OCTUBRE  2002

 

 

 

 

 

 

 

 


Una salida para los menos favorecidos

Por MA JIE

La llegada de mano de obra procedente del campo ejerce presión sobre el mercado laboral de Shanghai

Wang Minghua, licenciado de 45 años de edad, había sido jefe de departamentos de técnica, de producción y de administración. Después de perder su empleo, envió más de 30 cartas solicitando trabajo, pero no recibió ninguna respuesta. Más tarde, acudió a la feria de empleo “4050”, organizada por el Buró de Trabajo y Bienestar de Shanghai para ofrecer puestos de trabajo a hombres de más de 50 años y a mujeres mayores de 40. Una vacante de administrador jefe en una empresa alimentaria le llamó la atención y entregó su curriculum vitae en seguida. Unos días después fue contratado. Wang desempeña muy bien su nuevo trabajo, que es parecido al que tenía antes.

 El “plan 4050”  emprendido por Shanghai para ayudar a los grupos menos favorecidos a encontrar empleo, está teniendo una gran resonancia tanto en la sociedad china como en la comunidad internacional. Hace poco, un responsable de las organizaciones internacionales de sindicatos, tras visitar esta ciudad para conocer de cerca el “plan 4050”, lo definió como “el modelo de Shanghai para el empleo no convencional y la erradicación de la pobreza urbana”.

Un plan para dar trabajo a los menos favorecidos

Desde la década de los 90 del siglo pasado, el municipio de Shanghai viene ejecutando cada año diversos proyectos encaminados a resolver problemas relacionados con las masas populares. En el 2000, el problema del desempleo fue incluido en este proyecto municipal con el fin de generar 100.000 puestos de trabajo.

Algunos desempleados encuentran trabajo haciendo de vendedores en las zonas turísticas

La población activa de China se incrementa anualmente en varios millones de personas. Por otra parte, las transformaciones económicas y la reconversión industrial provocan un aumento del número de desocupados. Por motivos históricos, la formación cultural de las mujeres de más de 40 años y de los hombres mayores de 50 suele ser bastante deficiente, de ahí que sus posibilidades de encontrar trabajo sean más bien escasas. El desempleo dificulta la convivencia y los desempleados son considerados miembros de los grupos débiles de la sociedad. Desde mediados de los 90, momento en que se inició el reajuste de la configuración industrial de Shanghai, hasta la fecha, el número de parados de este municipio ha ido aumentando hasta situarse en cerca de 1,2 millones, de los cuales entre un 30 y un 40 por ciento son mujeres mayores de 40 años y hombres mayores de 50.

A pesar de su importancia, los recursos financieros de Shanghai no alcanzan para ofrecer subsidios de desempleo a los parados. Por otra parte, no hay suficientes puestos de trabajo para todos ellos. Tras la realización de estudios e investigaciones, se decidió poner en marcha el “plan 4050”, cuyo objetivo es colocar a los desempleados a través del mercado laboral.

El “plan 4050” está llevándose a la práctica con nuevos métodos de gestión. Entre marzo del 2001 y principios del 2002, el Buró de Trabajo y Bienestar Social de Shanghai pidió a los ciudadanos que hicieran sugerencias sobre los proyectos englobados en dicho plan y recibió más de mil respuestas. A principios del 2002, cerca de 20.000 desocupados habían encontrado empleo.

El “plan 4050” no es una agencia de empleo

En uno de los programas del “plan 4050” se enseña a hacer zapatillas a mujeres en paro

Wang Dexin, antiguo director de la oficina de administración de la Corporación de Servicios del Puerto de Shanghai, tiene el título de “ingeniero administrativo”. A consecuencia de la reestructuración laboral de su entidad, tuvo que abandonar el puesto que durante tantos años había desempeñado. Para ganarse la vida y generar más puestos de trabajo, Wang, con el permiso y la ayuda de la oficina de administración de su barrio, organizó un servicio de vigilancia de bicicletas que se encarga de la seguridad de las bicicletas del barrio. Con ello, no sólo se ayudó a sí mismo, sino que proporcionó trabajo a otras personas.

En realidad, el “plan 4050”  no es una iniciativa de mera asistencia, sino un proyecto mediante el cual el municipio ofrece políticas preferenciales para que las fuerzas sociales participen en la creación de empleo. Por lo tanto, el municipio sólo desempeña el papel de coordinador, no el de procurador de puestos de trabajo. Quienes participan en él, sea a título individual, sea a través de instituciones sociales, se benefician de las políticas preferenciales del municipio. Es decir, el municipio elabora dichas políticas, pero los protagonistas son las diversas partes sociales.

En la gestión del “plan 4050” hay cinco elementos que desempeñan importantes funciones: el primero es el diseñador, el responsable de elaborar los proyectos del plan; si su diseño es aprobado, los departamentos municipales lo compran, y si contiene buenas ideas, es premiado por el municipio; el segundo elemento es el responsable del proyecto, persona designada por el municipio; el tercero es el ejecutante del proyecto, representado por una persona jurídica o una persona natural; el cuarto es el inversor, que puede ser una institución de fondos públicos o una organización social; y el quinto es el supervisor del proyecto, una institución bancaria o asesora que se encarga de la supervisión y coordinación del proyecto.

Una vez definido el proyecto, las instituciones y los inversores se benefician de varias políticas preferenciales, entre ellas la exención de impuestos durante tres años, la concesión de avales y los descuentos en el pago de intereses.

El asesoramiento de los especialistas

A iniciativa del Buró de Trabajo y Bienestar Social, en mayo del 2000 se fundó un grupo de asesores formado por especialistas de diversos terrenos, quienes aportan sus valiosos conocimientos y amplia experiencia a la resolución del problema del paro.

Los servicios que presta dicho grupo, sufragados enteramente por el municipio, son muy diversos, puesto que van desde el registro de la empresa, la planificación de la gestión y la defensa del proyecto, hasta los estudios de mercado, la planificación de la ventas y la renovación tecnológica, pasando por la administración, el análisis de las inversiones y las finanzas, la propiedad intelectual y el control de calidad. Las formas en que se ofrecen estos servicios también son diversas: consultas individuales y consultas en grupo.

En el 2001, el objetivo prioritario del Buró de Trabajo y Bienestar Social fue desarrollar el “plan 4050” . Con este fin, 206 especialistas distribuidos en 24 grupos evaluaron el plan y asesoraron a los interesados.

Zhao Yongxin, especialista en piscicultura, atiende pacientemente a quienes le piden asesoramiento y les hace atinadas sugerencias. Gracias a los consejos de Chen Chong´en y Ni Zhengming, especialistas en administración mercantil, una empresa de servicios domésticos obtuvo pingües beneficios y alcanzó mucho prestigio en Shanghai. Tras un año de trabajar de especialistas, los profesores universitarios Shi Jintao y Xu Benliang no sólo han redescubierto la importancia que encierra la investigación del mercado laboral, sino que se sienten muy satisfechos de haber contribuido al bienestar social.

Diversos puestos de trabajo

La limpieza de la verdura facilita la vida a los shanghaineses y proporciona algunos puestos de trabajo

Los proyectos del plan deben satisfacer las exigencias planteadas por el desarrollo económico de Shanghai. Por ejemplo, entre los proyectos viables figuran los relacionados con la venta de souvenirs artesanales, la elaboración de artesanía, el alquiler de bicicletas y la venta de periódicos y revistas. Otros ámbitos laborales aptos para este plan son los servicios funerarios y nupciales, la ayuda a las embarazadas, la limpieza de automóviles y el envío de libros.

Gong Xuezhen, gerenta de una empresa de servicios domésticos para las embarazadas, dijo: “Antes se decía que no había trabajo, pero la verdad es que en Shanghai hay mucho que hacer”.

Wang Qing trabajaba de contable en una tienda de electrodomésticos. Después de perder su trabajo, estableció una funeraria y posteriormente abrió cuatro sucursales, dos de las cuales son consideradas como las que ofrecen los mejores servicios de Shanghai. No es de extrañar que Wang tenga la sensación de haber logrado el éxito.

En el centro de capacitación laboral se imparten clases de maquillaje y belleza a las que asisten más de 30 mujeres que están aprendiendo técnicas de tratamiento de belleza. Este curso ha sido organizado por Qiu Zengkui, esteticista y maquillador participante en el “plan 4050”. Habiéndose percatado de la afición de las mujeres por el maquillaje, Qiu estableció empresas dedicadas a los tratamientos dermatológicos. De este modo, no sólo puso los tratamientos de belleza al alcance de mujeres con pocos recursos económicos, sino que dio empleo a desempleadas como Jiang y Zhao, que están aprendiendo con muchas ganas para después poder abrir sus propios salones de belleza.

El desempleo es un problema grave, puesto que impide el sano desarrollo de la economía china. En la reunión sobre el trabajo económico convocada recientemente por el Comité Central del Partido, la creación de empleo fue incluida en la lista de tareas clave para el año 2002. Desde 1997, el número de desocupados en las ciudades y cantones se ha mantenido alrededor de los 15 millones, hecho que además de afectar negativamente al desarrollo de la economía, constituye un desafío para el sistema de la seguridad social. El “plan 4050” del municipio de Shanghai destinado a la recolocación de los desempleados es considerado una iniciativa de carácter experimental muy positiva.

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