
de Capitán General del Ejército de Chile,
Brigadier de las Provincias Unidas del Río de La
Plata y Gran Mariscal del Perú- murió el 24
de octubre de 1842. Sus restos fueron enterrados en Lima
y repatriados en 1868, y enterrados en el Cementerio General.
En 1978 fueron trasladados al Altar de la Patria, ubicado
en plena avenida Alameda, en Santiago, la cual lleva su
nombre.
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El general OHiggins y el general argentino
San Martín se estrechan en un abrazo luego
de la batalla de Maipú, que selló la
independencia de Chile
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