NOVIEMBRE  2002

 

 

 

 

 

 

 

 


La meteorología y la marcha de los negocios

—Los empresarios descubren un nuevo parámetro económico

 

Por Lu Yifan

El director del Centro Meteorológico Nacional en una sala montaje de programas televisivos

Los empresarios chinos han comenzado a reconocer la importancia de la meteorología. En Alemania y Japón se oyen comentarios como éstos: “Si la temperatura media de este verano sube un grado, venderemos 2,3 millones de botellas de cerveza más”; y “si la temperatura se mantiene por encima de los 30 grados un día más, al final de la temporada se habrán vendido 40 mil acondicionadores de aire”. Las empresas chinas toman cada vez más en cuenta las repercusiones de la meteorología en la venta de diversas mercancías.

Se han hecho también algunos cálculos sobre la relación existente entre el tiempo y el número de pasajeros, las ganancias de los restaurantes y la venta de helados y bañadores. El impacto de la meteorología en la economía es un nuevo parámetro económico que ha llegado recientemente a China procedente del extranjero. Se le da tanta importancia, que algunas empresas adaptan su trabajo diario a los pronósticos meteorológicos.

En China, sin embargo, la “meteorología económica” no es tan madura como en algunos países, donde las grandes empresas se benefician considerablemente de la información meteorológica. Ha sido precisamente la falta de este tipo de información lo que ha acarreado pérdidas a numerosas empresas de nuestro país.

La mala pasada del tiempo

China es un país de clima continental caracterizado por la marcada inestabilidad de las temperaturas: un verano puede ser muy caluroso y el siguiente puede ser templado. Esta variabilidad  perjudica a las industrias sensibles a las condiciones climáticas, como la textil y la de los acondicionadores de aire.

Este verano, por ejemplo, algunas empresas de acondicionadores han sufrido pérdidas considerables, puesto que las ventas han bajado mucho debido a que las temperaturas han subido menos de lo esperado.

El año pasado, la venta de acondicionadores se disparó y alcanzó las 14millones unidades, cifra que supuso un aumento del 40 por ciento con respecto al año precedente. Los empresarios del sector pronosticaron que este verano también sería muy caluroso y que se venderían entre 15 y 18 millones de unidades.

En abril y mayo, las temperaturas fueron las habituales y los acondicionadores se vendieron muy bien. Ante esta perspectiva tan halagüeña, las empresas ampliaron los turnos de trabajo e incrementaron su producción, lo que provocó una sensación de prosperidad dentro de este sector. El mes de junio suele marcar el comienzo del verano y es el mes en que generalmente se venden más acondicionadores. Pero este año, las lluvias caídas en la mayor parte del territorio chino refrescaron el ambiente y en algunos lugares se registraron las temperaturas más bajas de los últimos 50 años. En consecuencia, el volumen de ventas de acondicionadores decepcionó a los fabricantes. En el primer semestre se vendieron en China 6 millones de unidades, mientras que en el mismo período del año anterior se habían vendido 7 millones. Lo más preocupante era que los fabricantes y los vendedores, que habían estado preparándose para atender una demanda mayor, tenían en sus almacenes 5 millones de acondicionadores. Generalmente, los fabricantes de estos aparatos comienzan a reducir su producción a fines de agosto; este año, en cambio, debido a la apatía del mercado, la reducción se inició dos meses antes, es decir, en junio. A finales de julio, la temperatura empezó a subir y las ventas alcanzaron los niveles normales. Pero el mes de agosto ha sido el más fresco de los últimos años, de forma que la fuerte caída de las ventas ha sido inevitable.

No es ésta la primera vez que una mala pasada del tiempo acarrea graves pérdidas a los fabricantes. A pesar de que los pronósticos meteorológicos no les eran favorables, los fabricantes, impelidos por la fuerte competencia y su deseo de lograr una mayor cuota de mercado, decidieron arriesgarse.

Antes de este año, las existencias de acondicionadores era de 5 millones y se calcula que a finales del presente esa cifra podría ascender a 10 millones. Si ponemos el costo bruto de cada unidad en 500 yuanes, el capital inmovilizado suma por lo menos 5.000 millones de yuanes. Para resolver este problema, los fabricantes se han enzarzado en una guerra de precios y en una competencia sin cuartel.

El progreso inicial

Las empresas perjudicadas por los caprichos climáticos no han sido solamente las dedicadas a la fabricación de acondicionadores de aire. Cabe decir que en casi todas las industrias sensibles a los cambios de clima ocurre algo similar. Tomemos el ejemplo de la industria textil: a consecuencia de la tibieza del pasado invierno, en los almacenes se amontonaron 32 millones de anoraks.

A medida que la economía de mercado se va implantado, el movimiento de los productos se rige cada vez más por la ley de la oferta y la demanda. Sin embargo, muchas empresas chinas permanecen ancladas en la etapa de producción y no toman en consideración las fluctuaciones del   mercado; y algunas empresas no han hecho nunca estudios de mercado, no siendo de extrañar, por lo tanto, que algunos productos no se vendan.

Los especialistas explican las causas y las tendencias de un fenómeno que preocupa a los beijineses: las tormentas de arena

El clima es, como se ve, un factor de gran importancia para el mercado. Son muchos los ejemplos que demuestran que las empresas chinas ya no pueden permitirse el lujo de pasar por lo alto las condiciones climáticas. En este sentido, los especialistas consideran que la acumulación de grandes stocks de acondicionadores de aire tiene su lado positivo, ya que puede servir, por una parte, para que los fabricantes reflexionen sobre las consecuencias de la competencia desleal y, por otra, para que en el futuro tengan en cuenta los factores naturales y eviten la producción a ciegas.

La “meteorología económica” es una novedad para las empresas chinas. No resulta fácil obtener beneficios y reducir las pérdidas al mínimo dirigiendo una empresa de acuerdo con los cambios del clima. En China esa dificultad es aun mayor debido a las limitaciones de los servicios meteorológicos.

La mayoría de las instituciones que ofrecen servicios meteorológicos son gubernamentales. Algunas de ellas ofrecen servicios a las empresas de manera limitada.

La estación meteorológica de Beijing intentó ampliar esta oferta, para lo cual creó una agencia especial dedicada a proporcionar pronósticos a la televisión y a las empresas. Pero los resultados obtenidos no han sido satisfactorios, ya que sus ganancias anuales equivalen a la centésima parte de las de la mayor empresa de servicios meteorológicos de Japón.

El Centro Meteorológico Nacional de China fundó una empresa de pronósticos que ofrece sus servicios a la navegación marítima. Sin embargo, los servicios ofrecidos a un barco durante seis meses solamente le proporcionan unas ganancias de entre 7.000 y 8.000 yuanes. Su gerente dijo que este es el primer año que la empresa obtiene beneficios, aunque éstos son sólo de poco más de 100.000 yuanes.

En China, todavía no existe una gran demanda de información meteorológica y las instituciones que podrían ofrecerla carecen tanto de capital como de experiencia comercial. De ahí que el desarrollo de este sector se encuentre estancado.

Grandes posibilidades

Los servicios de información meteorológica no son fáciles de comercializar, entre otras razones porque en China, a diferencia de lo que ocurre en otros países, se considera que la información y los pronósticos del tiempo son asuntos de interés público y que, en consecuencia, estos servicios deben ser subvencionados por el Gobierno y ofrecidos a  la sociedad gratuitamente. Muchas empresas siguen negándose a pagar por recibir información meteorológica.

En opinión de algunos especialistas, este sector pronto comenzará a prosperar, ya que el desarrollo económico de nuestro país hará que la gestión más normalizada de las empresas chinas dependa cada vez en mayor medida de la información meteorológica y de la consiguiente evitación de riesgos.

Un economista occidental afirma que por cada dólar invertido en información meteorológica se obtienen 98 dólares de ganancias. Algunos investigadores chinos aseguran que por cada yuan invertido en este sector las empresas chinas podrían ganar 40 yuanes, lo que no deja de ser rentable.

Poco a poco, las empresas chinas van aceptando los servicios meteorológicos de pago. Aunque el avance es lento, este hecho ya es positivo. Entre los clientes del Centro Meteorológico Nacional hay centenares de empresas, algunas de ellas muy famosas. Las empresas chinas están adoptando la práctica internacional consistente en tener en cuenta los pronósticos meteorológicos a la hora de lanzar sus productos. Esta tendencia contribuirá a expandir la demanda nacional de este tipo de servicios.

La información meteorológica por teléfono ya funciona en algunas ciudades y está siendo bien acogida por el público. En Guangzhou, 20.000 personas utilizan diariamente este servicio y a veces más de 40.000. Además 190.000 usuarios de teléfono celular están abonados a este servicio.

En Chaohu, un pequeño distrito de la provincia Anhui, todos los días miles de personas, en su mayoría campesinos, utilizan el servicio de información meteorológica por teléfono.

Algunas estaciones meteorológicas elaboran pronósticos exclusivamente para las empresas. Además, ofrecen datos relacionados con la vida cotidiana, como el índice de bienestar atmosférico, el índice de rayos violetas, la humedad del aire y la tasa de polen.

Caída de lluvia artificial en Beijing

Con el fin de reducir costos y evitar riesgos, algunas empresas se han acostumbrado a planificar su producción y comercialización de acuerdo con las condiciones climáticas. Por ejemplo, varias empresas farmacéuticas han comenzado a comercializar sus productos tomando como referencia índices relacionados con las enfermedades asmáticas, los resfriados y la hipertensión.

Cansadas de sufrir pérdidas evitables, las empresas chinas han empezado a prestar atención a los factores climáticos, cambio de actitud que está propiciando la adopción de diversas modalidades de servicios meteorológicos. Al mismo tiempo, algunas entidades de Japón, Estados Unidos y de Europa de este sector ya han puesto sus ojos en el mercado chino y han establecido oficinas de representación en Beijing y Shanghai. Se trata de una buena noticia tanto para la incipiente “meteorología económica” china como para el pronto establecimiento de mejores servicios meteorológicos comerciales en nuestro país.

   

  

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