Comerciantes
históricos de Shanxi
Por
Li Jianxin
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El
parque situado en la hacienda de la familia Chang se encuentra
en el distrito de Yuci, Shanxi |
A lo largo de los siglos en los que gobernaron las
dinastías Ming y Qing, los comerciantes de la provincia de Shanxi,
con su sabiduría y laboriosidad, cosecharon brillantes éxitos.
Los miembros de la familia Chang fueron los representantes más
destacados de los comerciantes de dicha provincia.
Los comerciantes de Shanxi comenzaron a vivir un
período de relativa prosperidad a finales de la dinastía Ming.
Fue la sexta generación de los Chang la que empezó a dedicarse
al comercio, actividad en la que esta familia siguió prosperando,
sobre todo en los tiempos de Chang Wei, miembro de la octava
generación.
Cuando tenía 20 años, Chang Wei, nacido en 1681,
se despidió de su familia y echó a andar en dirección a Zhangjiakou,
ciudad de la provincia de Hebei. Aunque llevaba dinero para
sus negocios, no gastaba ni un centavo y se ganaba la vida prediciendo
el futuro por medio de símbolos adivinatorios. Después de ahorrar
en ropa y en comida durante diez años, Chang Wei dejó de ser
un modesto vendedor ambulante para convertirse en un comerciante
dueño de una prestigiosa tienda llamada Changbupu (es decir,
tienda de telas de Chang). Posteriormente, sus tres hijos se
trasladaron a Zhangjiakou para ayudarlo a llevar adelante el
negocio. Gracias a los esfuerzos del padre y de sus tres hijos,
la familia Chang abrió dos grandes tiendas, la Dadechang y la
Dadeyu, las cuales no tardaron en figurar entre los establecimientos
comerciales más importantes de la región de Zhangjiakou. Las
diez tiendas establecidas por los descendientes de la familia
Chang llevaban todas en su nombre el carácter chino correspondiente
a de (virtud),
de ahí que la gente se refiriese a ellas llamándolas shidade (diez grandes virtudes).
La familia Chang alcanzó sus éxitos más destacados
en el comercio entre China, por una parte, y, por otra, Rusia,
Europa, Asia Oriental y Asia Occidental. Los mayores beneficios
fueron los provenientes de la venta de té.
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Patio
de biblioteca Shiyunxuan, la mayor bibioteca familiar existente
en China |
A mediados del siglo XVIII, en Rusia, Mongolia y
Europa surgió una gran demanda de este producto. Tras la firma
del Tratado de Nerchinsk (ciudad de Siberia) y del Tratado de
Kyakhta, esta última ciudad, cuyo nombre chino es Qiaketu, fue
designada centro de las transacciones comerciales entre Rusia
y la China de la dinastía Qing. Sin embargo, debido al menosprecio
mostrado por el gobierno de dicha dinastía hacia la ciudad comercial
recién fundada, ésta no prosperaba. Pero la novena generación
de la familia Chang, sin descuidar sus actividades comerciales
en el interior del país, se atrevió a introducirse en el mercado
fronterizo sino-ruso: su tienda Dadeyu se transformó en un mercado
de té y la familia pasó a comerciar con este producto en el
mercado de Qiaketu.
La familia Chang supo aprovechar las ventajosas condiciones
ofrecidas por el gobierno de la dinastía Qing en la frontera
sino-rusa para prosperar en sus negocios. Con el té, la seda,
la porcelana y objetos artesanales obtenía muchos productos
de gran valor, entre ellos lingotes y objetos de plata,
cuero de oveja y de buey,
telas de lana y objetos de cristal. En aquel entonces,
la familia Chang compraba el té en la provincia de Fujian y,
después de prepararlo, lo transportaba por vía terrestre y fluvial
hasta el mercado de Qiaketu, que se encontraba a más de 3.500
kilómetros. Posteriormente, sus negocios se expandieron hacia
Europa, que se hallaba a más de 5.000 kilómetros del hogar de
la familia Chang. En su época más próspera, esta familia contaba
con más de mil empleados repartidos entre unas diez tiendas
y controlaba el 40 por ciento del 94 por ciento del té exportado
por China.
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Bellísimas
vigas talladas y pares pintados |
¿Cómo consiguió la familia Chang mantener la prosperidad
de su negocio durante 200 años? Seguramente la respuesta está
en la importancia que concedió a la formación de sus trabajadores.
Una vez alcanzada la prosperidad, la familia Chang estableció
hasta 17 escuelas privadas. Por otra parte, formó una gran familia
compuesta por 70 familias filiales, cada una de las cuales disponía
de una biblioteca, de modo que todos sus miembros tenían acceso
a una buena educación.
En aquella época, la mayoría de los comerciantes
eran educados en los principios de Confucio. La familia Chang
no fue una excepción y todos sus miembros se mantuvieron fieles
a los principios confucianos, en especial a los relacionados
con la honestidad, el cultivo de la moralidad, la laboriosidad,
la buena administración del hogar y la prosperidad en los negocios.
Por este motivo, durante más de 100 años la familia Chang conservó
con gran reverencia un simple saco para guardar mercancías usado
en los comienzos de su negocio y un rótulo con la inscripción
“Changbupu” (tienda de telas de Chang). Según consta en los
registros de esta familia, sus sucesivas generaciones se esforzaron
por poner en práctica los principios de laboriosidad y administración
adecuada del hogar, al tiempo que trabajaban con ahínco para
ampliar y mejorar el negocio legado por sus antepasados. En
este sentido, hay que destacar la figura de Chang Wanda, miembro
de la novena generación, quien llevó una vida muy frugal y se
mantuvo siempre en guardia contra la fastuosidad. Fieles a este
principio, los varones de esta familia se pasaban la juventud,
la madurez y la vejez trabajando en sus tiendas y consagrando
todas sus energías a la buena marcha de sus negocios.
Sus éxitos fueron fruto no sólo de la laboriosidad
y la correcta administración de la economía doméstica, sino
también de la honestidad demostrada en el ejercicio de su profesión.
Durante el largo período en que vivió dedicada a los negocios,
la familia Chang observó a rajatabla una serie de principios:
“la calidad es lo primero”; “el prestigio ante todo”; “la palabra
dada importa más que el dinero”; y “no debe olvidarse la generosidad
”. La siguiente anécdota ilustra a la perfección el comportamiento
de esta familia en los asuntos comerciales. La familia Chang
estaba muy interesada en conseguir que su té fuera de la mejor
calidad. Con este fin, envió a la provincia de Fujian a varias
personas expertas en esta planta para que comprasen el té que
crecía en las montañas más apropiadas; además, envió a ese mismo
lugar a un grupo de personas cuya misión consistía en supervisar
la cosecha. Una vez recogido, el té era elaborado por los técnicos
y trabajadores de los obradores de la familia Chang. A continuación,
se metía en cajas que se expedían a Hankou (provincia de Hubei),
desde donde se transportaban en camellos hasta la ciudad de
Zhangjiakou (en 1858 el té comenzó a transportarse primero en
tren hasta Tianjin y luego en camellos hasta Zhangjiakou). Cuando
las cajas llegaban a Zhangjiakou, los empleados de la familia
Chang preparaban el té cuidadosamente y lo enviaban a la frontera
sino-rusa. Aunque durante mucho tiempo el comercio del té tuvo
que cumplir numerosos trámites, la familia Chang no solamente
entregaba la mercancía puntualmente, sino que garantizaba su
calidad, con lo que obtuvo un gran prestigio entre sus socios
comerciales.
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Barandilla
del edificio Guihetang con hermosos ladrillos tallados |
La familia Chang se preocupaba por la situación del
país y por los sufrimientos del pueblo. Siempre que el país
o el pueblo se encontraba en dificultades, les brindaba su apoyo
por medio de ayudas financieras. Por ejemplo, durante el reinado
de Daoguang, emperador de la dinastía Qing, Chang Weicheng,
miembro de la decimotercera generación de la familia Chang,
contribuyó a la resistencia contra la agresión exterior con
cinco donaciones en las que entregó un total de más de 100 kilos
de oro. En reconocimiento a ésta y otras generosas donaciones,
entre la octava y la decimoquinta generación el gobierno imperial
concedió el nombramiento de funcionarios a 132 de sus miembros
y el título de decreto imperial a 17 de sus representantes femeninas.
Además, la familia obtuvo 14 tableros con inscripciones elogiosas.
Por todo ello, la familia Chang era considerada una de las familias
de comerciantes y de funcionarios más destacadas de la provincia
de Shanxi.
Entre los hechos más memorables de esta familia figura
el protagonizado por Chang Lixun. Cuando en el período del año
llamado gengzi las ocho potencias aliadas
invadieron Zhangjiakou, este hombre de 55 años fue dos veces
al campamento enemigo para intervenir en las negociaciones y,
erigido en líder de los comerciantes, dirigió las fuerzas de
autodefensa creadas por los mercaderes.
La familia Chang mostró siempre una marcada disposición
a contribuir al bienestar del pueblo por medio de donaciones,
tal como se evidencia en el siguiente ejemplo. En el tercer
año del reinado del emperador Guangxu, el país se vio azotado
por una terrible sequía y la subsiguiente hambruna se cobraba
innumerables vidas. Resuelta a salvar al pueblo, la familia
Chang decidió construir viviendas y publicó un aviso en el que
decía que a todo aquel que acudiese al lugar de las obras llevando
un ladrillo se le proporcionaría una comida. Durante los tres
años que duró la sequía se prosiguió con la construcción de
viviendas; es decir, durante esos tres años la familia Chang
dio de comer gratuitamente a los pobres, fuesen o no de la localidad.
Tal iniciativa aumentó aun más el prestigio del que esta familia
gozaba en la provincia de Shanxi.
La familia Chang concedió suma importancia a la educación
y mostró un profundo respeto por el pensamiento de Confucio.
Las viviendas donde residía eran construcciones de excelente
calidad. Según consta en los registros, estas viviendas se construyeron
a finales de la dinastía Ming y principios de la dinastía Qing
( circa
1770). La familia Chang destinó enormes cantidades de plata
a la construcción de una residencia de 600.000 metros cuadrados,
una de las construcciones más lujosas no ya de la provincia
de Shanxi, sino de toda China.