La
alegría y el sufrimiento de las personas de mediana edad
Por
CHEN XINXIN

Para
conseguir un nuevo empleo es necesario reciclarse profesionalmente
|
Cuando el dramaturgo Liang Zuo, de 43 años,
murió a consecuencia de un repentino ataque de corazón, las personas
de mediana edad recordaron otra vez las amenazas que conlleva
la crisis de la madurez. En el 2001, el promedio de vida de los
beijineses era de 75,85 años, pero el de los intelectuales, sobre
todo el de los de mediana edad, era inferior. Según un estudio
de la Academia China de las Ciencias, entre 1991 y 1996, ambos
inclusive, la media de edad de los científicos en activo fallecidos
por enfermedad no sobrepasó los 53 años.
En opinión de muchos chinos, la madurez de la
vida, que va de los 40 a los 55 años, es un período de inflexión
que marca el inicio de un declive. Esta opinión pesimista tiene
su origen en la experiencia vital de muchos ciudadanos nacidos
en los años 50 y 60 del siglo pasado, época en la que China vivió
las dolorosas experiencias del Gran Salto Adelante y la “revolución
cultural”, que paralizaron no sólo la economía nacional, sino
la construcción cultural y educativa. Para erigirse en herederos
de la causa del proletariado, los alumnos de primaria y secundaria
tomaron el trabajo físico como su tarea principal; además, las
universidades frenaron la admisión de estudiantes por las vías
normales, limitándose a aceptar únicamente a miembros de familias
campesinas u obreras, es decir, a representantes del proletariado,
que contasen con la debida recomendación. Se explica así el bajo
nivel cultural de toda esta generación. Sin embargo, a principios
de la década de 1980, China empezó a aplicar la política de reforma
y apertura, y la sociedad comenzó a experimentar grandes cambios.
Así las cosas, al llegar a la madurez, los miembros de esta generación
víctima de errores históricos se enfrentan con mayores dificultades
laborales, matrimoniales y sentimentales.
La presión del empleo

Chang
Meng trabajando en un Asilo de Ancianos |
Si bien es cierto que actualmente son muchas
las personas de mediana edad que desempeñan cargos de primera
línea en las diferentes industrias de China, también es verdad
que este grupo poblacional ya no es el que domina el mercado del
empleo. Casi todas las demandas de empleo van dirigidas a personas
menores de 35 años. El cambio de trabajo y la recolocación son
más difíciles. Para mantener su actual trabajo u obtener uno mejor,
las personas de mediana edad suelen hacer cuánto está a su alcance
sin escatimar esfuerzos, actitud que en mayor o menor perjudica
su salud física y su vida familiar.
Por razones históricas, los miembros de esta
generación que han llegado a la madurez se sitúan en uno de dos
extremos opuestos. En uno de ellos, el más numeroso, se encuentran
los jubilados anticipadamente, trabajadores con habilidades técnicas
y conocimientos insuficientes, debido a que cuando estaban en
edad escolar fueron al campo en respuesta al llamamiento hecho
por el Gobierno para participar en el trabajo físico y cuando
finalmente regresaron a la ciudad ya se les había pasado la edad
de estudiar. En el otro extremo se hallan quienes a finales de
la década de los años 70 pudieron ingresar en la universidad después
de la recuperación de la admisión a este tipo de centros. Dados
su impresionante expediente académico así como a su rica experiencia,
estas personas constituyen fuerzas principales e imprescindibles
del trabajo, lo que en muchos casos las lleva al borde del agotamiento.
No obstante, los reveses y las adversidades
de la vida han forjado en estas personas una voluntad indomable
y un espíritu tenaz. Además, en tiempos difíciles se beneficiaron
de la ayuda ajena, de ahí su tendencia a mostrarse caritativas
y generosas.

Aunque
ella se queda fuera, su corazón está en las aulas donde sus
hijos están examinándose |
Chang Meng, de 47 años de edad, es una mujer
muy conocida en Beijing. En 1988 empezó a dedicar su tiempo libre
a ayudar a las mujeres que se sienten deprimidas o desesperadas
a causa del divorcio. Más tarde, abrió un centro para recoger
y ayudar a huérfanos, niños paralíticos y niños con discapacidades
mentales. Chang dijo que con su trabajo quería corresponder al
amor y la ayuda recibidos cuando el dolor por el fracaso de su
matrimonio le había quitado las ganas de vivir.
Cao Yan contrajo una parálisis infantil a los
seis meses y nunca aprendió a andar. Su madre murió cuando ella
tenía seis años. Cao se sentía inferior, puesto que a menudo era
objeto de burlas. Desesperada, intentó suicidarse dos veces tomando
hipnóticos.
Después de ser salvada y tras profunda reflexión,
se dio cuenta de que toda persona es valiosa y no debe despreciarse
a sí misma, sino poner en pleno juego sus cualidades. Pidió un
carné de lectora en una biblioteca y empezó a ir allí todos los
días con sus muletas para leer y estudiar. En 1994, le prestaron
dinero y registró su propia escuela: la Escuela Especializada
Aixing de Beijing. Ahora, esta persona paralítica es directora
de una escuela para niños sin ningún tipo de minusvalía. Después
de tres años de duro trabajo, ya había devuelto todo el préstamo.
La escuela, donde en un principio se impartían cuatro cursos a
unas decenas de alumnos, ofrece hoy 87 cursos y cuenta con cerca
de 2.000 alumnos. Gracias a los esfuerzos de Cao y de sus colegas,
tanto los alumnos como sus padres están satisfechos con la escuela.
Y lo que es aun más importante, Cao fue elegida miembro del comité
del Consejo Consultivo Político del Partido Comunista del distrito
de Xicheng.
Cambios matrimoniales

Miles
y miles de personas de mediana edad se disputan unos mil puestos
de trabajo |
La edad madura es el período de la vida en el
que las relaciones extraconyugales son más frecuentes. Al analizar
las causas, los especialistas indican que algunos hombres desean
agarrarse a lo que les queda de juventud para demostrar que aún
son fuertes y atractivos; otros desean probar otro tipo de relación
sentimental porque su vida sexual no les satisface; y otros cometen
deslices por no saber resistirse a las tentaciones e incitaciones
de compañeros y amigos.
Según una investigación llevada a cabo en la
ciudad de Shenzhen, la tasa de afectados por enfermedades mentales
ha llegado al 1,619%, de los que el 87% no ha recibido ni tratamiento
médico regular ni servicios de recuperación efectivos. Los hombres
de edad madura son las personas más proclives a sufrir desórdenes
psicológicos; aunque su número es inferior al de mujeres, la gravedad
de sus afecciones suele ser mayor debido a que en general esconden
sus sentimientos. El director de la Academia de Epidemiología
de Shenzhen afirmó que una tercera parte de los hombres de edad
madura padecen problemas psicológicos en mayor o menor medida.
A menudo se sienten desalentados, ansiosos y desconcertados. Como
en diferentes ocasiones deben desempeñar diferentes papeles sociales
poco o nada relacionados entre sí, al cumplir sus funciones sociales
no se sienten alegres, sino presionados y preocupados.
El señor Wang, de 54 años, es investigador de
una academia: “Mi mujer trabajaba de tipiadora en una fábrica.
Es guapa, pero siempre está de mal humor y suele insultarme. Yo
quería divorciarme, pero al final no lo hice por el niño. Cuando
quiero tener contacto sexual con ella, no me hace caso y me rechaza.
Sé que muchos hombres buscan una amante para satisfacer sus necesidades.
Pero si la que encuentro vive cerca, me descubrirán enseguida
y mi reputación y mi futuro se verán afectados; no quiero ir con
prostitutas porque tengo miedo de contraer alguna enfermedad venérea;
tampoco puedo relacionarme con mujeres decentes, ya que ¿quién
quiere tener relaciones sexuales con una persona desconocida?;
además, ni que decir tiene que no puedo prometerle que me voy
a casar. Por todo ello, a un intelectual como yo le resulta muy
difícil tener un amor extraconyugal. El mío no es un caso aislado,
pues muchos de mis colegas tienen problemas similares. Mi familia
se sostiene forzadamente en beneficio de mi hijo. No tengo amante;
si la tuviera, seguramente la situación terminaría en divorcio.
A mí me parece que sin una mujer no puede existir una familia
y que para un hombre vivir solo resulta muy duro. Todas estas
consideraciones me han hecho mantener mi matrimonio hasta ahora”.
Los cambios sociales producen notables cambios
en las escalas de valores. Las mujeres son más exigentes a la
hora de escoger a su cónyuge. Como también suelen trabajar y ser
económicamente independientes, se atreven a abandonar un matrimonio
que no anda bien y dejar de hacer concesiones unilaterales.
Considerado antes una vergüenza para la mujer,
el divorcio es tomado ahora como una experiencia más en la vida
de una persona; e incluso se piensa que una mujer de mediana edad
divorciada tiene un atractivo especial. Al llegar a la mediana
edad, su personalidad y sus emociones son ya bastante maduras
y estables. Como la mayoría de ellas han pasado por la experiencia
de dar a luz y criar hijos, no tienen los caprichos de las más
jóvenes y comprenden mejor las dificultades con la suegra, lo
que facilita el mantenimiento de buenas relaciones entre todos
los miembros de la familia. A diferencia de las jóvenes, las mujeres
maduras, habiendo experimentado los golpes de la vida, prestan
más atención a sus emociones que al dinero y la posición social.
Problemas de reproducción

Cao
Yan, una mujer paralítica que ayuda a los niños sanos a cultivar
sus cualidades |
Después de realizar una investigación sobre
la vida sexual de los chinos, Pan Ruiming, catedrático de la Universidad
del Pueblo de China, formuló la siguiente pregunta: “¿Por qué
no hay contacto sexual en el matrimonio?”. Al frente de 36 especialistas,
Pan dedicó un año entero (1999-2000) a hacer una encuesta sobre
la vida sexual de los chinos, tomando como población de muestra
a 3.824 hombres y mujeres de entre 20 y 64 años de más de 60 localidades
urbanas y rurales. Entre los casados y quienes conviven en pareja,
el 28,7% dijo haber pasado un mes sin mantener ninguna relación
sexual con su pareja y el 6,2% aseguró llevar un año.
El estudio sobre la calidad del matrimonio en
China, realizado por la Academia de Ciencias Sociales de Shanghai,
se elaboró a partir de una encuesta efectuada entre 6.033 hombres
y mujeres procedentes de zonas rurales y urbanas. Preguntados
sobre el orgasmo, punto culminante del placer sexual, cerca de
la mitad de los encuestados respondieron que desconocían esta
palabra; el 44,9% de quienes dijeron conocerla no supieron su
significado antes de los 25 años; y el 33% opinaron que no es
un elemento importante de la vida sexual.
Al contestar a la pregunta “¿cuánto tiempo se
prolongan las caricias previas al acto sexual?”, sólo el 4 y el
4,2% de los encuestados de ciudad y de campo, respectivamente,
contestaron que duran 20 minutos; el 60% respondió que no se
acarician. El 95,7% de las parejas nunca se intercambian sus sentimientos;
el 74,4% nunca o casi nunca adoptan una actitud acaramelada en
circunstancias ordinarias; y el 18,6% nunca ha experimentado placer
en sus relaciones sexuales.
Yun, de 34 años de edad, es una mujer tierna
y virtuosa que últimamente se siente a menudo inquieta y malhumorada
sin razón, y rechaza casi constantemente los tanteos cariñosos
de su marido. Ni él ni Yun saben qué ocurre, pero lo cierto es
que su menstruación es irregular. Yun fue a ver al médico, quien
le diagnosticó un síndrome de climaterio.
No pocas mujeres intelectuales llegan al climaterio
con anticipación. Según Qiao Yuhuan, doctor catedrático del Hospital
de la Universidad de Zhengzhou, las principales causas de la anticipación
del climaterio son la gran presión laboral y el rápido ritmo de
vida. Pero este fenómeno no es exclusivo de las mujeres. En Shanghai,
se encontró a un hombre que presentaba síntomas climatéricos a
los 39 años, es decir, diez años antes de la edad considerada
habitual. “El climaterio masculino puede definirse más concretamente
como la falta de andrógenos”, explica Wang Yixin, director de
la Academia de Ciencias Masculinas, quien añade: “El climaterio
masculino prematuro se debe a los hábitos perjudiciales, a una
dieta desequilibrada y a un bajo estado de ánimo, variable ésta
que es considerada una de las claves del envejecimiento”.
Un programa de debate de Radio Shanxi titulado
“¿Qué hacer en un matrimonio sin vida sexual?” incitó el interés
de muchos oyentes. Una mujer de 34 años exteriorizó sus sentimientos
más íntimos. Se sentía perpleja porque su marido no mostraba apetito
sexual alguno. Cuando le suelta indirectas, su marido suele fingir
no entenderla; y cuando se lo pide claramente, se excusa diciendo
que está muy cansado, que no tiene energía o que no tiene interés.
Esta situación se ha prolongado más de medio año. Esta mujer desea
que su marido vaya a ver al médico, pero él le contesta que ahora
todas las familias son así, que no hace falta buscar ayuda y que
si ya se tiene un hijo la vida sexual no es importante. Ella se
siente muy triste, porque goza de excelente salud y le gustaría
llevar una vida sexual normal. Pero tampoco quiere destruir la
familia sólo por eso, porque aparte de este problema, su marido
es muy bueno y ambos conviven armoniosoamente.
La dificultad de casarse en
segundas nupcias

En
clase junto con los hijos |
Xiao Mi, de 50 años de edad, es una especialista
en los problemas de las personas de mediana edad. En su opinión,
el índice de divorcios entre las parejas casadas en segundas nupcias
es en general bastante alto. Aparte de los problemas relacionados
con los hijos, la casa, el dinero, etcétera, hay que tener en
cuenta que las personas de mediana edad tienen costumbres y formas
de pensar tan arraigadas que no resulta fácil cambiarlas para
satisfacer al nuevo cónyuge. Por lo tanto, muchas personas de
mediana edad no se apresuran a volver a casarse, sino que prefieren
convivir juntos primero para ver si pueden adaptarse el uno al
otro.
Tengo una amiga que lleva dos años divorciada.
Aunque ya tiene 50 años de edad, sigue resultando atractiva. Sin
embargo, ha dicho firmemente que no quiere casarse otra vez:
“Tengo mis propios ingresos y un lugar donde vivir. No necesito
casarme con un hombre al que no quiero mucho simplemente para
hacerle las tareas domésticas y para 'hacer ejercicios' con él
en la cama. Seguramente no me sentiría tan feliz como me siento
ahora: puedo ir adonde quiera, jugar con quien me dé la gana y
nadie me puede mantener sujeta. ¡Es un tipo de vida muy libre!”.
Según dicho estudio, quienes más se divorcian
y más se casan en segundas nupcias son los ciudadanos de entre
25 y 44 años. Sólo el 0,5% de las mujeres divorciadas a esta edad
no han vuelto a casarse. En 1995, 1996 y 1998 había respectivamente
833.000, 862.000 y 977.000 parejas casadas en segundas nupcias.
Al mismo tiempo que aumenta la tasa de divorcios, el número de
familias reorganizadas se incrementa. En 1997, la proporción de
casamientos en segundas nupcias con respecto a los de primeras
nupcias fue del 13,67% en Beijing y del 5,1% en el conjunto del
país.
Dado que el deseo sexual disminuye con la edad,
las personas ya maduras conceden mayor importancia a la sinceridad
de los sentimientos y al disfrute de una convivencia tranquila.
Aunque todavía sienten deseos de tener una familia completa, no
quieren casarse precipitadamente. Si una persona es virtuosa,
ama la vida, tiene aficiones y no carece de espíritu emprendedor,
de su interior brotará una fuente de alegría que la hará naturalmente
atractiva. Las actividades colectivas, como charlar, jugar a las
cartas, hacer excursiones, bailar, cantar y hacer deporte, enriquecen
la vida de las personas y les permiten hacer fácilmente nuevas
amistades.
Cuando tienen necesidades sexuales, algunas
personas de mediana edad que viven solas buscan a una pareja entre
sus conocidos, de modo que el acto sexual se realiza con el consentimiento
de ambas partes; otras recurren a la masturbación. Muchos creen
que esta práctica es beneficiosa para la salud y previene el envejecimiento
prematuro. También hay quienes se aferran a la mentalidad tradicional
y niegan la posibilidad de mantener relaciones extramatrimoniales.
Pero nadie niega tener amistades con personas del sexo opuesto.
¿Cómo será la vejez sin un compañero? En realidad,
lo más práctico es depender de los seguros sociales, porque en
muchos casos, aunque el cónyuge aún esté vivo, también es viejo
y necesita cuidados. Tampoco puede contarse con los hijos: éstos
ya tienen su propia vida y están muy ocupados, por lo que les
resulta imposible cuidar a sus padres. Según estadísticas realizadas
en algunas escuelas superiores de Guangzhou, cerca de la mitad
de las familias intelectuales tienen hijos en el exterior o en
otras ciudades chinas estudiando o trabajando. Según los medios
de comunicación, “el fenómeno del 'nido vacío' está extendiéndose
a las familias integradas por personas de mediana edad”. Como
los jóvenes de hoy día se muestran cada vez menos dispuestos a
asumir la responsabilidad de mantener a sus padres, las personas
de mediana edad tienen que reajustar su mentalidad y acumular
dinero ahora para contar con recursos económicos al llegar a la
vejez.
Siguiendo los destinos de la nación, los miembros
de esta generación de personas de mediana edad han vivido tres
años de catástrofes naturales, 10 años de “revolución cultural”
y muchos años de dificultades económicas. Y en esta época, caracterizada
por la veloz renovación tecnológica y la importancia otorgada
a los títulos académicos, se ven obligados a competir con los
jóvenes, puesto que tanto ante su familia como ante la sociedad
tienen responsabilidades irrenunciables.
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