JUNIO 2003


Al Tíbet en tren

El ferrocarril de meseta a mayor altitud y más largo del mundo

Una vez terminada, la línea férrea Qinhai-Tíbet, que enlazará Xining (ciudad de la provincia de Qinghai) y Lhasa (capital de la Región Autónoma del Tíbet), tendrá una longitud de 1.956 kilómetros. El tramo de 814 km que va de Xining a Golmud se construyó y entró en servicio en 1984. La construcción del tramo de 1.142 km Golmud-Lhasa (proyecto que incluye la renovación de los 32 km de vía que unen Golmud y Nanshankou) y la del tramo de 1.110 km Nanshankou-Lhasa se iniciaron el 29 de junio del 2001, estableciéndose para su finalización un plazo de seis años.

Esta línea férrea alcanza los 5.072 m s.n.m., su cota máxima, al cruzar las montañas Tangula. Ello la sitúa 255 m por encima de una línea peruana en la que uno de sus tramos llega a los 4.817 m s.n.m., cota que hasta ahora ha sido la más alta del mundo. Un tramo de 960 km discurre por regiones situadas a 4.000 m s.n.m., mientras que 550 km se han tendido sobre el permafrost. Las condiciones geológicas del terreno por donde discurre esta línea son muy complejas, no siendo infrecuente que a lo largo de su trazado se produzcan catástrofes naturales, como desprendimientos de tierras, terremotos y aludes de barro y rocas. Por lo tanto, su construcción está cargada de dificultades y retos, de suerte que cuando finalice se habrá escrito un nuevo capítulo en la historia mundial de la construcción de ferrocarriles.

La construcción avanza por fases de norte a sur según lo previsto. En el 2001 concluyó el tendido de raíles entre Golmud-Wangkun y se construyeron tramos experimentales en el permafrost. Se prevé que el tramo construido sobre el permafrost que se extiende al norte de las montañas Tangula finalice entre el 2002 y el 2003. Esta línea llegó a las montañas Kunlun en el 2002 y llegará a Tongtianhe en el 2003. Entre los años 2003 y 2005, su construcción avanzará desde el sur de las montañas Tangula hasta Amdo. La construcción de esta línea terminará completamente a finales del 2006 y los proyectos auxiliares se completarán el 1.° de julio del 2007.

Tres dificultades ingenieriles sin precedentes

La primera de las tres principales dificultades ingenieriles surgidas en la construcción del ferrocarril Qinghai-Tíbet es la planteada por el suelo helado de la meseta. Dado que este fenómeno también se da en Rusia, los Estados Unidos, Canadá y Suecia, dichos países han servido de referencia a los constructores del ferrocarril Qinghai-Tíbet. La segunda dificultad deriva del frágil equilibrio ecológico de la región. En la meseta Qinghai-Tíbet se originan cinco sistemas fluviales: los de los ríos Amarillo, Yangtsé, Nujiang, Lancang y Yarlung Zangbo. Además, es el hábitat de especies únicas, pero dado que la temperatura media anual es de entre -4 y -6º C, resulta muy difícil reparar los daños infligidos a la vegetación. La tercera dificultad es la escasez de oxígeno. En la meseta Qinghai-Tíbet, el aire contiene de un 50 a un 60 por ciento menos de oxígeno que al nivel del mar. Hasta la fecha, en ningún lugar del mundo se ha realizado un proyecto de construcción de gran escala a más de 4.500 m s.n.m.

La entrega de los constructores del ferrocarril

Los constructores han estado trabajando intensamente para construir el "ferrocarril de meseta a mayor altitud del mundo", conforme a los criterios de "alto punto de partida, alto nivel y alta calidad" establecidos por el Grupo Directivo Estatal del Ferrocarril Qinghai-Tíbet. Todos los proyectos concluidos en los últimos dos años y pico han alcanzado el nivel requerido y más del 90 por ciento de ellos han sido calificados de excelentes.

Tras años de investigación y de estudio, a lo largo de dicho período los científicos chinos han ido resolviendo problemas y han hecho una serie de importantes avances. En los tramos experimentales sobre terreno helado han abordado 39 temas de investigación relacionados con las nuevas tecnologías y los nuevos materiales.

En cuanto a la financiación de la construcción de esta línea, se han asignado 1.200 millones de yuanes a la protección del medio ambiente, cantidad sin precedentes que representa el 5 por ciento de la inversión total. Por otra parte, se ha puesto en práctica un sistema de veto que facilita la protección del medio ambiente. A este respecto, en las obras rigen las "cinco prohibiciones", se firman compromisos escritos sobre la protección medioambiental y se establecen órganos supervisores. Todas estas iniciativas carecen de precedentes en la historia china de la construcción ferroviaria.

Siempre que ello es posible, en el tendido de esta línea se contrata a trabajadores locales, con el fin de elevar el nivel de ingresos de la región. Por otra parte, varias unidades de construcción contribuyen al bienestar público de las zonas por las que discurre el ferrocarril construyendo puentes, carreteras y acequias, así como haciendo donaciones a los departamentos de educación locales.

Una ambiciosa empresa en beneficio de las generaciones venideras

La inversión anual en el ferrocarril Qinghai-Tíbet equivale a una cuarta parte de las inversiones de Qinghai en activos fijos. La construcción de esta línea férrea ha tenido a la economía de Golmud en ascuas, pero también le ha dado el impulso necesario para mantener durante varios años consecutivos un incremento anual del PIB del 30 por ciento.

El Tíbet, cuya superficie ocupa la octava parte del territorio nacional, pronto subsanará su falta de acceso por ferrocarril, con lo que se le ofrecerán oportunidades insospechadas para la innovación y el desarrollo de su peculiar economía.

Además, esta región autónoma china es el origen de diversos alimentos ecológicos, la medicina tradicional tibetana, ricas reservas minerales y artesanía étnica. La línea férrea Qinghai-Tíbet reducirá el precio de estos productos, haciéndolos más competitivos y contribuyendo con ello a abrir esta región a los mercados nacional e internacional. Por otra parte, gracias a la comodidad, rapidez, seguridad y bajo coste de dicha línea, los místicos paisajes naturales y artificiales del Tíbet serán más accesibles a los turistas. La línea férrea Qinghai-Tíbet enlazará cuatro ciudades tibetanas, y las 29 estaciones que se está previsto construir a lo largo de su recorrido se convertirán en otros tantos puntos de crecimiento económico.

n