Tian
Zhuangzhuang vuelve al cine
Por
Tang Yuankai
 |
El
director Tian Zhuangzhuang, un apasionado del cine |
¿Pueden imaginarse qué significa para un director
de cine estar diez años sin rodar una película?
Después de haber dirigido Cometa azul en 1992, Tian Zhuangzhuang, uno
de los representantes de la Quinta Generación del cine chino,
ha esperado diez años para volver al mundo del cine con el rodaje
de una nueva versión de la Primavera en la pequeña ciudad , obra
clásica de la cinematografía china dirigida por Fei Mu en 1948.
La idea de hacer una nueva versión de esta película
se le ocurrió cuando en el invierno del 2000 volvió a verla.
Durante los diez años que permaneció alejado del mundo del cine,
Tian la vio por lo menos una vez al año y en cada ocasión captó
algo nuevo. Pero ese invierno, Primavera en la pequeña ciudad le
conmovió profundamente, tanto es así que se animó a filmar un
remake . En unos meses, el famoso
escritor A Cheng adaptó la obra y, más tarde, Li Shaohong, compañera
de la universidad y directora también de la Quinta Generación,
decidió invertir 4,5 millones de yuanes en el proyecto.
A pesar de contar con la participación tanto de Li
Pingbin, fotográfo de In
the mood for love (Deseando amar) y ganador de varios
premios internacionales, como de Ye Jintian, premiado con el
Óscar al Mejor Vestuario, no cabe duda de que la tarea emprendida
por Tian ha sido ardua e ingrata, ya que por muy buena que sea
su versión, ésta tenderá a ser considerada una copia de calidad
no comparable a la de la versión original.
 |
La
nueva versión de Primavera en la pequeña ciudad está proyectándose en cines de
todo el país |
Aunque admite que lo que ha hecho es una copia y
que el resultado es nada más una imitación, Tian dice lo siguiente:
“En todas mis películas hay imperfecciones, cosas que no me
satisfacen. Pero estoy seguro de que el rodaje de una nueva
versión de Primavera en la pequeña ciudad beneficiará a mis futuras creaciones”.
La adaptación de A Cheng le abrió el espacio artístico
necesario para realizar este proyecto. Por medio de incesantes
reflexiones y preguntas, Ye Jintian teje la atmósfera en parte
real, en parte irreal, exigida por la película. Li Pingbin,
no sólo es meticuloso y domina las técnicas más avanzadas, sino
que posee un estilo propio: sus planos nunca están recargados
y se armonizan perfectamente con la narración cinematográfica.
En Primavera en la pequeña ciudad , Fei
Mu introdujo numerosas novedades, como el uso del teleobjetivo
y las escenas teatrales. Su mayor éxito consistió en transformar
el método narrativo tradicional del cine chino. La película
relata lo que sucede durante cinco días entre cinco personajes:
un hombre, su esposa, la hermana de la esposa, un huésped y
un sirviente. No se trata, pues, de una historia con un principio
y un final. Tras la Guerra contra Japón (1937-1945), en una
ciudad meridional a orillas del Yangtsé, en una casa otrora
lujosa pero ahora en decadencia, vive una joven pareja: el hombre
está enfermo y deprimido, y su esposa lo cuida por simple obligación.
Un día, un viejo compañero de estudios del marido va a visitarles
y la mujer descubre el amor y se enamora de él. Tras un intenso
forcejeo psicológico, el viejo compañero decide irse como había
llegado, es decir, solo. Y en la pequeña ciudad la vida sigue
como si no hubiera pasado nada. En este marco narrativo tan
simple, donde el espacio y el tiempo parecen congelarse, con
su sorprendente talento y su extraordinario modo de expresarse,
Fei Mu logró retratar a la perfección los sentimientos de los
personajes por medio de miradas, acciones y gestos casi imperceptibles,
todo lo cual situó esta película en un nivel de análisis psicológico
muy elevado y complejo.
A Tian le gustan mucho las relaciones que establecen
los tres personajes principales, ya que le ofrecen espacio y
oportunidades para hacer nuevos tanteos. Como director, ha podido
controlar adecuadamente todo lo que los personajes hacen y dicen,
para reflejar así lo mejor posible la actitud de cada uno de
ellos hacia el amor y el sentimiento de querer detenerse pero
no poder, sobre todo cuando la historia llega a su clímax.
Hay que advertir que lo que Fei Mu quiso hacer e
hizo no fue simplemente contar una historia de amor, sino aprovechar
un idilio para mostrar la psicología del ser humano, el elemento
más insignificante en aquel vasto trasfondo histórico. El amor,
ese gran desconocido, se mezcla con la angustia, la tristeza,
la inquietud y la decadencia. Al no poder manifestarse abiertamente,
el amor de los personajes se transforma en un remolino de sentimientos
románticos. En el fondo, se trata de una metáfora que expresa
la inquietud que anidaba secretamente en el corazón de los intelectuales
chinos de aquella época. En cambio, la nueva versión de Primavera en la pequeña ciudad está
adaptada a la época actual, caracterizada por la impaciencia y la impetuosidad. En consecuencia, Tian cree
que lo único que puede despertar el interés del público actual
por su versión son los valores morales que se plasman en ella.
Pero no espera que su última película guste a todos los espectadores,
ya que al final sus protagonistas encuentran un equilibrio entre
el deseo y los valores morales. Hoy la gente parece estar un
poco desorientada; cada día hay menos personas con elementos
suficientes para juzgarse a sí mismas. De ahí que Tian desee
que el público pueda mirar y escuchar apaciblemente esta historia
ocurrida hace 50 años.
Por lo menos, Tian ha podido afrontar su nuevo rodaje
con tranquilidad. Según sus propias palabras, ha tratado de
concentrarse exclusivamente en la filmación, pues estaba convencido
de que la película saldría mejor si se rodaba con objetivos
puramente artísticos. “No hay lugar para la precipitación; si
se quiere disfrutar de algo plenamente, hay que tener paciencia”,
dice Tian.
En los últimos diez años, Tian nunca ha estado totalmente
al margen del mundo cinematográfico. Es de destacar que este
cineasta descendiente del director del Buró de Cinematografía
y abanderado de la Quinta Generación de directores chinos, se
retirase en el momento de mayor apogeo de su carrera. En efecto,
en los años 90, época en la que el desarrollo del cine y la
televisión alcanzaron un gran esplendor, Tian se escondió detrás
de la pantalla, desde donde comenzó a apoyar a los nuevos talentos
del cine chino, buscando inversiones y produciendo obras de
Lu Xuechang, Wang Xiaoshuai y otros directores de la Sexta Generación.
 |
Tian
Zhuangzhuang ( centro ), junto con los protagonistas de Primavera en la pequeña ciudad , película
galardonada con el León de San Marcos del Festival de Venecia |
Tian también ha dicho que con el remake de Primavera en la pequeña ciudad no
intenta lograr un éxito económico, sino expresar su adoración
por el cine, objetivo personal muy loable y nada perjudicial,
siempre que alguien corra con los gastos de producción.
Sin embargo, ¿tienen los espectadores alguna necesidad
de comprar entradas e ir al cine para adorar y estudiar este
arte junto con el director? Sea cual sea la respuesta, la devoción
y creatividad demostradas por Tian tienen una significación
indudable. Por ejemplo, la historia no se cuenta en primera
persona, ni tampoco desde la perspectiva femenina, tal como
sucede en la versión de Fei Mu, sino utilizando un punto de
vista más objetivo. Más concretamente, la voz que relata la
historia es la de los intelectuales, recurso raramente empleado
en el cine chino y que resulta muy diferente tanto de la perspectiva
de la “revolución cultural” de Chen Kaige y el costumbrismo
popular de Zhang Yimou, como del punto de vista marcadamente
individual de los directores de la Sexta Generación. Esta nueva
versión conserva un aire de nostalgia y placidez, sin dejar
por ello de hurgar en intensos sentimientos que, no obstante,
no llegar a aflorar, manteniendo a los personajes entre la impotencia
y la desesperación, estados de ánimo a los que se suma el fatalismo
característico de los intelectuales chinos.