FEBRERO 2003

 

 

 

 

 

 

 

 


                                 Patios chinos y confucianismo

Por Susan Trimble

Un mundo privado

Al oír la palabra “patio”, ¿se imagina dentro de uno? Un patio es un espacio cercado  por muros, un espacio rodeado de edificios, una superficie cuadrangular cerrada. En China, los patios se llaman  siheyuan , palabra que significa patio rodeado por cuatro edificios. A lo largo de la historia de China, el  siheyuan  ha sido el diseño básico utilizado en la construcción de residencias, palacios, templos, monasterios, negocios familiares y oficinas gubernamentales. Había patios sencillos y villas de patios.

Heme aquí, en un patio, con los rayos del sol posándose a raudales sobre mí. Puedo adivinar qué hora es observando en qué parte de mi patio la sombra cubre ya los adoquines. Puedo levantarme por la mañana y salir por la puerta del dueño con la seguridad de que el sol calentará mi rostro. También puedo guardar mis alimentos en la parte este de la casa oeste con la seguridad de que ése será siempre el lugar más fresco. Además, puedo llevar mi petate al este o al oeste con la seguridad de que siempre encontraré el lugar más confortable. Y sé dónde colocar las macetas y dónde los pájaros harán sus nidos. ¿Cómo es que sé todo esto? Mi patio fue construido según una serie de principios basados en las antiguas reglas chinas sobre la situación de las casas, que aseguran la máxima insolación y, al mismo tiempo, la máxima protección contra los fríos vientos del norte.

El código confuciano, basado en el orden cósmico y las relaciones jerárquicas entre superiores e inferiores, data de alrededor del año 500 a.n.e, pero aún hoy sigue constituyendo un elemento esencial de la familia y la sociedad chinas. El hogar chino, entendiendo por tal la familia y el espacio donde vive ésta, se estableció de acuerdo con el código confuciano.

El patio era un espacio exterior protegido tanto del bullicio y el polvo de la calle, como de los intrusos y los visitantes inoportunos. El patio ofrecía una intimidad total. La familia china, encerrada en sí misma, mantenía los asuntos familiares dentro del patio, hacía negocios con amigos leales y llevaba una vida basada en la preservación de su intimidad. Su exterior, sin decoración y agrisado por el hollín, poco hacía sospechar que en su interior reinaban la belleza y la vida.

Los ancianos se alojaban en las habitaciones situadas en la parte trasera del patio, en una casa orientada al sur. Los hijos mayores y sus esposas vivían en las casas situadas en los laterales, mientras que los sirvientes y los niños se instalaban en el edificio orientado al norte, que era el más cercano a la puerta principal.

El patio de Lao She

Existen documentos que demuestran que ya en tiempos de la dinastía Shang ( circa  1700-1100 a.n.e.) las casas se construían alrededor de patios. La mayoría de las docenas de minorías étnicas que conviven en China diseñaban sus viviendas tomando el patio como centro. Los diseños concretos de las casas variaban mucho, dependiendo tanto del clima y la topografía de las diferentes zonas del país, como de las tradiciones tribales. Los materiales usados también diferían y las construcciones podían ser de uno o dos pisos, presentado asimismo ventanas y puertas configuraciones diversas. Pero un rasgo casi constante era que en el centro de las casas había un patio. En el norte de China los patios eran relativamente grandes, ya que había terreno de sobras; en las más cálidas zonas meridionales, el terreno disponible era menor, razón por la cual los patios solían ser muy pequeños. No era infrecuente ver  siheyuan  de dos pisos; este tipo de vivienda resultaba más fresco, puesto que la sombra que daba era más larga. En las zonas de loess y arcilla, como Shaanxi y el sur de Shanxi, las casas podían consistir en una serie de cuevas abiertas alrededor de un patio excavado en el suelo o en varias cuevas abiertas en la pared de una colina, completadas con edificios levantados en los otros tres lados del patio. En Fujian se construían torres de barro redondas; en Yunnan, casas de bambú sobre estacas; y así sucesivamente. Todas las construcciones tenían un patio en el centro.

En el 1300 d.n.e., Beijing fue diseñada como una ciudad amurallada dispuesta en forma de tablero de ajedrez, siguiendo el culto chino al cielo y la tierra. El norte polar era el centro del mundo y desde allí el emperador miraba al sur en todo momento. El diseño de la Ciudad Prohibida se trazó de forma que todas las salas y aposentos del emperador estuviesen orientados al sur. De ahí que las casas con patios de esta ciudad se construyesen siguiendo este modelo.

Ahora síganme a través del patio y observen esta manera encantadora de diseñar un lugar para vivir. La atmósfera donde se descansa, se come y se ama debería ser armoniosa, delicada, confortable y tranquilizadora. Ésta es precisamente la atmósfera que reina en los patios.

La entrada al complejo de viviendas se hallaba en la esquina sureste. El patio estaba separado de la entrada por una pared que preservaba la intimidad cuando se abría la gran puerta principal para dejar pasar a los visitantes. Para entrar en el patio, al llegar a esa pared había que torcer a la izquierda. El patio era el mundo privado de la familia. Muy a menudo había en él por lo menos dos árboles, uno de hoja perenne y otro que florecía y, con un poco de suerte, daba frutos comestibles. En los patios también solía haber agua y bellas rocas y piedras. Además había flores y, frecuentemente, un gran recipiente de piedra en cuyo interior nadaban perezosamente peces de colores de ojos saltones. La escena la completaba el canto de los pájaros encerrados en una jaula de bambú colgada a la sombra de un árbol aromático.

En general, el edificio del norte orientado al sur era el del dueño, puesto que su situación era la mejor: la más cálida en invierno, cuando el sol no ascendía mucho; y la más fresca en verano, estación en la que el sol llegaba muy alto y las habitaciones quedaban a la sombra de los aleros voladizos. Por lo tanto, esta parte privilegiada del patio era la utilizada por el cabeza de familia o los ancianos. Las casas situadas al este y al oeste, llamadas construcciones laterales, se distribuían entre los hijos y las hijas de acuerdo con el orden familiar confuciano. El edificio situado en el sur, que miraba al norte, era el de los niños y sirvientes, y en él estaban también la cocina y el retrete. A veces se usaba para tratar asuntos extrafamiliares, reservando así los demás edificios a un uso estrictamente privado.

Vivienda del pueblo (provincia de Qinghai)

Las familias acomodadas no se conformaban con un simple patio, sino que añadían un segundo y un tercer patio a lo largo del eje norte-sur, dando lugar a complejos de patios. A medida que crecía la familia, iban agregándose patios a ambos lados del eje principal. Siguiendo siempre el orden confuciano, los ancianos se alojaban en el patio más septentrional. Después de entrar por la puerta principal, situada en el sur, y torcer al oeste para pasar al primer patio, un sirviente pedía al visitante que se sentase y esperase,  mientras otro sirviente anunciaba su llegada. Un miembro de la familia se aprestaba a recibir al visitante en el lugar más apropiado y de la manera más idónea. Los patios estaban separados unos de otros por una puerta central flanqueada por dos leones de piedra. En algunos complejos, los patios interiores eran dos, tres o cuatro peldaños más altos, tanto para aprovechar al máximo la radiación solar como para cumplir con los preceptos de la ética confuciana. Las dimensiones y la decoración del patio dependían de la riqueza, la posición y el número de miembros de la familia.

Si la familia tenía animales, entonces se agregaba una zona de establos. En el norte de China, ésta solía encontrarse en la parte oriental del patio principal, formando otro patio dentro del complejo. Las casas muy grandes y las villas que incluían numerosos patios estaban totalmente cercadas por un muro. Al otro lado de este muro podía haber un jardín, prados, quizás un lago, y patios dentro de patios. Grandes o pequeñas, las casas con patio ofrecían a la familia un entorno seguro y tranquilo.

Volvamos ahora a mi delicado patio y sentémonos bajo un árbol de dátiles en flor. Permítanme que les sirva té de jazmín en una taza de porcelana. Escuchen como susurra la brisa por entre las ramas de los pinos ...

                         Así que he hecho mi casa aquí,

                        Construyendo habitaciones, cavando estanques.

                        Altos sauces se reflejan en su superficie,

                        Y estoy protegido por espinos y fragantes naranjos;

Juguetones peces saltan y se menean en el agua,

Flores de loto se alargan y se abren.

Matorrales de bambú, densos y umbrosos ... P´an Yueh 

En mi patio puedo “alejarme de la maraña del polvo mundano y reencontrarme con la naturaleza”. Desde aquí veo solamente las cimas de las lejanas montañas, las nubes, el sol, la luna sobre el tejado de azulejos y los edificios de mi patio. Mi patio es mi pequeño espacio propio. Es aquí, a mi pequeño espacio propio, adonde traigo a mis amigos más queridos para sentarnos y sonreír a la vida.

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