El
SRAG está cambiando China en silencio
Por
nuestro reportero LI WUZHOU

Abuelo
y nieto
se
informan sobre el SRAG
|
El
20 de abril se celebraron en París varios desfiles para
presentar la última moda de primavera y verano. Por primera
vez, las modelos llevaban mascarillas de gasa. Eso no
era un efecto teatral buscado por los diseñadores para
fascinar al público, sino un fiel reflejo de la vida real.
Desde el mes de marzo, tales mascarillas se han convertido
en un artículo de primera necesidad para los ciudadanos
de Beijing, capital de China.
Mientras
tanto, numerosos mensajes de humor negro sobre las mascarillas
se transmiten de un celular a otro, de una persona a otra.
“Soy yo quien te revolotea las orejas, soy yo quien te
acaricia la cara con ternura, soy yo quien te besa los
labios dulcemente...¡Ja ja¡ No pienses mal, soy yo, tu
mascarilla. ¡No me olvides cuando salgas de casa!”
Aunque
manteniendo su particular sentido del humor, los chinos
se sienten inevitablemente amedrentados por el virus del
SRAG (síndrome respiratorio agudo y grave), que vagabundea
como un espectro bajo el espléndido sol primaveral.
En
más de veinte años de reforma y apertura, la economía
de China ha logrado desarrollarse rápidamente, sobre todo
durante el quinquenio 1997-2002. La sucesión de grandes
éxitos levantó el orgullo de China e incrementó su confianza
en sí misma: el ingreso a la OMC (Organización Mundial
del Comercio), el triunfo de la candidatura olímpica de
Beijing y el liderazgo mundial, incluso por delante de
los EE.UU., en la captación de inversiones foráneas. Llevando
una vida estable y próspera, los chinos nunca como ahora
han depositado tantas esperanzas en el futuro. Pero la
irrupción del SRAG les ha obligado a aceptar lo imprevisible
y adaptarse a las circunstancias reales.
Un
evento fortuito puede convertirse en punto de viraje de
la historia. Seguramente el SRAG no será tan importante,
pero sí ha cambiado la vida diaria de los chinos.
Lo
más obvio se muestra a través de la actitud del Gobierno
chino con respecto a la proliferación de la epidemia,
actitud que cambió radicalmente después del 20 de abril.
El ministro de Sanidad Pública y el alcalde de Beijing
fueron acusados de prevaricación y destituidos fulminantemente.
El 21 de abril, el Gobierno comenzó a ofrecer conferencias
de prensa diarias sobre la propagación del SRAG. A medida
que la situación se aclara día a día, las críticas, las
sospechas y las quejas van siendo sustituidas por la comprensión
y la cooperación.

El 1.º de mayo del 2003, se
celebraron en el moderno parque "Valle de la
Alegría" diversas actividades de ocio relacionadas
con la prevención del SRAG |
Frente
a las críticas procedentes del exterior, los dirigentes
gubernamentales de China no han reaccionado con el rechazo,
el silencio o la indiferencia, sino que han encarado el
problema y han adoptado rápidamente todo tipo de medidas
preventivas. La Vice Primer Ministro Wu Yi asumió el cargo
de ministro de Sanidad Pública en ese momento crítico.
Lo primero que hizo en nombre del Gobierno fue pedir disculpas
a los medios de comunicación por los problemas surgidos
con la información. Su sinceridad y responsabilidad no
tardaron en ganarle a ella y al Gobierno chino más comprensión
y más apoyo, tanto de dichos medios como de la población
en general. Se admitía así que la transparencia informativa
facilitaría la contención de los rumores y contribuiría
a tranquilizar al pueblo. No cabe duda de que China fomentará
la creación y el perfeccionamiento de sus canales de comunicación
con los ciudadanos. Una China más transparente se manifestará
ante la comunidad mundial.
Según
una encuesta, cuando el Gobierno chino se presenta con
una postura activa y decidida, la confianza que tiene
su pueblo en él aumenta en gran medida. La mayoría de
los chinos cooperan firmemente con su Gobierno y se ponen
en contacto con los departamentos correspondientes tan
pronto como tienen noticia de algún posible contagio.
El 90 por ciento de los encuestados respondieron que estaban
satisfechos o bastante satisfechos con el grado de apertura
de las informaciones gubernamentales.
Es
muy posible que el SRAG señale el inicio de una mayor
dedicación del Gobierno chino a los asuntos públicos.
De las palabras pronunciadas estos días por Hu Jintao
y Wen Jiabao se desprende que uno de los objetivos prioritarios
del Gobierno actual es relanzar la dedicación al bienestar
público. La salud del pueblo es más importante que las
ganancias económicas.
Más atención a la salud y a la higiene

Las mascarillas se han convertido
en acompañantes inseparables |
Antes,
en China, los amigos solían hacerse invitaciones de este
tipo: “¿Tienes tiempo? ¿Qué te parece si vamos a comer
juntos?”. Ahora, en cambio, también se invita así: “¡Ven
con nosotros a subir montañas!”.
Como
los medios de comunicación enfatizan repetidamente la
importancia de hacer ejercicio para fortalecer la inmunidad,
en un abrir y cerrar de ojos los chinos se han convertido
en practicantes de deportes. Por calles y callejones se
ve a gente jugando al bádminton, lanzándose discos volantes,
etcétera. Un anuncio impresionante del gimnasio se yergue
en el metro de Beijing: “Vale más que te inviten a sudar
en un gimnasio que a comer en un restaurante”.
En
los días del SRAG, los mercados se quedan silenciosos
excepto dos secciones de artículos de uso diario y de
artículos deportivos. En algunos almacenes se agotan las
existencias de los artículos de bádminton, tenis de mesa
y baloncesto. Los aparatos deportivos, como las máquinas
para correr, también tienen unas ventas excelentes.
En
las ciudades, el negocio de las bicicletas vuelve a ser
tan boyante como en los primeros años de reforma y apertura,
tanto es así que hay que pedirlas con unas semanas de
antelación. Wang, empleada de una compañía de capital
extranjero, dijo: “Como va haciendo cada día más calor,
la bicicleta se convierte en una buena elección como medio
de transporte durante este período especial. Si vamos
a trabajar en bicicleta no sólo hacemos ejercicio, sino
que también evitamos las muchedumbres”.
La
medida higiénica más popular en contra del SRAG es lavarse
las manos en todo momento necesario. Se trata de una costumbre
que se intenta inculcar desde la infancia pero que hasta
hoy no ha arraigado. Desde la segunda década de abril,
el consumo de agua ha aumentado en Beijing 350.000 metros
cúbicos al día, aumento relacionado directamente con el
hecho de que sus habitantes se lavan las manos con mayor
frecuencia.
En
Beijing se fundó un departamento especial encargado de
corregir la mala costumbre de escupir, cuyos resultados
no han sido muy alentadores. Sin embargo, por medio de
la televisión, nos enteramos de que ahora quienes escupen
en público se ganan el menosprecio de todos sus vecinos
y que la multa por hacerlo ya no es de sólo 50 yuanes,
sino de 200. En Beijing hay policías y voluntarios especiales
que vigilan y sancionan esta conducta antihigiénica.

Turistas en el Palacio Imperial
|
Muchos
también ponen en duda el tradicional modo de comer de
los chinos. Según la manera de pensar china, compartir
un platillo es una manifestación de amistad íntima. Pero
ahora, con el fin de prevenir la propagación de la epidemia,
la Asociación de Empresas de Comidas y Bebidas de China
aconseja a todos los restaurantes del país que sirvan
raciones individuales.
La
preocupación de los chinos por la salud afecta incluso
al mercado inmobiliario. Bajo la sombra del SRAG, la buena
ventilación del apartamento se ha convertido en la cualidad
más valorada a la hora de comprar una vivienda. La vegetación
y el entorno ya no satisfacen las exigencias de los clientes,
quienes también valoran la ubicación, la estructura, la
iluminación y la ventilación de las habitaciones. Estas
y otras cuestiones técnicas concretas empiezan a despertar
el interés de los compradores.
Debido
al SRAG, a una amenaza hasta ahora desconocida, muchos
chinos han vuelto a valorar la salud y a reflexionar sobre
un tema siempre un poco olvidado: la calidad de vida.
Frente al hecho de que todos los días mueren personas
a causa del SRAG, mucha gente que vive obsesionada con
ganar dinero se da cuenta de que de nada le sirve esforzarse
tanto si a cambio pierde la salud, las amistades y la
armonía familiar. La alegría que se asienta sobre la única
base del dinero no es una felicidad verdadera.
Más atención al amor familiar y a las
relaciones humanas

Los consumidores son cada vez
más exigentes con la calidad de los alimentos |
Viviendo
a la sombra del SRAG, el amor entre los familiares se
aprecia de una manera especial. Los hombres de ciudad
abandonan su vida nocturna y después de trabajar vuelven
enseguida a casa. Gracias al menor trato social la gente
tiene más tiempo para estar con los familiares. Muchos
dicen suspirando: “¡No sabíamos qué alegría nos depararía
el simple hecho de comer toda la familia junta!”.
Otra
“contribución” que hace el SRAG es que reduce notablemente
en Beijing el índice de divorcios. Según la investigación,
el tribunal del distrito de Xicheng trataba por lo menos
70 casos de divorcio cada semana; pero en estas últimas
dos, la media no ha llegado a los 40, lo que supone una
reducción de casi el 50 por ciento. Un juez nos explicó
lo siguiente: “La situación especial que ha producido
la epidemia mueve a la gente a comportarse con más cautela
y la pareja se hace más comprensiva y más razonable. La
comunicación entre los cónyuges resulta más fácil”.
Los
sociólogos dicen que el SRAG aleja a las personas solamente
de manera superficial, ya que en realidad nos enseña que
nadie puede vivir sin el apoyo de los demás, sobre todo
en este mundo que cada vez se hace más pequeño debido
al desarrollo espectacular de las telecomunicaciones y
la navegación aérea. Después de estar en cuarentena, la
gente comprende de repente el sentido de la vida y el
valor de la salud y la familia. Más gente telefonea a
los parientes lejanos y manda saludos más a menudo a los
amigos cercanos, y menos gente se queja de la vida.

Conspicua pancarta (“Contra
el SRAG”) en una calle de Nanjing |
Como señalan los
estudiosos, el gran desarrollo económico experimentado
por China durante estos años ha dado mayores oportunidades
a todos para desplegar su talento, pero también ha fomentado
el individualismo. “Sin embargo, la crisis del SRAG nos
ha hecho volver a meditar sobre el interés común.”
Este
cambio se manifiesta con gran claridad en una investigación
llevada a cabo recientemente en China. A la pregunta “Si
fuera médico, ¿qué haría en la guerra contra el SRAG?”,
el 45 por ciento contestó “tomar la iniciativa de solicitar
un puesto en la primera línea”; el 49 por ciento, “permanecer
firme en mi puesto actual”; y más del 80 por ciento, “aunque
es muy peligroso, si fuera necesario estaría dispuesto
a participar en actividades voluntarias en contra del
SRAG”. Otras personas contestaron que preferían hacer
donaciones y colaborar con los departamentos correspondientes
en la aplicación de medidas preventivas.
“Todos
me sirven y sirvo a todos”, el eslogan lanzado en la lucha
contra el SRAG, producirá un gran impacto en las relaciones
humanas de la China del mañana e incluso en las relaciones
internacionales.
El
SRAG enseña a los chinos a amar a sus vecinos de mejor
manera.
Mayor temor a los animales

En sus dos primeros días, más
de 8.600 personas visitaron la X Feria Internacional
del Automóvil de Shanghai, inaugurada el 21 de abril
del 2003 |
Hay
que reconocer que los chinos poseen una creatividad particular
a la hora de aprovechar los recursos alimenticios y ampliar
las especies gastronómicas. Entre todos, llevan tiempo
teniendo la costumbre de comer animales salvajes. En las
mesas chinas se oye de vez en cuando esta broma: “He comido
de todo, excepto aviones, tanques, barcos, bancos de cuatro
patas y hombre de dos piernas”.
En
una investigación realizada por el Buró Estatal de Silvicultura
en Beijing, Shanghai y otras 21 ciudades grandes y medianas,
el 46 por ciento de los encuestados reconocieron que habían
comido animales salvajes; de ellos, el 38,3 por ciento
dijeron haberlo hecho por curiosidad, mientras que el
54,8 por ciento lo hicieron creyendo que aquellos animales
tienen mayor valor nutritivo y mejores propiedades terapéuticas.
Sin
embargo, una conjetura de los científicos sembró la alarma
entre los chinos: es muy probable que el virus causante
del SRAG haya pasado al ser humano a través de algún animal.
Aunque
todavía no ha sido confirmada, esta información ha bastado
para que los chinos comenzasen a reflexionar sobre sus
hábitos dietéticos. La curiosidad por el sabor extraordinario
se ha saciado bruscamente y la gente empieza a mirar a
los animales salvajes con otros ojos.
Antes,
la caza se hacía en China únicamente desde el ángulo de
malograr la protección de las especies salvajes, pero
nunca se consideraban los aspectos sanitarios y epidemiológicos.
Ahora, aparte de la higiene pública general, China planea
prohibir terminantemente la comercialización de productos
alimenticios que no hayan pasado la cuarentena.
De
hecho, los chinos se han puesto en acción. La Asociación
Gastronómica de China ha pedido que se reduzca el suministro
de las cazas. Los cocineros de Shanghai han escrito una
carta en la que recomiendan a sus clientes que rechacen
la caza.
El
Buró Estatal de Silvicultura y el Buró Estatal de Comercio
e Industria emitieron sendos avisos urgentes en los que
se instaba a suspender lo antes posible la captura, la
venta, la compra, el transporte, la importación y la exportación
de animales salvajes, y a examinar detenidamente los animales
salvajes criados en cautividad.
Guangzhou,
una de las ciudades más afectadas por el SRAG, repartió
a centenares de policías especiales por toda la ciudad
para perseguir el sacrificio de animales salvajes.
El
10 de abril, la Oficina para la Protección de los Animales
Salvajes de la ciudad de Shenzhen anunció que dejaba de
conceder “licencias para la utilización y la comercialización
de animales salvajes” y que anulaba las licencias concedidas.
Además, Shenzhen va a elaborar una ley que prohibirá la
preparación de platos con animales salvajes y establecerá
vedas.
Más
y más gente empieza a relacionar el comer animales salvajes
con el mantenimiento del equilibrio ecológico y la protección
de la cadena alimenticia de los animales. Así llega a
descubrir que esta costumbre pone en peligro el equilibrio
ecológico no sólo de los animales sino también de los
virus.
Adquirir conciencia
de que es necesario tratar bien a los animales es aprender
a amar a la Humanidad. Los defensores del medio ambiente
recalcan: “Siendo seres humanos que vivimos en la Tierra,
nos hemos sentido ya muy solos; ¿por qué no tratamos de
llevarnos bien con la vida que nos rodea?”. Varios estudiosos
han vuelto a abrir viejos libros para entresacar las palabras
con las que hace miles de años los santos dijeron que
es más apropiado vivir en armonía con la naturaleza.
Finalmente,
los chinos han despertado del optimismo exagerado que
les llevaba a creer que “la Humanidad puede vencer al
Cielo”, y ya no se limitan a aprovechar ciegamente los
recursos naturales, sino que procuran respetar el entorno
al máximo.
Fomento de la vida por la Internet

En
Qionghai, ciudad de la provincia de Hainan, se han
puesto de moda las bicicletas familiares |
En
los días más difíciles del SRAG, las congestiones de tráfico
de Beijing cesaron rápidamente (En los momentos—los últimos días de mayo--
en que escribimos este reportaje, el SRAG se ha suavizado
mucholas calles han comenzado a llenarse de vehículos
motorizados). Hablando de los autobuses, la impresión
más extendida entre los beijineses se describe con esta
frase del popular intérprete de diálogos cómicos Jiang
Kun: “Estaba tan apretado que me volví fotografía”. Pero
desde abril en los autobuses de la capital ya no se producían
esos apretones, ya que eran muchas las entidades que,
con el fin de prevenir el contagio del SRAG, habían dado
permiso a sus empleados de trabajar en casa. .
“Llevo
dos meses saliendo de casa sólo para ir a comprar. Mis
padres están en la misma situación”, dijo sonriendo el
señor Zhang mientras lo explicaba por teléfono. Él no
se siente afectado ni personal ni profesionalmente, puesto
que el ordenador y el teléfono le permiten permanecer
en contacto con su familia, sus colegas y sus clientes
las 24 horas del día.
En
China comienza a surgir el teletrabajo (trabajo a distancia),
práctica relativamente extendida en Occidente. Las famosas
empresas de Internet Sohu y Sina autorizaron
a sus empleados a trabajar en casa siempre que ello no
afecte a la calidad de sus servicios. Muchas otras empresas
informáticas de Zhongguancuo, el “valle del silicio” chino,
dieron permisos similares.
Guo Haitong, de
13 años de edad, es alumno de primer curso de la Escuela
Secundaria de Yuyuantan (Beijing). El 23 de abril, se
anunció la suspensión de las clases en todas las escuelas
primarias y secundarias de Beijing. Junto con este aviso
llegó también a manos de la madre del pequeño Guo una
explicación sobre cómo utilizar la Internet para realizar
consultas relacionadas con los estudios. El 30 de abril,
tres compañías de Internet se pusieron de acuerdo y promovieron
por dicho medio las “clases audiovisuales para alumnos
de primaria y secundaria”. Desde mayo, por televisión
también pueden seguirse clases impartidas por los mejores
maestros de la ciudad.
“Nunca
había comprado algo por la Internet. Pero durante estos
meses lo he hecho con frecuencia. He descubierto que es
un modo excelente de hacer compras. Como se ahorra dinero
y energía, afirmo que no tardará en popularizarse”, dijo
la señorita Cheng, empleada de una compañía de relaciones
públicas.
Se
calcula que el año pasado el valor de las ventas del comercio
electrónico realizadas en China osciló entre los 1.500
y los 2.000 millones de yuanes. Con el SRAG, cada vez
más gente ha dejado de ir a comprar a los supermercados
y mercados llenos de gente y mal ventilados, y prefiere
hacerlo por Internet desde su casa. Se comprende así la
pujanza del comercio electrónico.
Según datos de www.eachnet.com la mayor
empresa de comercio electrónico de China, tras el brote
de la epidemia, el número de quienes visitan sitios y
páginas relacionados con las mascarillas, los desinfectantes
y los productos vitamínicos ha aumentado bruscamente,
llegando a multiplicarse por cinco o seis. Por otra parte,
el volumen de negocios es más de diez veces superior.
Pan Yan, gerente de la sección de productos deportivos
y turísticos, nos explicó que durante todo el mes de abril
recibió diariamente una media de más de 500 compradores
y que cada tres minutos y medio hizo una venta.
Algunos
almacenes están apresurando la elaboración de sus planes
para conquistar el mercado de la Internet. Un gerente
del almacén dijo: “Con la venta por la Internet, ya no
nos afectarán las fluctuaciones de la demanda provocadas
por el tórrido sol veraniego, el riguroso invierno o una
cruel epidemia”.
La Internet, medio
que se desarrolla muy rápidamente, cuenta con cien millones
de usuarios. La conexión XDSL está cada día más extendida
en las grandes ciudades chinas. En el temible período
de la epidemia, la conexión XDSL desempeñó un papel más
importante que nunca. En efecto, aparte de las funciones
mencionadas, como posibilitar el teletrabajo, la educación
a distancia y el comprar sin salir de casa, también ha
hecho una gran contribución al poder reportar a tiempo
la situación de la epidemia, fomentar la comunicación
y enriquecer la vida de la gente que debía permanecer
en cuarentena.
Para mucha gente que usa la Internet,
su relación con este medio se ha convertido en una nueva
manera de vivir. Según datos publicados por www.263.net
durante este período el tiempo de conexión ha aumentado
un 20 por ciento.
Las
conversaciones cara a cara han sido sustituidas en muchos
casos por las charlas en la Internet, el envío de mensajes
electrónicos y la transmisión de mensajes sobre las medidas
preventivas y el apoyo mutuo. Hay quienes se quejan de
que la Internet enfría las relaciones humanas y hace que
las personas prefieran vivir en un universo ficticio a
conversar con los colegas que tienen al lado. Pero lo
cierto es que en las excepcionales circunstancias provocadas
por la aparición del SRAG, la Internet ha contribuido
a intensificar y a estrechar las relaciones interpersonales.
También
ha habido quienes han organizado su boda por la Internet.
Una pareja de novios de la ciudad de Chongqing que llevaba
dos meses preparando su boda, prevista para el 26 de abril,
anuló su plan original y tomó la decisión de celebrarla
por la Internet, para lo cual utilizaron una cámara de
video digital. Esta idea se les ocurrió después de leer
en el periódico que un especialista desaconsejaba la celebración
al modo tradicional, por el riego de propagar el SRAG.
A través de la Internet, los recién casados propusieron
un brindis a parientes y amigos, y recibieron las bendiciones
de todos ellos.
Esta
crisis sanitaria despertó un interés aún mayor por la
Internet, medio que en opinión de algunos está cambiando
el estilo de vida de los chinos. Pero la gente más reflexiva
empieza a preguntarse: “De no haber sido por el SRAG,
¿cuánto tiempo habría pasado antes de poder acceder a
la avanzada tecnología informática?”. A pesar de que el
número de usuarios chinos de la Internet ha llegado a
59.100.000, superando así a Japón y quedando por detrás
sólo de los EE.UU., esa cifra es todavía muy baja en comparación
con su población de 1.300 millones de habitantes.
Por otra parte,
el SRAG representa también una severa advertencia a las
compañías chinas que todavía carecen de redes informáticas
interiores y que, en consecuencia, no pueden garantizar
la continuidad del trabajo diario si surge algún imprevisto.
Según diversos estudios, el 26 por ciento de las compañías
chinas están tomando medidas al respecto. Ese porcentaje
es muy inferior al de Hong Kong (53 por ciento) y al de
Singapur (48 por ciento), pero muy cercano al de Canadá
(28 por ciento).
¿Cómo
construir China en la Internet? ¿Cómo aprovechar este
medio para impulsar la modernización de nuestro país?
¿Cómo paliar más eficazmente a través de la Internet las
secuelas sociales dejadas por sucesos inesperados? La
epidemia SRAG ha enseñado y enseñará a los chinos a profundizar
en sus reflexiones sobre la construcción de una sociedad
acomodada en todos los aspectos.