Diputadas chinas
Por ZHAN XIWEN
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Zhu
Lilan ( a la derecha de la primera fila ) en la ceremonia de concesión
de premios |
La participación de las mujeres en los asuntos y
deliberaciones de la esfera política ha despertado siempre gran
interés entre los ciudadanos. La Revolución Francesa (1789)
es considerada el principio de la participación femenina en
los asuntos estatales. En China, tal participación empezó mucho
antes. En efecto, hace 2.000 años la emperatriz Lü Hou entró
en la corte y subió al poder; y 1.000 años atrás, Wu Zetian
no sólo participó en los asuntos estatales, sino que asumió
el poder; posteriormente, apareció la emperatriz Ci Xi, quien
despachaba los asuntos de estado entre bastidores. Estas tres
mujeres consiguieron sus propósitos porque todas ellas eran
emperatrices.
Tras la fundación de la República Popular China (1949),
mujeres de todos los orígenes comenzaron a participar en la
vida política nacional. El Gobierno chino ha fijado una cuota
de cuadros femeninos no sólo para los distintos sectores, sino
también para el órgano supremo del poder del Estado, con lo
cual ha impulsado fuertemente la participación femenina. Según
cifras oficiales, a finales del año 2000, el número de cuadros
femeninos era de 1.488.950, es decir, un 36,2 por ciento del
total; el número de cuadros femeninos de nivel distrital y superior,
era de 77.300, es decir, un 15,1 por ciento del total de cuadros
del dichos niveles; y en cada uno de los 30 cuerpos directivos
provinciales, regionales y municipales había un cuadro femenino,
y en 15 de ellos por lo menos dos. Se espera que este año el
número de diputadas de las asambleas populares siga aumentando
y llegue al 25 por ciento del total. Debido a la elevación del
nivel educativo de las mujeres chinas y a la desproporción entre
el número de hombres y mujeres, el número de mujeres que entran
a formar parte de los equipos dirigentes aumenta a día a día,
fenómeno que cada vez es mejor aceptado por el conjunto de la
sociedad. En el orden del día de las asambleas populares, hay
cada vez más propuestas relacionadas con las mujeres, y tanto
los derechos como la protección de éstas ocupan un lugar de
creciente relevancia. Según una encuesta sobre la participación
de las mujeres llevada a cabo recientemente por organismos autorizados,
se constata un cambio en las maneras de pensar anticuadas y
las opiniones recibidas. La mayoría de los hombres consideran
que la participación femenina no sólo beneficia a la política,
sino que también la humaniza. Por otra parte, muchos hombres
afirman que las mujeres dirigen de una forma más fácil de aceptar.
La participación femenina está transformando el mundo
masculino. Debido a la prolongada presión ejercida por un mundo
predominantemente masculino, la mayoría de las mujeres toman
la política como un trabajo parcial; los hombres, en cambio,
tienden a tomarla como principio y fin de su vida.
Zhu Lilan, atrevida en el
hablar y el actuar
Hay quienes llaman a Zhu Lilan “mujer fuerte”; hay
quienes creen que sería mejor científica que diputada; pero
quienes la conocen bien, la elogian diciendo de ella que es
una dirigente enérgica. Sus hijos se muestran críticos con ella
y afirman que no sabe nada de la vida, simplemente porque no
demuestra ningún interés por lo que a ellos les atrae.
Zhu Lilan, ha desempeñado el cargo de directora del
Instituto de Investigación Química de la Academia China de Ciencias,
el de subdirectora del Comité Estatal de Ciencia y el de ministra
de Ciencia y Tecnología. Recomendada como diputada a la IV APN
(Asamblea Popular Nacional), es el cuadro femenino que más polémicas
ha desatado en los círculos políticos. Ello se debe a su vivo
carácter.
Zhu, de 67 años, es bajita pero ágil, lleva el pelo
corto y no le da mucha importancia ni a la manera de vestir
ni al tipo de ropa.
En vista del fenómeno de que en China los intelectuales
llevaban mucho tiempo cobrando bastante poco, Zhu abogó decididamente
por que las retribuciones dependieran no del tipo de conocimientos,
sino del tipo de trabajo. Hoy en día, el sueldo de los profesores
es cinco veces más alto que antes. Además, Zhu fue la primera
persona en plantear la necesidad de cambiar el concepto tradicional
de que los institutos deben dedicarse exclusivamente a la investigación,
sin pensar en la posible explotación comercial de sus descubrimientos,
propuesta que en su momento fue criticada por numerosos profesores.
No obstante, tras esa polémica, la fundación de compañías por
parte de institutos fue extendiéndose a lo largo y ancho del
país como una mancha de aceite. Por otra parte, después de criticar
el hecho de que los doctores y los posgraduados necesitasen
intérpretes en las conferencias y congresos internacionales,
el dominio del inglés pasó a ser un criterio clave a la hora
de determinar el nivel de los estudiantes.
De carácter impaciente, Zhu habla muy rápido. El
rasgo más sobresaliente de su personalidad es que se expresa
sin rodeos y nunca oculta sus puntos de vista.
En una reunión sobre la explotación al Oeste, refiriéndose
a temas delicados que pocos se atreven a poner sobre la mesa,
Zhu dijo: “Las diferencias entre el Este y el Oeste son tan
numerosas como diversas. Pero lo primero que hay tener claro
es que la apertura mental y la correcta comprensión de lo que
significa la reforma dependen del grado de autoliberación, no de la cantidad de inversiones”.
Sus palabras recibieron la aprobación unánime de los expertos,
pero a los funcionarios les parecieron intolerables.
“Me gusta decir la verdad. No me gusta usar palabras
diplomáticas ni jugar con ellas; no tengo tanto tiempo como
para perderlo en estos asuntos.”
En reconocimiento al éxito obtenido en su labor de
dirigir la ejecución del famoso plan “863”, la Asociación de
Ingenieros Chinos de EE.UU. le otorgó el premio Servicios Distinguidos.
Sus compañeros de trabajo son conocidos especialistas en diversos
terrenos, lo que le obliga a pasar todo su tiempo libre entre
libros y datos.
Zhu se siente un poco culpable ante su marido, ya
que sobre él recae todo el peso de llevar la casa. El único
rasgo típicamente femenino que se percibe en ella es su gusto
por el orden y la limpieza. En su oficina, cada cosa está en
su sitio, de modo que, como dice ella bromeando: “Puedo encontrarlas
incluso a oscuras”.