Cuentos 
                  históricos
                Dos 
                  diplomáticos
                 SU Qin y Zhang Yi fueron dos diplomáticos muy conocidos 
                  en el Período de los Estados Combatientes (475-221 a.C.). Aunque 
                  de humilde condición, eran eruditos que además destacaban por 
                  su elocuencia. Llegaron incluso a ser dueños de la situación 
                  política de aquel momento. Su Qin, oriundo de Luoyang, ciudad 
                  del estado oriental de Zhou (en la actual provincia de Henan), 
                  fundó la Liga del Norte y del Sur, con la cual unió los seis 
                  estados orientales para hacer frente al poderoso estado occidental 
                  de Qin. Zhang Yi, natural del Estado de Wei (en la misma provincia), 
                  instituyó la Liga del Este y del Oeste, a la que se unieron 
                  varios estados orientales, el más poderosos de los cuales era 
                  el de Qin, con el fin de luchar contra los enemigos comunes.
                
Su 
                  Qin no pensó en enfrentarse al estado de Qin hasta que su soberano 
                  Hui Wen (337-311 a.C.) se mostró indiferente con sus opiniones 
                  políticas. Resuelto a propagar sus ideas, fue de Luoyang a Xiangyang, 
                  donde permaneció un año. Cuando se le terminó el dinero, no 
                  tuvo más remedio que regresar a su casa. Al verlo llegar cubierto 
                  de harapos, sus familiares lo recibieron con miradas de desprecio. 
                  Su madre le dijo en tono de reproche: “Te aconsejé que aprendieras 
                  a hacer negocios para ganar dinero; pero tú, en lugar de seguir 
                  mi consejo, insististe en ir a la escuela para ser funcionario. 
                  Ahora que estás en una situación embarazosa, ¿no te sientes 
                  avergonzado?”. Su esposa lo trató como a un desconocido. Ni 
                  siquiera lo determinaba. Su Qin tuvo que apelar a su cuñada, 
                  pidiéndole comida. Dirigiéndole una mirada desdeñosa, su cuñada 
                  le dijo: “¿Cómo voy a preparar algo de comer si somos tan pobres 
                  que no tenemos ni siquiera leña?”. Profundamente dolorido por 
                  el desprecio de sus familiares, Su Qin exclamó: “¡Con descortesía; 
                  así es como se trata a quien cae en la pobreza!”. Entonces decidió 
                  seguir su propio camino.  y comenzó a leer, leyendo día y noche los libros 
                  políticos y las causas del éxito y el fracaso de las guerras 
                  pasadas. Pensaba que así podrá plantear opiniones políticas 
                  que correspondieran a la situación de la época y que con ellas 
                  convencería a los soberanos de todos los Estados, de quienes 
                  lograría favores y una importante posición política. A altas 
                  horas de la noche, cuando el sueño no le permitía seguir leyendo, 
                  Su Qin se punzaba una pierna para mantenerse despierto. Al cabo 
                  de dos años conoció como la palma de su mano la geografía, la 
                  política y los asuntos militares de todos los estados.
                Pero en vez de ir al Estado de Qin, Su Qin decidió 
                  luchar contra él. Hizo giras por los estados orientales en las 
                  que propagó sus ideas para ganarse a sus gobernadores. Más tarde 
                  asumió el cargo de primer ministro del Estado de Zhao y convocó 
                  una reunión conjunta que contó con la participación de los jefes 
                  de los seis estados. En ella se fundó la Liga del Norte y del 
                  Sur y Su Qin fue elegido su líder.
                Una vez en el poder, Su Qin retornó a su pueblo natal. 
                  En tal ocasión, todos cambiaron de actitud. Incluso el monarca 
                  de Zhou (368-321 a.C.) ordenó que limpiaran el camino en Luoyang 
                  y envió a un ministro para que fuera a su encuentro. La madre 
                  de Su Qin, de avanzada edad, apoyándose en su nuera, salió a 
                  la calle para recibir a su hijo. Su esposa se mostró humilde 
                  ante él y no se atrevió siquiera a mirarle de frente. Su cuñada, 
                  que le haía ofendido, tenía tanto miedo que se postró de hinojos 
                  ante él sin osar levantarse. Incomodado, Su qin le preguntó: 
                  “¿Porqué antes eras tan orgullosa y ahora eres tan humilde?” 
                  “Porque usted ha obtenido una alta posición y mucho dinero”, 
                  contestó. Su Qin lanzó un suspiro y pensó: Uno no puede privarse 
                  de la posicíon y la riqueza. De ellas depende la actitud que 
                  puedan tener hacia uno incluso los propios familiares”. Pasando 
                  por alto los odios pasados, Su Qin invitó a sus familiares a 
                  subir a su carroza para que regresaran juntos a casa. Luego 
                  hizo construir un gran edificio para ellos y repartió su dinero 
                  entre los pobres de su pueblo natal.
                Zhang Yi era un condiscípulo de Su Qin. Ambos habían 
                  tenido como maestro a Gui Gu, un político muy famoso en el período 
                  de los Estados Combatientes. Cuando Su Qin estaba en el poder, 
                  Zhang Yi pasaba por una situación difícil. Zhang había vivido 
                  por algún tiempo en el Estado de Chu, donde trabó amistad con 
                  la familia de Zhao Yang, primer ministro de la corte. Cierto 
                  día , Zhao Yang  invitó 
                  a sus amigos a contemplar un jade de valor inapreciable, pero 
                  les sorprendió un aguacero. De inmediato, el desorden se apoderó 
                  de los visitantes y el jade desapareció. Como Zhang, que vestía 
                  harapos, era el más pobre entre los invitados, fue,naturalmente 
                  el sospechoso. Zhao Yang ordenó que torturaran a Zhang para 
                  obligarle a confesar, pero éste, a pesar de estar herido en 
                  todo el cuerpo, rechazó las acusaciones. El caso no fue resuelto. 
                  Cuando vio a Zhang, su esposa le dijo, sollozando: “De no haber 
                  mantenido contactos con funcionarios, no hubieras padecido tales 
                  torturas. De hoy en adelante, no vuelvas a verte con ellos.” 
                  Zhang se sacó la lengua y le preguntó : “¿Tengo aún lengua?”. 
                  “¡Sí, claro!” contestó su mujer. Zhang agregó: “Me basta con 
                  tener la lengua para hacer giras de propaganda de mis ideas. 
                  Saldré avante.” Una vez restablecido, continuó en sus actividades 
                  políticas.
                Zhang Yi visitó a su compañero Su Qin para pedirle 
                  ayuda. Sin embargo, le trata con frialdad. Cuando Zhang llegó 
                  al palacio de Su Qin, éste, que se estaba entrevistando con 
                  un amigo, lo hizo esperar fuera de la puerta hasta el mediodía. 
                  A la hora del almuerzo, Su Qin, echándole leña al fuego, le 
                  dijo: “Tu talento y saber son superiores a los míos, pero mi 
                  suerte es mejor que la tuya. Hubiera querido recomendarte para 
                  ocupar un alto cargo político, cosa que es muy fácil para mí, 
                  pero no quiero hacerlo en razón de que me preocupa que, lugar 
                  de salir victorioso, deteriores mi fama”. Al oír estas palabras, 
                  Zhang sintió rabia y se fue sin decir ni una sola palabra. Decidió 
                  ir al Estado de Qin para probar su fortuna.
                Después de que Zhang salió, Su Qin llamó a uno de 
                  sus confidentes y le dijo que había actuado así sólo para exasperar 
                  a Zhang y obligarle a ir al Estado de Qin donde podría lograr 
                  los favores del soberano. Así, más tarde, podría cooperar en 
                  la lucha contra Qin. Entonces, le entregó una buena suma de 
                  dinero a su confidente para que le ayudara a Zhang, sin que 
                  éste se diera cuenta, a abrirse camino. Valiéndose del dinero, 
                  el confidente de Su Qin creó condiciones para que Zhang conquistara 
                  una posición alta. En efecto, Zhang no tardó mucho en convertirse 
                  en el ministro favorito de soberano de Qin. Sólo entonces el 
                  confidente de Su Qin le dijo a Zhang que todo lo anterior había 
                  sido un plan de Su Qin. Zhang se conmovió mucho y le dijo con 
                  lágrimas en los ojos: “Su Qin me ha sobrepasado en el talento 
                  y saber. Tendré presentes sus favores. Prometo que no socavaré 
                  su Liga del Norte y del Su.”
                Más tarde, Su Qin fue víctima de un sicario, quien 
                  huyó después de propinarle una puñalada en el vientre.  Cuando vio que se acercaba su fin, hizo venir 
                  al monarca de Qi (319-301 a.C.), a quien le dijo: “Para prender 
                  al sobre su identidad. Por otra parte, debes propalar el falso 
                  rumor de que fui ejecutado porque había hecho pactos con el 
                  exterior para perjudicar al Estado de Qi”. Después de decir 
                  estas palabras, Su Qin se sacó el puñal y exhaló el último suspiro. 
                  De acuerdo con la propuesta de Su Qin, el monarca de Qi prendió 
                  efectivamente al asesino.
                Después de la muerte de Su Qin, Zhang Yi comenzó 
                  a poner en práctica de modo inequívoco su plan de establecer 
                  la Liga del Este y del Oeste. Hizo giras de propaganda en el 
                  oriente, creando “roces” entre los seis Estados con el propósito 
                  de destruir la Liga del Norte y del Sur. Finalmente, ayudó al 
                  Estado de Qin a cumplir la conquista de los seis Estados orientales.