JUNIO 2003


La medicina es en realidad un medio benévolo

Por Huo Jianying


Figurilla de bronce de la dinastía Song (960-1279) para el aprendizaje de la acupuntura

Ahora todo el mundo llama a las enfermeras ángeles de túnica blanca. En la antigüedad, los chinos veneraban a los médicos como si fueran santos; desde tiempos remotos, quienes han ejercido la medicina han tomado sobre sí la sagrada misión de salvar vidas.

En aquellos tiempos, muchos renombrados médicos fueron respetados como reyes de los fármacos y las esculturas en su honor erigidas en templos de toda China eran veneradas por el pueblo. Entre estos célebres médicos chinos sobresalen Wang Pitong, Bian Que, Hua Tuo, Zhang Zhongjing, Huang Fuyi y Sun Simiao, cuyas esculturas son veneradas en el Templo de los Fármacos de Anguo (provincia de Hebei). Su consumada habilidad médica, así como sus brillantes contribuciones al desarrollo de la medicina tradicional china les elevaron a la categoría de santos.

Shen Nong Shi, mártir de la farmacología

La medicina tradicional china, de larga tradición, fue surgiendo con una prolongada práctica basada en el reconocimiento de las virtudes farmacológicas de las plantas, animales y minerales, y en el resumen de las experiencias y lecciones de la lucha contra las enfermedades. El fundador y máximo representante de la medicina tradicional china es Shen Nongshi, el legendario emperador Yan.

Cuenta la leyenda que los precursores de la nación china fueron Fu Yi, Shen Nong y Nü Wa, tres personajes considerados emperadores por los antiguos chinos. Shen Nong Shi fue quien mayor influencia ejerció en la evolución histórica de la nación china.

En la remota antigüedad, el hambre y la enfermedad constituían, aparte de las calamidades naturales, las mayores amenazas a la supervivencia del ser humano. Shen Nong Shi hizo grandes aportes a la resolución de estos dos grandes problemas. No solamente enseñó a la gente a identificar y recoger frutas y verduras silvestres, sino también a cultivar cereales. Con estas y otras enseñanzas, la gente logró vencer al hambre.

Frente a la amenaza de las enfermedades, se entregó a la búsqueda de hierbas medicinales. A fin de descubrir sus virtudes curativas, experimentó en su propia persona una gran variedad de plantas, con lo que descubrió las propiedades terapéuticas de muchas de ellas. Se intoxicaba con frecuencia (en cierta ocasión 72 veces en un solo día) y murió en el curso de una de sus pruebas.


Retrato legendario de Shen Nong Shi

Pese a que la existencia real de este personaje todavía no ha sido confirmada, los chinos han tenido en alta estima a este precursor, quien no duda en sacrificar su vida en aras de la subsistencia y la existencia de la nación china. Los antiguos chinos lo representaban como a un inmortal con cabeza de buey y cuerpo humano, y situaban su tierra natal en Shennongjia, un misterioso bosque en las montañas de la provincia de Hubei. Del nombre de ese lugar derivó la leyenda de que fue allí donde Shen Nong Shi construyó una choza para guardar hierbas medicinales.

Shennongjia es una tierra sagrada y aún virgen abundante en especies animales y vegetales únicas. En esta tierra bendecida con más de 2.000 tipos de sustancias medicinales fue precisamente donde Shen Nong Shi gobernó a su pueblo, inició la agricultura y fundó la medicina china.

Su espíritu de sacrificio, hondamente respetado por el pueblo y concretado en su ética profesional, es un ejemplo eterno para las nuevas generaciones de médicos. Desde la antigüedad, el pueblo chino se ha sentido orgulloso de sus antepasados.

Salvar vidas con medicinas

En las pinturas de médicos antiguos, éstos aparecen siempre llevando en la cintura el calabacín donde guardaba las medicinas con las que trataban a los enfermos. Los médicos ambulantes adoptaban gustosos esta imagen como símbolo de que asumían la responsabilidad de salvar vidas, lo que para ellos constituía un deber ineludible y una obligación moral.

De acuerdo con el concepto tradicional chino, el camino de la medicina es el camino de la benevolencia. Se trata de un concepto deontológico inspirado en el pensamiento confuciano que exige a los médicos salvar vidas con amor y actuar con la nobleza del caballero.

En el pasado, los médicos se dividían en ambulantes y sedentes. Los enfermos solían consultar al médico en la misma farmacia donde compraban los medicamentos. A veces estos médicos también salían para hacer visitas a domicilio, tipo de asistencia médica con varios milenios de historia.


Compendio de hierbas medicinales, de Li Shizhen (1518-1593), farmacólogo de la dinastía Ming. Tratado con 1.160 ilustraciones que presenta 1.892 substancias medicinales

Muchas farmacias de medicina tradicional se han mantenido prósperas durante largos años gracias a su honesta gestión. El lema de productos auténticos a un precio razonable es especialmente apreciado en el sector farmacéutico. La renombrada y antigua farmacia Hu Qing Yu Tang, de Hangzhou, tiene sobre su puerta un letrero que advierte a sus empleados: “Prohibido engañar a los clientes”.

Pero los médicos antiguos no sólo debían ser versados en medicina y poseer un elevado nivel moral, sino que también debía mostrar un firme sentido de la responsabilidad social. Los médicos se clasificaban en tres niveles: los que curaban al país pertenecían al superior; los que atendían a pacientes formaban el medio; y los que trataban las enfermedades constituían el inferior. Por lo tanto, los médicos tenían a su cargo la enorme responsabilidad social de velar por la prosperidad nacional y la buena salud del pueblo. De ahí el dicho que corría entre los estudiosos: “Si no se logra ser un buen ministro, por lo menos conseguir ser un buen médico”. A ellos les daba igual ser ministro o médico; lo que les importaba era contribuir al bienestar del pueblo.

Eterno ejemplo para las nuevas generaciones

Muchos excelentes médicos antiguos chinos, consumados practicantes del confucianismo y la medicina con integridad moral y aptitud profesional, hicieron imperecederas contribuciones a la subsistencia y el desarrollo de la nación china. Uno de ellos, Sun Simiao (581-682), fue reconocido nacional e internacionalmente como “médico divino” y fue nombrado “rey de los farmacólogos” por Li Shimin, emperador de la dinastía Tang (618-907).

Sun era inteligente y estudioso. Leía todo tipo de libros y estudió obras de varias escuelas anteriores a la dinastía Qin (221 a.n.e –206 a.n.e.), logrando una profunda comprensión del confucianismo y el taoísmo. Además, se adentró en el budismo y la medicina, ciencia ésta en la que alcanzó una sólida formación. De niñez enfermiza, conocía muy bien la amenaza de las enfermedades y no tardó en tomar la decisión de practicar la medicina.

Cuando le llegó la fama, rechazó en varias ocasiones un cargo de funcionario conferido por la corte de la dinastía Tang, prefiriendo dedicarse en cuerpo y alma a la medicina.

Además de estudiar los tratados de los precursores, recorría muchos lugares para visitar a renombrados médicos con el fin de adquirir habilidades peculiares. No solamente hacía gala de una técnica médica sobresaliente, sino que se mostraba como un dechado de ética profesional. Fuera de día, fuera de noche, trataba a todos los pacientes sin hacer distinciones entre ricos y pobres. Al mismo tiempo que estudiaba los clásicos de la medicina, daba mucha importancia a resumir sus experiencias clínicas en diversos aspectos. En el año 652 concluyó su obra Recetas de oro para casos urgentes; 30 años después finalizó Recetas de oro auxiliares, obras clásicas ambas y de lectura obligatoria para quienes posteriormente se dedicaron a la medicina tradicional.


Rótulos de farmacias antiguas tradicionales

Sun Simiao, fundador de la ginecología y la pediatría chinas, propugnaba el tratamiento combinado. Versado en acupuntura y la aplicación de fármacos, era al mismo tiempo muy hábil en la moxibustión y el fortalecimiento de la salud. Era un médico innovador. Al mismo tiempo que aprendía de las obras legadas por sus antecesores, se valió de su rica experiencia para someter los métodos antiguos a numerosas pruebas, lo que le permitió revisar y suplementar aquellas obras. La redacción de su propia obra le obligó a asimilar los nuevos logros de la medicina de aquel entonces. Su longevidad (vivió 101 años) se debe en parte a sus grandes conocimientos sobre medicina y el cuidado de la salud, pero también parece dar la razón al dicho popular: “Los benévolos son longevos”.

Nuevos retos para la medicina tradicional china

De acuerdo con la medicina tradicional china, la enfermedad tiene que ver con el qi, que se divide en genuino y patógeno. El qi genuino se refiere a la función normal fisiológica y la inmunidad, mientras que el qi patógeno abarca todos los factores causantes de la enfermedad. La aparición de la enfermedad se debe a que el qi genuino se encuentra débil, por lo que el qi patógeno puede infiltrarse; en caso de que el qi sea bastante fuerte, al qi patógeno no le resulta fácil salirse con la suya. Por lo tanto, la medicina tradicional china concede suma importancia a la inmunidad del cuerpo humano. Lo fuerte o débil del qi genuino está estrechamente vinculado con la constitución, el estado de ánimo, las condiciones de vida, la alimentación y el ejercicio físico. La medicina tradicional china toma el tratamiento como un proceso de lucha entre el qi genuino y el qi patógeno. Razón por la cual, tonificar el qi genuino y eliminar el qi patógeno constituye el pensamiento guía básico de la terapia tradicional china.

El diagnóstico de la medicina tradicional china consiste en la diferenciación de síntomas. En ese proceso, hay que definir la causa y la naturaleza de la enfermedad, así como la parte afectada y la gravedad. Además, se debe percibir la evolución de la lucha entre el qi genuino y el qi patógeno. Los métodos del diagnóstico son: observación, auscultación y olfateo, interrogatorio y tacto. Ello significa observar el estado de ánimo, la figura del cuerpo, el color del semblante y el color de la saburra de la lengua del enfermo; conocer los cambios de la voz, la respiración y el olor de los excrementos del enfermo; preguntar al paciente cómo se siente; y tomarle el pulso para definir la causa y la evolución de la enfermedad. Las más de 20 manifestaciones del pulso señalan a diferentes enfermedades.

Según los criterios de la medicina tradicional china, el actual SRAG (Síndrome Respiratorio Agudo y Grave) es una enfermedad febril, ya que está causada por factores patógenos exteriores. El síntoma principal de este tipo de enfermedad grave es la fiebre prolongada. Los factores patógenos exteriores a los que refiere la medicina tradicional china son los microbios, las bacterias y los virus que invaden el cuerpo humano. Una vez dentro de él, estos factores provocan una fiebre cada vez más alta, al tiempo que generan una gran cantidad de elementos tóxicos perjudiciales para los órganos. De ahí que las funciones de los medicamentos tradicionales usados en la  prevención de SRAG sean el fortalecimiento del sistema inmunológico y la eliminación del calor y los elementos tóxicos. La práctica corrobora la eficacia del tratamiento del SRAG basado en la combinación de las medicinas occidental y tradicional china.

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