MAYO 2003

 


Relaciones económicas sino-peruanas

Por ANDRÉS HUMBERTO CHONG GENG


Tianjin, la mayor ciudad litoral del norte de China

Las relaciones económicas y comerciales sino-peruanas vienen de antiguo. Su inicio se remonta al 15 de octubre de 1849, fecha de la llegada al Perú del primer contingente de jóvenes chinos, con lo que dio comienzo la primera migración china (1849-1874), que concluyó con el Tratado de Paz, Amistad y Navegación, firmado en Tianjin el 26 de junio de 1874 por el capitán Aurelio García y García, Ministro Plenipotenciario del Perú, y su excelencia Li Hong Chang, Ministro Plenipotenciario de su Majestad, el Emperador de China. Con esfuerzo, tesón y sacrificio, esta generación de chinos soportó a veces las injustas condiciones de trabajo, participó en la construcción de las primeras líneas férreas, contribuyó a la prosperidad de las haciendas de caña y algodón, y extrajo el guano de las islas situadas frente a la costa del Perú. Posteriormente se produjo una segunda inmigración (1890-1930), más reducida, formada por empresarios provenientes de Hong Kong deseosos de invertir en el Perú, donde establecieron casas comerciales, compañías de seguros y firmas navieras, y arrendaron o compraron propiedades agrícolas para cultivar sobre todo caña de azúcar.

Familias emprendedoras cerraron el círculo de la presencia china en el Perú, mostrando las dos clases sociales en el interior de la comunidad china. Aunque entonces una ocultara a la otra, tesonera y silenciosamente se complementaban, destacando el aporte indiscutible de los emigrantes chinos a la economía, la cultura, la política y la sociedad peruanas. La mayor colonia china de Latinoamérica es la del Perú, donde representa el 10 por ciento de la población total.


El puente de Jiangyin sobre el río Yangtsé (provincia de Jiangsu) es el mayor de sus características tendido sobre dicho río Yangtsé

Al fundarse la Republica Popular China en 1949, las relaciones políticas y económicas entre ambos países se interrumpieron. Las relaciones económicas se restablecieron en 1971, coincidiendo con la nueva política impulsada por el auge exportador del Perú registrado a fines de la década de los 60, auge que determinó la búsqueda de nuevos mercados como China, con el fin de diversificar las exportaciones peruanas. A raíz de los primeros contratos sobre el cobre y la harina de pescado, se enviaron diversas misiones a China, cuya labor se concretó en el “Convenio de Cooperación Económica y Técnica”, firmado el 28 de noviembre de 1971, fecha en la que se inició una sólida y estrecha relación económica y comercial que se consolidaría el 9 de agosto de 1972 con la firma del Convenio Comercial.

A partir de la segunda mitad de los años 70, el Perú reelaboró su papel como país ribereño de la cuenca del Pacífico y tomó importantes medidas para afianzar su presencia en el área. En este sentido, el 2 de noviembre de 1988 las relaciones económicas bilaterales sino-peruanas ingresaron en una nueva fase de entendimiento gracias a la firma del Convenio Básico de Cooperación Económica y Técnica, cuyo objeto era desarrollar, intensificar, diversificar y consolidar las relaciones económicas, comerciales y de cooperación entre ambos países a través de la Comisión Mixta Económica Comercial.

Las economías de ambos países pueden ser consideradas complementarias tanto por lo que hace a la producción como en lo tocante al consumo de las respectivas poblaciones. En ese sentido, puede apreciarse que el intercambio comercial bilateral se ha venido desarrollando gradualmente y que en la actualidad se encuentra en su nivel más alto, tal como se desprende del siguiente cuadro:

Intercambio Comercial Perú-China

(Miles de dolares)

Año

Total

Importaciones desde Perú

Exportaciones del Perú

Superávit a favor de Perú

1996

558,157

166,578

419,385

252,806

1997

685,963

195,925

490,062

284,138

1998

424,320

191,506

232,814

41,308

1999

416,959

201,464

215,495

14,031

2000

699,396

260,435

438,761

178,126

2001

747,304

322,098

425,206

103,108

2002 (*)

812,847

293,172

519,675

226,503

         

Enero-Septiembre                                                       Fuente: Aduanas del Perú

Se aprecia que el intercambio comercial entre ambos países es ampliamente favorable al Perú. Los principales productos que China importa del Perú son materias primas (harina de pescado, mineral de hierro, refinado y chatarra de cobre), mientras que China exporta al Perú sobre todo productos acabados (maquinaria, equipos, medicamentos, productos textiles) y en mucho menor medida materias primas (como coque metalúrgico).

Es importante destacar que el principal producto de exportación del Perú es la harina de pescado, del cual este país es el mayor productor mundial, mientras que China, que compra casi el 50 por ciento de la producción peruana, es el mayor consumidor mundial. En años normales, es decir, aquéllos no afectados negativamente por los fenómenos naturales, Perú exporta a China casi un millón de toneladas de harina de pescado, que en su mayor parte va a parar a las fábricas de piensos equilibrados. La harina de pescado peruana es un componente insustituible en la alimentación de los animales, ya que contiene un elemento, conocido como “factor de crecimiento”.

El contenido fundamental de las relaciones sino-peruanas es la economía y la cooperación, orientadas ambas al incremento del comercio y las inversiones. Según cálculos conservadores, la expansión de China a nivel mundial en inversiones en el exterior ha alcanzado una cifra de casi 6.000 mil millones de dólares, a través de más de 4.000 empresas distribuidas por más de 120 países y regiones. Aunque el segmento más importante de esta inversión se encuentra en Asia, muchos de los capitales chinos se han dirigido también a América Latina y África.

China necesita diversificar sus fuentes de aprovisionamiento. Para su expansión a otros mercados, le es necesario contar con puntos de irradiación que faciliten su acceso a economías de consumo, lugares éstos que deben ofrecer condiciones particulares, entre ellas alcanzar la competitividad en los costos de producción, ser economías complementarias y contar no sólo con recursos humanos y naturales, sino también con tecnología aplicable a la consecución de esos objetivos.


La captación de capitales extranjeros fomenta la prosperidad económica

En este sentido, el proceso de modernización y apertura del Perú ofrece a la inversión extranjera ventajas comparativas basadas en una legislación muy abierta. A ello se suman las condiciones estratégicas derivadas de la situación geográfica del Perú, ubicado en el centro de Sudamérica, lo que le permite actuar de puerta de entrada de los productos chinos y abrir corredores hacia los países andinos y de Mercosur no ribereños del Pacífico. Para alcanzar dicho objetivo es necesario establecer centros de distribución y plantas de ensamblaje en el Perú, y, posteriormente, lograr una integración industrial basada en las tecnologías chinas. Asimismo, tales corredores permitirían dar salida a los productos y abundantes recursos autóctonos, los cuales servirían para satisfacer la creciente demanda de la población y la industria chinas.

Las inversiones chinas en el Perú se concentran en la minería, el petróleo, la pesca, la industria ligera y la agroindustria. Entre las inversiones chinas destaca el éxito notorio cosechado por la empresa Shougang Hierro Perú, que ha supuesto la mayor inversión de China en el exterior. También son de destacar las realizadas por la Corporación de Petróleo (Sapet) en el campo de la prospección y la explotación petrolíferas; las de la Corporación de Construcción y Maquinaria Agrícola, que ha establecido una red de centros para el mantenimiento de tractores fabricados en China; y las de la Empresa de Tecnología Aérea (Catic), que ha montado un centro de servicio para el área sudamericana, encargado del mantenimiento de, entre otros, los aviones Y-12.

En el futuro, la difusión de la información y la identificación de los canales más apropiados para lograrla serán dos de las tareas prioritarias de las relaciones sino-perunas. En efecto, a pesar de que ambos países comparten aspectos de sus respectivas historias, lo que convierte sus relaciones en algo especial, los programas han logrado poco éxito. Sirva de ejemplo el Intercambio Científico, Técnico y Cultural, cuyo objetivo es precisamente dotar a ambos países de un instrumento para el conocimiento mutuo. Ello induce a pensar que es necesario crear un “Comité Binacional” que permita relacionarse a los grupos interesados de ambos países, privilegiando los aspectos económicos y de inversión, y en el que a la vez los Estados, los empresarios y los especialistas se comprometan a buscar una alternativa integral.

ANDRÉS HUMBERTO CHONG GENG, economista peruano y consultor económico y comercial de una empresa china.


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