JULIO 2002

 

 

 

 

 

 

 

 


Hangzhou, un paraíso terrenal

Por ZHANG XUEYING

Orilla del lago en primavera

No cabe duda de que los hangzhouneses son felices. Su felicidad está plenamente justificada, puesto que en Hangzhou, ciudad apodada “paraíso terrenal”, cuenta con el famoso lago Oeste, un buen medio ambiente, un clima agradable y aire fresco. Desde antiguo ha sido “almacén de arroz y pescado” y “tierra natal de la seda”. No es de extrañar, pues, que los rostros de los hangzhouneses, libres de la preocupación por la alimentación, rebosen de felicidad. En los últimos años, muchos de quienes se han hecho ricos han comprado viviendas en Hangzhou, hecho que explica la subida constante de los precios dentro del sector inmobiliario.

Para visitar los más de treinta puntos pintorescos de Hangzhou, capital de la provincia Zhejiang y famosa ciudad turística, son necesarios siete días. La parte más bella de la ciudad es el lago Oeste, en torno de cuyos 6 kilómetros cuadrados se apiñan la mayor parte de los puntos de interés paisajístico. Los lagos de algunas ciudades son artificiales, pero el lago Oeste es natural. Precisamente por ello, los paisajes de este lago van cambiando conforme se suceden las estaciones. Numerosos literatos compusieron versos y poesías en alabanza de estos parajes; algunos, atraídos por el lago Oeste, se establecieron en sus orillas. Los paisajes son aquí tan hermosos que cualquier lugar sería apropiado para presentarlo como una pintura tradicional china. Hay quienes dicen que la auténtica belleza del lago Oeste está en su sabor poético.

Los hangzhouneses siempre han considerado el lago Oeste parte de su vida. Junto a él, comen, toman té, se divierten y pasean. Los restaurantes y hoteles cercanos generalmente hacen buen negocio. A los hangzhouneses les gusta deleitarse entre el agua y la montaña. En cualquier época del año se ven lugareños paseando lentamente por los diques de Baidi y Sudi. Cuando llega el fin de semana, parece que todos los habitantes de esta ciudad se echen a la calle, pues son tantas las familias que se dirigen a los puntos turísticos que resulta difícil poder tomar un taxi o el autobús. Sentados a orillas del lago, toman el sol primaveral, charlan, se divierten y gozan de la vida.

Hangzhou es cuna de notables bellezas. Las jóvenes hangzhounesas son famosas por su buena presencia, su ternura y su voz dulce y suave. Su encanto se muestra sobre todo en las posturas que adoptan al tomarse fotos: unas se sientan sobre el césped; otras se apoyan en un árbol; y otras sostienen una rama con flores de melocotón. Para salir bien en las fotos, se acicalan y se ponen bonitas ropas, y a veces posan ante la cámara con un lindo parasol.

Los bellos paisajes y el buen temperamento de la ciudad han dado pie a narraciones legendarias conmovedoras. La historia de Su Xiaoxiao es considerada la Dama de las camelias china. Su Xiaoxiao, sorprendentemente bella y talentosa, se enamoró de un caballero que, por cierto motivo, tuvo que regresar a su casa. La joven no volvió a verlo y murió de enfermedad a los 19 años. Posteriormente, mucha gente ha visitado la tumba de Su Xiaoxiao, situada en el dique de Baidi, para rendirle homenaje. Es difícil encontrar en China una personalidad femenina tan respetada como esta joven.

Tulipanes en el parque

Otra famosa leyenda trata de los amores entre el joven Xu Xian y el hada serpiente. El matrimonio no soportó el acoso de quienes lo rodeaban y tras amargas experiencias terminó en separación. A los hangzhouneses les gusta el romanticismo. El lago Oeste es ahora un buen lugar para las parejas de enamorados. Como sucede en la playa exterior de Shanghai, al caer la noche las orillas del lago Oeste se llenan de parejas.

El romanticismo de Hangzhou ha dado múltiples literatos y artistas. La ciudad está sumergida en un ambiente artístico, sobre todo a orillas del lago, donde las construcciones se caracterizan por su finura y su sabor antiguo. En los parques de la Bahía del Príncipe y la Montaña de la Soledad, se organizan con frecuencia exposiciones de escultura moderna. Los ríos y montañas son fuentes inagotables de inspiración artística. La famosa Academia China de Bellas Artes, situada en el centro de Hangzhou, fue fundada por artistas que volvieron a nuestro país tras haber estudiado en Europa en la década de los 30. Se trata de la primera academia de este tipo establecida en China. En ella tuvo lugar una revolución en la historia de la pintura china, puesto que se introdujeron las técnicas de la pintura occidental y se pintaron los primeros desnudos. Esta famosa academia, en la que se han formado importantes pintores chinos, se encuentra en la calle de Nanshan. Convertida en una calle dedicada al ocio y la cultura, con galerías de pintura, casas de té y bares, flota en ella un aire melancólico que recuerda al París de los años 70. En tiempos de la dinastía Song del Sur, Hangzhou fue la capital más próspera y animada del mundo. La vida ociosa de los hangzhouneses viene de la abundancia del lugar, de la que hoy son testimonio el té y algunas especialidades culinarias famosas. En la antigüedad, el tomar té era un acto elegante y ceremonioso que debía realizarse en el momento oportuno utilizando agua, té y utensilios de la mejor calidad. Actualmente, el beber té es considerado un simple pasatiempo. En las casas de té situadas junto al lago puede degustarse esta infusión acompañado de música china antigua. En los últimos años han abierto numerosas cafeterías de estilo occidental que atraen a los empleados de las empresas.

La cocina de Hangzhou es muy famosa por su delicadeza y suavidad, características que comparte con el paisaje del lago Oeste. Sus platos más conocidos son el pescado agridulce del lago Oeste, el pollo de mendigo, el queso de soja con pescado, los camarones de Longjing, la sopa de pescado de Songsao y la carne de Dongpo. Este último debe su nombre a Dongpo, ilustre literato de la dinastía; en el pescado agridulce del lago Oeste se combinan deliciosamente los sabores agrio y dulce; los camarones de Longjing fueron inventado casualmente por un cocinero imperial que, mientras preparaba camarones, vertió sobre ellos por descuido té de Longjing; el sabroso pollo de mendigo posee la fragancia del la hoja de loto; la sopa de pescado de Songsao es de sabor agrio y un poco picante. Estos platos pueden degustarse en los viejos restaurantes. El Louwailou, en la orilla norte del lago, es el más famoso, pero resulta algo caro. El Zhiweiguan es renombrado por sus platos ligeros, como las empanadas, la sopa de mariposas y las tortas fritas. A veces acuden tantos clientes que no es fácil encontrar sitio.

Las mujeres hangzhounesas son delicadas y sentimentales como lo que nos impresionan el río y la montaña del lugar.

Los hangzhouneses son comerciantes inteligentes. A los extranjeros les encanta comprar sedas, pinturas chinas y antigüedades en la calle de Wushan. Los precios difieren de un puesto a otro: una bufanda de seda que en un puesto vale diez yuanes en otro cuesta sólo cuatro. Al decir de los lugareños, es posible comprar los productos que se ofrecen en esta calle por poco más de la mitad del precio que suele pedirse. Pero eso no es válido para los forasteros, quienes generalmente se fijan primero un precio aceptable y luego regatean con el vendedor. Para los compradores lo ideal es comprar los artículos de seda en los grandes almacenes dedicados a la venta de este producto, ya que la calidad es más confiable y la gama de colores más amplia, si bien los precios son un poco más altos que en la calle de Wushan. 

Guía turística

Abril y octubre son los mejores meses para visitar Hangzhou. De los muchos puntos turísticos situados en torno del lago Oeste dignos de una visita destacamos los siguientes.

Primavera del dique de Sudi.

Construido por Su Dongpo, gran literato de la dinastía Song del Norte, Sudi es un dique de 3.000 metros que cruza el lago de norte a sur. A ambos lados del dique, que tiene seis puentes, se apiñan los árboles. En primavera, el rojo de los melocotones y el verde del sauce convierten este paisaje en el más bello de todos.

La nieve del puente quebrado

Conocido también como “puente del amor”, es un puente de piedra situado en la juntura del dique de Baidi y la calle de Beishan. Según la leyenda, este fue el escenario principal de los amores de Xu Xian y el hada serpiente. En invierno, la nieve de la mitad soleada del puente se derrite, mientras que la de la mitad umbría permanece.

Los lotos del patio de Quyuan

En el patio de Quyuan se encontraban las destilerías y bodegas de la dinastía Song del Sur. Las decenas de especies de loto que medran en este patio ofrecen en verano un paisaje de singular belleza.

La luna otoñal del lago

En la confluencia del dique Baidi y la Montaña de la Soledad hay una estela con los caracteres “Ping Hu Qiu Yue” (luna otoñal del lago), escritos por Kang Xi, emperador de la dinastía Qing. La terraza situada delante de la estela es un excelente lugar para contemplar la luna.

Los peces del jardín de Huagang

Este antiguo jardín privado, renombrado por sus flores y peces, alberga ahora un estanque con cerca de mil carpas rojas.

La luna del islote de Santan

El islote de Santan, el mayor del lago, es famoso por su jardín acuático y por ser el lugar ideal para contemplar la luna de otoño. Las tres pagodas cercanas erigidas a orillas del lago son emblemas de este islote.

La campana Nanping

Al atardecer, se oye el tañido de la campana Nanping del templo de Jingci.

El té de Longjing (pozo del dragón)

Es uno de las tres variedades de té más famosas de Hangzhou. Los turistas pueden saborear este té en la aldea del mismo nombre, hasta donde pueden llegar con los autobuses 27 y 3.

El bosque de bambú

Situado al pie de la montaña Wuyun, este bosque es muy conocido por las neblinas que lo rodean todo el año. Los emperadores Kang Xi y Qian Long (de la dinastía Qing) lo visitaron varias veces.

La lluvia de laureles en Manlong

Todos los años, en octubre, Manlong celebra la fiesta del laurel. El laurel de este lugar es muy apreciado.

El manantial del tigre

Los lugareños preparan el té con el agua de excelente calidad y rica en minerales que brota de este manantial de la montaña de Daci.

También es recomendable visitar el monasterio de Lingyin, de 1.600 años de historia y uno de los diez más famosos del budismo chino. En su pabellón principal se halla la mayor estatua de Sakyamuni (Buda) existente en China. Asimismo, este monasterio atesora famosas esculturas de piedra, la mayoría de las cuales son de la época de las cinco dinastías y las dinastías Song y Yuan. 

Por último, vale la pena llegarse hasta Qinghefang, vieja calle que ha conservado en buen estado su antiguo aspecto.

  


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