Qingdao, una ciudad cara al mar
Por
nuestra reportera LI XIA
Sea
en el Mediterráneo, sea en el Pacífico, cuando los chinos divisan
velas desplegadas sobre un cielo azul, blancas nubes y un mar
verde esmeralda se preguntan suspirando: “¿No estaremos en nuestra
Qingdao?”. Lo cierto es que, a diferencia de otras ciudades
costeras chinas, Qingdao posee un acusado sabor exótico, no
en vano fue colonia de Alemania y de Japón. Ello, unido a su
larga tradición marinera y naval, promocionada también por de
los dirigentes locales, hacen de Qingdao una ciudad única.
Construcciones
de mil países
Las innumerables construcciones de estilo europeo
le han valido a Qingdao el sobrenombre de “ciudad con construcciones
de mil países”. Los edificios de esta ciudad, sean viviendas
o establecimientos públicos, sean antiguos o modernos, son de
estilo occidental. No sólo los qingdaoneses, sino también los
demás chinos se sienten orgullosos de este tesoro arquitectónico,
pero al mismo tiempo se sienten humillados porque les recuerda
la ocupación colonial.
Las tropas alemanas conquistaron Qingdao en noviembre
de 1897; diecisiete años más tarde, es decir, en noviembre de
1914, fueron sustituidas por las tropas japonesas, que permanecieron
en esta ciudad hasta el 10 de diciembre de 1922, fecha en la
que China recuperó su soberanía sobre este territorio.
Resuelto a actuar conforme a sus intereses, el gobierno
colonial alemán llevó a cabo una serie de transformaciones de
gran envergadura que afectaron a la estructura y la distribución
de la ciudad de Qingdao. Tras demoler las construcciones tradicionales
de la dinastía Qing, los alemanes levantaron una nueva ciudad
siguiendo punto por punto los modelos urbanísticos europeos
de la época y prescindiendo por completo de los elementos culturales
de la arquitectura civil china. Durante los 17 años de ocupación
germana fueron formándose el estilo arquitectónico y el paisaje
característicos de Qingdao, que durante la ocupación nipona
no experimentó cambios radicales. Los ladrillos rojos, los árboles
frondosos, el mar verde y el cielo azul trazan el peculiar paisaje
de la ciudad de Qingdao.
Los edificios de la época colonial más visitados
hoy en día son los siguientes.
La Mansión del Virrey
En este edificio construido en 1906 despachaba el
virrey de Alemania los asuntos administrativos y públicos. De
un estilo clásico europeo imponente y majestuoso, alberga en
la actualidad la sede del gobierno municipal de Qingdao.
La Comisaría de Policía Jiao´ao
De techo rojo y muros amarillos, se construyó en
1905 a imitación de las iglesias europeas rurales de la Edad
Media. Hoy en día es la Comisaría Municipal de Policía.
Residencia del Virrey
Este típico chalet de alta categoría y su extenso
jardín, abiertos hoy al público, se construyeron en 1908 al
sur del monte Xinhao. No es una exageración decir que esta residencia,
rebosante de lujo y riqueza, constituye una obra maestra de
la arquitectura alemana.
La Estación Ferroviaria de Qingdao
Sus dos construcciones principales son la Sala de
Espera y la Torre del Reloj. En esta última, coronada por un
techo octogonal, hay cuatro relojes gigantescos adosados a otras
tantas paredes orientadas a los cuatro puntos cardinales.
La Iglesia de Qingdao
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La
iglesia con aspecto de fortaleza erigida por los alemanes
en 1910 |
Terminada de levantar en 1910, su parte principal
alcanza una altura de 17,28 metros. Con aspecto de fortaleza,
se caracteriza por sus muros amarillos y su obra hecha de gruesos
bloques de granito.
A estos edificios, pueden añadírseles otros dos muy
conocidos construidos en los años 30.
La Iglesia Católica de St. Michael
Esta catedral gótica construida en 1934 fue una de
las que ejerció mayor influencia religiosa en el pueblo. Hoy
en día, cerca de 10.000 católicos de Qingdao participan regularmente
en los oficios religiosos que se celebran en esta iglesia, una
de las construcciones de mayor envergadura de la ciudad.
La Villa Badaguan
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El
edificio Huashi (flor de piedra) es una muestra representativa
de la arquitectura de la Villa Badaguan |
Este complejo residencial adquirió sus actuales dimensiones
en los años 30 del siglo XX. Aunque los más de 200 chalets que
la componen no son muy espaciosos, todos tienen jardín y la
mayoría cuenta con habitaciones que dan al mar. El conjunto
da la impresión de ser una exposición de la arquitectura de
países exóticos, puesto que no hay dos chalets iguales. Los
más representativos son el Chalet Huashi y el Chalet de la Princesa.
Múltiples
escenas marítimas
Todos los paisajes de Qingdao tienen que ver con
el mar.
El primer acuario de China se construyó en Qingdao
en 1932. A pesar de ser más viejo que los construidos posteriormente
en otros lugares, el Acuario de Qingdao, con su grandioso diseño
y sus innumerables especies animales del mar Huanghai, sigue
siendo muy visitado por los turistas. Junto a él, está construyéndose
un nuevo acuario.
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Los
buques de guerra del Museo de las Fuerzas Navales de Qingdao
despiertan la curiosidad de los niños |
El Museo de las Fuerzas Navales de Qingdao ofrece
una visión panorámica de la evolución de la armada china. Este
es, pues, el lugar ideal para conocer de cerca la historia tanto
de las batallas navales libradas en nuestro país, como de la
diplomacia marítima china. El museo, en el que se exhiben todo
tipo de buques de guerra y submarinos, atrae principalmente
a los niños que sueñan con ser héroes.
Los incontables jardines y lugares de interés paisajístico
existentes en Qingdao, todos ellos con la impronta de su cercanía
al mar, convierten esta ciudad de medianas dimensiones en una
zona sumamente bella y atractiva.
El Jardín del Monte Xiaoyu
En este monte de no mucha altura y frondosos árboles,
imperan el verdor y la tranquilidad. Desde el quiosco levantado
en su cima se contempla una espléndida vista panorámica de la
costa y el mar. Lo más atractivo de este jardín es que, dispersas
entre los árboles, se encuentran réplicas en miniatura de las
más conocidas construcciones antiguas de Qingdao.
El Jardín del Pequeño Qingdao
Situado en la bahía de Qingdao, este jardín tiene
forma de piano, por lo que es conocido también como Isla del
Piano. Sus rocas, de colores rosa y marrón, y formas tan caprichosas
como diversas, constituyen uno de los mayores atractivos de
la zona. La blancura de esta isla la convierte en una baliza
natural que orienta a los barcos que van y vienen por la bahía.
“Las luces titilantes de la Isla del Piano” es uno de los diez
paisajes más renombrados de Qingdao.
El Embarcadero del Parque de Zhanqiao
El Embarcadero del Parque de Zhanqiao, construido
en 1891, es el emblema de Qingdao. Sus 440 metros permiten a
los turistas adentrarse en el mar y admirar más de cerca su
belleza, lo que lo convierte en el principal punto de interés
turístico de la ciudad.
Balnearios
junto al mar
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El
Salón Náutico Internacional |
En Qingdao hay excelentes playas de fina arena muy
limpias, así como muchos balnearios con capacidad para atender
a un elevado número de visitantes. El primer balneario se encuentra
en la bahía de Huiquan, al lado del Acuario de Qingdao. En el
segundo, situado junto a la Villa Badaguan, en un entorno de
gran belleza y elegancia, se puede nadar y disfrutar del paisaje
al mismo tiempo; la limpieza y la claridad de sus aguas convierten
este balneario en el favorito de los dirigentes gubernamentales.
El prestigio del sexto, que está al oeste del Puente Zhanqiao,
atrae a montones de turistas. Pero si lo que busca es un lugar
tranquilo, lo más recomendable es ir al Balneario Shilaoren;
como queda un poco lejos de la zona urbana (hacia el este),
no hay tanta gente, y sus bellos paisajes, así como sus completos
servicios, garantizan un pleno disfrute de la estancia.
La Fiesta
del Mar
El marcado sabor marítimo de Qingdao se debe no sólo
a su situación geográfica, sino también a la idiosincrasia de
sus administradores, como es fácil de comprobar durante la Fiesta
del Mar, que se celebra todos los años en el mes de julio. La
Fiesta del Mar de este año ha revestido una significación especial,
ya que las competiciones de vela de los Juegos Olímpicos del
2008 se disputarán aquí.
Los objetivos de esta fiesta son “desarrollar la
economía marítima y fomentar la explotación de la industria
de este sector”. Debido a la preeminencia de Qingdao en los
estudios oceanográficos, el Foro Internacional sobre Desarrollo
Económico y Científico que se celebra durante la Fiesta del
Mar se ha convertido en la reunión de su género de más alto
nivel y mayor proyección de las que se convocan en nuestro país.
Este importante foro ha contado con más de 300 participantes,
entre ellos el rector de la Academia China de Ingeniería, 31
miembros de la Academia China de Ciencias Naturales y cuatro
premios Nobel de Química.
Por otra parte, atendiendo a un interés compartido
por gran parte de la población, se celebran el Salón Náutico
Internacional y diferentes actividades culturales de divulgación
científica. Los qingdaoneses desean que sus industrias relacionadas
con el mar prosperen y que el resto del mundo les conceda la
misma atención que ya presta a su amplia oferta turística.
Gracias a esta actitud abierta, que se percibe en
la sociedad de arriba a abajo, quienes visitan Qingdao suelen
marcharse con la impresión de que a pesar de no ser una gran
ciudad, reina en ella la tolerancia y generosidad propias de
las metrópolis. Por poner un ejemplo, tanto los dependientes
como los camareros jamás engañan a los forasteros y tratan a
todos los clientes con igual consideración. Ello constituye
uno de los mayores atractivos de esta ciudad, no siendo de extrañar,
pues, que los turistas sean nacionales sean extranjeros se sientan
como en su casa.
Otros
aspectos de interés
Las puestas de sol y las noches de Qingdao son maravillosas.
El mejor momento para nadar y descansar en la playa es cuando
los últimos rayos de sol resplandecen sobre el mar. Después
de cenar, resulta de lo más agradable pasear por las plazas
de la ciudad, como la Plaza del 4 de Mayo y la Plaza de la Música,
animadas por niños y jóvenes que practican acrobacias con sus
bicicletas, madres con cochecillos que pasean a sus bebés y
pintores que retratan a turistas. Esta es una buena manera de
compartir con los qingdaoneses su vida cómoda y relajada.
A partir de las diez de la noche llega el momento
de los restaurantes de especialidades. Qingdao no tiene muchos
bares, pero sí calles de restaurantes. Quienes se alojen en
la parte sur de la ciudad harían bien en acercarse a Yunxiao
Zhongyuan, calle en la que se sirven platos exquisitos. En los
meses de julio y agosto, pueden saborearse los mariscos típicos
de Qingdao; unos restaurantes los venden en raciones y otros
a peso, siendo estos últimos los más recomendables. Aparte de
marisco, también pueden encontrarse platos de Sichuan, Hunan
y Shanghai, si bien, todo hay que decirlo, las dotes culinarias
de los qingdaoneses no están a la altura de los paisajes de
su ciudad.
La cerveza de Qingdao es famosa dentro y fuera de
China. A los qingdaoneses, sean hombres o mujeres, jóvenes o
viejos, les encanta la cerveza, a la que consideran un refresco.
Últimamente está popularizándose un tipo de cerveza cruda llamada
Yuansheng , que caduca al cabo de sólo un mes, por lo que no
es frecuente encontrarla fuera de Qingdao. Su finura y suavidad
la convierten en una de las maravillas de esta ciudad.
La zona más nueva de Qingdao, y la más recomendable
para alojarse, es la de la costa sur. Además de contar con hoteles
de categoría y todo tipo de establecimientos turísticos, se
halla cerca de los lugares de interés turístico descritos en
este artículo.
Las cadenas de hipermercados Carrefour (francesa) y Jusco (japonesa) tienen sucursales en Qingdao. En estas
grandes superficies comerciales, que durante la temporada alta
permanecen abiertas hasta las once de la noche, puede encontrarse
de todo, incluso los mariscos típicos de Qingdao.
Antes de salir para la playa, es conveniente aplicarse
cremas protectoras, puesto que el sol pica mucho, sobre todo
en julio, agosto y septiembre. Si la playa no queda muy lejos
del hotel, lo mejor es cambiarse en él, ya que los vestuarios
públicos están siempre muy llenos y no suelen reunir las mejores
condiciones. En las playas se alquilan salvavidas, botes de
goma y parasoles.
Los taxis de Qingdao son baratos. Además, como la
ciudad no es grande, ir en taxi de aquí para allá resulta muy
económico. Lo más importante es que el servicio de taxis está
muy bien gestionado y que los taxistas son buenos profesionales.
Si surge algún problema, siempre puede llamarse al teléfono
indicado en la factura. El servicio de taxis cuenta también
con oficinas de objetos perdidos. Durante la Fiesta del Mar
del presente año, un turista se olvidó sus cosas en un taxi
de la Segunda Compañía de Autos Turísticos S.A.: al cabo de
dos horas, el taxista ya las había llevado al hotel donde se
alojaba su olvidadizo cliente.