JUNIO
2005


Lecturas y pregones se juntan en Lingzhi

Por ZHOU CHAO y KE HAO

La ceremonia de izamiento de la bandera se celebra a diario en la azotea del edifico

En la ciudad de Wuhan es difícil encontrar una escuela cuyos precios se correspondan con los magros ingresos de los miles de agricultores locales que hoy engrosan su amplia población flotante. En correspondencia con la situación,  la escuela primaria de Lingzhi, en el barrio Jianghan, ha sido ubicada en el piso superior de un mercado de hortalizas, como forma de atenuar los gastos que genera la enseñanza de los niños. Cada día, el monótono sonsonete de los pequeños leyendo en voz alta se mezcla con los pregones de los vendedores, en lo que ya constituye una melodía peculiar de la ciudad.

El mencionado centro, que abrió sus puertas en 1999, cuenta hoy con 460 educandos, en su mayoría hijos de labriegos de la zona, que han ingresado a la ciudad para dedicarse a la construcción y las ventas  ambulantes de múltiples artículos.

Otro problema que encara el centro son las bajas que regularmente afectan al alumnado. Aunque la escuela inició su curso hace más de un mes, 20 de sus alumnos todavía están pendientes de matricularse. “Al iniciar el curso, siempre faltan decenas de alumnos. Unos vuelven al pueblo natal, y otros pasan a otra escuela. Es difícil llevar la cuenta de los que interrumpen los estudios,” comentan los maestros.

Los maestros almuerzan con los niños

A pesar de los obstáculos, empero, muchos niños se sienten a gusto en Lingzhi. “Este lugar es mucho mejor que mi escuela anterior, y además, en la azotea tenemos la mesa para jugar al ping-pong,” exclama Jiang Juan, alumna del quinto grado. Obviando las duras condiciones, estos niños de familia campesina están contentos de poder estudiar en la gran ciudad y vivir con los padres. La escuela transformó la azotea  en campo de deporte al aire libre. Aunque el campo suele ser simple y tosco, cada rincón de la escuela rebosa de alegría infantil, en medio de juegos de comba y el boliche. Cada año, la azotea escolar acoge sendos juegos deportivos de primavera y otoño.

Casi todos los 15 maestros del centro son graduados del instituto pedagógico. “Hemos resuelto los problemas de maestros, aulas y campo deportivo, pero todavía nos faltan aparatos deportivos y computadoras...” El municipio y la Oficina de Educación de Wuhan han aplicado muchas políticas para garantizar la educación a los innumerables niños de familias forasteras.

Después de acostumbrarse al ambiente, los niños que acaban de llegar a la ciudad levantan la mano, dispuestos a contestar las preguntas Los padres de los niños son campesinos que vienen a trabajar a Wuhan

 

En la pequeña tienda de la escuela, los niños pueden obtener mucha alegría con poco dinero La nómina de honor estimula el progreso de cada niño

 

      

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