Costumbres y contrastes
                Por GUILLERMO DAÑINO
                
                  
                      | 
                  
                  
                    | A 
                      los turistas extranjeros les gusta intentar comer con palillos | 
                  
                
                Es 
                  interesante descubrir en China las costumbres y tradiciones 
                  que resuelven necesidades vitales como las nuestras, pero de 
                  manera muy diferente, incluso opuesta, a las formas a las que 
                  estamos habituados en nuestra cultura. He aquí algunas:
                Si 
                  quieren mandar una carta, escriben en el sobre los datos en 
                  este orden: el nombre del país, de la ciudad, de la institución, 
                  la calle y el número, el nombre del destinatario y su función 
                  si la tiene e interesa consignarla. Secuencia más lógica que 
                  la nuestra, a mi parecer.
                Si 
                  se les da algún objeto como obsequio, metido en una caja o envuelto 
                  en un papel, no abren el envoltorio o la caja, ni miran el regalo. 
                  Lo agradecen como diciendo que el gesto de afecto es más importante 
                  que el obsequio mismo.
                Al 
                  nombrarse, o al nombrar a otra persona, dicen o escriben primero 
                  el apellido y luego el nombre propio. Así en Mao Zedong, Deng 
                  Xiaoping y Jiang Zeming, Mao, Deng y Jiang son los apellidos.
                Los 
                  niños no usan chupón nunca. Sus pantaloncitos, más o menos hasta 
                  la edad de dos años, están abiertos en la zona de la entrepierna 
                  para facilitar sus actos de liberación, como se dice en chino. 
                  
                En 
                  la medicina tradicional, un médico no ausculta con estetoscopio 
                  o instrumentos sofisticados para diagnosticar. Con tomar el 
                  pulso, observar las orejas, los ojos y la lengua, puede lograr 
                  información suficiente para recetar y curar.
                
                  
                      | 
                  
                  
                    | La 
                      acupuntura y el masaje de la medicina tradicional china 
                      despiertan el interés de los amigos extranjeros | 
                  
                
                En 
                  una secuencia de nombres propios, si se incluye el que habla, 
                  éste se nombra a sí mismo en primer lugar y cita al final al 
                  más importante.
                En 
                  una comida oficial de muchos platos, la sopa es el último. Prefieren, 
                  además, que el número de platos servidos sea par. Por la armonía 
                  que resulta del uso simultáneo del  yin  
                  y del  yang , el número par es considerado 
                  símbolo de la perfección y el equilibrio.
                El 
                  pico de la tetera no debe apuntar a ningún comensal, pues se 
                  considera un signo agresivo o de mal gusto. 
                El 
                  idioma chino no tiene género, ni masculino ni femenino. Excepto 
                  en unas cinco palabras, tampoco hay número singular o plural. 
                  El verbo no se conjuga. La misma palabra puede, en ciertos casos, 
                  funcionar como sustantivo, adjetivo, verbo o adverbio, según 
                  su posición en la frase y sin ningún cambio morfológico.
                El 
                  saludo tradicional consiste en una breve inclinación con las 
                  dos manos junto al pecho, la izquierda sobre la derecha. La 
                  mano izquierda es la del corazón, la derecha es la de la fuerza; 
                  este gesto significa “pongo mi fuerza bajo mi corazón para servirte”.
                El 
                  gesto de las manos para expresar que se tiene hambre consiste 
                  en abrir la mano izquierda hacia arriba con los dedos un poco 
                  doblados como si fuera un tazón de arroz; el índice y central 
                  de la mano derecha extendidos se acercan girando en círculo 
                  a la mano izquierda abierta hacia arriba, como si los palillos 
                  que representan estos dedos sacaran arroz del tazón que es la 
                  mano izquierda. Para mayor claridad, los dedos, que simulan 
                  ser palillos, se acercan a la boca del hambriento. 
                Las 
                  manos también pueden indicar números: para el 6, se cierra el 
                  puño y se levantan el pulgar y el meñique; para el 7, se juntan 
                  las yemas del índice, del pulgar y del medio; para el 8, se 
                  cierra el puño y se levantan el pulgar y el índice; para el 
                  9, el pulgar y el índice forman un semicírculo acercando las 
                  yemas, mientras que los otros dedos se mantienen plegados; para 
                  el 10 se cruzan el medio y el índice o, también, se gira dos 
                  veces la mano abierta.
                Cuando 
                  el hablante quiere señalarse a sí mismo, al decir  wo  (“yo”) por ejemplo, 
                  apunta su nariz con el índice de su mano derecha. Si está muy 
                  arrepentido de alguna falta cometida, puede ser que se golpee 
                  las mejillas con ambas manos.
                La 
                  brújula, invento chino, señala el sur. La misma palabra  zhinánzhen  lo dice: “aguja que apunta al sur”.
                
                  
                      | 
                  
                  
                    | Bailando 
                      el  yangge , una danza tradicional muy 
                      popular entre los chinos de más edad  | 
                  
                
                Cuando 
                  envuelven un objeto con papel, por ejemplo un libro o una caja, 
                  doblan las puntas hacia el centro y terminan asegurando el paquete 
                  con el mismo papel, de modo que queda perfectamente cerrado 
                  y sin necesidad de pegarle nada.
                No 
                  existía en China, en la cultura han, una tradición del baile 
                  familiar o de amigos, o en salas de clubes o discotecas. Desde 
                  hace algún tiempo ésta es una novedad aceptada con mucho entusiasmo 
                  por gente de toda edad. El detalle es que, por lo general, bailan 
                  como quien está dando una lección y, como no conocen mucho de 
                  la música bailable internacional, son capaces de bailarlo todo 
                  y a como dé lugar. Un himno nacional es un tango y un villancico 
                  puede convertirse en polka, vals o música disco.