Ningún
niño sin escuela
La dura tarea de Su Moying, maestra de una aldea montañosa
Por
Che Shuming
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Su
Moying, directora y maestra de la escuela |
Su Moying, una maestra no estatal de 48 años que
lleva ya 20 dedicados a la enseñanza, vive en Sheke, un pueblo
del distrito de Lanxian (provincia de Shanxi). El año pasado,
fue nombrada maestra oficial. Recientemente, Su, maestra y directora
de la escuela primaria de una aldea, se ha convertido en madre
de seis niños, puesto que a sus seis alumnos no sólo les enseña,
sino que les proporciona comida y alojamiento.
¿Por qué
estos niños viven aquí?
A 15 kilómetros del pueblo de Sheke, se encuentra
Beicuishan, una pequeña aldea con condiciones naturales muy
duras. Su escuela primaria era una simple habitación que, además
de utilizarse para dar clase, servía de dormitorio, cocina y
comedor del maestro. La precariedad de las condiciones han llevado a muchos maestros
a abandonar esta escuela. En 1996, Su Moying tomó la iniciativa
de trabajar en ella. A partir de entonces comenzó su vida de
maestra y directora de la escuela de una aldea montañosa. Para
ir a la escuela, se levantaba todos los días antes del amanecer,
recorría siete kilómetros en bicicleta y, luego, después de
guardarla en una casa situada al pie de la montaña, ascendía
por un abrupto sendero de siete kilómetros. Su tarea consistía
en impartir unas diez asignaturas distribuidas en tres cursos,
pero por la noche, tenía que preparar las lecciones del día
siguiente y corregir los deberes. Al hablar de los motivos que
la llevaron a elegir esta forma de vida, Su dijo con toda franqueza:
Como yo también soy campesina, conozco muy bien las dificultades
con las que tropiezan los niños campesinos que quieren estudiar.
Nadie quería ir a trabajar allí porque se sufre mucho. De todos
modos, los maestros siguen siendo necesarios, ya que ningún
niño debe quedarse sin escuela. Eso fue lo que me decidió a
ir. En aquel entonces, Su tenía dos hijos que iban a la
escuela, pero no le quedaba tiempo para ayudarlos en sus estudios;
tampoco tenía tiempo para las faenas del campo. Posteriormente,
se trasladó a vivir a su escuela para poder cuidar mejor a sus
alumnos. De tal manera, se dedicó anóminamente a la enseñanza
y, venciendo una dificultad tras otra, partió de su pueblo natal
y se separó de sus familiares.
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Todos
los alumnos de Su Moying estudian con gran aplicación |
Debido a la escasez de recursos económicos, los niños
de Beicuishan temían que en primavera se viesen de nuevo obligados
a interrumpir sus estudios. En otras ocasiones, Su había sido
muy generosa con los alumnos que no tenían dinero para comprar
libros ni cuadernos. Pero llevaba ya más de medio año trabajando
sin cobrar nada. La situación se hizo insostenible y tuvo que
regresar a su casa. Pero como no podía dejar de preocuparse
por sus alumnos, después de pedir permiso a los padres, se llevó
a seis de ellos a vivir a su casa y pidió una clase de la escuela
de Sheke.
Pero Su no es la única maestra de esta región montañosa,
ya que ha conseguido convencer tanto a su hijo, licenciado en
filología inglesa, como a la novia de su hijo, para que trabajen
en la escuela primaria del pueblo. Aunque su trabajo le ha acarreado
bastantes sufrimientos, Su se siente orgullosa: No hay
nada malo en ser maestra rural; lo importante es hacer algo
útil por nuestro país.