Al Tíbet en tren
El ferrocarril de meseta a mayor altitud y
más largo del mundo
Una vez terminada, la línea férrea Qinhai-Tíbet,
que enlazará Xining (ciudad de la provincia de Qinghai)
y Lhasa (capital de la Región Autónoma del Tíbet), tendrá
una longitud de 1.956 kilómetros. El tramo de 814 km que
va de Xining a Golmud se construyó y entró en servicio en
1984. La construcción del tramo de 1.142 km Golmud-Lhasa
(proyecto que incluye la renovación de los 32 km de vía
que unen Golmud y Nanshankou) y la del tramo de 1.110 km
Nanshankou-Lhasa se iniciaron el 29 de junio del 2001, estableciéndose
para su finalización un plazo de seis años.
Esta línea férrea alcanza los 5.072 m s.n.m.,
su cota máxima, al cruzar las montañas Tangula. Ello la
sitúa 255 m por encima de una línea peruana en la que uno
de sus tramos llega a los 4.817 m s.n.m., cota que hasta
ahora ha sido la más alta del mundo. Un tramo de 960 km
discurre por regiones situadas a 4.000 m s.n.m., mientras
que 550 km se han tendido sobre el permafrost. Las condiciones
geológicas del terreno por donde discurre esta línea son
muy complejas, no siendo infrecuente que a lo largo de su
trazado se produzcan catástrofes naturales, como desprendimientos
de tierras, terremotos y aludes de barro y rocas. Por lo
tanto, su construcción está cargada de dificultades y retos,
de suerte que cuando finalice se habrá escrito un nuevo
capítulo en la historia mundial de la construcción de ferrocarriles.
La construcción avanza por fases de norte a
sur según lo previsto. En el 2001 concluyó el tendido de
raíles entre Golmud-Wangkun y se construyeron tramos experimentales
en el permafrost. Se prevé que el tramo construido sobre
el permafrost que se extiende al norte de las montañas Tangula
finalice entre el 2002 y el 2003. Esta línea llegó a las
montañas Kunlun en el 2002 y llegará a Tongtianhe en el
2003. Entre los años 2003 y 2005, su construcción avanzará
desde el sur de las montañas Tangula hasta Amdo. La construcción
de esta línea terminará completamente a finales del 2006
y los proyectos auxiliares se completarán el 1.° de julio
del 2007.
Tres dificultades ingenieriles sin precedentes
La primera de las tres principales dificultades
ingenieriles surgidas en la construcción del ferrocarril
Qinghai-Tíbet es la planteada por el suelo helado de la
meseta. Dado que este fenómeno también se da en Rusia, los
Estados Unidos, Canadá y Suecia, dichos países han servido
de referencia a los constructores del ferrocarril Qinghai-Tíbet.
La segunda dificultad deriva del frágil equilibrio ecológico
de la región. En la meseta Qinghai-Tíbet se originan cinco
sistemas fluviales: los de los ríos Amarillo, Yangtsé, Nujiang,
Lancang y Yarlung Zangbo. Además, es el hábitat de especies
únicas, pero dado que la temperatura media anual es de entre
-4 y -6º C, resulta muy difícil reparar los daños infligidos
a la vegetación. La tercera dificultad es la escasez de
oxígeno. En la meseta Qinghai-Tíbet, el aire contiene de
un 50 a un 60 por ciento menos de oxígeno que al nivel del
mar. Hasta la fecha, en ningún lugar del mundo se ha realizado
un proyecto de construcción de gran escala a más de 4.500
m s.n.m.
La entrega de los constructores del ferrocarril
Los constructores han estado trabajando intensamente
para construir el "ferrocarril de meseta a mayor altitud
del mundo", conforme a los criterios de "alto
punto de partida, alto nivel y alta calidad" establecidos
por el Grupo Directivo Estatal del Ferrocarril Qinghai-Tíbet.
Todos los proyectos concluidos en los últimos dos años y
pico han alcanzado el nivel requerido y más del 90 por ciento
de ellos han sido calificados de excelentes.
Tras años de investigación y de estudio, a
lo largo de dicho período los científicos chinos han ido
resolviendo problemas y han hecho una serie de importantes
avances. En los tramos experimentales sobre terreno helado
han abordado 39 temas de investigación relacionados con
las nuevas tecnologías y los nuevos materiales.
En cuanto a la financiación de la construcción
de esta línea, se han asignado 1.200 millones de yuanes
a la protección del medio ambiente, cantidad sin precedentes
que representa el 5 por ciento de la inversión total. Por
otra parte, se ha puesto en práctica un sistema de veto
que facilita la protección del medio ambiente. A este respecto,
en las obras rigen las "cinco prohibiciones",
se firman compromisos escritos sobre la protección medioambiental
y se establecen órganos supervisores. Todas estas iniciativas
carecen de precedentes en la historia china de la construcción
ferroviaria.
Siempre que ello es posible, en el tendido
de esta línea se contrata a trabajadores locales, con el
fin de elevar el nivel de ingresos de la región. Por otra
parte, varias unidades de construcción contribuyen al bienestar
público de las zonas por las que discurre el ferrocarril
construyendo puentes, carreteras y acequias, así como haciendo
donaciones a los departamentos de educación locales.
Una ambiciosa empresa en beneficio de las generaciones venideras
La inversión anual en el ferrocarril Qinghai-Tíbet
equivale a una cuarta parte de las inversiones de Qinghai
en activos fijos. La construcción de esta línea férrea ha
tenido a la economía de Golmud en ascuas, pero también le
ha dado el impulso necesario para mantener durante varios
años consecutivos un incremento anual del PIB del 30 por
ciento.
El Tíbet, cuya superficie ocupa la octava parte
del territorio nacional, pronto subsanará su falta de acceso
por ferrocarril, con lo que se le ofrecerán oportunidades
insospechadas para la innovación y el desarrollo de su peculiar
economía.
Además, esta región autónoma china es el origen
de diversos alimentos ecológicos, la medicina tradicional
tibetana, ricas reservas minerales y artesanía étnica. La
línea férrea Qinghai-Tíbet reducirá el precio de estos productos,
haciéndolos más competitivos y contribuyendo con ello a
abrir esta región a los mercados nacional e internacional.
Por otra parte, gracias a la comodidad, rapidez, seguridad
y bajo coste de dicha línea, los místicos paisajes naturales
y artificiales del Tíbet serán más accesibles a los turistas.
La línea férrea Qinghai-Tíbet enlazará cuatro ciudades tibetanas,
y las 29 estaciones que se está previsto construir a lo
largo de su recorrido se convertirán en otros tantos puntos
de crecimiento económico.
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