DICIEMBRE  2002

 

 

 

 

 

 

 

 


La muerte de Qin Shi Huang

En julio del año 210 a.n.e., por el camino que conducía a Xianyang, capital de la dinastía Qin, iba un carruaje adornado elegantemente. En la comitiva figuraban, además de una nutrida guardia, muchos funcionarios de alto rango y aristócratas. A pesar de lo majestuoso del cortejo, podía palparse algo misterioso, porque la persona que se ocultaba tras la cortina del carruaje nunca había aparecido en público. Cuando meses más tarde falleció, se supo que era Qin Shi Huang (250-210 a.n.e.).

Durante los 37 años de su dominación, Qin Shi Huang no sólo unificó el país, la escritura, la moneda y el sistema de pesos y medidas, sino que hizo construir la Gran Muralla, hechos todos ellos de suma importancia en nuestra historia. Sin embargo, se le recuerda sobre todo por haber sido un tirano. En el año 211 a.n.e., en Dongjun (en el actual Puyang, distrito de la provincia de Henan), alguien grabó en un aerolito siete caracteres chinos que significaban “Después de muerto Qin Shi Huang, el país se dividirá”, lo que expresaba el rencor que le guardaba el pueblo por su cruel dominación. Encolerizado por esta inscripción, Qin Shi Huang masacró a los habitantes de Dongjun. Como en los últimos años de su vida vivía temeroso de ser asesinado, ordenó construir 270 palacios interconectados mediante túneles. Quien divulgase su ubicación, sería condenado a muerte. En cierta ocasión se mostró disconforme con que en la comitiva del primer ministro Li Si hubiese tantos guardias. Alguien se lo contó a Li Si, quien inmediatamente redujo su escolta. Luego, cuando Qin Shi Huang vio que la comitiva de Li Si había disminuido, comprendió que uno de sus acompañantes se lo había notificado a Li Si. Acto seguido, mató a todos sus acompañantes.

La crueldad de Qin Shi Huang provocó una fuerte oposición por parte del pueblo. Zhang Liang, quien con Xiao He y Han Xin había sido uno de los tres héroes de principios de la dinastía Han, contrató a un gigantón para que asesinara con un mazo de 60 kilos a Qin Shi Huang en Bolangsha (en lo que hoy son las cercanías de Kaifeng, provincia de Henan). Pero el gigantón  no pudo cumplir lo que se le había encomendado. En el otoño del año 211 a.n.e., durante una gira de inspección Qin Shi Huang pasó por el distrito de Huayin. Un anciano detuvo a la comitiva y le dijo a un guardia: “Dígale a Su Majestad que este año morirá Zulong”. “Zulong” quiere decir “el primer dragón”, es decir, el emperador, que en este caso era Qin Shi Huang.

Mientras tanto, también se agudizaron las contradicciones dentro la clase dominante. El príncipe Fu Su (?-210 a.n.e.), hijo mayor de Qin Shi Huang, fue desterrado a la zona fronteriza del Norte por haber expresado ideas diferentes y haber criticado la crueldad con que su padre trataba al pueblo. De este modo, Qin Shi Huang fue quedándose aislado. Las únicas personas en las que confiaba eran su segundo hijo, Hu Hai, el eunuco Zhao Gao y el primer ministro Li Si. Durante su última gira de inspección, Qin Shi Huang cayó gravemente enfermo. Pero temerosos del emperador, ninguno de los funcionarios se atrevió a decirle que estaba en peligro de muerte, de modo que aquél murió por falta del oportuno tratamiento. Entonces, el príncipe Hu Hai, apoyado por Zhao Gao y de común acuerdo con él, mantuvo en secreto la muerte de Qin Shi Huang y conservó el cadáver en un carruaje especial. Al mismo tiempo, falseando el testamento del emperador, ordenó suicidarse al príncipe Fu Su, su hermano mayor, y al famoso general Meng Tian. Desbrozado el camino que conducía al trono, Hu Hai decidió llevar el cadáver de su padre a Xianyang. Como hacía mucho calor, el cadáver comenzó a apestar. Para engañar a la gente, pusieron en él gran cantidad de pescado podrido. En Xianyang se hizo pública la muerte de Qin Shi Huang, cuyo cadáver fue sepultado dos meses más tarde en la montaña de Lishan.

En vida, Qin Shi Huang reclutó a la fuerza a 710.000 personas para que le construyeran un mausoleo en dicha montaña. Según los registros históricos, éste tenía grandes salones repletos de toda clase de tesoros. En uno de ellos se establecieron puestos para los funcionarios colocados de acuerdo con su rango en la corte imperial. El piso era una maqueta de China con ríos y mares de mercurio sobre los que flotaban aves de oro y de plata. El techo, incrustado de perlas de todos los tamaños, representaba el Universo. Todos los salones estaban iluminados por lámparas alimentadas con grasa de salamandras gigantes. También se instaló un mecanismo de ballestas para evitar robos: si alguien entrase en la tumba, moriría atravesado por las flechas. Todas las doncellas del palacio imperial que no habían dado a luz fueron enterradas vivas en la tumba, al igual que los artesanos que habían instalado el mecanismo de ballestas.

Qin Shi Huang quería decir “primer emperador de la dinastía Qin, puesto que éste confiaba en que el trono imperial se transmitiría de generación en generación. Sin embargo, un año después de su muerte, un levantamiento masivo de campesinos encabezado por de Chen Sheng (?-208 a.n.e.) y Wu Guang (?-208 a.n.e.) derrocó a Hu Hai, el segundo emperador de la dinastía Qin, poniendo así fin a esta dinastía.

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