DICIEMBRE  2002

 

 

 

 

 

 

 

 


Encuentro musical entre el estilo americano y europeo

Por HE NONG

Ma Youyou ensayando

A principios de la década de 1980, un grupo de jóvenes recién graduados del prestigioso Conservatorio Central de China comenzaron una brillante carrera caracterizada por combinar en sus obras las culturas musicales china y occidental. Chen Qigang, famoso compositor discípulo del célebre maestro Olivier Messien, escribió lo siguiente en la carta que envió a Tan Dun para felicitarle por haber ganado el Oscar a la mejor banda sonora original con la música de la película  Tigre y dragón : “Nuestra promoción, al principio desconocida, ha provocado disturbios primero en China y luego en el resto del mundo. Encendimos la lámpara o “prendimos fuego” en todas partes. Seamos amigos o rivales, nos influimos mutuamente. Siempre que alguien me llama 'maestro', recuerdo la habitación de aquel hotel de Amsterdam que compartimos ocho de nosotros”. Todos ellos, entre los que también se encontraba Xu Shuya, son ahora músicos famosos.

Al final de su carta Chen decía: “Nuestro esfera de actividad es aun más amplia”. Con este artículo pretendemos dar a conocer a nuestros lectores la experiencia musical vivida en Europa y América por un grupo de jóvenes que crecieron durante la “revolución cultural”, así como su particular valoración de la música de estas dos grandes partes del mundo.

En la edición del año 2002 del Festival de Música Contemporánea de Radio Francia, clausurado el 18 de febrero, se ofrecieron 17 conciertos, tres de los cuales estuvieron dedicados principalmente a la música y a los músicos de China. En dos de ellos, interpretados por la Orquesta Sinfónica Nacional de Francia y la Orquesta Sinfónica de la Radio Francesa, se ejecutaron obras de Tan Dun, músico chino residente en EE.UU., y de Chen Qigang, músico también chino residente en Francia. Se trataba de un acontecimiento sin precedentes en dicho festival, el único dedicado a la música contemporánea de los celebrados en París que goza de prestigio internacional.

Tan Dun, ganador del Oscar a la mejor banda sonora original por su trabajo en la película  Tigre y dragón

En este festival se produjo una anécdota que convirtió a Tan Dun, compositor chino de fama internacional, en el centro de todos los comentarios. Mientras la Orquesta Sinfónica de Radio Francia ejecutaba la versión para concierto de la música que Tan Dun había compuesto para la película   Tigre y dragón , una parte del público se puso a silbar insistentemente. A pesar de que con este concierto de violoncelo Tan Dun ya había obtenido el Oscar a  la mejor banda sonora original, algunas escenas de  Tigre y dragón  que ofrecen una imagen de nuestro país que nada tiene que ver ni con la China antigua ni con la actual desataron una hostilidad inusitada en  un sector hipercrítico de los espectadores franceses. Al mismo tiempo, los espectadores jóvenes mostraron su apoyo aplaudiendo ruidosamente. Los altercados que se produjeron entre ambos grupos obligaron a interrumpir el concierto. Uno de los promotores del festival dijo que el público parisino, conocido por su fina sensibilidad artística, jamás había reaccionado de tal modo.

Después de lo sucedido, un artículo publicado en la sección de cultura de  Le Monde , el periódico francés de mayor tirada, explicaba lo ocurrido añadiendo comentarios del siguiente tenor: “En la interpretación de la obra de Tan Dun  Teatro de orquesta II: RE , el director incitó al público a participar en el concierto: en el momento indicado, debería  cantar la nota re, nota que forma parte del título, o recitar las palabras 'hong mi la ga yi go'”. Además, el artículo incluía términos tales como “absurdo” y se refería al deseo de que los asistentes al concierto participasen como “un intento de ganarse el favor del público con lo altisonante” y “un juego para engañar a los niños”. Los comentarios dedicados a la película  Tigre y dragón  fueron aun más hirientes, puesto que la calificaban de “obra miscelánea que provoca náuseas”.

El compositor Tan Dun no podía entenderlo. Como él mismo señaló, había dirigido esta obra más de diez veces en otros países y nunca había recibido críticas tan severas. Posteriormente, varios artistas chinos residentes en Francia dieron su opinión sobre lo sucedido.

En primer lugar, hay que admitir que el concepto que se tiene en Europa de la música “seria” y de otras artes, incluido el cine, se diferencia nítidamente del que se tiene en EE.UU. Chen Qigang, famoso compositor chino residente en Francia, que durante el festival recibió muy buenas críticas por su obra  Iris devoilee , señaló que los europeos en general, pero sobre todo los profesionales de la música, dan mucha importancia a lo serio y lo sagrado del arte. Por eso no pueden tolerar que en los conciertos oficiales se ofrezcan funciones populares e incluso comerciales, como  Tigre y dragón . En opinión de Chen, cuanto más especializados son los conocimientos musicales de una persona, tanto más subjetivas son sus críticas, puesto que éstas se apoyan en la formación recibida. Filtrada por ésta, la realidad se percibe desde una perspectiva determinada y dentro de un marco determinado, de modo que todo aquello que rebasa dicho marco se convierte en blanco de duras críticas. En contraste, los comentarios de los profanos suelen ser más objetivos y generosos.

Chen añadió que la tradición pesa tanto que a los franceses les cuesta mucho aceptar nuevos conceptos artísticos. Para la mayoría de los críticos musicales franceses, las piezas melodiosas que gustan a la gente común no tienen sitio en las refinadas salas de concierto; para ellos, las únicas obras dignas son las composiciones atonales difíciles de apreciar. En cambio, los artistas norteamericanos suelen tener una mentalidad más comercial que los europeos. En términos generales, cabría decir que los europeos, poco inclinados a pensar en los aspectos comerciales, son más bien idealistas, mientras que los norteamericanos son eminentemente prácticos.

Xu Shuya, otro conocido compositor chino residente en Francia, manifestó: “Hemos de reconocer que en el terreno del arte los europeos se consideran depositarios de la ortodoxia. Sin embargo, su mentalidad está cambiando y cada vez se muestran más indulgentes y receptivos. En este sentido, resulta significativo que la obra de Tan Dun se haya interpretado en un festival de música seria”.

Chen Qigang ( izquierda ), adaptó para el ballet la música de  El farol rojo , película dirigida por Zhang Yimou ( derecha )

Chen Qigang valora así a Tan Dun y sus obras: “En cuanto a la 'exploración incesante', Tan Dun es el más valiente y el mejor dotado de nuestro grupo, y es también el que ha obtenido mayores éxitos. Su experimentación, con sus éxitos y sus fracasos, ha influido mucho en nuestra generación. Esa exploración se manifiesta no sólo en su forma de componer sino también en su espíritu. Sus obras, o la forma de algunas de ellas, pueden no gustar, pero hay que admitir que desde que hace cien años los chinos empezaron a aprender composición de los occidentales, Tan  Dun ha sido el músico chino que ha cultivado un carácter más personal, el que se ha mostrado más audaz y el que está ejerciendo mayor influencia en los círculos musicales internacionales”.

En segundo lugar, hay que ser consciente de que lo fundamental es la calidad intrínseca de las obras artísticas. Debe moderarse la repercusión de los factores externos, adicionales, comerciales, etcétera. La concesión de una importancia excesiva a este tipo de factores perjudica al arte en general y a su efectos estéticos en particular. Xu Shuya ilustra estas afirmaciones recordando lo sucedido en 1913 cuando se estrenó la obra de Ígor Stravinsky titulada  La consagración de la primavera : incapaz de apreciar las innovaciones, el público de la época abucheó al genial compositor ruso, que hizo mutis por el foro. Como dice Xu: “Si hoy en día esta obra constituye una asignatura obligatoria para los directores y sigue interpretándose con frecuencia, ello es debido a su perfección técnica y a su alta calidad”. A su juicio, la importancia de una obra debe valorarse a partir de su calidad y de la reacción que provoca en los oyentes.

Por su parte, Chen Qigang dijo: “Aunque Tan Dun y yo somos distintos, a ambos nos impulsa un mismo deseo: seguir nuestro propio camino. Hacer comentarios sobre composiciones ajenas es fácil, pero sólo nosotros, los compositores, sabemos las dificultades que surgen en el proceso de creación. Para los artistas, la personalidad y el nivel artístico revisten igual importancia; y, en cierto sentido, la primera es más importante. La siguiente cita del famoso escritor, poeta, director de cine y dramaturgo francés J. Jean Cocteau puede ser muy ilustrativa: 'Tienes que cultivar a conciencia lo censurado, porque allí estás precisamente tú mismo'”.

El público es el juez definitivo de toda obra de arte. Si bien es cierto que una obra que no tenga éxito de forma inmediata puede convertirse en un clásico, también es verdad que a una obra bien acogida por el público le resultará más fácil alcanzar ese nivel. En principio, el éxito artístico y el éxito comercial no se excluyen mutuamente. Buena parte del público contemporáneo de Stravinsky no comprendía su obra; incluso hoy una parte del público es incapaz de comprenderla. Una obra de difícil comprensión, ¿es necesariamente una buena obra? Y si una obra musical incorpora y mezcla elementos visuales, táctiles y temporales, ¿deberá necesariamente procurar un mayor goce estético al público?

He Nong es corresponsal del Periódico Guangming en París

Dirección : 24, calle Baiwanzhuang, Beijing, 100037, China
Fax : 86-10-68328338
Sitio Web : http://www.chinatoday.com.cn
E-mail: chinahoy@chinatoday.com.cn
Todos los derechos reservados: China hoy