La
tráquea artificial más parecida a la humana
Por
nuestro reportero ZHANG XIWEN
 |
Zhao
Fengrui durante una operación |
Tres meses después de la operación en la que implantaron una tráquea artificial,
Mi Aiyun ya podía respirar normalmente y se había restablecido
lo suficiente como para trabajar en el campo entre tres y cuatro
horas. El 26 de julio del 2002, Zhao Fengrui, cirujano jefe
y diseñador la tráquea artificial, anunció que la prótesis que
había diseñado era la primera del mundo que podía integrarse
por completo con la tráquea humana.
Hace seis años, a Mi Aiyun, una campesina de 48 años de la provincia de
Henan, se le diagnóstico un tumor maligno en la tráquea. Su
médico le dijo que el tumor, una vez extirpado, probablemente
no proliferaría, a pesar de lo cual se negó a operarla y le
aconsejó que se sometiera a un tratamiento de laserterapia.
Cuatro años después del tratamiento, el tumor reapareció. Durante
los dos años siguientes, Mi Aiyun se desplazó a las grandes
ciudades en busca de un doctor, pero no encontró a ninguno que
aceptara su caso. Cuando finalmente encontró a Zhao Fengrui,
un conocido cirujano del Hospital de la Amistad Sino-Japonesa
de Beijing, el tumor de Mi Aiyun se había extendido al 80 por
ciento de la tráquea. Su respiración era tan dificultosa que
podía oírse desde dos metros de distancia. Cada respiro era
una batalla y sus labios estaban amoratados debido a la falta
de oxígeno.
Zhao Fengrui bautizó su invento con el nombre de tráquea artificial
Zhao y la describió como un emparedado. Su
parte exterior está formada por músculos y pedículos vasculares.
En su centro hay una malla de una aleación dotada de memoria
parecida al cartílago de la tráquea humana. La única diferencia
entre la tráquea humana y esta tráquea artificial radica en
que el interior de la segunda está recubierta con piel, no con
una membrana mucosa. Zhao declaró que la suya es la prótesis
más parecida a la tráquea humana diseñada hasta la fecha, razón
por la cual es también la que mejor se une a ésta.
El éxito de Zhao fue una de las noticias más importantes emitidas por
la CCTV y mereció sinceras felicitaciones de sus colegas chinos
y extranjeros. Muchos cirujanos torácicos de gran prestigio
calificaron este logro de solución a un grave problema
de la medicina moderna. J.D. Cooper, del Colegio de Medicina
de la Universidad de Washington, llamó a Zhao para felicitarle
por su brillante innovación.
El éxito de Zhao bien merece tal elogio. En las últimas décadas se han
realizado con éxito transplantes de corazón, riñón, hígado,
bazo e intestino delgado, así como implataciones de prótesis
de dichos órganos. Sin embargo, el transplante y la reconstrucción
de la tráquea ha seguido siendo el mayor escollo con el que
han tropezado los cirujanos torácicos tanto chinos como extranjeros.
La resección de la tráquea siempre ha constituido una pesadilla para los
cirujanos torácicos, tanto es así que incluso los más experimentados
se han mostrado reacios a practicarla. Por lo general, resulta
muy difícil ligar los extremos de dos segmentos de tráquea que
midan más de cinco centímetros. Después de suturar ambos extremos,
el cirujano debe coser y fijar el mentón del paciente al esternón,
y utilizar un soporte de escayola para mantener la cabeza en
esta posición. En cierta ocasión, un paciente pudo por fin volver
a mover la cabeza libremente tras haberla mantenido inclinada
sobre el pecho durante un mes. Desgraciadamente, a los pocos
días el paciente sufrió un pequeño accidente automovilístico
y la herida de la tráquea se abrió de golpe. Cuando la tráquea
ya no puede mantenerse ligada, debe practicarse una intubación,
lo que obliga al paciente a llevar una cánula durante el resto
de su vida. Si se espera que el segmento alcance más de cinco
centímetros de longitud, los médicos suelen negarse a operar
y recomiendan una terapia conservadora. El segmento de Mi Aiyun
medía seis centímetros de longitud.
Los médicos llevan muchos años explorando formas de reemplazar la tráquea.
Ha habido quienes han recomendado el transplante de tráqueas
de personas recién fallecidas. Esta solución se halla todavía
en fase experimental y hasta la fecha no se ha aplicado con
éxito. Otros médicos se han concentrado en las prótesis. Se
han probado e investigado diversas prótesis traqueales, pero
siguen sin poder resolverse tres problemas fundamentales: el
suministro de sangre, el recubrimiento de la parte interior
con el mismo tejido y la integración orgánica de la prótesis
con los dos extremos segmentados.
Cuando Mi Aiyun fue a ver a Zhao Fengrui, éste llevaba ya dos años probando
sus prótesis con animales. El esfuerzo que le costaba a esta
paciente cada respiración impulsó a Zhao a convertirla en su
primer receptor humano. Primero, le insertó bajo la piel de
la parte inferior del cuello una malla fabricada con una aleación
de níquel y titanio dotada de memoria. En los últimos años,
este material, utilizado originariamente en la construcción
de aviones y naves espaciales, viene siendo empleado en el campo
de la medicina. Se trata de una típica aleación con memoria
de forma. Si se le da forma de tubo, mantiene esta forma y el
diámetro interior. Otra de las ventajas de esta aleación es
su alto grado de elasticidad. Si se dobla para formar un tubo,
la prótesis puede balancearse tanto lateral como longitudinalmente.
Ninguna de las anteriores prótesis había podido cumplir esta
función.
Tras la inserción de la malla, los músculos y los vasos sanguíneos se
adhieren a la misma y crecen por entre sus agujeros. Tras numerosos
ensayos, Zhao descubrió que los agujeros demasiado grandes restaban
consistencia a la malla, mientras que si eran demasiado pequeños,
los músculos y otros tejidos no crecían con la suficiente firmeza.
Al principio pidió a una empresa de Beijing que le fabricase
una malla de aleación, pero la muestra que le proporcionaron
le decepcionó. Entonces se dirigió a una empresa de Shanghai,
cuya habilidad técnica le satisfizo más.
En teoría, unos 20 días después de haber insertado la malla, se realiza
una segunda fase de la operación para extirpar el tumor y transplantar
la malla junto con la piel, los músculos y los vasos sanguíneos
que se han extendido por toda ella. La malla se dobla en forma
de tubo y se asegura con hilo de acero inoxidable. Siempre que
el autoabastecimiento de sangre sea suficiente, la prótesis
se integra bien con los tejidos corporales circundantes y se
convierte en parte de la tráquea de un modo casi ciento por
ciento natural.
No obstante, Zhao no pudo operar a Mi Aiyun por segunda vez como estaba
programado. Anteriormente, sólo había realizado esta segunda
fase de la operación con perros y, si bien no se había producido
ningún rechazo, con frecuencia el largo pelo de estos animales
había causado infecciones de la piel. Después de haber operado
a Mi Aiyun por primera vez, Zhao se convirtió en blanco de las
críticas de quienes en un principio lo habían apoyado. Al enterarse
de los inconvenientes surgidos en las pruebas con animales,
lo tacharon de irresponsable, por lo que la segunda fase de
la operación tuvo que aplazarse. Mi Aiyun regresó a Henan.
Dadas su experiencia y habilidad, Zhao era perfectamente consciente de
la gravedad del estado de Mi. Habiendo llegado a la conclusión
de que en el postoperatorio no se produciría infección alguna,
ya que en el cuerpo humano no hay pelos largos, decidió seguir
adelante. La segunda fase de la operación se llevó a cabo secretamente
en el Hospital Popular Nº. 5, en Shangqiu, provincia de Henan.
A fin de eximir a Zhao Fengrui de toda responsabilidad, antes
de la operación Mi Aiyun firmó un acuerdo de descargo con dicho
hospital.
Uno de los puntos decisivos de la operación consistió en asegurarse de
que los músculos externos y los tejidos internos que habían
ido formándose sobre la malla de aleación, en especial los diminutos
capilares, no se rompiesen durante la implantación. Debido a
su gran dificultad en respirar, a Mi Aiyun le costaba mucho
permanecer tumbada, por lo que la etapa inicial de la operación
transcurrió con la paciente medio incorporada. Tras extirpar
el tumor, Zhao introdujo un catéter traqueal en la tráquea distal
para que Mi pudiese respirar.
Un día después de la operación, Mi se levantó de la cama e hizo un poco
de ejercicio. Pasados quince días, le sacaron el catéter traqueal
y Mi pudo volver a respirar normalmente. Y al cabo de otros
18 días, fue dada de alta. No hubo complicaciones. En una revisión
efectuada tres meses después, Zhao descubrió un foco de granulación
que no planteó problema alguno. Estaba entusiasmado: la operación
había sido un éxito rayano en la perfección.
Zhao siempre ha trabajado en su clínica y su laboratorio con callada diligencia,
pero en esta ocasión decidió convocar una rueda de prensa. Quería,
en primer lugar, que la gente supiese que la cirugía torácica
china se halla a la altura de la más avanzada del mundo. Antes
de este éxito, la cirugía torácica china no había experimentado
ninguna innovación, limitándose a seguir el ejemplo de Occidente.
En segundo lugar, quería dar a conocer la elevada reputación del Hospital
Jiangong, su actual lugar de trabajo. Este hospital, financiado
con inversiones privadas, es producto de las reformas del sistema
sanitario llevadas a cabo por China. Sus altos sueldos atraen
a médicos cualificados y experimentados. Cuando visité este
hospital, al ver sus plantas y sofás, y oír la música de fondo
de Richard Clayderman, me sentí como si estuviese en el vestíbulo
de un hotel. El doctor Zhao lleva mucho tiempo deseando establecer
en dicho hospital el mejor centro de cirugía torácica de China.
En tercer lugar, Zhao Fengrui quería mostrar a la opinión pública sus
conocimientos técnicos. No deja de ser irónico que los periodistas
asistentes a la rueda de prensa estuviesen más interesados en
saber si su prótesis era la primera del mundo que en averiguar
su verdadero valor como la tráquea artificial más parecida a
la humana. Esto último era lo único que importaba a Zhao.
Zhao Fengrui dijo que el rápido desarrollo científico y tecnológico le
había proporcionado la inspiración que finalmente lo condujo
al éxito: una inspiración que la humanidad llevaba 60 años esperando.