JUNIO 2003


El SRAG está cambiando China en silencio

Por nuestro reportero LI WUZHOU


Abuelo y nieto se informan sobre el SRAG 

El 20 de abril se celebraron en París varios desfiles para presentar la última moda de primavera y verano. Por primera vez, las modelos llevaban mascarillas de gasa. Eso no era un efecto teatral buscado por los diseñadores para fascinar al público, sino un fiel reflejo de la vida real. Desde el mes de marzo, tales mascarillas se han convertido en un artículo de primera necesidad para los ciudadanos de Beijing, capital de China.

Mientras tanto, numerosos mensajes de humor negro sobre las mascarillas se transmiten de un celular a otro, de una persona a otra. “Soy yo quien te revolotea las orejas, soy yo quien te acaricia la cara con ternura, soy yo quien te besa los labios dulcemente...¡Ja ja¡ No pienses mal, soy yo, tu mascarilla. ¡No me olvides cuando salgas de casa!”

Aunque manteniendo su particular sentido del humor, los chinos se sienten inevitablemente amedrentados por el virus del SRAG (síndrome respiratorio agudo y grave), que vagabundea como un espectro bajo el espléndido sol primaveral.

En más de veinte años de reforma y apertura, la economía de China ha logrado desarrollarse rápidamente, sobre todo durante el quinquenio 1997-2002. La sucesión de grandes éxitos levantó el orgullo de China e incrementó su confianza en sí misma: el ingreso a la OMC (Organización Mundial del Comercio), el triunfo de la candidatura olímpica de Beijing y el liderazgo mundial, incluso por delante de los EE.UU., en la captación de inversiones foráneas. Llevando una vida estable y próspera, los chinos nunca como ahora han depositado tantas esperanzas en el futuro. Pero la irrupción del SRAG les ha obligado a aceptar lo imprevisible y adaptarse a las circunstancias reales.

Un evento fortuito puede convertirse en punto de viraje de la historia. Seguramente el SRAG no será tan importante, pero sí ha cambiado la vida diaria de los chinos.

Lo más obvio se muestra a través de la actitud del Gobierno chino con respecto a la proliferación de la epidemia, actitud que cambió radicalmente después del 20 de abril. El ministro de Sanidad Pública y el alcalde de Beijing fueron acusados de prevaricación y destituidos fulminantemente. El 21 de abril, el Gobierno comenzó a ofrecer conferencias de prensa diarias sobre la propagación del SRAG. A medida que la situación se aclara día a día, las críticas, las sospechas y las quejas van siendo sustituidas por la comprensión y la cooperación.


El 1.º de mayo del 2003, se celebraron en el moderno parque "Valle de la Alegría" diversas actividades de ocio relacionadas con la prevención del SRAG   

Frente a las críticas procedentes del exterior, los dirigentes gubernamentales de China no han reaccionado con el rechazo, el silencio o la indiferencia, sino que han encarado el problema y han adoptado rápidamente todo tipo de medidas preventivas. La Vice Primer Ministro Wu Yi asumió el cargo de ministro de Sanidad Pública en ese momento crítico. Lo primero que hizo en nombre del Gobierno fue pedir disculpas a los medios de comunicación por los problemas surgidos con la información. Su sinceridad y responsabilidad no tardaron en ganarle a ella y al Gobierno chino más comprensión y más apoyo, tanto de dichos medios como de la población en general. Se admitía así que la transparencia informativa facilitaría la contención de los rumores y contribuiría a tranquilizar al pueblo. No cabe duda de que China fomentará la creación y el perfeccionamiento de sus canales de comunicación con los ciudadanos. Una China más transparente se manifestará ante la comunidad mundial.

Según una encuesta, cuando el Gobierno chino se presenta con una postura activa y decidida, la confianza que tiene su pueblo en él aumenta en gran medida. La mayoría de los chinos cooperan firmemente con su Gobierno y se ponen en contacto con los departamentos correspondientes tan pronto como tienen noticia de algún posible contagio. El 90 por ciento de los encuestados respondieron que estaban satisfechos o bastante satisfechos con el grado de apertura de las informaciones gubernamentales.

Es muy posible que el SRAG señale el inicio de una mayor dedicación del Gobierno chino a los asuntos públicos. De las palabras pronunciadas estos días por Hu Jintao y Wen Jiabao se desprende que uno de los objetivos prioritarios del Gobierno actual es relanzar la dedicación al bienestar público. La salud del pueblo es más importante que las ganancias económicas.

Más atención a la salud y a la higiene


Las mascarillas se han convertido en acompañantes inseparables     

Antes, en China, los amigos solían hacerse invitaciones de este tipo: “¿Tienes tiempo? ¿Qué te parece si vamos a comer juntos?”. Ahora, en cambio, también se invita así: “¡Ven con nosotros a subir montañas!”.

Como los medios de comunicación enfatizan repetidamente la importancia de hacer ejercicio para fortalecer la inmunidad, en un abrir y cerrar de ojos los chinos se han convertido en practicantes de deportes. Por calles y callejones se ve a gente jugando al bádminton, lanzándose discos volantes, etcétera. Un anuncio impresionante del gimnasio se yergue en el metro de Beijing: “Vale más que te inviten a sudar en un gimnasio que a comer en un restaurante”.

En los días del SRAG, los mercados se quedan silenciosos excepto dos secciones de artículos de uso diario y de artículos deportivos. En algunos almacenes se agotan las existencias de los artículos de bádminton, tenis de mesa y baloncesto. Los aparatos deportivos, como las máquinas para correr, también tienen unas ventas excelentes.

En las ciudades, el negocio de las bicicletas vuelve a ser tan boyante como en los primeros años de reforma y apertura, tanto es así que hay que pedirlas con unas semanas de antelación. Wang, empleada de una compañía de capital extranjero, dijo: “Como va haciendo cada día más calor, la bicicleta se convierte en una buena elección como medio de transporte durante este período especial. Si vamos a trabajar en bicicleta no sólo hacemos ejercicio, sino que también evitamos las muchedumbres”.

La medida higiénica más popular en contra del SRAG es lavarse las manos en todo momento necesario. Se trata de una costumbre que se intenta inculcar desde la infancia pero que hasta hoy no ha arraigado. Desde la segunda década de abril, el consumo de agua ha aumentado en Beijing 350.000 metros cúbicos al día, aumento relacionado directamente con el hecho de que sus habitantes se lavan las manos con mayor frecuencia.

En Beijing se fundó un departamento especial encargado de corregir la mala costumbre de escupir, cuyos resultados no han sido muy alentadores. Sin embargo, por medio de la televisión, nos enteramos de que ahora quienes escupen en público se ganan el menosprecio de todos sus vecinos y que la multa por hacerlo ya no es de sólo 50 yuanes, sino de 200. En Beijing hay policías y voluntarios especiales que vigilan y sancionan esta conducta antihigiénica.


Turistas en el Palacio Imperial

Muchos también ponen en duda el tradicional modo de comer de los chinos. Según la manera de pensar china, compartir un platillo es una manifestación de amistad íntima. Pero ahora, con el fin de prevenir la propagación de la epidemia, la Asociación de Empresas de Comidas y Bebidas de China aconseja a todos los restaurantes del país que sirvan raciones individuales.

La preocupación de los chinos por la salud afecta incluso al mercado inmobiliario. Bajo la sombra del SRAG, la buena ventilación del apartamento se ha convertido en la cualidad más valorada a la hora de comprar una vivienda. La vegetación y el entorno ya no satisfacen las exigencias de los clientes, quienes también valoran la ubicación, la estructura, la iluminación y la ventilación de las habitaciones. Estas y otras cuestiones técnicas concretas empiezan a despertar el interés de los compradores.

Debido al SRAG, a una amenaza hasta ahora desconocida, muchos chinos han vuelto a valorar la salud y a reflexionar sobre un tema siempre un poco olvidado: la calidad de vida. Frente al hecho de que todos los días mueren personas a causa del SRAG, mucha gente que vive obsesionada con ganar dinero se da cuenta de que de nada le sirve esforzarse tanto si a cambio pierde la salud, las amistades y la armonía familiar. La alegría que se asienta sobre la única base del dinero no es una felicidad verdadera.

Más atención al amor familiar y a las relaciones humanas


Los consumidores son cada vez más exigentes con la calidad de los alimentos   

Viviendo a la sombra del SRAG, el amor entre los familiares se aprecia de una manera especial. Los hombres de ciudad abandonan su vida nocturna y después de trabajar vuelven enseguida a casa. Gracias al menor trato social la gente tiene más tiempo para estar con los familiares. Muchos dicen suspirando: “¡No sabíamos qué alegría nos depararía el simple hecho de comer toda la familia junta!”.

Otra “contribución” que hace el SRAG es que reduce notablemente en Beijing el índice de divorcios. Según la investigación, el tribunal del distrito de Xicheng trataba por lo menos 70 casos de divorcio cada semana; pero en estas últimas dos, la media no ha llegado a los 40, lo que supone una reducción de casi el 50 por ciento. Un juez nos explicó lo siguiente: “La situación especial que ha producido la epidemia mueve a la gente a comportarse con más cautela y la pareja se hace más comprensiva y más razonable. La comunicación entre los cónyuges resulta más fácil”.

Los sociólogos dicen que el SRAG aleja a las personas solamente de manera superficial, ya que en realidad nos enseña que nadie puede vivir sin el apoyo de los demás, sobre todo en este mundo que cada vez se hace más pequeño debido al desarrollo espectacular de las telecomunicaciones y la navegación aérea. Después de estar en cuarentena, la gente comprende de repente el sentido de la vida y el valor de la salud y la familia. Más gente telefonea a los parientes lejanos y manda saludos más a menudo a los amigos cercanos, y menos gente se queja de la vida.


Conspicua pancarta (“Contra el SRAG”) en una calle de Nanjing 

Como señalan los estudiosos, el gran desarrollo económico experimentado por China durante estos años ha dado mayores oportunidades a todos para desplegar su talento,  pero también ha fomentado el individualismo. “Sin embargo, la crisis del SRAG nos ha hecho volver a meditar sobre el interés común.”

Este cambio se manifiesta con gran claridad en una investigación llevada a cabo recientemente en China. A la pregunta “Si fuera médico, ¿qué haría en la guerra contra el SRAG?”, el 45 por ciento contestó “tomar la iniciativa de solicitar un puesto en la primera línea”; el 49 por ciento, “permanecer firme en mi puesto actual”; y más del 80 por ciento, “aunque es muy peligroso, si fuera necesario estaría dispuesto a participar en actividades voluntarias en contra del SRAG”. Otras personas contestaron que preferían hacer donaciones y colaborar con los departamentos correspondientes en la aplicación de medidas preventivas.

“Todos me sirven y sirvo a todos”, el eslogan lanzado en la lucha contra el SRAG, producirá un gran impacto en las relaciones humanas de la China del mañana e incluso en las relaciones internacionales.

El SRAG enseña a los chinos a amar a sus vecinos de mejor manera.

Mayor temor a los animales


En sus dos primeros días, más de 8.600 personas visitaron la X Feria Internacional del Automóvil de Shanghai, inaugurada el 21 de abril del 2003     

Hay que reconocer que los chinos poseen una creatividad particular a la hora de aprovechar los recursos alimenticios y ampliar las especies gastronómicas. Entre todos, llevan tiempo teniendo la costumbre de comer animales salvajes. En las mesas chinas se oye de vez en cuando esta broma: “He comido de todo, excepto aviones, tanques, barcos, bancos de cuatro patas y hombre de dos piernas”.

En una investigación realizada por el Buró Estatal de Silvicultura en Beijing, Shanghai y otras 21 ciudades grandes y medianas, el 46 por ciento de los encuestados reconocieron que habían comido animales salvajes; de ellos, el 38,3 por ciento dijeron haberlo hecho por curiosidad, mientras que el 54,8 por ciento lo hicieron creyendo que aquellos animales tienen mayor valor nutritivo y mejores propiedades terapéuticas.

Sin embargo, una conjetura de los científicos sembró la alarma entre los chinos: es muy probable que el virus causante del SRAG haya pasado al ser humano a través de algún animal.

Aunque todavía no ha sido confirmada, esta información ha bastado para que los chinos comenzasen a reflexionar sobre sus hábitos dietéticos. La curiosidad por el sabor extraordinario se ha saciado bruscamente y la gente empieza a mirar a los animales salvajes con otros ojos.

Antes, la caza se hacía en China únicamente desde el ángulo de malograr la protección de las especies salvajes, pero nunca se consideraban los aspectos sanitarios y epidemiológicos. Ahora, aparte de la higiene pública general, China planea prohibir terminantemente la comercialización de productos alimenticios que no hayan pasado la cuarentena.

De hecho, los chinos se han puesto en acción. La Asociación Gastronómica de China ha pedido que se reduzca el suministro de las cazas. Los cocineros de Shanghai han escrito una carta en la que recomiendan a sus clientes que rechacen la caza.

El Buró Estatal de Silvicultura y el Buró Estatal de Comercio e Industria emitieron sendos avisos urgentes en los que se instaba a suspender lo antes posible la captura, la venta, la compra, el transporte, la importación y la exportación de animales salvajes, y a examinar detenidamente los animales salvajes criados en cautividad.

Guangzhou, una de las ciudades más afectadas por el SRAG, repartió a centenares de policías especiales por toda la ciudad para perseguir el sacrificio de animales salvajes.

El 10 de abril, la Oficina para la Protección de los Animales Salvajes de la ciudad de Shenzhen anunció que dejaba de conceder “licencias para la utilización y la comercialización de animales salvajes” y que anulaba las licencias concedidas. Además, Shenzhen va a elaborar una ley que prohibirá la preparación de platos con animales salvajes y establecerá vedas.

Más y más gente empieza a relacionar el comer animales salvajes con el mantenimiento del equilibrio ecológico y la protección de la cadena alimenticia de los animales. Así llega a descubrir que esta costumbre pone en peligro el equilibrio ecológico no sólo de los animales sino también de los virus.

Adquirir conciencia de que es necesario tratar bien a los animales es aprender a amar a la Humanidad. Los defensores del medio ambiente recalcan: “Siendo seres humanos que vivimos en la Tierra, nos hemos sentido ya muy solos; ¿por qué no tratamos de llevarnos  bien con la vida que nos rodea?”. Varios estudiosos han vuelto a abrir viejos libros para entresacar las palabras con las que hace miles de años los santos dijeron que es más apropiado vivir en armonía con la naturaleza.

Finalmente, los chinos han despertado del optimismo exagerado que les llevaba a creer que “la Humanidad puede vencer al Cielo”, y ya no se limitan a aprovechar ciegamente los recursos naturales, sino que procuran respetar el entorno al máximo.

Fomento de la vida por la Internet


En Qionghai, ciudad de la provincia de Hainan, se han puesto de moda las bicicletas  familiares 

En los días más difíciles del SRAG, las congestiones de tráfico de Beijing cesaron rápidamente  (En los momentos—los últimos días de mayo-- en que escribimos este reportaje, el SRAG se ha suavizado mucholas calles han comenzado a llenarse de vehículos motorizados). Hablando de los autobuses, la impresión más extendida entre los beijineses se describe con esta frase del popular intérprete de diálogos cómicos Jiang Kun: “Estaba tan apretado que me volví fotografía”. Pero desde abril en los autobuses de la capital ya no se producían esos apretones, ya que eran muchas las entidades que, con el fin de prevenir el contagio del SRAG, habían dado permiso a sus empleados de trabajar en casa. .

“Llevo dos meses saliendo de casa sólo para ir a comprar. Mis padres están en la misma situación”, dijo sonriendo el señor Zhang mientras lo explicaba por teléfono. Él no se siente afectado ni personal ni profesionalmente, puesto que el ordenador y el teléfono le permiten permanecer en contacto con su familia, sus colegas y sus clientes las 24 horas del día.

En China comienza a surgir el teletrabajo (trabajo a distancia), práctica relativamente extendida en Occidente. Las famosas empresas de Internet Sohu y Sina autorizaron a sus empleados a trabajar en casa siempre que ello no afecte a la calidad de sus servicios. Muchas otras empresas informáticas de Zhongguancuo, el “valle del silicio” chino, dieron permisos similares.

Guo Haitong, de 13 años de edad, es alumno de primer curso de la Escuela Secundaria de Yuyuantan (Beijing). El 23 de abril, se anunció la suspensión de las clases en todas las escuelas primarias y secundarias de Beijing. Junto con este aviso llegó también a manos de la  madre del pequeño Guo una explicación sobre cómo utilizar la Internet para realizar consultas relacionadas con los estudios. El 30 de abril, tres compañías de Internet se pusieron de acuerdo y promovieron por dicho medio las “clases audiovisuales para alumnos de primaria y secundaria”. Desde mayo, por televisión también pueden seguirse clases impartidas por los mejores maestros de la ciudad.

“Nunca había comprado algo por la Internet. Pero durante estos meses lo he hecho con frecuencia. He descubierto que es un modo excelente de hacer compras. Como se ahorra dinero y energía, afirmo que no tardará en popularizarse”, dijo la señorita Cheng, empleada de una compañía de relaciones públicas.

Se calcula que el año pasado el valor de las ventas del comercio electrónico realizadas en China osciló entre los 1.500 y los 2.000 millones de yuanes. Con el SRAG, cada vez más gente ha dejado de ir a comprar a los supermercados y mercados llenos de gente y mal ventilados, y prefiere hacerlo por Internet desde su casa. Se comprende así la pujanza del comercio electrónico.

Según datos de www.eachnet.com la mayor empresa de comercio electrónico de China, tras el brote de la epidemia, el número de quienes visitan sitios y páginas relacionados con las mascarillas, los desinfectantes y los productos vitamínicos ha aumentado bruscamente, llegando a multiplicarse por cinco o seis. Por otra parte, el volumen de negocios es más de diez veces superior. Pan Yan, gerente de la sección de productos deportivos y turísticos, nos explicó que durante todo el mes de abril recibió diariamente una media de más de 500 compradores y que cada tres minutos y medio hizo una venta.

Algunos almacenes están apresurando la elaboración de sus planes para conquistar el mercado de la Internet. Un gerente del almacén dijo: “Con la venta por la Internet, ya no nos afectarán las fluctuaciones de la demanda provocadas por el tórrido sol veraniego, el riguroso invierno o una cruel epidemia”.

La Internet, medio que se desarrolla muy rápidamente, cuenta con cien millones de usuarios. La conexión XDSL está cada día más extendida en las grandes ciudades chinas. En el temible período de la epidemia, la conexión XDSL desempeñó un papel más importante que nunca. En efecto, aparte de las funciones mencionadas, como posibilitar el teletrabajo, la educación a distancia y el comprar sin salir de casa, también ha hecho una gran contribución al poder reportar a tiempo la situación de la epidemia, fomentar la comunicación y enriquecer la vida de la gente que debía permanecer en cuarentena. 

Para mucha gente que usa la Internet, su relación con este medio se ha convertido en una nueva manera de vivir. Según datos publicados por www.263.net durante este período el tiempo de conexión ha aumentado un 20 por ciento.

Las conversaciones cara a cara han sido sustituidas en muchos casos por las charlas en la Internet, el envío de mensajes electrónicos y la transmisión de mensajes sobre las medidas preventivas y el apoyo mutuo. Hay quienes se quejan de que la Internet enfría las relaciones humanas y hace que las personas prefieran vivir en un universo ficticio a conversar con los colegas que tienen al lado. Pero lo cierto es que en las excepcionales circunstancias provocadas por la aparición del SRAG, la Internet ha contribuido a intensificar y a estrechar las relaciones interpersonales.

También ha habido quienes han organizado su boda por la Internet. Una pareja de novios de la ciudad de Chongqing que llevaba dos meses preparando su boda, prevista para el 26 de abril, anuló su plan original y tomó la decisión de celebrarla por la Internet, para lo cual utilizaron una cámara de video digital. Esta idea se les ocurrió después de leer en el periódico que un especialista desaconsejaba la celebración al modo tradicional, por el riego de propagar el SRAG. A través de la Internet, los recién casados propusieron un brindis a parientes y amigos, y recibieron las bendiciones de todos ellos.

Esta crisis sanitaria despertó un interés aún mayor por la Internet, medio que en opinión de algunos está cambiando el estilo de vida de los chinos. Pero la gente más reflexiva empieza a preguntarse: “De no haber sido por el SRAG, ¿cuánto tiempo habría pasado antes de poder acceder a la avanzada tecnología informática?”. A pesar de que el número de usuarios chinos de la Internet ha llegado a 59.100.000, superando así a Japón y quedando por detrás sólo de los EE.UU., esa cifra es todavía muy baja en comparación con su población de 1.300 millones de habitantes.

Por otra parte, el SRAG representa también una severa advertencia a las compañías chinas que todavía carecen de redes informáticas interiores y que, en consecuencia, no pueden garantizar la continuidad del trabajo diario si surge algún imprevisto. Según diversos estudios, el 26 por ciento de las compañías chinas están  tomando medidas al respecto. Ese porcentaje es muy inferior al de Hong Kong (53 por ciento) y al de Singapur (48 por ciento), pero muy cercano al de Canadá (28 por ciento).

¿Cómo construir China en la Internet? ¿Cómo aprovechar este medio para impulsar la modernización de nuestro país? ¿Cómo paliar más eficazmente a través de la Internet las secuelas sociales dejadas por sucesos inesperados? La epidemia SRAG ha enseñado y enseñará a los chinos a profundizar en sus reflexiones sobre la construcción de una sociedad acomodada en todos los aspectos.

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