ENERO 2003

 

 

 

 

 

 

 

 


La medicina  yao , joya de la medicina china

Por QI JUAN

Tan Xunyun, director del Hospital de Medicina  yao  Dekun de Daqing

Un periodista del semanario estadounidense  Times  contó una vez la historia de un buscador de tesoros que tuvo la mala fortuna de contraer paludismo en Camboya. Al final, fue la medicina tradicional china la que le salvó la vida. En uno de sus artículos decía suspirando: “¡Qué pena que las dudas de Occidente sobre los fundamentos teóricos y las virtudes terapéuticas de la medicina tradicional china hayan pospuesto su estudio y su práctica hasta estos últimos años!”. Según se dice, este año la Academia Estatal de Sanidad Pública de EE.UU. invertirá 220 millones de dólares en el estudio de las medicinas alternativas, entre las que destaca la ciencia médica asiática.

No obstante, la medicina tradicional china sigue siendo una gran desconocida en el ámbito internacional. Para rectificar en alguna medida esta situación, a partir del presente número  China hoy  presentará a sus lectores de forma sistemática la medicina tradicional de nuestro país. Empezamos presentándoles la medicina de la etnia  yao.

                                                                ----La Redacción

El que se mide sus fuerzas con el dios de la muerte

La montaña de Dayao es conocida como el “reino de los vegetales”. A quienes la visitan suele sorprenderles su majestuosidad y un fenómeno que el habla popular describe diciendo: “dondequiera que mires, verás plantas medicinales”. Las investigaciones han revelado que en esta montaña hay por lo menos 4.000 especies de plantas con virtudes terapéuticas.

En 1985, junto con su padre y sus hermanos, Tan Xunyun, nacido en la misteriosa tierra de la etnia  yao  y miembro de una familia de médicos de solera, partió hacia el norte y fundó el Hospital Dekun de Daqing, especializado en tratar el cáncer y el lupus eritematoso con la medicina  yao .

Decidido a conocer mejor esta valiosa rama de la ciencia médica china, fui a Daqing para entrevistar al doctor Tan Xunyun.

Un médico de la montaña de Dayao

En China conviven tibetanos, uigures, mongoles,  zhuang ,  dai  y miembros de otras 56 minorías étnicas, cada una de las cuales, tras años de experiencia, posee una ciencia médica con destacados rasgos propios. Además de haberme criado en la montaña de Dayao, estoy imbuido de la medicina  yao  de la familia Tan, convertida ahora en parte esencial de la medicina tradicional china.”

                                                                 ----- Tan Xunyun

Recogiendo hierbas medicinales

Tan Xunyun es el décimo tercer sucesor de la medicina  yao  de los Tan, familia muy conocida en el lugar. De niño, su padre dejaba en el suelo las hierbas que había recogido en la montaña y le enseñaba el nombre y las propiedades curativas de cada una de ellas. Poco a poco, en el pequeño Tan Xunyun fue naciendo un gran interés por la medicina y los medicamentos de los  yao .

A los 11 años, Tan comenzó a ir a la montaña con su padre a recoger hierbas medicinales. A sus ojos, su padre era no sólo un médico de gran talento, sino también una persona muy bondadosa y noble, que a menudo atendía gratuitamente a los aldeanos con pocos recursos económicos. El sueño infantil de Tan era llegar a ser un médico como su padre.

Por azares del destino, su padre curó a un ingeniero del campo petrolífero de Daqing, quien lo invitó a trasladarse a Daqing para ejercer su profesión. Considerando que la joven ciudad de Daqing contaba con equipos avanzados pero carecía de médicos experimentados, padre e hijo decidieron trasladarse desde la provincia de Guangxi hasta la de Heilongjiang, lo que en aquella época suponía un viaje en tren de cuatro días, para establecer una clínica de medicina  yao .

“Aparte de los 108 medicamentos de la familia, utilizamos otros elaborados con hierbas que recogemos observando normas muy estrictas. Sólo usamos las plantas silvestres recogidas por el grupo de profesionales de la montaña de Dayao, gracias a lo cual, a pesar de ser una pequeña clínica, logramos sobrevivir y ganarnos la confianza de los daqineses.” Al llegar aquí, Tan ya no pudo contener su orgullo: “Las hierbas medicinales que se venden en el mercado suelen ser cultivadas por campesinos. Debido al uso de fertilizantes químicos, generalmente son grandes y bonitas, pero sus efectos dejan mucho que desear”.

“Cuando voy con el grupo en busca de plantas, enseño a mis compañeros a recoger únicamente tallos, hojas o raíces fibrosas, y a no cortar la raíz principal, para que puedan seguir reproduciéndose y de este modo no se agote la fuente de medicinas de calidad. A veces descubro una nueva hierba; para conocer a fondo sus funciones, tengo que ingerirla y experimentar las reacciones.” Al notar mi sorpresa, sonrió y dijo:  “Sí, es un poco peligroso. Por eso, antes de probarla, pido a mi esposa que se quede a mi lado y tenga a punto los principales antídotos de la medicina  yao . Ella es quien se encarga de registrar los síntomas de la reacción y me ofrece oportunamente los antídotos más indicados”.

Esta meticulosidad es la que ha permitido a aquella pequeña clínica transformarse  en un hospital moderno de más de 2.000 metros cuadrados, que integra en un conjunto el estudio científico, el tratamiento médico y la elaboración de medicamentos. Cuatro y tres de sus más de 40 series de medicamentos han obtenido, respectivamente, premios nacionales de oro y plata. En 1997, Tan participó en el primer Foro Internacional de Ciencias Médicas Tradicionales, celebrado en Beijing; y en el 2000, fue el único representante de la medicina  yao  que participó en el Congreso Internacional de Medicinas Tradicionales, celebrado también en Beijing. Las tesis que expuso en ambos congresos fueron premiadas y llamaron la atención de los funcionarios de la OMS (Organización Mundial de la Salud).

Reputación en el extranjero

“China está cada día más abierta al mundo y trata de alcanzar los niveles internacionales en muchos ámbitos, incluido el de la medicina  yao , que también debe darse a conocer a más gente para fomentar su divulgación en el resto del mundo.”

                                                                  ----Tan Xunyun

Especialistas extranjeros consultando a médicos  yao

En 1998, Tan recibió una carta enviada desde Beijing, en la que su remitente le rogaba que salvase a su padre, quien después de haber emigrado a Nueva Zelanda vio como se reproducía su cáncer de garganta y se encontraba agonizando.

Las condiciones sanitarias de los hospitales de Auckland, capital de dicho país, son excelentes. Por ello, al reaparecer la enfermedad, el paciente fue operado inmediatamente. Los médicos confiaban en su pronto restablecimiento, pero después de tres operaciones, desahuciaron al enfermo y le aseguraron que sólo le quedaban tres meses de vida.

Después de estudiar a fondo la historia clínica del enfermo, Tan le prescribió un preparado compuesto principalmente por hierbas de los  yao  y complementado con otros medicamentos. Después de administrarle 22 recetas de este preparado, el tumor cancerígeno desapareció misteriosamente. Asombrados, los especialistas del Hospital Estatal de Auckland levantaron el pulgar en señal de felicitación: “¡La medicina tradicional china es realmente maravillosa! Aunque sus fundamentos teóricos nos resultan difíciles de comprender, estamos plenamente convencidos de su eficacia terapéutica”.

Insatisfecho con el aura de misterio que suele envolver a la medicina  yao , Tan se dedicó durante 16 años a recopilar datos de primera mano, de los que se sirvió para redactar  La Ciencia Médica de la Medicina Yao . Esta extensísima obra, publicada en el 2001 por la Editorial de las Nacionalidades, constituye no sólo el primer tratado teórico sobre la medicina  yao , sino un excelente medio para difundirla más allá de nuestras fronteras. 

A medida que la medicina  yao  amplia su esfera de influencia tanto nacional como internacional, cada día son más numerosos los especialistas procedentes de Hong Kong, Macao, Taiwán, EE.UU., Canadá, Alemania, Singapur, Malasia, Tailandia y otros países y regiones, que se desplazan hasta nuestro país para estudiarla, hacer consultas y participar en intercambios. La medicina  yao  ha dejado de ser sinónimo de misterio para empezar a ser mejor conocida por la cientificidad de sus teorías, sus maravillosos resultados y su elevada seguridad.

Tan reacciona a todos estos éxitos con su naturalidad de siempre: “Lo que hacemos es curar enfermedades y salvar vidas, sea aquí en China, sea en el extranjero. Si un enfermo se recupera gracias a nuestra ayuda, es como si a él y a su familia les entregásemos una porción de felicidad y de esperanza. En este sentido, los médicos y la medicina no tienen fronteras”.

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