OCTUBRE  2002

 

 

 

 

 

 

 

 


Marcos Aguinis traducido al chino

Por ZHAO DEMING

Juan Carlos Morelli, Embajador de Argentina en Beijing, haciendo uso de la palabra

En octubre de 1998, leí  La profanación del amor  en Buenos Aires, capital de Argentina. Fue la señora Gloria López Llovet de Rodrigué, directora de la Editorial Sudamericana S.A, quien nos recomendó y regaló esta novela de Marcos Aguinis. Lo recibí en calidad del asesor e intérprete de una delegación china de publicaciones que realizaba una gira por México, Cuba, Chile y Argentina. Siempre fui el primero en hojear los numerosos libros que recibimos y compramos en estos cuatro países hispanoamericanos. Después, presentaba brevemente su contenido a la delegación para informar a su jefe sobre su precio y su valor artístico, información que le servía de referencia a la hora de negociar los derechos de autor.

Breve nota biográfica

Nacido en Córdoba (Argentina) en 1935, Marcos Aguinis ha recibido una amplia formación internacional en medicina, psicoanálisis, arte, literatura e historia. Desde 1963, año en que publicó su primer libro, y a lo largo de 40 años, ha escrito novelas, ensayos, cuentos y biografías, obras todas ellas que han suscitado entusiasmo y polémicas.

Marcos Aguinis ha escrito las siguientes novelas:  Refugiados. Crónica de un palestino (1969), La cruz invertida (1970), Cantata de los diablos (1972), La conspiración de los idiotas (1978), Profanación del amor (1989), La gesta del marrano (1991) y La matriz del infierno (1997) ; es también autor de dos biografías, tres libros de cuentos y siete de ensayos. Sus grandes éxitos literarios y destacados aportes a la cultura han sido reconocidos con la concesión de múltiples galardones, entre los que sobresalen el premio Planeta (España), la Faja de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores y el Gran Premio de Honor de esta misma sociedad, que le fue concedido en 1995 por la totalidad de su obra.

 Profanación del amor 

En 1998 y 1999,  Profanación del amor  se imprimió varias veces en los países americanos y europeos, siendo uno de los libros más vendidos. La crítica argentina comentó que  Profanación del amor  envuelve a sus protagonistas en una aventura atrapante que no deja indemne al lector. La prosa fluida y vigorosa de Marcos Aguinis anima las situaciones cotidianas y las rodea de un halo de singularidad; su conocimiento de la conducta humana es absolutamente revelador. Si agregamos una preclara capacidad para enriquecer la estructura formal con agudezas y divertidas paradojas, tendremos una idea aproximada de esta novela inolvidable.  Profanación del amor  permanecerá como una deslumbrante saga de los sentimientos, desafíos y transgresiones, digna de ser leída y releída.

El comienzo de la novela despertó inmediatamente mi curiosidad: “Paradójico o absurdo. No se puede volver a nacer a los cuarenta y siete años. Sin embargo, es lo que me está por ocurrir”. Este “yo” se llama Felipe y su amante es una joven bonita, inteligente y apasionada, cuyo nombre es Tesi. Felipe dice: “Para mí la vida se llama Tesi. Voy hacia la vida. Me empujan legiones de esperanzas y fantasías. De anhelos. Ella es la aurora y el poema, la hierba perfumada, el rumor del mar, la floresta húmeda”. Eso me lleva a pensar que Felipe no es un señorito frívolo y mujeriego, sino un marido ejemplar y un padre responsable. Durante 20 años ha cumplido concienzudamente sus deberes, tanto en casa como en su compañía constructora. Entonces, ¿por qué a los 47 años aparece en su corazón una pasión caprichosa? La pasión de Felipe nace de considerar que para él la vida se ha convertido en algo mecánico y monótono: trabajar, comer y dormir. Felipe se siente apremiado ante la fugacidad del tiempo. ¿Cuánto le queda de vida?Después de mucho reflexionar, llega a la conclusión de que hay que apresurarse a gozar de las alegrías y placeres de la vida. Consecuente con tal decisión, va al parque a hacer el amor y viaja por lugares pintorescos de Argentina y Brasil. A través del despertar de la conciencia, es decir, de la liberación del pensamiento, se ve ante la disyuntiva de entregarse a estos placeres o llevar una vida disciplinada. En su decisión influye poderosamente su ambiente social: muchos de los colegas y socios de Felipe, patrón de una empresa constructora, mantienen relaciones extramatrimoniales con chicas jóvenes. Y el adulterio está de moda. Felipe no quiere quedarse atrás. En realidad, no presta mucha atención a los consejos y críticas de sus amigos y parientes. Lo que más le importa es satisfacer su deseo amoroso y llenar su vacío espiritual con una aventura erótica.

No obstante, saciar el apetito sexual “profanando el amor” es como tomar vino envenenado para apagar la sed. En efecto, Felipe y Tesi se enamoran a escondidas, luego abandonan sus hogares sin pensar en las consecuencias y, finalmente, conviven de manera abierta rechazando las reconvenciones de tía Mercedes, las súplicas de los hijos y hasta la increíble propuesta de su esposa: acceder al divorcio con la condición de convertirse en la amante de su antiguo marido. Pero la sinceridad y virtud de su esposa no ablandan el corazón de piedra de Felipe. Sin embargo, como dijo un sabio chino, una cosa se convierte en su contrario cuando llega al extremo. Así, cuando la relación extramatrimonial llega a su punto culminante, aparece primero el cansancio físico y mental de Felipe, y luego la frigidez de Tesi. La fortaleza del amor se viene abajo debido a las grietas internas y las presiones externas. El acoso policial que sufre Tesi a causa de sus actividades y manifestaciones contra la dictadura desempeña un papel decisivo en la desintegración del nido amoroso. Embargados por la tristeza, los amantes se ven obligados a separarse. El desenlace es muy significativo y digno de reflexión: “Me siento condenado. Peor: condenado y resignado a la condena. Ignoro si mi condena fue impuesta por haber amado a Tesi o por no haber roto con Carolina. Mi tragedia radica en la confusión; carezco del prisma que me ayude a desdoblar el gris. Hundido en la bruma de mi vida, veo que el amor profanado ha decidido vengarse de mí. Trepa al patíbulo, cubre su faz con la capucha del verdugo y enarbola en sus fuertes brazos el hacha de la ejecución”, dice Felipe.   

Traducción al chino

Zhao Deming, profesor de la Universidad de Beijing, durante el acto de presentación de la traducción al chino de la novela  Profanación del amor

Marcos Aguinis no es todavía un gran maestro de la literatura y  Profanación del amor  aún no es un clásico. Entonces, ¿por qué decidí traducirlo al chino? Dos motivos me empujaron a ello.

En primer lugar, los grandes cambios que en los últimos 20 años se han producido en nuestro país, así como los brillantes éxitos logrados durante ese período en la construcción y modernización socialistas, todo lo cual ha atraído la atención del mundo entero, han ido acompañados del surgimiento de problemas sociales. A mi parecer, el más grave es la crisis de la moral y la fe. La perplejidad y la confusión ideológica, espiritual y psicológica afligen a mucha gente. No comprendemos qué está ocurriendo en este mundo ni sabemos adónde se dirige nuestra sociedad. Los cambios drásticos protagonizados por algunos de mis viejos compañeros de estudio y colegas me dejan totalmente perplejo: unos se han divorciado a los sesenta años; otros mantienen relaciones extramatrimoniales con mujeres relativamente jóvenes. Al comienzo me costó entenderlo, pero con el tiempo uno se acostumbra a todo. Sin embargo, no he cesado de reflexionar sobre esta cuestión. Cuando en 1998 leí  Profanación del amor  encontré algunos paralelismos con lo que está sucediendo en China. Además, en esta obra se plantean una serie de problemas sociales, familiares y personales relacionados con este fenómeno, no muy alejados de los surgidos en nuestro país.

En segundo lugar, el argumento rítmico y fluido de  Profanación del amor   convierten su lectura en una experiencia muy agradable. Durante mi gira por cuatro países latinoamericanos aprovechaba cualquier momento libre para leer esta novela. Aún hoy recuerdo cómo me embebí en su lectura y me sentí embriagado de felicidad por poder compartir alegrías y tristezas con sus personajes. Pero lo que más me cautivó fue el estilo narrativo de Aguinis, fresco, fluido y lleno de elegantes modales argentinos.

Finalmente, me parece indispensable expresar mi único deseo al traducir  Profanación del amor : que la versión china sirva de puente por el que sus personajes puedan llegar hasta nuestro país. En cuanto a las opiniones que esta obra suscite entre el público chino, sean elogios, sean críticas, todo lector es muy libre de decir lo que quiera.

 

(ZHAO DEMING es tutor de doctorandos, catedrático de la Facultad de Español de la Universidad de Beijing, Vicepresidente de la Sociedad China para el Estudio de las Literaturas Española, Portuguesa e Hispanomericana, y consejero de la Asociación de Hispanistas Chinos)

 

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