DICIEMBRE  2002

 

 

 

 

 

 

 

 


El  guqin  y su melodía

Por HUO JIANYING

Yang Chunwei, profesora del Conservatorio de la Academia China, tañendo el  guqin

Cinco años atrás, un fragmento de una pieza de música tradicional ejecutada con el antiguo instrumento  guqin  fue lanzada al espacio a bordo de una astronave china, con la esperanza de que tarde o temprano llegue a oídos de algún ser extraterrestre inteligente. Se decidió utilizar la música como vehículo de comunicación debido a que se la suele considerar un tipo de lenguaje sin limitaciones espaciales ni temporales, característica que la convertiría en un canal idóneo para una eventual transmisión de información sobre los seres humanos a los seres  extraterrestres.

A pesar de que este mensaje musical intergaláctico todavía no ha recibido contestación alguna, la gente tiene plena confianza en que algún día llegará una respuesta. Dicen que el fragmento musical lanzado al espacio está grabado en un disco que podrá reproducirse durante los próximos mil millones de años.

"La alta montaña  y el agua que corre"

Lámina inspirada en la historia  La alta montaña y el agua que corre

El mensaje musical enviado al espacio es un fragmento de  La alta montaña y el agua que corre , pieza china que con sus más de dos mil años de historia es una de las más antiguas que se conservan. Su melodía es un eco de la majestuosidad de la montaña que se alza ataviada con el verdor de un inmenso bosque entrecruzado por arroyuelos, los cuales van confluyendo hasta desembocar en una catarata cuyas aguas se desploman ferozmente. Esta pieza describe un bello paisaje natural y, al mismo tiempo, expresa la elevada ambición artística de su compositor.

A los chinos les gusta esta obra musical no sólo por su hermosa melodía, sino también porque se cuenta que a través de ella quien la compuso encontró a su amigo eterno. En el período de Primavera y Otoño, hace más de dos mil años, una noche otoñal de luna llena Yu Boya, funcionario del reino de Jin que volvía a su patria tras haber cumplido una misión oficial en el reino de Chu, detuvo su barco junto a la orilla para descansar. Se puso a tañer el  guqin  (instrumento musical de siete cuerdas parecido a la cítara) y al cabo de un rato se le rompió una cuerda. Yu se sorprendió, ya que según una creencia popular eso sucedía cuando algún intruso andaba cerca. Inmediatamente ordenó buscarlo y no tardaron en encontrar a un leñador que había estado escuchando furtivamente todo el tiempo. Después de charlar un poco con él, Yu se dio cuenta de que tenía bastantes conocimientos musicales. Entonces volvió a interpretar  La alta montaña y el agua que corre  y el leñador dio claras muestras de percibir su profundidad. Cada vez más sorprendido, Yu se levantó y lo trató con cortesía. Zhong Ziqi, que así se llamaba el leñador, también estuvo muy contento de haber trabado amistad con alguien dotado de talento musical.  Los dos se hicieron hermanos juramentados e intercambiaron opiniones sobre la música. El día que Yu partió, acordaron volverse a encontrar en ese mismo lugar justo un año después. 

El ejecutante y sus oyentes , célebre pintura china del siglo XII. Se dice que el ejecutante representa al emperador Huizong de la dinastía Song del Norte

Transcurrido un año, Yu acudió al lugar acordado pero no encontró a Zhong. Entonces fue a  su casa a buscarlo y le dijeron que el leñador había fallecido tres meses atrás y que mientras agonizaba expresó su deseo de ser enterrado donde ambos habían acordado reunirse, como una manera de disculparse por no haber acudido a la cita. Hondamente conmovido, Yu ejecutó una pieza ante la tumba de Zhong en homenaje a su hermano y fiel amigo. Cuando terminó, rompió el instrumento y juró que jamás en la vida volvería a tocar pieza alguna. Poco después Yu abandonó su empleo oficial y se hizo cargo de los padres de del leñador.

Zhong se ganó el respeto de Yu no solamente por su amplios conocimientos musicales sino también por su nobleza de carácter. Yu había sugerido a Zhong que viajase con él por entre ríos y montañas para afinar su sensibilidad artística, pero el leñador, obligado a mantener a sus ancianos padres, no pudo aceptar su invitación. Además de pena, Yu sintió remordimientos por la muerte de su amigo, puesto que antes de despedirse de él, le había regalado plata para que pudiera vivir más holgadamente;  pero Zhong, deseoso de adquirir conocimientos con los que servir a su patria, compró muchos libros y se pasó noches enteras leyéndolos. Consumidas sus energías por la dedicación excesiva al estudio, murió a los 27 años.

La sociedad feudal imperante hace dos mil años estaba estrictamente jerarquizada. Por lo tanto, entre Yu, un alto funcionario, y Zhong, un sencillo leñador, había una considerable distancia social, razón por la cual la amistad entre ambos conmovió a toda la sociedad.

La historia de la amistad entre Yu y Zhong se transmitió a la posteridad junto con  La alta montaña y el agua que corre . No obstante, cabe precisar que la vitalidad de esta pieza musical se debe a su propio valor artístico.

Dotado de sobresalientes cualidades artísticas, Yu dedicó grandes esfuerzos a la creación musical. Cuando estudiaba, había llegado a permanecer diez días en una isla desierta haciendo ejercicios musicales ante las olas del mar. Sus logros artísticos fueron fruto de su dedicación al estudio y de la práctica constante.

Con el envío al espacio de un fragmento de esa antigua melodía de Yu se espera establecer contacto con posibles amigos que vivan fuera de nuestro planeta.

Entre la gente y el  guqin 

Ladrillo tallado hace dos mil años en el que se ve a Nie Zheng ( segundo por la derecha ) asesinando al rey Han ( primero por la derecha ), escena de la famosa pieza  Guang Ling San

Según la mentalidad china, romper un instrumento musical constituye una torpeza. Sin embargo, cuando Yu rompió su  guqin  la gente se sintió conmovida.

En la antigüedad, este instrumento era considerado un objeto sagrado, ya que a su sonido se le  atribuía la virtud de poder llegar directamente al mundo interior del ser humano. La vitalidad del  guqin  está en su especial capacidad expresiva y en la gran destreza técnica necesaria para tañerlo.

El  guqin  tiene ahora siete cuerdas, pero en el pasado llegó a tener 25. Al vibrar, las cuerdas son capaces de evocar vívidamente paisaje naturales, sentimientos e incluso acontecimientos sociales.

Confucio fue también un músico consumado. En sus  Analectas  se registra la anécdota de que en el reino de Qi estuvo tres meses escuchando música con tanto interés que a pesar de su conocida afición a la gastronomía acabó por no prestar atención alguna a lo que comía. Tal vez el hechizo de la música era lo único que podía desviar la atención de Confucio.

Fue justamente Confucio quien convirtió el  guqin  en el instrumento más importante, tanto es así que en las orquestas actuales desempeña el papel de “primer violín”. Y en el ámbito pedagógico, hizo que el aprender a tocar el  guqin  fuera una asignatura obligatoria.

En la antigüedad se prohibía tocar el  guqin  cuando hacía demasiado frío o demasiado calor, soplaban fuertes vientos, llovía mucho, relampageaba o nevaba. Por lo general, este instrumento debía tañerse solamente si se daban determinadas circunstancias y observando ciertas normas. Así, por ejemplo, el ejecutante debía estar de buen humor y se exigía un ambiente apacible y silencioso. En ocasiones, se tocaba en presencia de un amigo oyente y con incienso encendido.

En algunas obras literarias, el misterio que rodeaba al  guqin  se exageró hasta el extremo. En manos de los guerreros, este instrumento se convertía a veces en un arma de poderes ilimitados, capaz de provocar con su sonido tormentas de arena y la rápida derrota del adversario.

Pero en cierta ocasión, el  guqin  mostró realmente su poder. En la época de los Tres Reinos (220-280), el ejército del reino de Wei cercó una ciudad aparentemente abandonada del reino de Shu. En ella se encontraba el conocido político y estratega Zhuge Liang, quien ordenó abrir las puertas de la ciudad y dejar entrar al enemigo. Seguidamente, Zhuge se sentó en la muralla y empezó a beber y a tañer el  guqin  tranquilamente. Sima Yi, general del reino de Wei, no sabía a ciencia cierta si la ciudad estaba vacía o si, por el contrario, ocultaba a numerosas tropas. Al ver la calma con la que Zhuge tocaba su instrumento, sospechó que en la ciudad estaban preparándose importantes maniobras y decidió retirarse. De esta manera Zhuge evitó una derrota segura. Este hecho inspiró varias obras teatrales que siguen representándose hoy día.

La antigua pieza  Guang Ling San  narra la venganza de un asesinato. En la época de los Reinos Combatientes, el rey Han ordenó matar a un espadero por haberse demorado en la fabricación  de una espada. A fuerza de practicar, Nie Zheng, hijo del espadero, se convirtió en un virtuoso del  guqin . El rey Han, muy aficionado a la música, mandó traerlo a su presencia para que le mostrara sus habilidades. Aprovechando que el rey estaba absorto en la música, Nie desenvainó su daga, lo mató y, para no comprometer a sus familiares, se suicidó. Al principio, la melodía expresa la simpatía por Nie; a continuación, describe su firme decisión de vengarse; y, por último, elogia su valentía.

En la antigüedad, los funcionarios y aristócratas tocaban el  guqin  para expresar sus sentimientos más elevados. De hecho, estos constituyen el tema de la mayoría de la tres mil piezas compuestas para el  guqin . Una de las más famosas, la titulada  Flor de Ciruelo , evoca tanto la fragancia de este flor como la elegancia de los literatos. En otra pieza,  Oca sobrevolando la playa , se plasman las grandes esperanzas del músico.

El antiguo  guqin 

Guqin   de la dinastía Ming (1368-1644) expuesto en el Museo de Historia de China

Los orígenes del  guqin   se remontan a hace tres mil años. Al principio, este instrumento era muy simple: tenía una o pocas más cuerdas, su gama de tonos era bastante reducida, no se oía muy fuerte y su resonancia dejaba mucho que desear. Poco a poco, se fue perfeccionando y en las dinastías Qin y Han (a fines del siglo III a.n.e) su número de cuerdas quedó fijado en siete.

El cuerpo del instrumento es una caja de resonancia de 110 centímetros de longitud, cuya anchura es de 17 centímetros en la cabeza y de 13 centímetros en la cola. En la tabla inferior de esta caja, fabricada con madera de tung o abeto chino, hay dos ojos. Las cuerdas se presionan con la mano izquierda y se pulsan con la izquierda.

Para fabricar un buen instrumento es indispensable contar con el material apropiado. Un día, Cai Yong (133-192), famoso literato y músico de la dinastía Han del Este, oyó un ruido especial proveniente de la cocina, entró en ella y vio un tronco de madera ardiendo en el fuego. Lo sacó en seguida y lo utilizó para hacer un instrumento. Al tañerlo, salían de él lindas melodías, pero su apariencia no era ni mucho menos perfecta, ya que en la cola había huellas del fuego. No obstante, este instrumento es uno de los más famosos de la historia.

Tal vez esta anécdota no tenga mucho interés, después de todo la madera había sido tan bien tratada que fue posible utilizarla para fabricar un  guqin  que producía hermosos sonidos. Pero de repente se nos ocurre que si tratásemos bien todas las cosas de la tierra, la humanidad seguramente disfrutaría de escenas y melodías mucho más bellas.    

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