JUNIO 2003


Las calamidades nos hacen cambiar

Cuando se supo que una de las vías de transmisión del SIDA es la sexual, el empuje de la liberalización sexual, urgida en los países europeos y americanos a mediados del siglo pasado,comenzó a perder fuerza y empezaron a resurgir los valores tradicionales de la vida hogareña y familiar. Las calamidades cambian el comportamiento de la gente y modifican sus escalas de valores.

Poco después de detectarse en China el primer brote de SRAG (síndrome respiratorio agudo y grave), se supo que más de la mitad de los 7.000 afectados en todo el mundo eran chinos. Esta epidemia, que lleva ya varios meses perturbando la vida cotidiana, obliga a la gente a usar mascarillas y la mantiene alejada de los restaurantes y de los  centros de ocio. Al producirse un fuerte aumento de nuevos casos, no pocas empresas y entidades obligaron a sus empleados a permanecer en sus hogares. Por lo tanto, las actividades cotidianas no se desarrollan con toda normalidad.

Pero no solamente están produciéndose tales cambios, sino que también se observan modificaciones en las costumbres y la manera de pensar. En cierto sentido, la irrupción de esta enfermedad está impulsando el progreso. Quienes se deleitaban con platos elaborados con animales salvajes han abandonado esta costumbre, pues algunos especialistas sospechan que el SRAG proviene de una especie animal; antes, todos los miembros de la familia comían de los mismos platos, mientras que ahora cada uno come del suyo; quienes eran objeto de burla, a veces, por volver a casa inmediatamente después de terminar la jornada laboral, ahora son elogiados por preparar la cena para toda la familia; y el vicio de escupir y hacer las necesidades en cualquier parte está siendo censurado y castigado.

La esencia de la filosofía clásica china reside en saber analizar todo asunto de manera dialéctica. Esta filosofía explica que lo malo pueda convertirse en bueno y viceversa, idea que subyace al refrán "no hay mal que por bien no venga". Los cambios que la propagación del SRAG ha introducido en la vida del pueblo chino vienen a corroborar dicha concepción filosófica, la cual le ofrece el respaldo espiritual necesario para afrontar esta calamidad con optimismo.

Precisamente sobre esta epidemia trata "El SRAG está cambiando China en silencio", artículo complementado con noticias al respecto y consejos para evitar el contagio. En el presente número nuestros lectores encontrarán también un interesante  artículo titulado "Al Tíbet en tren", que versa sobre la construcción de la que será la línea férrea situada a mayor altura del mundo, así como las habituales páginas de "China y el mundo hispanohablante", dedicadas a ofrecer información sobre estas dos culturas y sus relaciones e intercambios.

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