Patios
chinos y confucianismo
Por
Susan Trimble
 |
Un
mundo privado |
Al oír la palabra “patio”, ¿se imagina dentro de
uno? Un patio es un espacio cercado
por muros, un espacio rodeado de edificios, una superficie
cuadrangular cerrada. En China, los patios se llaman siheyuan ,
palabra que significa patio rodeado por cuatro edificios. A
lo largo de la historia de China, el siheyuan
ha sido el diseño básico utilizado en la construcción de residencias,
palacios, templos, monasterios, negocios familiares y oficinas
gubernamentales. Había patios sencillos y villas de patios.
Heme aquí, en un patio, con los rayos del sol posándose
a raudales sobre mí. Puedo adivinar qué hora es observando en
qué parte de mi patio la sombra cubre ya los adoquines. Puedo
levantarme por la mañana y salir por la puerta del dueño con
la seguridad de que el sol calentará mi rostro. También puedo
guardar mis alimentos en la parte este de la casa oeste con
la seguridad de que ése será siempre el lugar más fresco. Además,
puedo llevar mi petate al este o al oeste con la seguridad de
que siempre encontraré el lugar más confortable. Y sé dónde
colocar las macetas y dónde los pájaros harán sus nidos. ¿Cómo
es que sé todo esto? Mi patio fue construido según una serie
de principios basados en las antiguas reglas chinas sobre la
situación de las casas, que aseguran la máxima insolación y,
al mismo tiempo, la máxima protección contra los fríos vientos
del norte.
El código confuciano, basado en el orden cósmico
y las relaciones jerárquicas entre superiores e inferiores,
data de alrededor del año 500 a.n.e, pero aún hoy sigue constituyendo
un elemento esencial de la familia y la sociedad chinas. El
hogar chino, entendiendo por tal la familia y el espacio donde
vive ésta, se estableció de acuerdo con el código confuciano.
El patio era un espacio exterior protegido tanto
del bullicio y el polvo de la calle, como de los intrusos y
los visitantes inoportunos. El patio ofrecía una intimidad total.
La familia china, encerrada en sí misma, mantenía los asuntos
familiares dentro del patio, hacía negocios con amigos leales
y llevaba una vida basada en la preservación de su intimidad.
Su exterior, sin decoración y agrisado por el hollín, poco hacía
sospechar que en su interior reinaban la belleza y la vida.
Los ancianos se alojaban en las habitaciones situadas
en la parte trasera del patio, en una casa orientada al sur.
Los hijos mayores y sus esposas vivían en las casas situadas
en los laterales, mientras que los sirvientes y los niños se
instalaban en el edificio orientado al norte, que era el más
cercano a la puerta principal.
 |
El
patio de Lao She |
Existen documentos que demuestran que ya en tiempos
de la dinastía Shang ( circa
1700-1100 a.n.e.) las casas se construían alrededor de patios.
La mayoría de las docenas de minorías étnicas que conviven en
China diseñaban sus viviendas tomando el patio como centro.
Los diseños concretos de las casas variaban mucho, dependiendo
tanto del clima y la topografía de las diferentes zonas del
país, como de las tradiciones tribales. Los materiales usados
también diferían y las construcciones podían ser de uno o dos
pisos, presentado asimismo ventanas y puertas configuraciones
diversas. Pero un rasgo casi constante era que en el centro
de las casas había un patio. En el norte de China los patios
eran relativamente grandes, ya que había terreno de sobras;
en las más cálidas zonas meridionales, el terreno disponible
era menor, razón por la cual los patios solían ser muy pequeños.
No era infrecuente ver siheyuan de dos pisos; este tipo
de vivienda resultaba más fresco, puesto que la sombra que daba
era más larga. En las zonas de loess y arcilla, como Shaanxi
y el sur de Shanxi, las casas podían consistir en una serie
de cuevas abiertas alrededor de un patio excavado en el suelo
o en varias cuevas abiertas en la pared de una colina, completadas
con edificios levantados en los otros tres lados del patio.
En Fujian se construían torres de barro redondas; en Yunnan,
casas de bambú sobre estacas; y así sucesivamente. Todas las
construcciones tenían un patio en el centro.
En el 1300 d.n.e., Beijing fue diseñada como una
ciudad amurallada dispuesta en forma de tablero de ajedrez,
siguiendo el culto chino al cielo y la tierra. El norte polar
era el centro del mundo y desde allí el emperador miraba al
sur en todo momento. El diseño de la Ciudad Prohibida se trazó
de forma que todas las salas y aposentos del emperador estuviesen
orientados al sur. De ahí que las casas con patios de esta ciudad
se construyesen siguiendo este modelo.
Ahora síganme a través del patio y observen esta
manera encantadora de diseñar un lugar para vivir. La atmósfera
donde se descansa, se come y se ama debería ser armoniosa, delicada,
confortable y tranquilizadora. Ésta es precisamente la atmósfera
que reina en los patios.
La entrada al complejo de viviendas se hallaba en
la esquina sureste. El patio estaba separado de la entrada por
una pared que preservaba la intimidad cuando se abría la gran
puerta principal para dejar pasar a los visitantes. Para entrar
en el patio, al llegar a esa pared había que torcer a la izquierda.
El patio era el mundo privado de la familia. Muy a menudo había
en él por lo menos dos árboles, uno de hoja perenne y otro que
florecía y, con un poco de suerte, daba frutos comestibles.
En los patios también solía haber agua y bellas rocas y piedras.
Además había flores y, frecuentemente, un gran recipiente de
piedra en cuyo interior nadaban perezosamente peces de colores
de ojos saltones. La escena la completaba el canto de los pájaros
encerrados en una jaula de bambú colgada a la sombra de un árbol
aromático.
En general, el edificio del norte orientado al sur
era el del dueño, puesto que su situación era la mejor: la más
cálida en invierno, cuando el sol no ascendía mucho; y la más
fresca en verano, estación en la que el sol llegaba muy alto
y las habitaciones quedaban a la sombra de los aleros voladizos.
Por lo tanto, esta parte privilegiada del patio era la utilizada
por el cabeza de familia o los ancianos. Las casas situadas
al este y al oeste, llamadas construcciones laterales, se distribuían
entre los hijos y las hijas de acuerdo con el orden familiar
confuciano. El edificio situado en el sur, que miraba al norte,
era el de los niños y sirvientes, y en él estaban también la
cocina y el retrete. A veces se usaba para tratar asuntos extrafamiliares,
reservando así los demás edificios a un uso estrictamente privado.
 |
Vivienda
del pueblo (provincia de Qinghai) |
Las familias acomodadas no se conformaban con un
simple patio, sino que añadían un segundo y un tercer patio
a lo largo del eje norte-sur, dando lugar a complejos de patios.
A medida que crecía la familia, iban agregándose patios a ambos
lados del eje principal. Siguiendo siempre el orden confuciano,
los ancianos se alojaban en el patio más septentrional. Después
de entrar por la puerta principal, situada en el sur, y torcer
al oeste para pasar al primer patio, un sirviente pedía al visitante
que se sentase y esperase,
mientras otro sirviente anunciaba su llegada. Un miembro
de la familia se aprestaba a recibir al visitante en el lugar
más apropiado y de la manera más idónea. Los patios estaban
separados unos de otros por una puerta central flanqueada por
dos leones de piedra. En algunos complejos, los patios interiores
eran dos, tres o cuatro peldaños más altos, tanto para aprovechar
al máximo la radiación solar como para cumplir con los preceptos
de la ética confuciana. Las dimensiones y la decoración del
patio dependían de la riqueza, la posición y el número de miembros
de la familia.
Si la familia tenía animales, entonces se agregaba
una zona de establos. En el norte de China, ésta solía encontrarse
en la parte oriental del patio principal, formando otro patio
dentro del complejo. Las casas muy grandes y las villas que
incluían numerosos patios estaban totalmente cercadas por un
muro. Al otro lado de este muro podía haber un jardín, prados,
quizás un lago, y patios dentro de patios. Grandes o pequeñas,
las casas con patio ofrecían a la familia un entorno seguro
y tranquilo.
Volvamos ahora a mi delicado patio y sentémonos bajo
un árbol de dátiles en flor. Permítanme que les sirva té de
jazmín en una taza de porcelana. Escuchen como susurra la brisa
por entre las ramas de los pinos ...
Así
que he hecho mi casa aquí,
Construyendo habitaciones, cavando estanques.
Altos sauces se reflejan en su superficie,
Y estoy protegido por espinos y fragantes naranjos;
Juguetones peces saltan y se menean en el agua,
Flores de loto se alargan y se abren.
Matorrales de bambú, densos y umbrosos ... P´an Yueh
En mi patio puedo “alejarme de la maraña del polvo
mundano y reencontrarme con la naturaleza”. Desde aquí veo solamente
las cimas de las lejanas montañas, las nubes, el sol, la luna
sobre el tejado de azulejos y los edificios de mi patio. Mi
patio es mi pequeño espacio propio. Es aquí, a mi pequeño espacio
propio, adonde traigo a mis amigos más queridos para sentarnos
y sonreír a la vida.