Reforma
del sistema bancario chino
Por
Wang Zhipeng
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El
sistema bancario chino está reformándose con gran rapidez |
A fines de agosto, el excedente monetario en sentido
amplio (M2) era de 173 billones de yuanes, mientras que el excedente
en sentido estricto (M1) era de 65 billones de yuanes, cifras
que representaron unos incrementos respectivos del 15,5 y 14,6
por ciento en comparación con el mismo período del año pasado;
la cantidad de depósitos de los ciudadanos fue de 83 billones
de yuanes, es decir, un 18 por ciento superior; y el valor de
los préstamos concedidos por el conjunto de las instituciones
bancarias fue de 123 billones de yuanes, cifra un 13,3 por ciento
superior a la de dicho período. Estas cifras, proporcionadas
por el Banco Central, muestran la excelente situación de la
gestión financiera y la buena marcha de la reforma del sistema
bancario chino.
Al hablar de dicho sistema, lo primero que hay que
hacer es referirse a los cuatro bancos estatales que durante
mucho tiempo han monopolizado el sector bancario: el Banco Industrial
y Comercial, el Banco de China, el Banco de la Construcción
y el Banco Agrícola. El bajo rendimiento, la falta de capitales
y el alto porcentaje de deudas incobrables habían debilitado
el sistema bancario. En vista de ello, a fines del siglo pasado
el Gobierno chino decidió reestructurar estos cuatro bancos
estatales. Con ese propósito, fundó sendas empresas de gestión
de capitales encargadas de recaudar o renegociar deudas dudosas,
simplificar la organización, optimizar la distribución del personal
y mejorar el nivel de la administración para elevar el rendimiento
e incrementar el capital libre. Las cifras revelan que, tras
haber revisado 140 billones de deudas incobrables en 1999, a
fines de diciembre del 2001 la tasa de préstamos no devueltos
a estos cuatro bancos era todavía del 25,4 por ciento. De acuerdo
con los reglamentos del Banco Central, antes del 2005 dicha
tasa debería haberse reducido al 15 por ciento, lo que exige
una reducción anual de entre el 3 y el 5 por ciento. A fin de
alcanzar tal meta, los bancos han hecho grandes esfuerzos por
cobrar o renegociar las deudas dudosas y elaborar sus propias
estrategias para introducirse en el mercado de valores. Al mismo
tiempo, han intentado convencer al Gobierno de que, para facilitarles
la revisión de las deudas incobrables, les aplique exenciones
fiscales, les permita emitir obligaciones del Estado y anule
las restricciones políticas a la entrada de capitales foráneos.
Los bancos han tomado todas estas medidas debido
a la fuerte presión de la OMC (Organización Mundial del Comercio),
organización a la que China se incorporó el 11 de diciembre
del 2001. La transición del monopolismo a la multiplicación
de la oferta es, pues, una tendencia irreversible. Algunos bancos
foráneos, como CitiBank y HSBC, están apresurándose a cooperar
con los chinos y llegan incluso a comprar parte de sus acciones.
El porcentaje máximo de acciones de un banco chino adquiridas
por capital foráneo ha llegado ya al 15 por ciento. En comparación
con los bancos chinos, los foráneos poseen una serie de ventajas
en los ámbitos de la gestión interna, los capitales, los servicios
ofrecidos a los particulares, la gestión mixta (acciones y seguros)
y la manera de concebir los servicios y la competencia. Según
el acuerdo suscrito con la OMC, los bancos foráneos podrán operar
con fondos empresariales en renminbi
(moneda de China) dos años después del ingreso de nuestro país
en esta organización; y cinco años después, podrán hacer lo
mismo con los depósitos bancarios de los ciudadanos. Ello significa
que dentro de poco más de cuatro años los bancos foráneos tendrán
derecho a establecer sucursales en cualquier parte de China
y que las restricciones sobre su emplazamiento y sus clientes
deberán haber desaparecido. Se prevé que los bancos foráneos
experimenten un desarrollo notable y que pasen a ocupar un importante
lugar dentro de nuestro sistema bancario.
En medio de esta situación, un tercer elemento está
cobrando un protagonismo creciente. En efecto, más de cien bancos
metropolitanos y diez bancos comerciales por acciones, encabezados
por el Banco de Transporte y Comunicaciones, el Banco CTIC y
el Banco Merchant, se han enzarzado en una reñida lucha con
los bancos foráneos y los bancos estatales. El año pasado, diez
bancos comerciales por acciones acordaron mantener reuniones
periódicas para fortalecer sus relaciones y potenciar su competitividad
en el mercado. A fines del 2001, en China había 108 bancos metropolitanos,
cuyo capital global sumaba 873.000 millones de yuanes. Aparte
de algunos de gran envergadura, la mayoría de estos bancos se
hallan en la etapa inicial de su desarrollo, por lo que sus
capitales oscilan entre los 10.000 y los 20.000 millones de
yuanes. Tras obtener la autorización del Banco Central, a iniciativa
del Banco de Shanghai y los bancos de algunas ciudades, en agosto
de este año se emprendió en dicha ciudad la creación del Centro
de Liquidación de Capitales de los Bancos Metropolitanos, cuya
entrada en funcionamiento está prevista para fines del año en
curso. Su misión principal consistirá en facilitar la liquidación
entre los bancos de las ciudades, contribuyendo así a incrementar
la competitividad del conjunto de los bancos metropolitanos.
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En
las ciudades de importancia regional y nacional, los bancos
comerciales chinos ya ofrecen sus servicios por Internet |
Los tres elementos mencionados, a saber, los bancos
estatales, los bancos foráneos y los bancos metropolitanos y
comerciales, forman y formarán el cuerpo principal del sistema
bancario chino, sistema que garantizará el ofrecimiento de diversos
tipos de servicios a clientes también diversos. La resolución
del problema planteado por las deudas incobrables es una medida
encaminada a evitar la crisis financiera; pero para el Gobierno
lo más importante es reagrupar los bancos estatales de bajo
rendimiento, ya que de este modo resultará más sencillo evitar
que la tasa de elevación de dichas deudas siga creciendo. No
cabe duda de que la entrada de capital foráneo ejercerá una
presión extraordinaria, pero también será un acicate para el
perfeccionamiento del sistema bancario chino y el aumento de
su poderío. Al mismo tiempo, el Gobierno debe no sólo incrementar
la fuerza de los pequeños y medianos bancos comerciales mediante
la utilización de los fondos foráneos y los depósitos bancarios
de los ciudadanos, sino también establecer una amplia red de
bancos de estas características para satisfacer las necesidades
financieras de los campesinos y de las pequeñas y medianas empresas.
Así se mejorará nuestro sistema bancario, lo que permitirá optimizar
su funcionamiento y garantizar su estabilidad financiera.
A fines del primer semestre, la intranet de los bancos
se extendía ya por más de 300 ciudades y la libre utilización
de tarjetas bancarias por cien. Las tarjetas bancarias interregionales
ya se han usado 4,73 millones de veces y el valor de las operaciones
realizadas por este medio ha sido de 670 millones de yuanes,
cifras que equivalen a multiplicar respectivamente por 1,6 y
1,9 las correspondientes al total del año pasado. Todo ello
demuestra que el sistema bancario chino avanza. No obstante,
queda todavía un largo trecho para llegar a un sistema bancario
seguro y eficaz.
(El autor es doctorando del Instituto de Administración
Económica de la Universidad Qinghua)