Marcos
Aguinis traducido al chino
Por ZHAO DEMING
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Juan
Carlos Morelli, Embajador de Argentina en Beijing, haciendo
uso de la palabra |
En octubre de 1998, leí La profanación del amor en Buenos Aires, capital de Argentina.
Fue la señora Gloria López Llovet de Rodrigué, directora de
la Editorial Sudamericana S.A, quien nos recomendó y regaló
esta novela de Marcos Aguinis. Lo recibí en calidad del asesor
e intérprete de una delegación china de publicaciones que realizaba
una gira por México, Cuba, Chile y Argentina. Siempre fui el
primero en hojear los numerosos libros que recibimos y compramos
en estos cuatro países hispanoamericanos. Después, presentaba
brevemente su contenido a la delegación para informar a su jefe
sobre su precio y su valor artístico, información que le servía
de referencia a la hora de negociar los derechos de autor.
Breve
nota biográfica
Nacido en Córdoba (Argentina) en 1935, Marcos Aguinis
ha recibido una amplia formación internacional en medicina,
psicoanálisis, arte, literatura e historia. Desde 1963, año
en que publicó su primer libro, y a lo largo de 40 años, ha
escrito novelas, ensayos, cuentos y biografías, obras todas
ellas que han suscitado entusiasmo y polémicas.
Marcos
Aguinis ha escrito las siguientes novelas: Refugiados. Crónica de un palestino (1969), La cruz invertida (1970), Cantata
de los diablos (1972), La
conspiración de los idiotas (1978), Profanación
del amor (1989), La
gesta del marrano (1991) y La
matriz del infierno (1997) ; es también autor de
dos biografías, tres libros de cuentos y siete de ensayos.
Sus grandes éxitos literarios y destacados aportes a la cultura
han sido reconocidos con la concesión de múltiples galardones,
entre los que sobresalen el premio Planeta (España), la Faja
de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores y el Gran Premio
de Honor de esta misma sociedad, que le fue concedido en 1995
por la totalidad de su obra.
Profanación del amor
En 1998 y 1999, Profanación del amor se imprimió varias veces en los países
americanos y europeos, siendo uno de los libros más vendidos.
La crítica argentina comentó que Profanación
del amor envuelve a sus protagonistas en una aventura
atrapante que no deja indemne al lector. La prosa fluida y vigorosa
de Marcos Aguinis anima las situaciones cotidianas y las rodea
de un halo de singularidad; su conocimiento de la conducta humana
es absolutamente revelador. Si agregamos una preclara capacidad
para enriquecer la estructura formal con agudezas y divertidas
paradojas, tendremos una idea aproximada de esta novela inolvidable.
Profanación del
amor permanecerá como una deslumbrante saga de los
sentimientos, desafíos y transgresiones, digna de ser leída
y releída.
El comienzo de la novela despertó inmediatamente
mi curiosidad: “Paradójico o absurdo. No se puede volver a nacer
a los cuarenta y siete años. Sin embargo, es lo que me está
por ocurrir”. Este “yo” se llama Felipe y su amante es una joven
bonita, inteligente y apasionada, cuyo nombre es Tesi. Felipe
dice: “Para mí la vida se llama Tesi. Voy hacia la vida. Me
empujan legiones de esperanzas y fantasías. De anhelos. Ella
es la aurora y el poema, la hierba perfumada, el rumor del mar,
la floresta húmeda”. Eso me lleva a pensar que Felipe no es
un señorito frívolo y mujeriego, sino un marido ejemplar y un
padre responsable. Durante 20 años ha cumplido concienzudamente
sus deberes, tanto en casa como en su compañía constructora.
Entonces, ¿por qué a los 47 años aparece en su corazón una pasión
caprichosa? La pasión de Felipe nace de considerar que para
él la vida se ha convertido en algo mecánico y monótono: trabajar,
comer y dormir. Felipe se siente apremiado ante la fugacidad
del tiempo. ¿Cuánto le queda de vida?Después de mucho reflexionar,
llega a la conclusión de que hay que apresurarse a gozar de
las alegrías y placeres de la vida. Consecuente con tal decisión,
va al parque a hacer el amor y viaja por lugares pintorescos
de Argentina y Brasil. A través del despertar de la conciencia,
es decir, de la liberación del pensamiento, se ve ante la disyuntiva
de entregarse a estos placeres o llevar una vida disciplinada.
En su decisión influye poderosamente su ambiente social: muchos
de los colegas y socios de Felipe, patrón de una empresa constructora,
mantienen relaciones extramatrimoniales con chicas jóvenes.
Y el adulterio está de moda. Felipe no quiere quedarse atrás.
En realidad, no presta mucha atención a los consejos y críticas
de sus amigos y parientes. Lo que más le importa es satisfacer
su deseo amoroso y llenar su vacío espiritual con una aventura
erótica.
No obstante, saciar el apetito sexual “profanando
el amor” es como tomar vino envenenado para apagar la sed. En
efecto, Felipe y Tesi se enamoran a escondidas, luego abandonan
sus hogares sin pensar en las consecuencias y, finalmente, conviven
de manera abierta rechazando las reconvenciones de tía Mercedes,
las súplicas de los hijos y hasta la increíble propuesta de
su esposa: acceder al divorcio con la condición de convertirse
en la amante de su antiguo marido. Pero la sinceridad y virtud
de su esposa no ablandan el corazón de piedra de Felipe. Sin
embargo, como dijo un sabio chino, una cosa se convierte en
su contrario cuando llega al extremo. Así, cuando la relación
extramatrimonial llega a su punto culminante, aparece primero
el cansancio físico y mental de Felipe, y luego la frigidez
de Tesi. La fortaleza del amor se viene abajo debido a las grietas
internas y las presiones externas. El acoso policial que sufre
Tesi a causa de sus actividades y manifestaciones contra la
dictadura desempeña un papel decisivo en la desintegración del
nido amoroso. Embargados por la tristeza, los amantes se ven
obligados a separarse. El desenlace es muy significativo y digno
de reflexión: “Me siento condenado. Peor: condenado y resignado
a la condena. Ignoro si mi condena fue impuesta por haber amado
a Tesi o por no haber roto con Carolina. Mi tragedia radica
en la confusión; carezco del prisma que me ayude a desdoblar
el gris. Hundido en la bruma de mi vida, veo que el amor profanado
ha decidido vengarse de mí. Trepa al patíbulo, cubre su faz
con la capucha del verdugo y enarbola en sus fuertes brazos
el hacha de la ejecución”, dice Felipe.
Traducción
al chino
 |
Zhao
Deming, profesor de la Universidad de Beijing, durante el
acto de presentación de la traducción al chino de la novela
Profanación
del amor |
Marcos Aguinis no es todavía un gran maestro de la
literatura y Profanación
del amor aún no es un clásico. Entonces, ¿por qué
decidí traducirlo al chino? Dos motivos me empujaron a ello.
En primer lugar, los grandes cambios que en los últimos
20 años se han producido en nuestro país, así como los brillantes
éxitos logrados durante ese período en la construcción y modernización
socialistas, todo lo cual ha atraído la atención del mundo entero,
han ido acompañados del surgimiento de problemas sociales. A
mi parecer, el más grave es la crisis de la moral y la fe. La
perplejidad y la confusión ideológica, espiritual y psicológica
afligen a mucha gente. No comprendemos qué está ocurriendo en
este mundo ni sabemos adónde se dirige nuestra sociedad. Los
cambios drásticos protagonizados por algunos de mis viejos compañeros
de estudio y colegas me dejan totalmente perplejo: unos se han
divorciado a los sesenta años; otros mantienen relaciones extramatrimoniales
con mujeres relativamente jóvenes. Al comienzo me costó entenderlo,
pero con el tiempo uno se acostumbra a todo. Sin embargo, no
he cesado de reflexionar sobre esta cuestión. Cuando en 1998
leí Profanación
del amor encontré algunos paralelismos con lo que
está sucediendo en China. Además, en esta obra se plantean una
serie de problemas sociales, familiares y personales relacionados
con este fenómeno, no muy alejados de los surgidos en nuestro
país.
En segundo lugar, el argumento rítmico y fluido de
Profanación del
amor convierten su lectura en una experiencia muy
agradable. Durante mi gira por cuatro países latinoamericanos
aprovechaba cualquier momento libre para leer esta novela. Aún
hoy recuerdo cómo me embebí en su lectura y me sentí embriagado
de felicidad por poder compartir alegrías y tristezas con sus
personajes. Pero lo que más me cautivó fue el estilo narrativo
de Aguinis, fresco, fluido y lleno de elegantes modales argentinos.
Finalmente, me parece indispensable expresar mi único
deseo al traducir Profanación
del amor : que la versión china sirva de puente por
el que sus personajes puedan llegar hasta nuestro país. En cuanto
a las opiniones que esta obra suscite entre el público chino,
sean elogios, sean críticas, todo lector es muy libre de decir
lo que quiera.
(ZHAO
DEMING es tutor de doctorandos, catedrático de la Facultad
de Español de la Universidad de Beijing, Vicepresidente de la
Sociedad China para el Estudio de las Literaturas Española,
Portuguesa e Hispanomericana, y consejero de la Asociación de
Hispanistas Chinos)