AGOSTO 2003


Tres mil años de existencia

--La medicina tradicional china

 

 

Palacio conmemorativo de Zhang Zhongjing, renombrado doctor antiguo de la medicina tradicional china

A fines del año 2002, cuando se supo de los primeros casos de SRAG (síndrome respiratorio agudo y grave), no se tenía conciencia de que una nueva epidemia amenazaba con extenderse por todo el mundo.

La también llamada neumonía atípica asiática ha llegado a todos los puntos del mundo, sin que de momento se haya descubierto remedio alguno capaz de detenerla. En pocos meses, más de 30 países y regiones se han visto afectados y miles de personas han contraído esta enfermedad altamente contagiosa.

Según advirtió la OMS (Organización Mundial de la Salud), su tasa de mortalidad oscila entre el 14 y 15 por ciento. En la lucha contra el SRAG emprendida por toda China, nuestra medicina tradicional destacó por su reacción rápida y eficaz. La formación de un grupo especial de expertos en esta antigua rama de la medicina oriental fue casi inmediata. Aunque hasta hace poco nada se sabía del SRAG, no faltan experiencias en el tratamiento de este tipo de enfermedades. Los síntomas de la “fiebre pulmonar” descritos en el Canon de medicina interna del emperador Huangdi, redactado hace 2000 años, son semejantes a los del SRAG. Junto con médicos occidentales, los integrantes de dicho grupo emprendieron la investigación de una terapia peculiar basada en la combinación de la medicina occidental y la medicina tradicional china. De lo que se trataba era de combinar la tradición con la ciencia y la tecnología modernas, saltando por encima del tiempo, el espacio y las barreras existentes entre las diferentes maneras de concebir y practicar la medicina.

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El análisis riguroso y científico de gran cantidad de datos demuestra que la terapia basada en la combinación de estos dos tipos de medicina es muy eficaz en el tratamiento de la fiebre, los síntomas de dificultad respiratoria, la tos seca, cortos de aire y la debilidad. Además, contribuye a paliar la anoxemia. La intervención de la medicina tradicional china permite que el nivel de oxigenación de la sangre se mantenga en los índices normales con sólo pequeñas variaciones. La dosis de hormonas administrada a los pacientes graves es reducida, pero su efecto no disminuye, lo que evita los efectos secundarios de esta terapia.

En el curso de su inspección del Instituto de Medicina Tradicional China de la provincia de Guangdong, efectuada el pasado mes de abril, los expertos de la OMS justipreciaron el efecto curativo del tratamiento combinado de la medicina tradicional china y la occidental. Desarrollo paralelo a la sucesión de epidemias

Fragmentos de fósiles deja de ser material medicinal.

La noticia más temprana de una epidemia en la historia china se remonta al siglo VII a.n.e. Desde entonces, los datos sobre las epidemias no han cesado de aumentar. En las dinastías Qin y Han (221 a.n.e.-220) se registraron 13 epidemias; en la dinastía Ming (1368-1644), hubo 64; y en la dinastía Qing (1644-1911), más de 100.

Según la medicina moderna, las enfermedades epidémicas se deben a la penetración de microorganismos patógenos en el cuerpo humano, es decir, de lo que para nuestros antepasados eran enemigos invisibles. Pero ello no impidió a la medicina tradicional china enfrentarse a este tipo de enfermedades. Aunque los agentes nocivos causantes de las epidemias no pueden verse a simple vista, los antiguos médicos chinos definieron su existencia a partir de la experiencia acumulada en su milenaria lucha contra ellas.

En su Sobre las enfermedades febriles, Wu Youxing, médico del siglo XVII especializado en este tipo de dolencias, señaló lo siguiente: “El elemento patógeno de las enfermedades febriles no es el viento, ni el frío, ni el calor, ni la humedad, sino una sustancia extraña existente en el espacio”. Wu llamaba a esa sustancia qi, el “culpable” que entraba en el cuerpo por la boca o la nariz, y abatía tanto a fuertes como a débiles.

La terapia de la medicina tradicional china enfatiza los tratamientos paliativos y radicales. El tratamiento paliativo tiene como fin aliviar el dolor y los perjuicios ocasionados por los síntomas de la enfermedad, mientras que el tratamiento radical se centra en la eliminación de sus causas.

Partiendo de la teoría básica de la medicina tradicional china, los médicos chinos conceden suma importancia al fortalecimiento del sistema inmunitario durante la administración de medicamentos chinos destinados a matar a los microorganismos patógenos. En el curso del tratamiento no dejan de reforzar dicho sistema con el fin de elevar su resistencia a los agentes infecciosos.

La inmunología moderna sostiene que la inmunidad humana se divide en natural y adquirida. La primera, llamada también inespecífica, es la capacidad general de determinadas células para resistir a la mayoría de los agentes patógenos; la segunda, conocida también como específica, es un conjunto de mecanismos más sofisticados que potencian la resistencia a determinados microorganismos nocivos. Nuestra medicina tradicional basa su tratamiento de las epidemias precisamente en el fortalecimiento de la inmunidad natural. La experiencia ha corroborado la eficacia y la cientificidad de este enfoque.

Valiosas experiencias

La saussurea involucrata es un buen medicamento de la ginecología.

Desde la antigüedad, los chinos consideran que tanto los remedios elaborados con plantas medicinales como los alimentos son dones de la naturaleza. La medicina tradicional china, por su parte, sostiene que unos y otros tienen el mismo origen. Entre las sustancias de mayor poder curativo incluidas en el Canon de hierbas medicinales de Shennong figuran alimentos tan cotidianos como el arroz, el trigo, los dátiles, la Rhizoma dioscoreae, la tremella, el lirio, el jengibre y el ajo. Los antiguos chinos sabían que las hierbas medicinales, además de curar, tonificaban el organismo. Sun Simiao, renombrado médico tradicional chino, afirmó: “Lo primero que debe averiguar todo médico es la causa de la enfermedad y la parte del cuerpo a la que afecta. Luego debe tratar al paciente con alimentos; si no se aprecia ninguna mejora, entonces debe administrar fármacos”.

Instrumento tradicional para el procesamiento de fármacos tradicionales

El tratado más antiguo sobre las virtudes curativas de los alimentos, salido a la luz en tiempos de la dinastía Tang (618-907) con el título de Sustancias médicas y terapia dietética, incluye 227 artículos dedicados a esta forma de tratamiento. En el artículo correspondiente a la lechuga dice así: “Beneficia a los cinco órganos, draga los meridianos, desobstruye el sistema respiratorio, tonifica los tendones y los huesos, controla el qi del bazo, blanquea los dientes, despeja la mente y quita el sueño, elimina la toxicidad del calor y del licor, alivia la sed y favorece a los intestinos grueso y delgado”.

La medicina tradicional china adopta las teorías del yin y el yang, y la de los cinco elementos. El tratamiento de acuerdo con la diferenciación de los síntomas es un reflejo de tales teorías. Al tratar a un paciente, lo primero que hacen los médicos tradicionales es identificar la parte afectada por la enfermedad, así como su causa, su naturaleza y sus síntomas. Los diferentes síntomas de una misma enfermedad se tratan con métodos distintos. Si los síntomas son iguales, pueden ser tratados con el mismo método, aunque las enfermedades que revelan no sean las mismas.

En la utilización de los fármacos, los médicos se atienen al “principio de gobernar el país”. Es decir, los medicamentos se clasifican como “monarcas”, “ministros”, “asistentes” y “guías”, denominaciones que se corresponden respectivamente con los fármacos principales, los auxiliares, los mixtos y los orientadores.

Hoy día, cada vez se profundiza más en el estudio de las sustancias empleadas por la medicina tradicional china, en un intento por descubrir recetas para adelgazar, embellecer o elaborar alimentos y bebidas con propiedades terapéuticas.

 

Farmacopea y farmacología tradicional china

Los fármacos tradicionales chinos abarcan sustancias minerales, animales y vegetales, siendo estas últimas las más numerosas. El Canon de la materia médica de Shennong, publicado entre los siglos I y II, presenta 365 sustancias medicinales; la Materia médica revisada, la primera farmacopea redactada y publicada por el Estado, incluye 884; y en el Compendio de materia médica, redactado por Li Shizhen en tiempos de la dinastía Ming (1368-1644), se registran 1.892. Según los datos de que se dispone, la medicina tradicional china utiliza 12.800 sustancias medicinales.

La teoría farmacológica tradicional abarca la naturaleza, el sabor y el aspecto de dichas sustancias, así como la composición de las recetas y la administración de los fármacos.

 

Por su naturaleza, éstos se dividen en fríos, calientes, templados, frescos y neutrales; los fríos y los calientes muestran cierta afinidad, al igual que los calientes y los templados, siendo su diferenciación una cuestión de grado. Los fármacos neutrales son aquellos que se encuentran entre estas dos grandes categorías.

La medicina tradicional china divide las causas de las enfermedades en internas y externas. Las primeras se refieren a las emociones súbitas, intensas y duraderas, suscitadas por siete estados de ánimo (alegría, cólera, ansiedad, preocupación, tristeza, miedo y pánico) y que provocan desequilibrios o alteraciones funcionales de los órganos; las causas externas son los cambios climáticos anormales que vencen la resistencia del cuerpo humano, así como los agentes patógenos que penetran en el mismo.

De acuerdo con la medicina tradicional china, en el cuerpo humano, como en la naturaleza, actúan elementos semejantes al viento, el frío, el calor, la humedad, la sequedad y el fuego. Estos elementos son los “seis qi” de la medicina tradicional china. La enfermedad se presenta cuando cualquiera de ellos se desequilibra o sufre algún cambio excepcional.

Una de las funciones más importantes desempeñadas por los fármacos tradicionales, que se elaboran con diversas presentaciones, entre ellas píldoras, polvos, cremas, granitos y licores, consiste en regular y restringir los “seis qi” para mantener el normal funcionamiento biológico del organismo. Por ejemplo, con los fármacos fríos y frescos pueden tratarse síntomas de carácter caliente y a la inversa. Otra de las funciones primordiales de dichos fármacos es la de eliminar o contener los microorganismos patógenos que se han introducido en el cuerpo.

Partiendo del sabor, los fármacos tradicionales se dividen en picantes, dulces, agrios, amargos, salados e insípidos. Los picantes (jengibre) y los picantes frescos (menta) se emplean como diaforéticos y para estimular la circulación del qi; los dulces son tonificantes; los agrios contienen la sudoración y la diarrea; los amargos eliminan el calor y la humedad; los salados disuelven los tubérculos; y los insípidos actúan de diuréticos.

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