OCTUBRE  2002

 

 

 

 

 

 

 

 


Acupuntura y salud

Moxibustión para la longevidad ( I )

Por HE SHUHUAI y LI MINGXIA

La duración máxima de la vida humana viene indagándose desde tiempos muy remotos. La mayoría de los científicos han llegado a la conclusión de que una persona sana puede vivir más de cien años e incluso llegar a los 200. Pero esa duración teórica es mucho más corta que la real, debido a que los seres humanos, incluidos los centenarios, generalmente mueren de enfermedad, es decir, por causas patológicas, y rara vez fallecen de vejez, es decir, por causas fisiológicas. No obstante, el caso de los longevos nos enseña que el hallazgo de las leyes de la longevidad, así como una atención médica adecuada, podrían atenuar los efectos de las enfermedades y prolongar la vida en gran medida. Sun Simiao (581-682), médico de la antigua China, y el gran pintor Qi Baishi (1863-1957) trabajaron hasta su último aliento, ofreciéndonos con ello ejemplos elocuentes al respecto.

La moxibustión se utiliza desde hace milenios para prevenir y tratar las enfermedades, así como para alcanzar la longevidad. Gao Wu, médico de la dinastía Ming (1368-1644), escribió en su obra  Comentarios selectos sobre la acupuntura y la moxibustión : “Al hecho de aplicar la acupuntura y la moxibustión antes de caer enfermo lo llamamos ´ir contra la corriente`”. Un dicho popular reza así: “La seguridad requiere que el  sanli  permanezca siempre húmedo”. Este  sanli  es el punto clave  zusanli  (Fig. 1). Este dicho significa que la moxibustión debe aplicarse a este punto clave muy a menudo, tanto es así que el calentamiento frecuente termina produciendo una herida; dicho de otro modo, este punto clave es de gran importancia para el mantenimiento de la salud. La moxibustión es una terapia económica y sencilla, ya que el paciente no necesita tomar medicamentos ni acudir al hospital. Muchos especialistas consideran que los medicamentos poseen indudables virtudes curativas, pero que al mismo tiempo contienen elementos tóxicos. En efecto, la práctica clínica ha demostrado que las enfermedades iatrogénicas (o inducidas por los médicos) son cada vez más habituales, hecho que obliga a buscar nuevos métodos curativos no farmacológicos, como el  qigong  (un tipo de ejercicios respiratorios), el  taijiquan , la balneoterapia, la dietoterapia, la acupuntura y la moxibustión.

Los científicos tanto chinos como extranjeros han descubierto que la moxibustión fortalece el sistema inmunológico, regulariza las funciones de los órganos internos, estimula el metabolismo y produce una mejora en la composición de la sangre (apreciable en el aumento de los glóbulos rojos, la hemoglobina y los leucocitos, así como en la intensificación de la fagocitosis), todo lo cual retrasa el envejecimiento y prolonga la vida.

La moxibustión ha dado resultados clínicos satisfactorios al ser aplicada en diferentes puntos clave. Aplicada en el  shenzhu  (Fig. 2), favorece el sano desarrollo de los niños; aplicada en el  fengmen  (Fig. 2), previene la gripe en los jóvenes de 17-18 años; si se aplica en el  sanyinjiao  (Fig. 3), fortalece los órganos genitales de los jóvenes de 24-25 años; si se aplica en el  zusanli , fortalece el estómago de los hombres mayores de 30 años; y si se aplica en el  quchi  (Fig. 4), los ancianos conservan bien su vista, su dentadura y su presión sanguínea. En una escuela primaria, 70 de sus 1.200 alumnos padecían enfermedades crónicas gastrointestinales, hipertrofia de amígdalas, inflamación de los ganglios linfáticos, dolencias oculares y auriculares, o debilidad general. Al mes de la aplicación de la moxibustión en los puntos clave  shenzhu, fengmen, lingtai (Fig. 2) y kongzui  (Fig. 5), su estado había mejorado en todos los sentidos.

A continuación pasamos a explicar con detalle el material usado en la moxibustión y sus métodos de aplicación.

I. Material

El material más empleado es la artemisa ( Artemisia argi Levi etVant ), planta medicinal que se recoge en mayo. Después de asolear las hojas (Fig. 6) y quitarles las impurezas, la artemisa adquiere una textura semejante a la del algodón, la “felpa de artemisa” (Fig. 6), y ya está lista para ser utilizada. Un antiguo libro de medicina habla de su eficacia en el tratamiento de todo tipo de enfermedades.

II. Métodos de aplicación

A.    Después de disponer la artemisa sobre los oportunos puntos clave formando pirámides, se le prende fuego (Fig. 8). En primer lugar, es necesario acostar al paciente en una posición adecuada y localizar los puntos clave; a continuación, se coloca encima de cada uno de ellos una pirámide de artemisa del tamaño de un grano de trigo (Fig. 7) y se enciende con incienso (Fig. 8); cuando el paciente empieza a sentir quemazón, se retira la artemisa.  Esta es la primera “hornada” o aplicación. La segunda se hace de la misma manera. Por regla general, se realizan de tres a cinco aplicaciones, hasta que la piel afectada enrojezca o, como mucho, presente pequeñas ampollas; si éstas son grandes, pueden perforarse con una aguja esterilizada para sacar el líquido, lo que permite volver a aplicar la moxibustión.

B.    Rollos de artemisa. Se enrolla la felpa de artemisa con papel y se enciende por uno de sus extremos (Fig. 9).

C.    Si quien aplica la moxibustión es el propio paciente, después de encender el rollo de artemisa debe mantenerlo a unos tres o cuatro cms. para evitar el calor excesivo; si la sensación de calor es muy intensa, debe mover el rollo de arriba abajo, de izquierda a derecha o describiendo círculos. Lo importante es que la sensación de calor no se interrumpa. Una sesión consiste en calentar de tres a cinco puntos clave entre cinco y diez minutos cada uno.

D.    Si quien aplica la moxibustión es otra persona, ésta debe sostener el rollo de artemisa con una mano y colocar los dedos medio e índice de la otra alrededor del punto clave para controlar la intensidad del calor y, opcionalmente, masajear la zona tratada.

No está de más advertir que hay que apagar el rollo introduciendo el extremo encendido en algún recipiente con agua.

Observaciones

1.     Para que el paciente no coja frío ni sienta excesivo calor, hay que tener mucha precaución con el clima y la temperatura de la habitación donde se aplica la moxibustión También hay que tener mucho cuidado de no quemar al paciente.

2.     Es necesario acostar al paciente en una posición adecuada y tan natural que sus músculos se mantengan relajados.

3.     Es esencial respetar el orden siguiente: espalda, pecho, abdomen, cabeza, extremidades, parte superior y parte inferior.

4.     La paciencia es el primer requisito para obtener resultados satisfactorios.

5.     La moxibustión se aplica indistintamente por la mañana o por la tarde, haga sol o esté nublado.

6.     En ciertos casos los pacientes, pueden sentir sequedad de boca, calentura o incomodidades corporales, molestias que desaparecen por sí solas. Si se agravan, el tratamiento puede espaciarse o suspenderse durante cierto tiempo.

7.     En el tratamiento de enfermedades de los órganos internos, la ley que rige la aplicación de la moxibustión es la de seleccionar puntos clave simétricos; es decir, si se estimula un punto clave de la parte superior del cuerpo, hay que estimular también el punto clave correspondiente de la parte inferior para “conducir la fuerza calorífica hacia abajo”. El tamaño de las pirámides de artemisa y la frecuencia de las aplicaciones deben ir aumentado progresivamente.

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