Yuan
Geng, trabajador de la primera generación de Shenzhen
Por nuestro reportero
SHEN HONGLEI
Al caer la noche, la zona de tecnología punta de
Nanshan, en la ciudad de Shenzhen, se ilumina completamente.
Parece que de entre sus edificios de variado estilo vaya a surgir
de un momento a otro un nuevo milagro de la ciencia. Sin embargo,
la zona vecina de Shekou, sumergida en la noche, está tranquila
como una caracola en la playa. En ese momento nos vienen a la
memoria los primeros trabajadores de Shekou, quienes pueden
también ser considerados fundadores de Shenzhen, ya que Shekou
fue el banco de pruebas de la reforma llevada a cabo en esta
ciudad.
La zona industrial del cantón de Shekou, la primera
de su tipo donde se ensayó la reforma económica de China, fue
fundada el 31 de enero de 1979. En aquel entonces este lugar
era casi un desierto y sólo se conocía porque se mencionaba
en una película de la década de 1960, en la que un espía intentaba
salir del país a través de Shekou, último cantón chino limítrofe
con Hong Kong.
Yuan Geng, que a la sazón tenía 62 años, fue el primer
director del consejo de administración de la zona industrial
de Shekou, razón por la cual se le llamó miembro de la primera
generación de trabajadores de Shenzhen.
Durante la II Guerra Mundial, Yuan desempeñó el cargo
de director de la oficina del PCCh en Hong Kong. A poco de iniciarse
la reforma y la apertura, fue designado responsable del Buró
de Comercio de China en Hong Kong.
Yuan es hoy un anciano de 86 años. Lo visité en su
apartamento y me habló reposadamente de su vida. Pero sus palabras
daban una clara idea del ímpetu con el que avanzaba la reforma
en aquella época. Deng Xiaoping, artífice de la reforma, solía
decir: “Debemos esforzarnos
por avanzar”; Yuan, por su parte, decía: “El tiempo vale más
que el oro y la eficacia es de vital importancia”. Estas palabras,
fiel reflejo de los sentimientos de un pueblo chino a las puertas
de la economía de mercado, se escribieron luego en un gran letrero
que se colocó en la animada calle de Shekou, donde ha permanecido
más de 20 años. El lema de Yuan llamó la atención de todo el
país porque expresa a la perfección la velocidad a la que estaba
construyéndose Shenzhen.
Yuan dijo: “Los dirigentes de la nación demostraron
sumo interés por la construcción de Shekou, que se benefició
de algunas políticas preferenciales ratificadas por Hu Yaobang,
Gu Mu y Jiang Zemin. Al mismo tiempo, las hazañas de los trabajadores
de la primera generación desempeñaron un papel decisivo”.
China vive en una nueva época y los shekouneses han
pasado a la historia como héroes. Nuestro país ha dado sus primeros
pasos hacia la modernización, proceso en el que se han logrado
éxitos tan destacados como el establecimiento de Shenzhen y
la creación de zonas de tecnología punta en diversos lugares.
Shekou es, en todos los sentidos, un monumento histórico.
Cabe señalar que el lema “El tiempo vale más que
el oro y la eficacia es de vital importancia” no se ha modificado,
por mucho que haya cambiado el contenido de los anuncios.
Shenzhen avanzará sin cesar.