AGOSTO  2002

 

 

 

 

 

 

 

 


Cuentos históricos

Dos diplomáticos

SU Qin y Zhang Yi fueron dos diplomáticos muy conocidos en el Período de los Estados Combatientes (475-221 a.C.). Aunque de humilde condición, eran eruditos que además destacaban por su elocuencia. Llegaron incluso a ser dueños de la situación política de aquel momento. Su Qin, oriundo de Luoyang, ciudad del estado oriental de Zhou (en la actual provincia de Henan), fundó la Liga del Norte y del Sur, con la cual unió los seis estados orientales para hacer frente al poderoso estado occidental de Qin. Zhang Yi, natural del Estado de Wei (en la misma provincia), instituyó la Liga del Este y del Oeste, a la que se unieron varios estados orientales, el más poderosos de los cuales era el de Qin, con el fin de luchar contra los enemigos comunes.

Su Qin no pensó en enfrentarse al estado de Qin hasta que su soberano Hui Wen (337-311 a.C.) se mostró indiferente con sus opiniones políticas. Resuelto a propagar sus ideas, fue de Luoyang a Xiangyang, donde permaneció un año. Cuando se le terminó el dinero, no tuvo más remedio que regresar a su casa. Al verlo llegar cubierto de harapos, sus familiares lo recibieron con miradas de desprecio. Su madre le dijo en tono de reproche: “Te aconsejé que aprendieras a hacer negocios para ganar dinero; pero tú, en lugar de seguir mi consejo, insististe en ir a la escuela para ser funcionario. Ahora que estás en una situación embarazosa, ¿no te sientes avergonzado?”. Su esposa lo trató como a un desconocido. Ni siquiera lo determinaba. Su Qin tuvo que apelar a su cuñada, pidiéndole comida. Dirigiéndole una mirada desdeñosa, su cuñada le dijo: “¿Cómo voy a preparar algo de comer si somos tan pobres que no tenemos ni siquiera leña?”. Profundamente dolorido por el desprecio de sus familiares, Su Qin exclamó: “¡Con descortesía; así es como se trata a quien cae en la pobreza!”. Entonces decidió seguir su propio camino.  y comenzó a leer, leyendo día y noche los libros políticos y las causas del éxito y el fracaso de las guerras pasadas. Pensaba que así podrá plantear opiniones políticas que correspondieran a la situación de la época y que con ellas convencería a los soberanos de todos los Estados, de quienes lograría favores y una importante posición política. A altas horas de la noche, cuando el sueño no le permitía seguir leyendo, Su Qin se punzaba una pierna para mantenerse despierto. Al cabo de dos años conoció como la palma de su mano la geografía, la política y los asuntos militares de todos los estados.

Pero en vez de ir al Estado de Qin, Su Qin decidió luchar contra él. Hizo giras por los estados orientales en las que propagó sus ideas para ganarse a sus gobernadores. Más tarde asumió el cargo de primer ministro del Estado de Zhao y convocó una reunión conjunta que contó con la participación de los jefes de los seis estados. En ella se fundó la Liga del Norte y del Sur y Su Qin fue elegido su líder.

Una vez en el poder, Su Qin retornó a su pueblo natal. En tal ocasión, todos cambiaron de actitud. Incluso el monarca de Zhou (368-321 a.C.) ordenó que limpiaran el camino en Luoyang y envió a un ministro para que fuera a su encuentro. La madre de Su Qin, de avanzada edad, apoyándose en su nuera, salió a la calle para recibir a su hijo. Su esposa se mostró humilde ante él y no se atrevió siquiera a mirarle de frente. Su cuñada, que le haía ofendido, tenía tanto miedo que se postró de hinojos ante él sin osar levantarse. Incomodado, Su qin le preguntó: “¿Porqué antes eras tan orgullosa y ahora eres tan humilde?” “Porque usted ha obtenido una alta posición y mucho dinero”, contestó. Su Qin lanzó un suspiro y pensó: Uno no puede privarse de la posicíon y la riqueza. De ellas depende la actitud que puedan tener hacia uno incluso los propios familiares”. Pasando por alto los odios pasados, Su Qin invitó a sus familiares a subir a su carroza para que regresaran juntos a casa. Luego hizo construir un gran edificio para ellos y repartió su dinero entre los pobres de su pueblo natal.

Zhang Yi era un condiscípulo de Su Qin. Ambos habían tenido como maestro a Gui Gu, un político muy famoso en el período de los Estados Combatientes. Cuando Su Qin estaba en el poder, Zhang Yi pasaba por una situación difícil. Zhang había vivido por algún tiempo en el Estado de Chu, donde trabó amistad con la familia de Zhao Yang, primer ministro de la corte. Cierto día , Zhao Yang  invitó a sus amigos a contemplar un jade de valor inapreciable, pero les sorprendió un aguacero. De inmediato, el desorden se apoderó de los visitantes y el jade desapareció. Como Zhang, que vestía harapos, era el más pobre entre los invitados, fue,naturalmente el sospechoso. Zhao Yang ordenó que torturaran a Zhang para obligarle a confesar, pero éste, a pesar de estar herido en todo el cuerpo, rechazó las acusaciones. El caso no fue resuelto. Cuando vio a Zhang, su esposa le dijo, sollozando: “De no haber mantenido contactos con funcionarios, no hubieras padecido tales torturas. De hoy en adelante, no vuelvas a verte con ellos.” Zhang se sacó la lengua y le preguntó : “¿Tengo aún lengua?”. “¡Sí, claro!” contestó su mujer. Zhang agregó: “Me basta con tener la lengua para hacer giras de propaganda de mis ideas. Saldré avante.” Una vez restablecido, continuó en sus actividades políticas.

Zhang Yi visitó a su compañero Su Qin para pedirle ayuda. Sin embargo, le trata con frialdad. Cuando Zhang llegó al palacio de Su Qin, éste, que se estaba entrevistando con un amigo, lo hizo esperar fuera de la puerta hasta el mediodía. A la hora del almuerzo, Su Qin, echándole leña al fuego, le dijo: “Tu talento y saber son superiores a los míos, pero mi suerte es mejor que la tuya. Hubiera querido recomendarte para ocupar un alto cargo político, cosa que es muy fácil para mí, pero no quiero hacerlo en razón de que me preocupa que, lugar de salir victorioso, deteriores mi fama”. Al oír estas palabras, Zhang sintió rabia y se fue sin decir ni una sola palabra. Decidió ir al Estado de Qin para probar su fortuna.

Después de que Zhang salió, Su Qin llamó a uno de sus confidentes y le dijo que había actuado así sólo para exasperar a Zhang y obligarle a ir al Estado de Qin donde podría lograr los favores del soberano. Así, más tarde, podría cooperar en la lucha contra Qin. Entonces, le entregó una buena suma de dinero a su confidente para que le ayudara a Zhang, sin que éste se diera cuenta, a abrirse camino. Valiéndose del dinero, el confidente de Su Qin creó condiciones para que Zhang conquistara una posición alta. En efecto, Zhang no tardó mucho en convertirse en el ministro favorito de soberano de Qin. Sólo entonces el confidente de Su Qin le dijo a Zhang que todo lo anterior había sido un plan de Su Qin. Zhang se conmovió mucho y le dijo con lágrimas en los ojos: “Su Qin me ha sobrepasado en el talento y saber. Tendré presentes sus favores. Prometo que no socavaré su Liga del Norte y del Su.”

Más tarde, Su Qin fue víctima de un sicario, quien huyó después de propinarle una puñalada en el vientre.  Cuando vio que se acercaba su fin, hizo venir al monarca de Qi (319-301 a.C.), a quien le dijo: “Para prender al sobre su identidad. Por otra parte, debes propalar el falso rumor de que fui ejecutado porque había hecho pactos con el exterior para perjudicar al Estado de Qi”. Después de decir estas palabras, Su Qin se sacó el puñal y exhaló el último suspiro. De acuerdo con la propuesta de Su Qin, el monarca de Qi prendió efectivamente al asesino.

Después de la muerte de Su Qin, Zhang Yi comenzó a poner en práctica de modo inequívoco su plan de establecer la Liga del Este y del Oeste. Hizo giras de propaganda en el oriente, creando “roces” entre los seis Estados con el propósito de destruir la Liga del Norte y del Sur. Finalmente, ayudó al Estado de Qin a cumplir la conquista de los seis Estados orientales.

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