Producción
de bajo coste, ¿bendición o castigo?
Por
LUO YUANJUN
Con sus producciones
abaratadas y su indiscutible condición de fábrica del mundo,
asumiendo rubros que otros desechan, China encara por igual
la buena aceptación de millones de consumidores del orbe
y la ojeriza de sus competidores en mercados extranjeros
El
16 de septiembre de 2004, varias peleterías chinas en Elche,
España, fueron atacadas y su calzado quemado; el 12 de marzo
de 2005, un cargamento de zapatos procedentes de Wenzhou,
por valor de más de 100 millones de yuanes (equivale a 12
millones de dólares) quedaron retenidos en la aduana de
Rusia.
Ambos ejemplos son
representativos de la difícil situación que encara la industria
china del calzado allende los mares. Cada aumento de la
producción de la industria ligera china con destino a mercados
foráneos se ve acompañado de diversas presiones, que suelen
confluir en la aplicación de políticas antidumping.
Ocupando
el mercado internacional con el bajo coste
El bajo coste, estrategia básica
de los comerciantes chinos cuando desean copar el mercado
internacional, conspira a la larga contra sus aspiraciones.
Es asimismo el motivo principal detrás del rechazo a los
zapatos chinos en el extranjero. Según se informa, en Elche,
el precio de un par de ellos oscila entre 3 y 5 euros.
A otros renglones de
la industria ligera china les espera suerte similar, como
es el caso de las guirnaldas lumínicas de Navidad. En los
países europeos y EE.UU. se consume gran cantidad de esas
lámparas. Como productos perecederos y baratos - una bombilla
vale sólo un centavo y varios cientos apenas unos yuanes
-, las empresas extranjeras no tienen interés en producirlas,
dados los escasos beneficios que pueden obtener. No obstante,
en el campo chino, donde sobra la mano de obra, son numerosos
los fabricantes que siempre obtienen beneficios.
En la etapa inicial
de la aplicación de la reforma y apertura en China, múltiples
empresas extranjeras llegaron al país y comenzaron a fabricar
productos ligeros aprovechando lo barato de la mano de obra
local. Dichas producciones eran exportadas a los países
europeos y EE.UU. Desde entonces, China ha ido ganando la
condición de manufacturera mundial de la industria ligera. Sin embargo,
al controlar los inversionistas extranjeros la marca, canales
de ventas y la redes de servicios postventa, los comerciantes
locales no ganaban mucho.
Cuando los chinos salen del país
para invertir en producciones en algún otro país, siguen
apegados a la estrategia del bajo coste, pero al entrar
en competencia con sus pares locales aparecen los roces
de siempre. Aunque el traslado de los productos de mano
de obra intensiva a los países en vías de desarrollo es
una ley inexorable, en algunos países donde este traslado
ocurre lentamente, las mercancías menudas chinas se convierten
en el azote de los fabricantes del sector.
Para eliminar las
influencias negativas causadas por el bajo coste, los comerciantes
wenzhouneses se proponen una serie de medidas, incluida
la cooperación activa con los países a los que exportan.
Hasen, empresa de calzado china, ha establecido relación
cooperativa con el Centro de Elaboración de Calzado Hasen-Wilson
y ha comprado la marca de Italia Wilson. La compra de las
famosas firmas locales contribuye a resolver la sensación
de marginación.
¿Por
qué el rechazo?
Lo
barato sale caro, podría ser un axioma aplicable a lo que
ocurre en la actualidad económica china. Pero el valor de
la mano de obra, con todo lo que se diga, ha mostrado un
incremento en los últimos años, fenómeno que tiene cierta
influencia sobre el desarrollo ulterior de los productos
ligeros chinos.
A partir del 1 de enero del año
corriente, la UE (Unión Europea) canceló la cuota de importación
de zapatos chinos, de forma que los comerciantes wenzhouneses
poseen un espacio mercantil aún más amplio. Lógicamente,
según aumenta el volumen comercial, así crecen los roces
por este motivo. Pero, por otra parte, en la medida en que
el predominio del bajo coste disminuye, se normaliza la
competencia.
“Para resolver los crecientes conflictos
debemos orientarnos por el concepto de desarrollo científico
y modificar de raíz la estrategia tradicional, que toma
el ingreso de divisas por exportaciones como meta”, indica
el vice director de la Academia de Investigación del Ministerio
de Comercio de China, Shen Danyang.
En la noche del 12
de marzo, un nutrido contingente policial económico ruso
se presentó en el Mercado de Flores y Aves de Sadavowt,
a 14 kilómetros de Moscú, y procedió a requisar varios contenedores
de zapatos chinos, por valor de más de 80 millones de yuanes.
Según la prensa, la mayoría de los zapatos retenidos provenían
de más de 20 empresas wenzhounesas. Antes de este suceso,
el departamento de impuestos de Rusia había sellado el almacén,
considerando que las mercancías eran de contrabando y no
cumplían con las normas de declaración aduanera.
Lo sucedido en Rusia
apunta a un típico caso de “declaración aduanera gris” por
parte de los comerciantes chinos. Esto significa que, para
evitarse complicados trámites, el consignador encarga los
mismos a compañías especiales. Esas compañías hacen los
trámites y cobran los impuestos, pero no proporcionan al
consignador los documentos de declaración. En realidad la
“declaración aduanera gris” es un acto ilícito, pues esas
compañías sólo pagan derechos aduaneros para una parte pequeña
de los productos importados y usan otra parte del dinero
para “untar” la mano de los aduaneros.
Los comerciantes
chinos optan por este procedimiento dados los positivos
resultados que se suele obtener, además de lo que se ahorran
con respecto a los pagos por trámites normales. A la larga,
empero, tal método conspira contra la imagen de las mercancías
chinas en el extranjero.
Cabe mencionar que
el gobierno chino se esfuerza por resolver este problema,
para cuya solución ha propuesto varias medidas, incluida
la propuesta del establecimiento de una compañía china para
efectuar la declaración en Rusia. Después de la publicación
de la nueva ley de impuestos en Rusia, la parte china ha
invitado a los funcionarios aduaneros a Beijing a explicar
las nuevas cláusulas nuevas, lo cual ayudará a que las empresas
chinas conozcan las reglas y riesgos del mercado ruso.
“Aspiramos a normalizar la exportación”,
expresó un responsable del departamento de economía y comercio
exteriores de la provincia de Zhejiang. Para las empresas
que han violado varias veces la ley y las normas, el departamento
pertinente contempla sanciones, como cancelar el derecho
de políticas preferenciales en la exportación y la participación
en algunas ferias.
Otro motivo de queja
son los esfuerzos de ciertos comerciantes chinos por inflar
sus precios en el extranjero mediante la competencia desleal.
“Necesitamos
los productos chinos”
A
pesar de la carencia de marcas famosas, los productos de
la industria ligera china han ganado cierta cuota de fama
mundial en conjunto. El periodista de la Agencia Noticias
Xinhua, Liu Guoqiang, describe en los siguientes términos
los productos chinos en Lima, capital de Perú: “Las tiendas
llenas de productos fabricados en China reciben frecuentes
visitas cada día. Los detallistas pregonan por la calle
los encendedores y tijeras, lo que nos hace pensar que estamos
en una bulliciosa ciudad del sur de China”.
A fines de 2004,
la Feria Internacional de Productos Ligeros, celebrada en
Yiwu, China, atrajo a 12.312 participantes extranjeros provenientes
de 142 países y regiones. Hubo 15 grupos transnacionales
minoristas que vinieron a hacer compras.
China se ha convertido
en importante proveedora para minoristas mundiales como
Carrefour, el mayor grupo de Europa y segundo en el mundo.
En los últimos años, el ritmo de aumento de compras en China
por parte de Carrefour, Auchan y Metro, entre otros, se
ubica en más del 20 por ciento. La participación activa
en las negociaciones de productos en las zonas chinas se
ha convertido en destacada variante de compra internacional.
“Aquí hay lo que
queremos, porque lo que se nos ofrece es lo que necesitamos”,
admite Pu Manhao, gerente general de Carrefour en la zona
este de China, “muchos de los pequeños enseres de uso diario
sólo se encuentran en China”.
Debido a los menguados
beneficios, nadie intenta asumir la fabricación de esos
artículos en países donde la mano de obra es costosa, lo
que convierte a China en el único país suministrador de
las mismas.
Por otra parte, como
muchos fabricantes chinos emplean la forma de producción
de talleres familiares, pueden actualizar los productos
con bajo coste. Las renovaciones no sólo son prácticas,
sino que se adaptan a la moda y resultan siempre bien acogidas
por el mercado.
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