Encuentro
musical entre el estilo americano y europeo
Por
HE NONG
|
Ma
Youyou ensayando |
A principios de la década de 1980, un grupo de jóvenes
recién graduados del prestigioso Conservatorio Central de China
comenzaron una brillante carrera caracterizada por combinar
en sus obras las culturas musicales china y occidental. Chen
Qigang, famoso compositor discípulo del célebre maestro Olivier
Messien, escribió lo siguiente en la carta que envió a Tan Dun
para felicitarle por haber ganado el Oscar a la mejor banda
sonora original con la música de la película Tigre y dragón : Nuestra promoción, al principio desconocida,
ha provocado disturbios primero en China y luego en el resto
del mundo. Encendimos la lámpara o prendimos fuego
en todas partes. Seamos amigos o rivales, nos influimos mutuamente.
Siempre que alguien me llama 'maestro', recuerdo la habitación
de aquel hotel de Amsterdam que compartimos ocho de nosotros.
Todos ellos, entre los que también se encontraba Xu Shuya, son
ahora músicos famosos.
Al final de su carta Chen decía: Nuestro esfera
de actividad es aun más amplia. Con este artículo pretendemos
dar a conocer a nuestros lectores la experiencia musical vivida
en Europa y América por un grupo de jóvenes que crecieron durante
la revolución cultural, así como su particular valoración
de la música de estas dos grandes partes del mundo.
En la edición del año 2002 del Festival de Música
Contemporánea de Radio Francia, clausurado el 18 de febrero,
se ofrecieron 17 conciertos, tres de los cuales estuvieron dedicados
principalmente a la música y a los músicos de China. En dos
de ellos, interpretados por la Orquesta Sinfónica Nacional de
Francia y la Orquesta Sinfónica de la Radio Francesa, se ejecutaron
obras de Tan Dun, músico chino residente en EE.UU., y de Chen
Qigang, músico también chino residente en Francia. Se trataba
de un acontecimiento sin precedentes en dicho festival, el único
dedicado a la música contemporánea de los celebrados en París
que goza de prestigio internacional.
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Tan
Dun, ganador del Oscar a la mejor banda sonora original
por su trabajo en la película Tigre y dragón |
En este festival se produjo una anécdota que convirtió
a Tan Dun, compositor chino de fama internacional, en el centro
de todos los comentarios. Mientras la Orquesta Sinfónica de
Radio Francia ejecutaba la versión para concierto de la música
que Tan Dun había compuesto para la película
Tigre y dragón , una parte del público
se puso a silbar insistentemente. A pesar de que con este concierto
de violoncelo Tan Dun ya había obtenido el Oscar a la mejor banda sonora original, algunas escenas de Tigre y dragón que ofrecen una imagen
de nuestro país que nada tiene que ver ni con la China antigua
ni con la actual desataron una hostilidad inusitada en
un sector hipercrítico de los espectadores franceses.
Al mismo tiempo, los espectadores jóvenes mostraron su apoyo
aplaudiendo ruidosamente. Los altercados que se produjeron entre
ambos grupos obligaron a interrumpir el concierto. Uno de los
promotores del festival dijo que el público parisino, conocido
por su fina sensibilidad artística, jamás había reaccionado
de tal modo.
Después de lo sucedido, un artículo publicado en
la sección de cultura de Le
Monde , el periódico francés de mayor tirada, explicaba
lo ocurrido añadiendo comentarios del siguiente tenor: En
la interpretación de la obra de Tan Dun Teatro de orquesta II: RE , el director
incitó al público a participar en el concierto: en el momento
indicado, debería cantar
la nota re, nota que forma parte del título, o recitar las palabras
'hong mi la ga yi go'. Además, el artículo incluía términos
tales como absurdo y se refería al deseo de que
los asistentes al concierto participasen como un intento
de ganarse el favor del público con lo altisonante y un
juego para engañar a los niños. Los comentarios dedicados
a la película Tigre y dragón fueron aun más hirientes, puesto que la calificaban
de obra miscelánea que provoca náuseas.
El compositor Tan Dun no podía entenderlo. Como él
mismo señaló, había dirigido esta obra más de diez veces en
otros países y nunca había recibido críticas tan severas. Posteriormente,
varios artistas chinos residentes en Francia dieron su opinión
sobre lo sucedido.
En primer lugar, hay que admitir que el concepto
que se tiene en Europa de la música seria y de otras
artes, incluido el cine, se diferencia nítidamente del que se
tiene en EE.UU. Chen Qigang, famoso compositor chino residente
en Francia, que durante el festival recibió muy buenas críticas
por su obra Iris
devoilee , señaló que los europeos en general, pero
sobre todo los profesionales de la música, dan mucha importancia
a lo serio y lo sagrado del arte. Por eso no pueden tolerar
que en los conciertos oficiales se ofrezcan funciones populares
e incluso comerciales, como Tigre y dragón . En opinión de Chen, cuanto más especializados
son los conocimientos musicales de una persona, tanto más subjetivas
son sus críticas, puesto que éstas se apoyan en la formación
recibida. Filtrada por ésta, la realidad se percibe desde una
perspectiva determinada y dentro de un marco determinado, de
modo que todo aquello que rebasa dicho marco se convierte en
blanco de duras críticas. En contraste, los comentarios de los
profanos suelen ser más objetivos y generosos.
Chen añadió que la tradición pesa tanto que a los
franceses les cuesta mucho aceptar nuevos conceptos artísticos.
Para la mayoría de los críticos musicales franceses, las piezas
melodiosas que gustan a la gente común no tienen sitio en las
refinadas salas de concierto; para ellos, las únicas obras dignas
son las composiciones atonales difíciles de apreciar. En cambio,
los artistas norteamericanos suelen tener una mentalidad más
comercial que los europeos. En términos generales, cabría decir
que los europeos, poco inclinados a pensar en los aspectos comerciales,
son más bien idealistas, mientras que los norteamericanos son
eminentemente prácticos.
Xu Shuya, otro conocido compositor chino residente
en Francia, manifestó: Hemos de reconocer que en el terreno
del arte los europeos se consideran depositarios de la ortodoxia.
Sin embargo, su mentalidad está cambiando y cada vez se muestran
más indulgentes y receptivos. En este sentido, resulta significativo
que la obra de Tan Dun se haya interpretado en un festival de
música seria.
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Chen
Qigang ( izquierda ), adaptó para el ballet la música de El farol rojo , película dirigida
por Zhang Yimou ( derecha ) |
Chen Qigang valora así a Tan Dun y sus obras: En
cuanto a la 'exploración incesante', Tan Dun es el más valiente
y el mejor dotado de nuestro grupo, y es también el que ha obtenido
mayores éxitos. Su experimentación, con sus éxitos y sus fracasos,
ha influido mucho en nuestra generación. Esa exploración se
manifiesta no sólo en su forma de componer sino también en su
espíritu. Sus obras, o la forma de algunas de ellas, pueden
no gustar, pero hay que admitir que desde que hace cien años
los chinos empezaron a aprender composición de los occidentales,
Tan Dun ha sido el músico chino que ha cultivado un carácter más personal,
el que se ha mostrado más audaz y el que está ejerciendo mayor
influencia en los círculos musicales internacionales.
En segundo lugar, hay que ser consciente de que lo
fundamental es la calidad intrínseca de las obras artísticas.
Debe moderarse la repercusión de los factores externos, adicionales,
comerciales, etcétera. La concesión de una importancia excesiva
a este tipo de factores perjudica al arte en general y a su
efectos estéticos en particular. Xu Shuya ilustra estas afirmaciones
recordando lo sucedido en 1913 cuando se estrenó la obra de
Ígor Stravinsky titulada La
consagración de la primavera : incapaz de apreciar
las innovaciones, el público de la época abucheó al genial compositor
ruso, que hizo mutis por el foro. Como dice Xu: Si hoy
en día esta obra constituye una asignatura obligatoria para
los directores y sigue interpretándose con frecuencia, ello
es debido a su perfección técnica y a su alta calidad.
A su juicio, la importancia de una obra debe valorarse a partir
de su calidad y de la reacción que provoca en los oyentes.
Por su parte, Chen Qigang dijo: Aunque Tan
Dun y yo somos distintos, a ambos nos impulsa un mismo deseo:
seguir nuestro propio camino. Hacer comentarios sobre composiciones
ajenas es fácil, pero sólo nosotros, los compositores, sabemos
las dificultades que surgen en el proceso de creación. Para
los artistas, la personalidad y el nivel artístico revisten
igual importancia; y, en cierto sentido, la primera es más importante.
La siguiente cita del famoso escritor, poeta, director de cine
y dramaturgo francés J. Jean Cocteau puede ser muy ilustrativa:
'Tienes que cultivar a conciencia lo censurado, porque allí
estás precisamente tú mismo'.
El público es el juez definitivo de toda obra de
arte. Si bien es cierto que una obra que no tenga éxito de forma
inmediata puede convertirse en un clásico, también es verdad
que a una obra bien acogida por el público le resultará más
fácil alcanzar ese nivel. En principio, el éxito artístico y
el éxito comercial no se excluyen mutuamente. Buena parte del
público contemporáneo de Stravinsky no comprendía su obra; incluso
hoy una parte del público es incapaz de comprenderla. Una obra
de difícil comprensión, ¿es necesariamente una buena obra? Y
si una obra musical incorpora y mezcla elementos visuales, táctiles
y temporales, ¿deberá necesariamente procurar un mayor goce
estético al público?
He
Nong es corresponsal del Periódico Guangming en París