Nueva
conquista del tercer polo de la Tierra
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Con sus 8.848,13 metros, el monte
Qomolangma (Everest) es la cima más alta del
mundo |
En el Himalaya, cordillera que sirve de frontera entre
China y Nepal, sobresalen más de 40 picos cuya altura
supera los 7.000 m s.n.m. En el centro de este sistema montañoso
se yergue el Qomolangma (conocido también como Everest),
que con sus 8.848 m de altitud es la cima más elevada
del planeta y cuyas nieves perpetuas le han valido el sobrenombre
de tercer polo del mundo.
Según los geólogos, en tiempos remotos la
actual región del Himalaya era un inmenso océano.
Durante la era cenozoica, su lecho, empujado por los movimientos
de la corteza terrestre, comenzó a elevarse a una
velocidad asombrosa hasta convertirse en el techo del mundo.
Esa elevación no ha cesado y prosigue a razón
de entre 3,2 y 12,7 mm anuales.
Ha sido precisamente la altitud sin par del Qomolangma
lo que siempre ha dado alas a los alpinistas para intentar
conquistarlo. Uno de ellos dijo: Hay bonitos sueños
que acompañan a uno a lo largo de su vida; para mí,
la conquista del Qomolangma ha sido uno de esos sueños.
Esta montaña es la cúspide del mundo, por
lo que es natural que tanto niños como adultos se
fijen la meta de escalarla.
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Para conmemorar el cincuentenario
de la conquista del Qomolangma, el 21 de mayo del 2003
el equipo nacional de alpinismo coronó exitosamente
su cima |
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El 5 de mayo de 1988, una expedición
integrada por 12 alpinistas chinos, japoneses y nepalíes
alcanzaron la cumbre desde ambas caras |
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El 29 de mayo de 1953, el neozelandés
Edmund Hillary y el sherpa Tezing Norgay culminaron
la escalada de la cara sur del Qomolangma y se convirtieron
en los primeros en coronar su cima |
Pero coronar el Qomolangma no es nada fácil. A 8.848
m s.n.m., las condiciones son extremadamente duras: avalanchas,
grietas en el hielo, fuertes vientos, súbitas tempestades,
temperaturas inferiores a -40º C y una tercera parte
del oxígeno disponible a nivel del mar. Todo ello
convierte este lugar en una zona vedada a la vida. Entre
las mayores amenazas a las que deben enfrentarse los alpinistas
se encuentran varias enfermedades agravadas por la altura,
como la perniosis, el edema pulmonar y la hidrocefalia.
Nadie sabe si al final del camino le espera la conquista
de la cima o la muerte.
Gracias al progreso científico y tecnológico,
en los últimos años los equipos de montañismo
se han perfeccionado mucho, por lo que los alpinistas ya
no emprenden la escalada de este coloso con tanto temor.
Al pie del Qomolangma hay ahora una oficina de correos,
un cibercafé y varias agencias de turismo que incluyen
esta montaña en sus itinerarios.
Para proteger el entorno, con la ayuda del Gobierno Central
y de la Región Autónoma del Tíbet en
1988 se estableció el Parque Natural del Qomolangma,
en cuyos 30.000 kilómetros cuadrados pueden verse
a asnos salvajes corriendo junto a vehículos motorizados.
El Qomolangma, montaña sagrada de los tibetanos,
sigue atrayendo a un número creciente de visitantes
y alpinistas.
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